El gobierno de coalición gobernante en España, compuesto por el Partido Socialista (PSOE) y el grupo pseudoizquierdista Sumar, ha celebrado con entusiasmo el plan de la Unión Europea de 800 mil millones de euros para el rearme militar.
El pasado jueves, durante la reunión extraordinaria del Consejo de la Comisión Europea en Bruselas, el Gobierno español se comprometió a acelerar su gasto oficial en defensa para alcanzar el objetivo del 2% del PIB de la OTAN antes de 2029.
Preguntado al respecto en rueda de prensa, el presidente del Gobierno, el miembro del PSOE Pedro Sánchez, ha respondido: 'La respuesta es sí, y la próxima semana informaré a todos los grupos parlamentarios cuando me reúna con ellos'.
Y añadió: “Es evidente que todos debemos hacer un esfuerzo anticipado con respecto a 2029” Justificando el rearme militar de Europa a una escala no vista desde la década de 1930, Sánchez defendió que: “todos los europeos hagamos un esfuerzo por invertir más y, sobre todo, invertir mejor con un diagnóstico común de las necesidades de seguridad que tiene Europa, está claro que debemos actuar.”
El contexto al que se refirió Sánchez es el de la escalada de tensiones geopolíticas entre las potencias europeas y Estados Unidos. Washington está maniobrando para asegurar las tierras raras y otros recursos estratégicos de Ucrania mediante la negociación de un acuerdo con el presidente Vladimir Putin, al tiempo que Moscú ha indicado que también podría otorgar a Estados Unidos acceso a activos rusos que superan con creces los de Ucrania.
Para las potencias europeas, una derrota ucraniana representaría un grave revés, consolidando el dominio de Estados Unidos sobre los depósitos minerales vitales a su costa.
Una preocupación aún mayor para las potencias europeas es el potencial de una alianza entre Estados Unidos y Rusia, que perciben como una amenaza existencial. Son conscientes de que el presidente Donald Trump no solo quiere desvincular a Rusia de China, sino enfrentar a Rusia con la Unión Europea, a la que no ve como un aliado, sino como un competidor. Este miedo subyacente está llevando al Reino Unido, Francia y otros estados europeos a considerar el despliegue de tropas en Ucrania, lo que aumenta el riesgo de una confrontación militar directa con Rusia.
Sumar, el socio menor de la coalición con el PSOE, conocido por ofrecer críticas moderadas a las decisiones del gobierno por no ser lo suficientemente 'izquierdistas' mientras sigue jurando su lealtad inquebrantable a la coalición, en esta ocasión respaldó con entusiasmo la posición de Sánchez.
Tras el explosivo enfrentamiento en la Casa Blanca entre Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky hace dos semanas, Sumar declaró que el incidente “debe ser un despertar para Europa” y que 'frente al mundo de Trump y Putin, Europa tiene que construir de forma urgente su independencia y su seguridad”, Denunciaban también “Las pretensiones imperialistas de la administración Trump”.
Sumar apoya los preparativos para que España participe en el retorno de Europa a la persecución los intereses imperialistas por la fuerza de las armas, incluso si eso implica un conflicto no solo con Rusia, sino con el imperialismo estadounidense.
En 1898, España perdió sus colonias restantes, incluidas Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, durante la Guerra Hispano-Estadounidense. Durante la Segunda Guerra Mundial, aunque la España de Franco no entró en la guerra del lado de la Alemania nazi y permaneció oficialmente neutral, proporcionó materiales, como el tungsteno, que eran esenciales para la industria armamentística de Alemania.
Franco también envió una división de infantería de 45.000 efectivos de voluntarios fascistas para apoyar la guerra de exterminio de la Alemania nazi contra la Unión Soviética, entonces aliada de Estados Unidos contra el imperialismo alemán.
Después de la derrota de la Alemania nazi, Franco se trasladó a Washington. En 1953, España firmó los Pactos de Madrid con Estados Unidos, donde España permitió el establecimiento de cuatro bases militares estadounidenses a cambio de ayuda económica y militar, y la rehabilitación internacional de facto después años de aislamiento tras la Segunda Guerra Mundial. España se integró en el sistema de defensa occidental dirigido contra la Unión Soviética sin convertirse en miembro de la OTAN.
Tras la muerte de Franco en 1975, España buscó equilibrar su integración en la Unión Europea, dominada por Francia, Alemania y el Reino Unido, y alinearse con la alianza de la OTAN liderada por Estados Unidos.
El intento de Sumar de replantear la militarización de España y Europa como un acto de antiimperialismo ignora el respaldo de Madrid a las guerras lideradas por Estados Unidos en las últimas décadas. Desde 1990, España ha participado en las dos guerras contra Irak (1991 y 2003), el desmembramiento de Yugoslavia durante la década de 1990, Afganistán (2001) y Libia (2011). España también ha armado a Ucrania contra Rusia y apoyado el genocidio israelí contra los palestinos.
Sumar apoya el aumento extraordinario del gasto militar, que inevitablemente será pagado por la clase trabajadora, mientras afirma que no aboga más que por una mayor eficiencia.
“No está tan relacionado con el incremento del gasto militar, sino con la eficiencia del gasto militar” dijo Verónica Barbero, portavoz parlamentaria de Sumar. La prioridad era 'pensar qué posición tiene que tener Europa en este ámbito ', añadió, concluyendo su intervención afirmando cínicamente que Sumar ' “no va a apostar jamás por el belicismo '.
Sumar sigue la senda marcada por Podemos, de la que se separó en 2023. Entre 2020 y 2023, bajo el gobierno PSOE-Podemos, el presupuesto del Ministerio de Defensa pasó del 1% del PIB (10.200 millones de euros) al 1,3% (19.700 millones de euros). Solo en 2023, se destinaron 7.700 millones de euros a la adquisición y el desarrollo de armas, lo que supone un aumento del 69% con respecto a 2022. Para entonces, el 30 por ciento del presupuesto total de inversión del gobierno ya estaba dirigido a las armas.
El Gobierno planea aumentar el gasto militar al 1,32 por ciento del PIB este año y al 2 por ciento en 2029, lo que el sindicato de técnicos del Tesoro Geshta estima que significaría gastar 95.500 millones de euros en armas y defensa durante cuatro años. Para cumplir con los compromisos, España tendría que aumentar este año el presupuesto de defensa en 3.500 millones de euros, manteniendo un gasto anual de 23.900 millones de euros hasta 2028.
Grupos pacifistas como el Centro Delás y el Colectivo Tortuga, que han estado examinando el gasto militar en España durante más de una década, han acusado durante mucho tiempo a Madrid de haber superado ya el umbral del 2 por ciento al tener en cuenta las asignaciones relacionadas con el ejército en otros ministerios -ya que el gobierno solo da cuenta del presupuesto del Ministerio de Defensa-, junto con los sobrecostes y los gastos extrapresupuestarios. El Colectivo Tortuga estima que el gasto militar real de España para 2024 se sitúa en 60.000 millones de euros, superando el 5% del PIB, un nivel que ya cumpliría el objetivo exigido por Trump a los países de la OTAN.
Podemos, que se presenta como la oposición oficial de 'izquierdas' en el Parlamento, se posiciona hoy como un crítico del militarismo. La exministra de Igualdad y eurodiputada Irene Montero ha afirmado que el plan de rearme de la UE es ' un camino de sangre y sufrimiento para los pueblos de Europa '.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, escribió en X: “Sánchez dice que se opone a Trump, pero le lame las botas y acelera el aumento gasto militar que ha pedido Trump para llegar antes al 2% del PIB. Este gobierno está cavando su propia tumba. Cada euro en armas es un recorte a nuestra sanidad y educación públicas. Así no.”
Podemos nunca se opuso al gasto militar ni al militarismo. En 2022, durante su mandato en el Gobierno, la ministra Belarra justificó el apoyo de Podemos al presupuesto de ese año que contenía un gasto militar récord porque, aunque Podemos “se ha opuesto frontalmente a cualquier aumento del gasto militar” Podemos no constituye la 'mayoría en el gobierno”, es difícil convertir esta 'terquedad' en una “realidad”, añadió.
En 2015, Podemos reclutó a Julio Rodríguez, un oficial militar español de alto rango que había diseñado la participación de España en el asalto imperialista a Libia, para su liderazgo. Al incorporarse, Rodríguez dejó claro: “La OTAN es necesaria y Podemos respetará los compromisos.”
Estos compromisos incluían el aumento del gasto militar, que Podemos apoyó plenamente al entrar en el gobierno, así como el respaldo incondicional a todas las aventuras imperialistas y a los envíos de armas a Ucrania.
En marzo de 2022, Podemos apoyaba en el parlamento europeo una resolución que decía que “la OTAN es la base de la defensa colectiva de los Estados miembros aliados en la OTAN”. Días después votaban otra resolución que decía 'que las entregas de armas deben continuar e intensificarse para que Ucrania pueda defenderse eficazmente”
El fundador y líder de Podemos, Pablo Iglesias, lamenta ahora en las páginas de su periódico digital Diario Red que el imperialismo europeo se haya quedado atrás de Estados Unidos y esté siendo excluido del saqueo de Rusia y Ucrania. Al no haber priorizado previamente la autonomía estratégica frente a los EE.UU., Washington ha salido ganando: “Ahora tenemos que comprarle el gas a los EEUU y tenemos que pagar la factura de la guerra de Ucrania, mientras que EEUU se va a quedar con las tierras raras y va a convertir a Ucrania en una colonia.”
El programa de rearme de la UE defendido por todas las facciones de la clase dominante española ha vuelto a exponer el carácter proimperialista y antiobrero de Sumar y Podemos. Estos grupos pseudoizquierdistas representan un estrato privilegiado de la clase media alta que constituye una base social de apoyo a la guerra imperialista. Detener una escalada militar catastrófica requiere movilizar a la clase trabajadora contra Sumar y Podemos y otros partidos pseudoizquierdistas similares en toda Europa.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de marzo de 2025)