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Prohibición del Congreso de Palestina: un paso más hacia el Estado policial

Desde que el 12 de abril cientos de policías disolvieran un Congreso Palestino, cada día salen a la luz nuevos detalles sobre la arbitrariedad y la crueldad con que la policía hizo caso omiso de la ley y pisoteó los derechos democráticos. 

La policía arresta a Uni Raz, representante de Voz Judía en el Congreso por Palestina [Photo: @AliAbunimah]

El gobierno alemán actúa con la misma violencia policial contra opositores del genocidio que apoya en Gaza de la que acusan normalmente de sus enemigos, como el presidente ruso Vladimir Putin. El 12 de abril la ministra del Interior Nancy Faeser (SPD) defendió las brutales acciones de la Policía, al escribir en Twitter que le pareció “justo y necesario” que la Policía de Berlín “reprimiera al llamado Congreso Palestino”.

Una colectiva de abogados que aconseja a los organizadores del Congreso publicó el 13 un reporte que presenta la preparación de dicho Congreso y la secuencia de los hechos. A partir de ello se muestra que hubo muchas conversaciones de seguridad entre los organizadores y la Policía en la preparación del Congreso. Incluso en la mañana misma del Congreso se discutió el programa y los oradores con la policía, los que fueron aprobados por la misma.

Pero a pesar de que los organizadores cumplieran con todas las condiciones de la Policía, aunque fueran más que cuestionables, tras dos horas de haber comenzado prohibió el evento de originalmente cuatro días de duración y lo disolvió.

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La excusa para la disolución del Congreso fue el mensaje por video del Dr. Salman Abu Sitta, de 86 años, quien hace décadas defiende la causa de los palestinos. A pesar de que Abu Sitta no dijo nada ilegal, según la opinión de los representantes de la fiscalía presentes, la Policía interrumpió el video tras pocos minutos.

La justificación que proporcionaron fue que el orador tenía prohibido organizar actividades en Berlín. Ni los organizadores, ni el público, ni hasta hacía poco la Policía, tenían conocimiento de ello. Aparte de ello había precedentes legales que dejaban claro que esta prohibición no incluía la reproducción de videos. 

A pesar de que los organizadores ofrecieron prescindir del video, la Policía no se dio por satisfecha. Arguyeron que a través del Live Stream del Congreso se podría estar transmitiendo declaraciones ilegales a todo el mundo. Los organizadores entonces ofrecieron apagar el Live Stream. Esto tampoco fue suficiente.

La decisión de disolver el Congreso había sido claramente ya tomada, incluso si es que no existían bases legales para ello ni una excusa siquiera plausible. Se utilizó para ello la justificación kafkaesca de que la presentación de un video de alguien con prohibición de organizar actividades provee suficiente evidencia para suponer que si el Congreso continuó se podría hacer declaraciones ilegales. 

Se trata de una clara penalización basada en las opiniones de una persona, equivalente a aquella ocurrida durante el gobierno nazi. No se intervino ante ningún crimen ni declaración criminal; la simple suposición de que los involucrados podrían hacer declaraciones ilegales que vayan en contra de la línea ideológica mantenida por el gobierno alemán es suficiente como para intervenir.

Hubo muchas otras medidas de represión contra el Congreso. Otros oradores anunciados fueron prohibidos de presentarse u organizar actividades. En un mínimo de dos casos se impuso prohibiciones de establecer contacto, las cuales desalientan la comunicación con y la otorgación de alojamiento a los participantes del Congreso. 

El Ministerio del Interior ha extendido una prohibición de organizarse contra el exministro de Finanzas griego y el presidente del partido paneuropeo DiEM25 Yanis Varoufakis, que incluye una prohibición de viajar a Alemania y comunicarse de manera en linea. Varoufakis tiene por lo tanto básicamente prohibido declararse en Alemania públicamente.

El médico y rector de la Universidad de Glasgow, el Dr. Ghassan Abu Sittah, ha recibido también una prohibición de entrar al país. Fue tomado en custodia al llegar al aeropuerto de Berlín, detenido por tres horas, y prontamente enviado de vuelta a Londres en avión. También fue prohibido de dar la charla que tenía programada online. 

Ghassan Abu Sittah trabajó por semanas con Médicos sin Fronteras en los hospitales de Gaza y ha declarado frente a la Corte Internacional y otras organizaciones sobre la situación, donde  Alemania  es acusado de ayudar a perpetrar un genocidio en Palestina. Su propósito en el Congreso era declarar sobre sus horribles experiencias en la zona de guerra. 

Ya antes del Congreso las autoridades intentaron utilizar diversos métodos de intimidación para evitar que se presentara.

De la misma forma se bloqueó la cuenta de banco de la Organización Voz Judía por una Paz Justa, en la que se había recaudado las donaciones para el Congreso. Se dieron “advertencias de seguridad” contra el Café MadaMe, donde se había organizado una noche de donaciones para el Congreso por Palestina. Finalmente se presionó para que el evento fuera cancelado.

También el arrendatario de la sala donde tuvo lugar el Congreso fue puesto bajo presión, tras la aparente excusa de insuficientes medidas contra incendios y falta de permisos de uso. Es casi imposible diferenciar si estos métodos son del repertorio de una mafia o de una dictadura autoritaria. 

Tras el fracaso de todas estas medidas de intimidación, el Congreso fue prohibido sin ninguna base legal legítima. La colectiva de abogados defensores cerró su declaración con la conclusión de que: 

Todos los intentos de proteger a los participantes y a la reunión y de asegurar un evento sin problemas y de acuerdo a las reglas fueron impedidos por la Policía. Se creó la impresión de un evento fuera de la legalidad.

Motivados por la prohibición, la Policía de Berlín atacó otras protestas a favor de Palestina. 

El sábado 13 se reunieron aproximadamente 1.900 personas para una manifestación en contra de la prohibición del Congreso. La manifestación fue acompañada por un pelotón de policías armados. La policía detuvo la protesta por casi media hora, para proceder a irrumpir sin advertencia en la protesta y llevarse a un grupo de participantes. En total fueron arrestadas seis personas. 

El día siguiente la Policía actuó con aún más brutalidad contra el campamento de protesta “Occupy against Occupation” frente al Parlamento. El campamento de protesta fue registrado la semana anterior, para protestar durante varios días contra el rol activo del gobierno alemán en el continuo genocidio. 

Ese domingo la policía atacó brutalmente la protesta pacífica. Mucha gente —entre ellos ocho judíot— fueron atacados con garrotes y gas pimienta, tirados al piso y heridos. Varios tuvieron que ser llevados al hospital. Cuatro personas fueron arrestadas, entre ellos un miembro de Voz Judía. 

Durante el Congreso hubo otros casos en los que se pasó por encima de los derechos democráticos. El taz informa de un participante que fue denunciado por la Policía por llevar un polo con la frase “Free Palestine” y un puño con los colores de la bandera palestina. Fue forzado a quitarse el polo y entregarlo a la Policía como evidencia. Muchos participantes y periodistas informaron que fueron perseguidos, observados e intervenidos por la Policía en el camino de vuelta a casa.

Estos son los métodos de una dictadura autoritaria, y se contraponen a cualquiera que rechace la política militar de Alemania. Esto también demuestra el miedo que tiene la clase dominante de la oposición contra su política de guerra. La clase trabajadora debe movilizarse para parar el genocidio, la política de guerra y los ataques a los derechos democráticos.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 16 de abril de 2024)

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