En artículos en su sitio web, Izquierda Diario, la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT), el grupo morenista en España, se ha opuesto a los confinamientos y a las medidas básicas de salud pública que se necesitan con urgencia para contener la pandemia de coronavirus, que está causando estragos en España y en Europa. Denuncia hasta las restricciones limitadas impuestas por los gobiernos autonómicos y el central de España como una transgresión inaceptable a los derechos democráticos.
En un artículo del 20 de enero, titulado sarcásticamente "Más restricciones, la receta para hacer frente a la tercera ola", la CRT despotrica contra la distancia social, diciendo: "Como si fuera un grifo, van [el gobierno del PSOE y Podemos] limitando nuestras libertades y movimientos a su gusto. Una medida que además, como ha sucedido desde marzo del año pasado, tiene especial foco en los barrios de clase trabajadora.
“De este modo, el toque de queda es una medida autoritaria y paliativa,” continúa el artículo, “que pretende ocultar el fracaso de la gestión de la pandemia. En lugar de tomar verdaderas medidas sanitarias como el pase de todos los recursos de la sanidad privada a manos de la gestión pública y que se contrate personal a la altura de las necesidades tanto de la atención de los casos de Covid, como de un plan de vacunación, se vuelve a las restricciones, la represión y a criminalizar a la población y en particular a la juventud".
Los toques de queda son de hecho insuficientes como política sanitaria, pero las denuncias de la CRT de cualquier política de salud pública colectiva que implique distancia social como represión autoritaria de sus estilos de vida son profundamente reaccionarias y trasciende cualquier intento serio de parar la pandemia.
El COVID-19 está devastando Europa y el mundo, con más de 2 millones de muertos, de los cuales más de 700.000 en Europa. España ha registrado 2,8 millones de casos y cerca de 60.000 muertes, según cifras oficiales, con más de 400 muertes diarias durante la semana pasada. Las estadísticas de muertes excesivas indican que la verdadera cifra de fallecimientos es de más de 85.000.
Los casos de COVID-19 se han disparado desde la campaña oficial de "salvar las navidades" en diciembre, que animó a la población a ir a tiendas y restaurantes para asegurar que los negocios acumulen ganancias durante las vacaciones. Esta política criminal continuó en enero, mientras el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos se negaba a implementar un confinamiento aunque aumentaban los casos de contagio. Como resultado, en enero se dieron las cifras más altas en España de contagios diarios, con 44.357 nuevos casos el 21 de enero. Los hospitales están al borde del colapso según se van saturando las unidades de cuidados intensivos.
Los llamamientos de la CRT para la "pase de todos los recursos de la sanidad privada a manos de la gestión públic", una política que sabe muy bien que el gobierno del PSOE y Podemos no va a implementar, son simplemente un intento más por desviar la atención de su oposición a medidas básicas de salud pública. Aunque se asignasen más recursos a los hospitales, dado que no hay tratamiento para el COVID-19 y dada la disponibilidad limitada de vacunas, ello no pararía la creciente ola de muertes.
La CRT está intentando pasar por encima su apoyo a este abordaje sin restricciones de la "inmunidad colectiva" con fraseología sobre fortalecer los servicios sanitarios y denuncias retóricas al gobierno del PSOE y Podemos. Sin embargo, la posición anticonfinamiento de la CRT la hace criminalmente cómplice de la política del gobierno del PSOE-Podemos. Viene desarrollando una larga campaña de propaganda contra las medidas para controlar la difusión del virus, haciéndose eco de las demandas del partido ultraderechista Vox.
En una declaración separada titulada "Tercera ola: un programa de acción urgente para impedir un nuevo crimen social contra la clase trabajadora", publicada varios días después, la CRT elaboraba esta posición. Dándoselas de críticos del PSOE y Podemos, declaraban:
“Prohíben [el gobierno central y los autonómicos] las reuniones de más de 6 personas, o incluso de 4, pero no les importan que viajemos a centenares en el transporte público. Nos quieren a todos en casa cada vez más temprano, pero las familias trabajadoras no pueden ausentarse del trabajo sin perder el salario durante las cuarentenas de sus hijos e hijas. Quieren que la actividad económica no se paralice, pero dejan que miles de empresas sigan sin proveer de medios y protocolos contra el contagio ....”
Pero ¿qué solución propone la CRT? En vez de llamar a los trabajadores a refugiarse en casa con pleno salario, y demandar ayudas a artistas y pequeños prendedores, la CRT plantea "diez medidas de emergencia". Aunque apela al "refuerzo" la atención sanitaria, los programas de vacunación y el transporte público, y a algunas medidas básicas para asegurar los ingresos e impedir desahucios y despidos, ninguna de sus diez medidas menciona la política de confinarse en casa.
De hecho, en toda la declaración, la palabra "confinamiento" aparece una sola vez —como una referencia de paso a los cierres de fronteras adoptados por algunos gobiernos autonómicos en España. Esta omisión no es casual.
La CRT calla sobre esto porque ellos están de acuerdo en lo fundamental con la estrategia de la "inmunidad colectiva" del gobierno del PSOE y Podemos. Sus críticas tácticas equivalen a nada más que un arreglo de vitrina para su apoyo a que los trabajadores sigan en sus lugares de trabajo y los niños en las escuelas, mientras implican de manera deshonesta que la vida y sustento de los trabajadores pueden ser salvaguardados sin una política de confinamiento domiciliario. Se proponen contener la oposición creciente entre los trabajadores y los jóvenes a las políticas del PSOE y Podemos y disiparla por canales inofensivos.
Esta posición no es un error ocasional ni una confusión de la CRT, sino el reflejo de los intereses materiales de clase que defiende. La CRT habla en nombre de capas pudientes de la burocracia sindical y de la clase media profesional que se pueden beneficiar de los rescates bancarios multibillonarios que la Unión Europea (UE) ha aprobado en medio de la pandemia. Miles de millones de euros están pasando por oficinas gestoras, comités de empresa y mercados financieros en los que son invertidos. Pero esta financiación está condicionada al apoyo a la política de la "inmunidad colectiva" de la UE.
Reflejando su orientación hacia este estrato social corrupto, la CRT milita para amarrar a la clase trabajadora a la burocracia sindical, que viene trabajando sistemáticamente para aislar y traicionar huelgas y protestas. Refiriéndose al final de su declaración al llamamiento de los principales sindicatos españoles a una "primavera de movilizaciones" en supuesta oposición a las medidas de austeridad impuestas por el PSOE y Podemos, la CRT hace explícita esta perspectiva.
"La burocracia sindical llama a movilizaciones simbólicas para el mes de febrero, un gesto totalmente impotente,” dice la declaración. “Es urgente denunciar esta política cómplice y exigir a las direcciones de los grandes sindicatos que convoquen verdaderas jornadas de lucha por un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, que preparen el terreno para una huelga general por la derogación de las reformas laborales y de pensiones ”.
A pesar de observar correctamente la complicidad de los sindicatos en imponer medidas de austeridad y facilitar la campaña de "volver al trabajo" de la élite gobernante, la CRT no llama a romper con estas organizaciones. En cambio, les pide a las corruptas direcciones sindicales que se junten en oposición a las mismas políticas que las burocracias sindicales han negociado con los empleadores y la gestión patronal.
La CRT declara:
“A su vez la izquierda sindical, con los sectores críticos dentro de CCOO [Comisiones Obreras] y UGT [Unión General de Trabajo], los movimientos sociales por la vivienda, contra los cortes de luz o en defensa de los servicios públicos, y junto a la izquierda anticapitalista, tenemos por delante la responsabilidad de avanzar en organizar la solidaridad con las luchas en curso, la coordinación y apoyar la organización de los sectores precarios que salen a luchar”.
“Sólo así podremos imponerle desde abajo a las burocracias sindicales salir a luchar por un programa de salida a esta crisis en favor de la clase trabajadora,” añade la declaración.
Estas son mentiras cínicas. La salida para los trabajadores de España y del mundo no está en llamamientos a las burocracias sindicales, sino en movilizarse independientemente de los sindicatos, del gobierno del PSOE y Podemos y su atrezo pseudoizquierdista en la morenista CRT. Una estrategia de presionar a los sindicatos o los partidos nominalmente "de izquierdas" es un callejón sin salida para la clase trabajadora.
El Comité Internacional de la Cuarta Internacional y sus Partidos Socialistas por la Igualdad afiliados en cambio piden a los trabajadores que formen comités de base independientes por la seguridad en cada lugar de trabajo y en cada barrio, para luchar por una huelga general internacional para aplicar una respuesta científica a la pandemia. Hay que imponer inmediatamente una política de confinamiento domiciliario, con salario pleno para todos los trabajadores afectados, y hay que implementar condiciones genuinamente seguras para todos los trabajadores esenciales, bajo el control democrático de los propios trabajadores.
(Publicado originalmente en inglés el 3 de febrero de 2021)