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Los grupos parlamentarios de la Unión Europea se preparan para colaborar con la extrema derecha antes de las elecciones europeas

A cinco semanas de las elecciones europeas, que se celebrarán del 6 al 9 de junio, los principales representantes de la Unión Europea (UE) se preparan para establecer una estrecha cooperación con los partidos de extrema derecha. Hasta ahora, los grupos parlamentarios de los conservadores, liberales y socialdemócratas —y en parte también los Verdes— han tomado las decisiones importantes y se han repartido puestos clave entre ellos. Pero la extrema derecha va a jugar un papel importante después de las elecciones, tanto en el Parlamento Europeo como en la Comisión Europea. El tan cacareado 'cortafuegos' o 'cordón sanitario' en torno a la extrema derecha, que siempre ha sido una ficción, caerá definitivamente.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, martes 23 de abril de 2024. [AP Photo/Jean-Francois Badias]

Dos acontecimientos ocurridos en los últimos días lo han dejado claro. El pasado fin de semana, un conclave de la extrema derecha internacional se reunió en Budapest bajo el patrocinio del primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Luego, el lunes, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, puso sobre la mesa una posible cooperación con el grupo de partidos Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que incluye el partido Fratelli d'Italia de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, Vox de España, el Partido Ley y Justicia de Polonia (PiS) y los Demócratas de Suecia, entre otros.

Tres mil participantes de los cinco continentes viajaron a Budapest para asistir a la conferencia de la rama húngara del Comité de Acción Política Conservadora (CPAC). El presidente del partido Vox español, Santiago Abascal, estuvo allí, al igual que Geert Wilders, del Partido por la Libertad holandés (PVV), y Tom van Grieken, del Vlaams Belang belga. Por parte de la Agrupación Nacional (RN) francesa, asistió el exjefe de la agencia de fronteras de la UE, Frontex, y candidato a las elecciones europeas por el partido de Marine le Pen, Fabrice Leggeri.

La Lega Italiana y los Fratelli d'Italia también enviaron representantes. Alemania estuvo representada por el ex jefe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, la principal agencia de espionaje nacional del país, Hans-Georg Maassen, quien fundó su propio partido de extrema derecha, la Unión de Valores. André Ventura, del Chega portugués, y el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, enviaron mensajes de video. El expresidente brasileño Jair Bolsonaro envió a su hijo Eduardo.

Además de los dos actuales jefes de Gobierno, Orbán y el georgiano Irakli Kobakhidze, participaron tres ex primeros ministros: Mateusz Morawiecky de Polonia, Janez Janša de Eslovenia y Tony Abbott de Australia. Dos ministros vinieron de Israel: Amichai Chikli, responsable de los asuntos de la diáspora, y el ministro de Inteligencia, Gila Gamliel. En su genocidio de los palestinos, el régimen de Benjamín Netanyahu puede contar con el apoyo incondicional de la extrema derecha europea, la cual está plagada de antisemitas.

Inmerso en una mezcla reaccionaria de elogios al slogan 'Dios, familia, patria' e incitaciones contra la ciencia, el aborto, el movimiento LGBTQ, el liberalismo y el comunismo, la conferencia del CPAC se presentó como la voz del orden en tiempos de 'caos'.

“La hegemonía liberal ha hecho del mundo un lugar peor. Ha instigado la guerra, donde había paz, ha traído el caos, donde había orden, quiere acabar con países y familias, y quiere borrar a nuestras naciones de la faz de la tierra,” explicó Orbán en su discurso de apertura.

Fanfarroneó de los albores de un 'orden mundial soberanista' en el que 'los intereses nacionales determinan el movimiento de los estados' y 'cada nación independiente actúa sobre la base de sus propios intereses nacionales'.

'No todas las ONG posibles, las grandes empresas, los centros mediáticos, los expertos sospechosos y los académicos poco fiables dirán lo que es correcto y lo que hay que hacer, sino los representantes y políticos elegidos popularmente', añadió. La palabra 'führer' habría sido más apropiada.

Al día siguiente de esta repulsiva conferencia, Ursula von der Leyen, que busca otro mandato como presidenta de la Comisión, aceptó cooperar con la extrema derecha. Durante un debate en Maastricht, no respondió 'sí' a la pregunta de si excluiría la cooperación con el grupo ECR como de costumbre, sino que respondió: 'Depende en gran medida de la composición del Parlamento y de quién esté en qué grupo'.

Von der Leyen, la principal candidata del conservador Partido Popular Europeo (PPE), estaría dispuesta a ser reelegida como jefa de la Comisión con los votos de la extrema derecha. Ni que decir tiene que exigirán un precio en forma de concesiones políticas y puestos importantes en la UE.

Las encuestas proyectan un importante fortalecimiento de la extrema derecha en las elecciones europeas. Los dos grupos de extrema derecha, Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) e Identidad y Democracia (ID), esperan ganar una cuarta parte de los escaños. En lugar de los 126 del actual Parlamento, podrían ganar 165 de los 710 escaños. Además, hay 12 diputados del partido gobernante húngaro Fidesz, que actualmente no están adscritos pero que podrían unirse al ECR.

Especialmente en Italia, donde la extrema derecha de Giorgia Meloni forma gobierno, en los Países Bajos, donde Geert Wilders ganó las últimas elecciones parlamentarias, en Alemania, donde Alternativa para Alemania (AfD) ocupa el segundo lugar en las encuestas, y en Francia, se espera un aumento significativo de la extrema derecha. En Francia, la Agrupación Nacional está alrededor de un 14 por ciento por delante del partido Renacimiento del presidente Emmanuel Macron, a quien Marine Le Pen quiere reemplazar como jefa de Estado en las próximas elecciones presidenciales.

La Agrupación Nacional, que espera obtener 27 diputados, es el partido más fuerte de ID. El grupo también incluye a la AfD alemana, el FPÖ austriaco, la Lega italiana y otros partidos. Dado que algunos de estos partidos son más favorables a Rusia y rechazan a la UE, la cooperación entre ellos y los conservadores es menos probable. Sin embargo, las facciones también podrían reagruparse o volver a formarse. Se especula que Agrupación Nacional se cambiará a ECR o creará su propia facción.

¿Cómo se puede detener a la extrema derecha?

La responsabilidad del crecimiento de la extrema derecha recae enteramente en los partidos que actualmente determinan la política de la UE. La idea de que el ascenso de la extrema derecha puede detenerse votando por estos partidos —'de izquierda', verdes, socialdemócratas, liberales y conservadores— es una ilusión peligrosa. La realidad es la contraria. La lucha contra la extrema derecha no es una cuestión de aritmética electoral, sino de dinámicas de clase.

El peligro de una tercera guerra mundial nuclear nunca ha sido tan grande como lo es hoy en día. Para satisfacer su hambre de beneficios, materias primas y mercados, la UE y sus Estados miembros están dispuestos una vez más a cometer los peores crímenes. Con 172.000 millones de euros, han invertido más dinero que Estados Unidos para alimentar la guerra de Ucrania contra Rusia. Apoyan el terrible genocidio en Gaza y junto a los Estados Unidos están cercando militarmente a China.

Trasladan los costos de la guerra y el militarismo a la clase obrera y a la juventud. A medida que la riqueza de los multimillonarios se dispara, los salarios reales y los beneficios sociales se hunden. Cientos de miles de personas están perdiendo sus empleos. La educación y la sanidad están siendo recortadas hasta los huesos, todas las protecciones contra la COVID-19 y otras pandemias han sido sacrificadas para obtener beneficios. La destrucción del medio ambiente avanza a un ritmo acelerado.

Millones de trabajadores, agricultores y jóvenes se han declarado en huelga o han salido a las calles para protestar contra el genocidio en Gaza, el aumento del precio de la gasolina, la caída de los ingresos y esto avanza cada vez más rápido. Pero las luchas y protestas de los trabajadores son regularmente sofocadas por los sindicatos o limitadas por grupos pseudoizquierdistas a apelaciones impotentes a los gobernantes.

Para reprimir la creciente resistencia, la élite gobernante necesita a la extrema derecha y a los fascistas. Sus partidos crean el clima político reaccionario en el que pueden florecer las semillas del fascismo, adoptan el programa de la extrema derecha, lo ponen en práctica y trabajan estrechamente con ella en el proceso. En ninguna parte es esto más evidente que en la brutal represión de las protestas en Gaza y la persecución de los refugiados. Esto crea las condiciones para el establecimiento de un estado policial dirigido contra toda la clase obrera.

La presidenta de la Comisión, Von der Leyen, lleva mucho tiempo trabajando en estrecha colaboración con Giorgia Meloni, que también es presidenta de ECR. Junto con Meloni, visitó Túnez para sobornar al gobernante autoritario Kais Saied y así impedir por la fuerza que los refugiados abandonen el país. Con la ayuda de Meloni, hizo cumplir el reciente endurecimiento de la ley europea de asilo, en contra de la cual hubo unas pocas docenas de votos disidentes desde su propio campo.

El líder del Partido Popular Europeo y su grupo parlamentario, Manfred Weber, miembro de la Unión Social Cristiana de Baviera, ya apoyó la campaña electoral de su aliado de partido Silvio Berlusconi en Italia en 2022 y, por tanto de esta manera, la elección de Meloni. Mientras tanto, mantiene un estrecho contacto con la jefa de gobierno italiana y ha tratado de asegurar su apoyo a la cooperación entre el ECR y el PPE. Las únicas condiciones que pone a la extrema derecha son: para la UE, para Ucrania y para el 'Estado de derecho', con lo que se refiere al establecimiento de un Estado policial.

Los sindicatos y los partidos pseudoizquierdistas que representan a la clase media adinerada juegan un papel particularmente despreciable en el crecimiento de la derecha. Los sindicatos apoyan plenamente la política bélica de la UE. Frente a los crecientes conflictos de clase, su tarea principal es preservar la 'paz social', es decir, suprimir la lucha de clases. De esta manera, paralizan a la única fuerza social que puede enfrentar a los fascistas.

Los partidos pseudoizquierdistas han demostrado ser firmes opositores de la clase obrera dondequiera que han sido llevados a posiciones gubernamentales por una ola de oposición. Esto se aplica tanto a Syriza en Grecia como a Podemos en España y al Partido de la Izquierda Alemán.

Cuando Syriza ganó las elecciones en 2015 basándose en su rechazo de los dictados de austeridad de la UE y encabezó el gobierno con Alexis Tsipras, el partido se vio obligado a elegir entre la voluntad de los votantes y los dictados de la UE. Syriza eligió a la UE e implementó un severo programa de austeridad que llevó a millones de personas a la pobreza extrema y allanó el camino para que la derecha volviera al poder.

Yanis Varoufakis, que entonces era ministro de Finanzas griego, compite ahora en las elecciones europeas con el partido DiEM25 (o MERA25). Pronunció algunas frases radicales y prometió la 'democratización' de Europa. ¡Qué tontería! La UE no puede ser 'democratizada'. Los intereses de la mayoría ya no son compatibles con la codicia por los beneficios y los esfuerzos imperialistas de la clase dominante.

Las masas deben intervenir independientemente en las cuestiones políticas, romper el poder de los bancos y las corporaciones y ponerlos bajo control democrático. La UE debe ser abolida y sustituida por los Estados Unidos Socialistas de Europa. Ningún gran problema social puede resolverse sin eliminar el sistema capitalista y reemplazarlo por uno socialista en el que las necesidades de la sociedad tengan prioridad sobre los intereses de lucro de los súper ricos.

El Partido Socialista por la Igualdad de Alemania (SGP) promueve este programa en las elecciones europeas. Lucha por el desarrollo de un movimiento socialista de la clase obrera con conciencia de clase. Como sección alemana del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, trabaja en estrecha colaboración con sus organizaciones hermanas en Europa y en todo el mundo.

(Publicado originalmente en inglés el 3 de mayo de 2024)

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