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El grupo morenista Revolución Permanente respalda el Nuevo Frente Popular francés mientras este se alía con Macron

El grupo Morenista francés Revolución Permanente (RP), vinculado al Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) de Argentina y a Left Voice en Estados Unidos, apoya al Nuevo Frente Popular (NFP) de Jean-Luc Mélenchon, incluso cuando el NFP busca construir un gobierno con el presidente Emmanuel Macron. Esto desenmascara las pretensiones revolucionarias del RP. Es un partido de clase media que, al igual que el NFP, trabaja para bloquear la oposición de la clase trabajadora a Macron y sus políticas de guerra imperialista y de estado policial.

Jean-Luc Melenchon asiste a un mitin político el sábado 25 de mayo de 2024 en Aubervilliers, cerca de París. [AP Photo/ Aurelien Morissard]

La propia presentación de RP deja claro que el NFP es una organización mayoritariamente derechista, profundamente vinculada a Macron. Ciertas partes del NFP promueven abiertamente las políticas de Macron, pero todas son hostiles a un programa y a una estrategia revolucionarios. En su artículo titulado “Segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia: ni la extrema derecha ni los acuerdos con Macron” el RP escribe:

Al mismo tiempo, aunque denunciamos el proyecto del Nuevo Frente Popular, no ponemos a todos sus componentes en un plano de igualdad. Europa Ecología-Los Verdes y especialmente el Partido Socialista son organizaciones burguesas profundamente integradas en el régimen de la V República que, cuando estuvieron en el poder, estuvieron entre los mejores agentes del Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF por sus siglas en francés. NdT.). Mañana no dudarán en aplicar la misma política que el macronismo, si se presenta la oportunidad. No se les puede dar ningún voto.

Para las demás organizaciones que componen el NFP, las coordenadas locales y el contexto de la segunda vuelta pueden justificar un voto crítico para sus candidatos. Sin embargo, no debemos hacernos ilusiones sobre el papel de estas organizaciones, cuyo programa y estrategia no compartimos.

Pero es imposible conciliar la oposición revolucionaria a Macron y a los neofascistas con el apoyo al NFP. El NFP está tratando de formar una alianza de gobierno con Macron y, así, bloquear un movimiento de trabajadores y jóvenes contra Macron y la líder neofascista Marine Le Pen. No es difícil ver que esta decisión de ceder de nuevo a Le Pen el papel de oposición a Macron reforzará la posición electoral de los neofascistas.

El programa de la NFP, además, pide el envío de tropas francesas, presentadas como 'fuerzas de paz', a Ucrania y el refuerzo de la policía militar y las agencias de inteligencia francesas. El PS bajo Hollande llevó a cabo políticas de derechas, deportando a los romaníes y reprimiendo a los inmigrantes y musulmanes durante un estado de emergencia que suspendió los derechos democráticos básicos. El PS libró guerras neocoloniales en el Sahel y apoya explícitamente la guerra en Ucrania y el genocidio israelí en Gaza.

La guerra con Rusia dictó el calendario electoral con elecciones anticipadas en Francia y Gran Bretaña. Estas elecciones tuvieron lugar justo antes de la cumbre de la OTAN que se está llevando a cabo en Washington y que planea una intervención directa de la OTAN en Ucrania contra Rusia. Pero RP, que ha guardado silencio respecto a la planificación de la guerra imperialista y el apoyo del NFP a la guerra, es parte de la maquinaria mediática oficial que trata de adormecer a los trabajadores y jóvenes sobre la guerra.

RP admite que el NFP es hostil a la clase obrera, pero sin embargo se niega a oponerse a él. De hecho, el RP no representa a la clase obrera, sino a facciones de la clase media ligadas a las burocracias sindicales que, como el NFP, quieren imponer a los trabajadores alianzas debilitantes con los representantes políticos de la burguesía. Llamando a construir un frente de protestas sindicales que apoye a los partidos burgueses del NFP, RP escribe:

Dicho frente debería tratar de construir el contraataque desde abajo contra Macron y la extrema derecha, unificando las inmensas fuerzas de nuestra clase, con total independencia del régimen. Estas se han expresado en luchas desde 2016, a imagen de los millones de manifestantes y huelguistas que se opusieron a la reforma de las pensiones del gobierno Borne (ex primera ministra de Macron.) hace un año, y van mucho más allá de las fronteras del electorado del NFP.

Sin embargo, la movilización política revolucionaria de la clase obrera 'con total independencia del régimen' requiere precisamente oponerse a las fuerzas que, como el NFP, se presentan como 'amigos del pueblo' pero luego exigen que los trabajadores se inclinen ante los capitalistas.

La derrota de la lucha contra los recortes de pensiones de Macron muestra la bancarrota de la política de RP de llamar a movilizaciones a unos sindicatos vinculados a los partidos capitalistas. Dos tercios de los franceses querían detener los recortes y bloquear la economía a través de una huelga general, pero RP afirmó que la situación no era revolucionaria y que los trabajadores tenían que hacer experiencias con la democracia burguesa. RP se alineó con las burocracias sindicales que estrangularon la lucha, negándose a convocar protestas después de que el Consejo Constitucional aprobara los recortes de Macron.

No se puede entender el crecimiento del voto neofascista en la clase obrera sin entender el impacto de tales maniobras reaccionarias en la conciencia de los trabajadores. RP admite que la lucha contra los recortes de Macron movilizó a los trabajadores mucho más allá de los que votaron por el NFP. Para hablar claramente, muchos trabajadores que se declararon en huelga y marcharon contra los recortes de Macron votaron por la extrema derecha debido a la amargura y la rabia después de otra desmovilización sindical de la lucha contra la austeridad.

Sin embargo, RP justifica el apoyo al NFP con el argumento reaccionario de que la presencia estalinista en el NFP significa que los trabajadores deben reconocerlo como una organización de la clase obrera. Para justificar el llamamiento a un 'voto crítico' para el NFP, RP cita el papel del estalinista Partido Comunista Francés (PCF):

“Aunque el PCF ha participado como fuerza de apoyo en varios gobiernos de izquierda, este partido pretende formar parte del movimiento obrero y conserva una cierta base obrera heredada de su pasado, o de los pocos vínculos que ha mantenido con el sindicalismo. Sin embargo, está lejos de oponerse a la retórica del gobierno en materia de seguridad, xenofobia e islamofobia, que a veces incluso alimenta retomando estos temas. LFI, por su parte, ha mantenido en los últimos años una línea más firme de oposición al autoritarismo, al racismo de Estado y a la criminalización del apoyo a Palestina. Sin embargo, tiene una enorme responsabilidad en la operación política en curso, que está rehabilitando el centro político”

El discurso de apoyo al fstado policial del PCF y los llamamientos de Mélenchon hacia Macron justifican la oposición de la clase trabajadora, no su apoyo. El NFP y el estalinismo francés de la década de 2020 son profundamente diferentes del Frente Popular y el Partido Comunista de los años 30.

El movimiento trotskista se opuso correctamente al Frente Popular de 1934-1938 entre el burgués Partido Radical, el socialdemócrata SFIO y el PC estalinista. Bloqueó una lucha revolucionaria de la clase obrera por el poder estatal durante la huelga general de 1936, abriendo el camino para que la burguesía francesa colaborara con el nazismo. La burocracia estalinista francesa jugó un papel central en los asesinatos de Trotsky y otros líderes de la Cuarta Internacional.

Pero el PCF de hoy ha perdido totalmente la base obrera que tenía en los años 30 y en los años 70. Treinta años después de la disolución estalinista de la Unión Soviética, es una cáscara vacía, una burocracia pequeñoburguesa que estrangula a los trabajadores. Es por eso que puede adoptar abiertamente posiciones chovinistas de ley y orden, como admite RP, para aliarse con LFI mientras Mélenchon trabaja para rehabilitar a Macron.

Pero el apoyo 'crítico' a una alianza emergente Macron-Mélenchon no es una política 'antifascista'. Macron ha declarado sus simpatías por el dictador colaboracionista nazi y traidor convicto Philippe Pétain, a quien Macron llamó un 'gran soldado'. Como ministro del Interior, Macron nombró a Gérald Darmanin, un simpatizante de la ultraderechista Acción francesa que durante años ha liderado la violenta represión de huelgas y protestas, al tiempo que declaró que no le gusta ver alimentos halal o kosher.

Si el RP rechaza una política independiente para la clase trabajadora, es porque tiene la misma base de clase que la mayoría del NFP: capas de clase media acomodada en la academia y la burocracia sindical.

Hasta 2021, el RP era una facción dentro del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), una parte del cual también se ha unido al NFP. Al igual que los antepasados políticos pablistas del NPA, que rompieron con el trotskismo y con el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) en 1953, el RP está orientado al ascenso social dentro de las burocracias estalinistas. Para explicar en particular su orientación hacia su trabajo en la burocracia de la Confederación General del Trabajo (CGT), RP ha escrito:

En medio del declive del PCF en el seno de la CGT y de la crisis de reclutamiento, los jóvenes dirigentes sindicales pueden encontrarse con bastante rapidez al frente de las principales organizaciones y estructuras sindicales. Están surgiendo, además, en el contexto post-Chaleco Amarillo, que ha creado una crisis del sindicalismo, debilitando las barreras impuestas por la burocracia entre la actividad sindical y la política, dando forma así a una nueva generación de militantes de la clase trabajadora.

Todo revolucionario digno de ese nombre debe prestar la mayor atención a este fenómeno y tratar a toda costa de converger con esta nueva generación.

El estrangulamiento de la lucha del año pasado contra los recortes de pensiones de Macron, y ahora la integración del PCF y Mélenchon en el NFP y su orientación hacia Macron, desenmascara la bancarrota de la perspectiva esbozada por RP.

La guerra y la reacción fascista sólo pueden detenerse movilizando a la clase obrera independientemente de las burocracias estalinistas, en Francia y a nivel internacional, en la lucha contra el capitalismo. No se les detendrá en las urnas. Lo que se está preparando es un enfrentamiento explosivo entre la clase obrera y todo el establishment capitalista. El llamamiento vacío de RP a un apoyo 'crítico' para el NFP solo deja en claro que es muy consciente del papel antiobrero de las fuerzas a las que está apoyando.

El camino a seguir es construir un movimiento desde abajo, entre las bases, independientemente de las burocracias del NFP y también de sus partidarios de clase media como RP. La base política de tal lucha es la defensa por parte del CICI y su sección francesa, el Parti de l'égalité socialiste, de la herencia de la lucha de Trotsky por la revolución socialista internacional.

(Publicado originalmente en inglés el 11 de julio de 2024)

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