El gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos en España se está preparando para meter en la cárcel al rapero Pablo Hasél por tuits y canciones que supuestamente hacen "apología del terrorismo", "incitan a la violencia" y son una "injuria a la corona española y las instituciones del Estado". Sería el primer músico en ser encarcelado en España desde el fin de la dictadura fascista de Francisco Franco en 1978. Podría pasarse hasta dos décadas en prisión.
Se ha cumplido el plazo para que se persone en la cárcel. Hasél, cuyo verdadero nombre es Pablo Rivadulla Duro, se ha negado a entregarse por su cuenta, diciendo que tendría que ser "secuestrado" por la policía. Ha denunciado las promesas del gobierno del PSOE y Podemos de reformar el código penal para impedir su encarcelamiento como huera, y en cambio ha instado a artistas, trabajadores y jóvenes a movilizarse de manera independiente. Recibió una amplia respuesta entre artistas y trabajadores que ven correctamente su encarcelamiento como un ataque fundamental a los derechos democráticos y un gran paso hacia la dictadura.
Las alegaciones del Estado de que sus llamamientos a liberar a los presos maoístas apoyan al terrorismo, o que sus críticas a la monarquía corrupta española son un insulto a España, son falsas y reaccionarias. Mientras el rey Juan Carlos ha huido de España por sus negocios corruptos con Arabia Saudita, el Estado español toma la medida de enjuiciar a Hasél por ejercer su libertad artística. Esto ha provocado una ira de masas. En las semanas pasadas ha habido cientos de protestas en ciudades de toda España como Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Granada, Sevilla, y Málaga para defender a Hasél.
Casi 300 actores, músicos y artistas firmaron un manifiesto titulado "Sin libertad de expresión no hay democracia". Entre los firmantes están los directores de cine Pedro Almodóvar y Fernando Trueba (Belle Epoque, The Artist and the Model); los actores Javier Bardem, Luís Tosar (The Minions of Midas, Adu), Alba Flores (La Casa de Papel), Aitana Sánchez Gijón (The Machinist); y los músicos Joan Manuel Serrat, Isamel Serrano, Josele Santiago, Coque Malla, Brisa Fenoy, Pedro Guerra o Fermín Muguruza. El manifiesto advierte claramente:
"La persecución de raperos, tuiteros, periodistas, así como otros representantes de la cultura y el arte, por ejercer su libertad de expresión, ha sido constante. El Estado español ha pasado a encabezar la lista de países que han tomado más represalias contra artistas ...
"Es evidente que con el encarcelamiento de Pablo Hasél, pende una espada de Damocles sobre la cabeza de cualquier figura política que se atreva a criticar públicamente las acciones de cualquier institución del Estado.
"Hay que dar amplia difusión a esta situación a nivel mundial, para subrayar dónde nos encontramos. Somos conscientes de que, si dejamos que Pablo vaya a la cárcel, pueden venir a por cualquiera de nosotros mañana, hasta que silencien a todas las voces disidentes.
"Por ello los abajo firmantes, como representantes del mundo del arte y la cultura en el Estado español, nos hemos reunido para mostrar nuestro apoyo a Pablo, pedir su libertad, así como para oponernos a este tipo de crímenes que no solo cercenan el derecho a la libertad de expresión, sino también a la libertad ideológica y artística".
Aparte, 140 escritores y periodistas, entre ellos Jordi Évole, Rosa María Calaf, Manuel Rivas y Maruja Torres, publicaron una declaración en apoyo a Hasél, en la que dicen que rapear "no es un delito, aunque no te guste la letra de la persona que está rapeando". Artistas callejeros también mostraron su apoyo a Hasél. Están apareciendo murales en toda España, como en Barcelona.
La profusión de apoyo masivo a Hasél es una condena política tanto de la maquinaria judicial reaccionaria que lo condenó como, y sobre todo, del gobierno del PSOE y Podemos. Un abismo de clase separa a los socialdemócratas y "populistas de izquierda" pequeñoburgueses, de la clase trabajadora y los estratos más serios de artistas, que se están desplazando hacia la izquierda.
Es cada vez más obvio que la élite gobernante puede imponer su dominio —incluyendo su política homicida de la "inmunidad colectiva" que ha dejado que el COVID-19 campe a sus anchas en toda Europa, que ha matado a más de 750.000 personas— solo con dictaduras fascistas y un ataque a los derechos democráticos fundamentales. El encarcelamiento de artistas como Hasél, que ha denunciado la violencia policial, el asesinato de inmigrantes, el fascismo y la monarquía española, es parte de este proceso.
La urgencia de la advertencia en el manifiesto de los artistas está plenamente justificada: hay un peligro internacional creciente de un giro hacia una dictadura fascista. El senado estadounidense votó el sábado absolver al expresidente Donald Trump por las acusaciones en el juicio político, incluso después de que Trump incitara a una insurrección ultraderechista el 6 de enero en el Capitolio estadounidense, intentando revertir las elecciones presidenciales de 2020. La élite gobernante está preparando intentonas golpistas, represión de protestas de izquierdas, y ataques violentos a la oposición política.
Los acontecimientos han justificado plenamente las advertencias del Comité Internacional de la Cuarta Internacional de que la oposición a los métodos fascistas y de Estado policial solo se pueden desarrollar en oposición no solo a partidos socialdemócratas como el PSOE, sino también a partidos pequeñoburgueses "populistas de izquierdas" como Podemos.
Es significativo que muchos de los artistas que firmaron el manifiesto en defensa de Hasél apoyaran previamente al PSOE o a fuerzas estalinistas aliadas a Podemos. Bardem y Almodóvar apoyaron de manera notoria la elección del PSOE en 2004 como una manera de oponerse a la Guerra de Irak, a la que el anterior gobierno del derechista Partido Popular se había unido. Hoy, sin embargo, los artistas y los trabajadores son cada vez más conscientes de que esta oposición al fascismo y a los métodos de Estado policial requiere construir un movimiento independiente contra el PSOE y Podemos.
Casi dos décadas después de la guerra de Irak, el PSOE y Podemos están implementando la política homicida de la "inmunidad colectiva", rescatando bancos y grandes empresas con miles de millones, intensificando el espionaje en internet y persiguiendo a los inmigrantes. El año pasado, protestas contra la austeridad del PSOE y Podemos, la política de la "inmunidad colectiva" y la del regreso al trabajo se toparon con la violencia policial y amenazas de sacar el ejército a las calles.
Este giro abierto hacia políticas fascistas ha ido de la mano con la relegitimación oficial del fascismo. Los tribunales españoles que han condenado a los nacionalistas catalanes a una década de cárcel por manifestaciones pacíficas, afirmaron que el golpe fascista de Francisco Franco de 1936 fue legítimo, y declararon que su régimen no cometió crímenes contra la humanidad.
La semana pasada, un tribunal liberó al exoficial derechista que colgó en redes sociales fotos suyas disparando con una escopeta a fotografías de ministros del gobierno del PSOE y Podemos. El tribunal dictaminó que "no tenía otro propósito que matar el tiempo". Añadió que no actuó "con la perspectiva de intimidar a las autoridades".
El mismo tribunal, sin embargo, dictaminó que los tuits y las canciones de Hasél son un "riesgo potencial" porque uno de sus 50.000 seguidores en YouTube podría "envalentonarse por sus palabras" y "terminar empleando la violencia".
La respuesta del gobierno del PSOE y Podemos ha sido totalmente cínica. En un intento por calmar la indignación creciente por el ingreso en prisión de Hasél en el período previo a las elecciones catalanas de este fin de semana, anunció brevemente que estaba preparando medidas para prohibir condenas de prisión para delitos que impliquen la libertad de expresión. El sábado por la noche, sin embargo, el fiscal general anunció que el gobierno del PSOE y Podemos apoya el encarcelamiento de Hasél. En Barcelona, un mural en apoyo de Hasél fue despintado bajo la dirección de la alcaldesa Ada Colau, respaldada por Podemos.
Hasél desestimó con razón las promesas del gobierno del PSOE y Podemos como mentiras. En su canción más reciente Ni Felipe VI, con casi un cuarto de millón de visitas, denunciaba al "gobierno mal llamado progresista [del PSOE y Podemos] que ha perpetuado la represión. Sintiéndose nervioso al llenarse las calles por la libertad de expresión, han prometido hacer algo, intentando parar la movilización, pero solo con esta ganaremos esta lucha".
Para los artistas y jóvenes que buscan defender a Hasél y la libertad de expresión, el giro es hacia la clase trabajadora y la construcción de un movimiento en defensa de los derechos democráticos y por el socialismo contra los socialdemócratas y sus aliados pequeñoburgueses corruptos como Podemos.
(Publicado originalmente en inglés el 15 de febrero de 2021)