El rapero español Pablo Hasél va a ingresar en prisión por supuestamente "enaltecer el terrorismo", "incitar a la violencia" e "injuriar a la corona y las instituciones del Estado" en tuits y canciones. Sería el primer músico encarcelado desde que acabara la dictadura fascista de Francisco Franco en 1978 y podría pasarse dos décadas en la cárcel.

Hasél, de 33 años, y cuyo verdadero nombre es Pablo Rivadulla, es un rapero izquierdista popular por sus canciones y poemas políticos contra los sucesivos gobiernos del Partido Popular (PP), del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y respaldado por Podemos. Critica las políticas antiinmigratorias y de austeridad, y advierte sobre el ascenso del fascismo, el autoritarismo y la represión de Estado policial.

La persecución incesante de Hasél y otros artistas y músicos es parte de una campaña que se intensifica por parte de la clase gobernante europea contra la libertad de expresión y los derechos democráticos, intensificada por el estallido de la pandemia de COVID-19. Aterrada por la oposición social creciente a las políticas homicidas de la "inmunidad colectiva" y los rescates a bancos y grandes empresas, la clase gobernante se propone censurar a los artistas con condenas de cárcel draconianas.

Hasél viene siendo perseguido desde hace varios años. En 2011 lo arrestaron por su canción "Democracia su p*ta madre", donde exigía la liberación del dirigente del grupo maoísta Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) encarcelado. En 2014 lo condenaron a dos años de cárcel por insultar públicamente al rey de España y enaltecer el terrorismo. Como Hasél no tenía antecedentes penales, no tuvo que cumplir la condena.

En marzo de 2017 la fiscalía pidió cinco años contra él, a ser añadidos a los dos que ya tiene, por más canciones y 64 tuits. Esos tuits incluyen:

• "La policía asesina a 15 inmigrantes y son santitos. El pueblo [se] defiende de su brutalidad y somos 'violentos terroristas, chusma', etc.". Hasél se refería a la infame Masacre de Tarajal, cuando la policía le disparó gas lacrimógeno y balas de goma a inmigrantes que intentaban cruzar a nado hacia el enclave español de Ceuta, que causó que se ahogaran 15 hombres.

• "El mafioso de Borbón de fiesta con la monarquía saudí, entre quienes financian el ISIS queda todo". Hasél se refería a las conocidas relaciones entre la monarquía saudí y la española de los Borbones, y entre la Casa de Saud y el grupo terrorista islamista ISIS.

Durante el juicio, Hasél no condenó sus canciones y tuits, y comentó que "la mitad del país piensa lo mismo" de la monarquía. Dijo que canta sobre hechos objetivos muy mediatizados. Dijo que "al final me harán pagar a mí" por la acción de la monarquía —una observación que el anterior rey Juan Carlos pareció confirmar el año pasado cuando huyó de España como un ladrón para evitar ser enjuiciado por acusaciones de corrupción.

Hasél dijo que consideraba a grupos como el GRAPO y el grupo armado separatista vasco ETA como organizaciones de "resistencia". Estas agrupaciones ya no existen, el GRAPO desde los '80. Las canciones de Hasél no pueden presentarse en serio como apoyo a acciones armadas violentas.

Concluyó su defensa diciendo "los límites a la libertad de expresión son siempre para nosotros. Son los antifascistas los que son juzgados, perseguidos y condenados. Para los que quieren condenarme a prisión, el principal problema es que no soy fascista, y no quiero tirarles bombas a los catalanes, y buscar la muerte de los homosexuales y los inmigrantes".

En noviembre de 2020, los tribunales superiores rechazaron su recurso y aprobaron su condena. El 28 de enero, recibió una orden judicial para entregarse en 10 días para ingresar en prisión. Hasél se negó a entregarse voluntariamente y su encarcelamiento es inminente esta semana.

Actualmente lo han condenado a un mínimo de nueve meses de cárcel. Pero los tribunales están añadiendo muchas nuevas acusaciones que podrían hacer que pase hasta 20 años tras las rejas.

La encarcelación de Hasél es un ataque clamoroso a los derechos democráticos básicos, incluyendo la libertad de expresión y la libertad artística. Declarar esto no implica ninguna simpatía por los nacionalistas pequeñoburgueses vascos que Hasél ha defendido ni por sus actividades terroristas, ni su apoyo a los regímenes estalinistas de la URSS, Europa del este y China. Sin embargo, el Estado español está claramente sentando un precedente para una represión draconiana a cualquier declaración política o artística de oposición.

De hecho, el propio Hasél comentó, "no tienes que estar de acuerdo con todo lo que digo para ver que este es un serio ataque a la libertad de expresión".

La semana pasada cientos de personas, y en algunos casos miles, han asistido a protestas en defensa de Hasél en Girona, Barcelona, Lleida, Manresa, Granada, Valencia, Zaragoza y Madrid. También recibió mensajes de solidaridad de otros cantantes o raperos, incluyendo de César Strawberry, ToteKing y Los Chikos del Maíz, y de actores como Javier Bardem, Luis Tosar y Willy Toledo.

El cantautor español Lluís Llach criticó la decisión, comparándola con sus canciones contra la dictadura de Franco en los '70. "Están metiendo a más músicos en la cárcel ahora que durante la Transición. Aquellos de nosotros que nos opusimos al régimen de Franco no fuimos encarcelados en aquel entonces. Ahora las cosas han cambiado".

El procesamiento de Hasél es parte de una campaña más general de intimidación tras la brutal represión policial al referéndum por la independencia catalana de 2017. Esta fue seguida por una propaganda constante en apoyo de protestas fascistas, el partido fascista Vox y juicios farsa a políticos nacionalistas catalanes.

En noviembre de 2017, 12 raperos de la ya extinta banda La Insurgencia fueron condenados a seis meses de cárcel por enaltecimiento del terrorismo. En 2018, el rapero Josep Beltrán (Valtònyc) huyó a Bélgica en mayo para evitar una condena de cárcel de tres años y medio tras ser condenado por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la monarquía. En los últimos años, más artistas y ciudadanos han sido condenados por blasfemia y enaltecimiento del terrorismo.

El pestazo del fascismo sale del aparato estatal que está encarcelando a Hasél. Los mismos tribunales que atacan a artistas por "enaltecimiento del terrorismo" condenaron a los nacionalistas catalanes a una década en prisión por protestas pacíficas, afirmaron que el golpe fascista de Francisco Franco de 1936 fue legítimo y declararon que su régimen no cometió crímenes contra la humanidad. A lo largo de los meses pasados, sectores del ejército que colaboran con Vox han exigido repetidamente un golpe de Estado. En chats privados de WhatsApp, exgenerales proclaman la necesidad de "matar a 26 millones" de votantes de izquierdas.

De manera previsible, el gobierno del PSOE y Podemos, que es responsable del encarcelamiento de Hasél, está restando importancia a este ataque a las libertades fundamentales.

El dirigente de Podemos Pablo Iglesias tuiteó patéticamente su preocupación por la reputación del Estado. Dijo, "Creo que en una democracia nadie debería ir a la cárcel por delitos de opinión. Hay otros mecanismos legales para proteger la honorabilidad, la integridad y el prestigio. Creo que el encarcelamiento de Hasél creará la sensación de que la ley no es siempre la misma para todo el mundo".

De manera similar, la portavoz de Podemos Isabel Serra dijo en una rueda de prensa que la condena de Hasél demuestra "que la libertad de expresión en este país ha sido asfixiada desde que se aprobara la ley mordaza, una ley que hay que derogar urgentemente".

La verdad es que Hasél ha sido procesado según el código penal, específicamente los artículos 578 (enaltecimiento del terrorismo), 504 (insultos a las fuerzas de seguridad) y 491 (injurias a la corona), no según la reaccionaria Ley de Seguridad Ciudadana (la "ley mordaza") del Partido Popular (PP). Serra estaba intentando desviar la crítica a la complicidad de su partido en la represión de artistas hacia el derechista PP.

Hasél ha acusado correctamente a Podemos "de ser culpable, cómplice directo" de su persecución.

(Publicado originalmente en inglés el 8 de febrero de 2021)