La clase dominante en Estados Unidos, Europa y a nivel internacional está adoptando violentas medidas represivas ante las protestas estudiantiles en aumento contra el genocidio en Gaza. En universidades de Estados Unidos, cientos de estudiantes están siendo arrestados, mientras que en España, cientos de miles han salido a las calles desde el inicio del conflicto. En Saná, Yemen, más de un millón de personas se congregaron la semana pasada para denunciar el genocidio respaldado por Estados Unidos en Gaza.
El grupo pseudoizquierdista Izquierda Revolucionaria (IR), antiguo afiliado tanto de la Corriente Marxista Internacional (CMI) como del Comité por una Internacional de Trabajadores (CIT), ha iniciado repentinamente un intento de distanciarse del gobierno de PSOE-Sumar y su principal aliado en el parlamento, Podemos. Todos estos partidos son cómplices del genocidio israelí contra los palestinos.
Bajo el primer gobierno PSOE-Podemos (2020-2023) y ahora bajo el gobierno PSOE-Sumar, IR respaldó a estos partidos capitalistas y trabajó para sofocar la oposición de la clase trabajadora por su izquierda. Ambos gobiernos aumentaron las relaciones comerciales, militares y económicas con el régimen sionista, particularmente en materia armamentística. Bajo el gobierno PSOE-Podemos, España vendió armas a Israel por valor de cientos de millones de euros, mientras que Madrid gastó millones a la compra de armamento con la marca 'probado en combate' contra los palestinos. El gobierno PSOE-Sumar continuó con esta política, manteniendo compras y ventas de armamento con Israel por valor de millones de euros.
IR está ahora tratando de distanciarse de estas fuerzas políticas, para ocultar su apoyo a los partidos cómplices del genocidio. En su artículo bajo el título 'PSOE-Sumar, el Gobierno de la OTAN y el militarismo', IR afirma:
Los hechos son tozudos: no podemos depositar confianza alguna en un Gobierno que ha demostrado hasta la saciedad que trabaja en beneficio de los capitalistas y a las órdenes de los amos imperialistas de Washington. Y otras fuerzas políticas que ya no tienen responsabilidades gubernamentales pero que centran toda su estrategia en la acción institucional tampoco son una alternativa. Muchas de las medidas belicistas citadas se aprobaron con Podemos ocupando carteras ministeriales, y su crítica actual, sin asumir ninguna responsabilidad, solo aumenta su crisis de credibilidad.
El militarismo es un rasgo orgánico de la socialdemocracia. Lo han demostrado históricamente en su capitulación constante ante la clase dominante, y lo vuelven demostrar ahora en su ardor bélico en Ucrania, en su otanismo y su complicidad con el genocidio sionista. Esta izquierda no es parte de la solución sino del problema.
IR está huyendo de Podemos como las ratas que abandonan un barco que se hunde. IR sabe que el apoyo de Podemos y Sumar está cayendo en picado a mínimos históricos. En las elecciones autonómicas celebradas este año en Galicia y el País Vasco, Podemos no logró ningún escaño. Ocho años antes, Podemos era el partido más votado en Euskadi. Las encuestas son igualmente nefastas para las próximas elecciones europeas, en las que se espera que Podemos reciba el 2,3 por ciento de los votos, frente al 10 por ciento de 2019.
Sumar, una escisión de Podemos que está gobernando con el PSOE en el ejecutivo, también se está derrumbando. No obtuvo ningún diputado en Galicia y solo un escaño en el País Vasco. En las encuestas para las elecciones europeas tiene pronosticados un 2,9 por ciento de los votos.
La crisis de los principales partidos del “populismo de izquierda” de la burguesía española está poniendo al descubierto la propia bancarrota de IR. A lo largo de la última década, IR ha sido uno de los mayores promotores de Podemos y de su participación en un gobierno liderado por el PSOE. En 2019, cuando Podemos entró en el gobierno, IR lo describió como “un acontecimiento de trascendencia histórica” que había “levantado enormes expectativas”. Un gobierno así, afirmaron, era “el resultado de la gran movilización de masas que ha sacudido el Estado español”.
A pesar de que Podemos adoptó políticas claramente derechistas, como aumentar el presupuesto militar, recortar las pensiones y los salarios, otorgar miles de millones de euros en rescates empresariales y priorizar los beneficios sobre las vidas durante la pandemia de COVID-19, que cobró más de 140.000 vidas, IR continuó operando como una facción de facto de Podemos.
Durante las elecciones autonómicas madrileñas de 2021, IR concentró todos sus esfuerzos en respaldar al líder y fundador de Podemos, Pablo Iglesias. Llamaron activamente al voto por Podemos, incluso con carteles de mayor tamaño que los del propio partido de pseudoizquierdista. Se jactaron de haber distribuido 11.000 carteles y más de 121.000 panfletos en apoyo a Iglesias.
En los años posteriores, el gobierno PSOE-Podemos intensificó su guerra de clases, tanto interna como externa. En la guerra de la OTAN contra Rusia, proporcionó cientos de millones en armamento al régimen ucraniano de extrema derecha. Además, masacraron a refugiados en Melilla, impusieron requisitos de servicios mínimos a las tripulaciones aéreas y trabajadores sanitarios y reventaron las huelgas de camioneros y trabajadores del metal en Cádiz con policías antidisturbios. Al mismo tiempo, el gobierno incrementó su apoyo al gobierno de extrema derecha de Netanyahu, a pesar de su brutal ocupación en Gaza, lo que desencadenó el levantamiento del 7 de octubre contra Israel.
Sin embargo, IR volvió a llamar a la 'izquierda' a dar apoyo al gobierno PSOE-Sumar tras las elecciones del año pasado. En noviembre de 2023, PSOE y Sumar formaron un nuevo gobierno de coalición sin Podemos. Poco después, IR publicó un artículo titulado 'Pedro Sánchez apuntala su investidura: un Gobierno para la paz social y la colaboración con el imperialismo'. Admitiendo el carácter reaccionario del gobierno PSOE-Sumar, IR continuó:
“Pese a todo, la constitución de un Gobierno PSOE-Sumar aparece a los ojos de una gran mayoría de nuestra clase como un millón de veces preferible a un Gobierno PP-Vox. Desde Izquierda Revolucionaria entendemos perfectamente esa opinión. ¡Pues claro que sería profundamente equivocado que las fuerzas de izquierda con representación parlamentaria negasen su apoyo crítico a la investidura de Sánchez!”
Poco después, IR celebró la salida de Podemos del gobierno, mientras muchos de sus seguidores se sumaban a las protestas en apoyo a Palestina. El movimiento contra la guerra más grande y sostenido desde la época de la Guerra de Vietnam estaba estallando en todo el mundo, con millones de personas participando en protestas. IR declaró “Desde Izquierda Revolucionaria saludamos esta decisión, y decimos que tiene que ser el inicio para una ruptura real con las políticas socialdemócratas de esa izquierda que se ha convertido en una pata esencial de la gobernabilidad capitalista...”
Tal y como avisó el WSWS, Podemos no abandonó el gobierno debido a su oposición al genocidio en Gaza, a la austeridad o al militarismo, todos los cuales apoyó entre 2020 y 2023. Para dejar claro su continuo respaldo al PSOE y a Sumar, la líder de Podemos, Ione Belarra, declaró que 'las fuerzas democráticas [Podemos, PSOE y Sumar] deben trabajar juntas' contra la extrema derecha.
Ahora, IR está siguiendo exactamente el mismo camino. Se está distanciando de Podemos, de la misma manera que Podemos tomó distancia del gobierno PSOE-Sumar. Sin embargo, su objetivo no es movilizar la oposición obrera al gobierno PSOE-Sumar, sino proteger el flanco izquierdo de los partidos pseudoizquierdistas encargados de defender los intereses estratégicos del imperialismo español.
IR trabaja ahora para respaldar fuerzas regionalistas y nacionalistas que defienden al gobierno PSOE-Sumar desde el Congreso. Para las elecciones gallegas, llamó al voto por el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), declarando que: “sería muy importante para fortalecer la acción en la calle y exigir desde el primer día a un Gobierno BNG-PSOE que cumpla con sus promesas.” En el País Vasco convocó a votar al partido nacionalista vasco EH Bildu, argumentando que: “no somos abstencionistas, y por eso pedimos un voto crítico para EH Bildu.”
Ambos partidos han apoyado a los gobiernos PSOE-Podemos y PSOE-Sumar en el aumento del gasto militar hasta niveles récord y en convertir a España en una punta de lanza de la OTAN contra Rusia en Ucrania.
De forma absurda, IR justifica su apoyo a estos partidos bajo la idea de que “los comunistas revolucionarios, los leninistas, nunca hemos hecho bandera del abstencionismo” en las elecciones. Esta es una farsa desvergonzada y miserable. IR nunca ha sido una organización marxista. Esta organización tiene sus raíces en un grupo británico dirigido por Ted Grant que rompió con el trotskismo y se separó de la Cuarta Internacional a finales de la década de 1940.
Más tarde, el grupo Grant se convirtió en uno de los principales promotores más vociferantes del Pablismo, contra el cual se formó en 1953 el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), que hoy en día publica el WSWS. Adaptándose al orden social posterior a la Segunda Guerra Mundial, los pablistas descartaron a la clase obrera como una fuerza revolucionaria independiente. Argumentaban que la burocracia estalinista, los movimientos nacionalistas burgueses en los países coloniales, y las burocracias sindicales y socialdemócratas se transformarían, bajo la presión de las masas, en organizaciones revolucionarias.
Grant y sus seguidores desarrollaron el 'entrismo' como una orientación estratégica permanente. Su objetivo no era educar políticamente a los trabajadores a través de una lucha contra las burocracias procapitalistas, sino mantener a los trabajadores radicalizados dentro de los confines del Partido Laborista y las burocracias sindicales.
En España, IR insistió en que los trabajadores y la juventud se subordinaran, primero al PSOE en la década de 1980, después a Izquierda Unida dirigida por los estalinistas del Partido Comunista de España, y a partir de 2014, a Podemos. Ahora, ante el creciente colapso de Podemos, IR busca nuevas herramientas para apuntalar al desprestigiado gobierno PSOE-Sumar.
Movilizar a la clase obrera para detener el genocidio requiere romper con la visión nacionalista de los grupos pseudoizquierdistas que subordinan a los trabajadores al Estado capitalista español. Solo un movimiento internacional e independiente de la clase obrera puede detener las entregas de armas a Israel, parar la represión de las protestas y poner fin a las guerras. La base política de tal movimiento es la lucha del Comité Internacional de la Cuarta Internacional para desenmascarar las tendencias pseudoizquierdistas como IR y construir secciones del CICI en España e internacionalmente como la dirección revolucionaria de la clase obrera.
(Publicado originalmente en inglés el 28 de abril de 2024)