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Perspectiva

El genocidio israelí en Gaza y el resurgimiento de la barbarie imperialista

Un hombre palestino se lamenta junto al cuerpo de un familiar muerto en un bombardeo israelí, Hospital Al-Shifa en la ciudad de Gaza, 5 de noviembre de 2023 (AP Photo/Abed Khaled)

Frente a las protestas de masas que han involucrado a millones en todo el mundo, el Gobierno israelí está escalando su asalto genocida contra Gaza.

A lo largo del viernes, Israel bombardeó e incendió hospitales en la ciudad de Gaza, que está siendo sometida a una invasión de las fuerzas israelíes. Israel atacó seis hospitales, incluyendo dos hospitales de niños, en 24 horas.

El director del Hospital Al-Shifa, Muhammad Abu Salmiya dijo a Al Jazeera: “Este día fue un día de guerra contra los hospitales”. Esto incluyó un ataque directo al portón de entrada de Hospital Al-Shifa, donde miles de refugiados estaban albergándose. Varios videos compartidos en línea muestran el uso de fósforo blanco contra el hospital, una flagrante violación del derecho internacional.

Las acciones del régimen de Netanyahu están siendo coordinadas y cuentan con el apoyo de Estados Unidos y las potencias de la OTAN, en particular de la Administración de Biden, que ha rechazado repetida e insistentemente un alto el fuego y cualquier límite o condición a las acciones de Netanyahu.

La semana pasada, el presidente estadounidense Joe Biden declaró que “no hay posibilidades” de un alto el fuego. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, reiteró que no existen límites o “líneas rojas” en relación con la matanza de civiles por parte de Israel. “Eso sigue siendo así”, dijo Kirby. “También es cierto que los ataques aéreos continúan, y también es cierto que hay civiles que mueren en esos ataques aéreos”.

Los llamamientos a un alto el fuego han sido rechazados por toda la élite política, incluido, y no es de extrañar, el despreciable farsante político, el senador por Vermont Bernie Sanders.

Los acontecimientos del mes pasado están radicalizando a millones de personas en todo el mundo, lo que se ha reflejado en las manifestaciones masivas contra el genocidio de Israel. El desarrollo de este movimiento requiere una comprensión de las causas subyacentes de la atrocidad imperialista.

El apoyo universal de EE.UU. y la OTAN a las acciones homicidas del régimen israelí es una extensión y profundización de 30 años de guerra interminable, encabezada por EE.UU. El imperialismo estadounidense y la alianza de la OTAN vieron la disolución de la Unión Soviética en 1990-91 como una oportunidad para utilizar su poderío militar superior para volver a colocar grilletes al antiguo mundo colonial.

En 1991, en respuesta a la guerra del golfo Pérsico, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional organizó la Conferencia de los Trabajadores contra la Guerra Imperialista y el Colonialismo en Berlín. La convocatoria de la conferencia, ¡Opónganse a la guerra imperialista y al colonialismo!”, explicaba la ofensiva imperialista contra Irak.

Todas las grandes tareas históricas y políticas que afrontaron la clase obrera y las masas oprimidas a principios del siglo XX se presentan hoy en su forma más descarnada. El salvaje bombardeo de Irak y la virtual destrucción de su infraestructura industrial marcan el comienzo de una nueva erupción de la barbarie imperialista. El capitalismo no puede sobrevivir sin esclavizar y destruir a millones...

Esta partición en curso y de facto de Irak señala el comienzo de un nuevo reparto del mundo a manos de los imperialistas. Las colonias de ayer volverán a ser subyugadas. Las conquistas y anexiones que, según los apologistas oportunistas del imperialismo, pertenecían a una época pasada, vuelven a estar a la orden del día.

Subrayando este punto, en un informe al Congreso Nacional Extraordinario de la Workers League en 1991, convocado para discutir la guerra del golfo Pérsico, David North, entonces secretario nacional de la Workers League (predecesora del Partido Socialista por la Igualdad en Estados Unidos), concluyó:

[La guerra del golfo Pérsico] marca el comienzo de un nuevo reparto imperialista del mundo. El fin de la era de la posguerra significa también el fin de la era poscolonial. Cuando proclama el “fracaso del socialismo”, la burguesía imperialista también está proclamando, en la práctica si bien aún no verbalmente, el “fracaso de la independencia” también.

La primera guerra contra Irak fue seguida por una erupción de violencia imperialista. A lo largo de los años noventa, las potencias imperialistas orquestaron la división de Yugoslavia, culminando en la campaña de bombardeo de 1998 contra Serbia. Estados Unidos luego utilizó los atentados del 11 de septiembre de 2001 como un pretexto para lanzar la “guerra contra el terrorismo”, que incluyó la invasión de Afganistán y la segunda guerra contra Irak, que se cobraron más de un millón de vidas.

Estados Unidos lanzó una campaña incesante de asesinatos, torturas y secuestros en todo Oriente Próximo, cuya expresión más horrible fue la tortura de prisioneros en la cárcel de Abu Ghraib. A ello siguieron, bajo la Administración de Obama, la guerra contra Libia y la guerra civil en Siria respaldada por la CIA.

Para justificar sus propios crímenes contra la población de Gaza, los funcionarios israelíes han señalado el precedente sentado por Estados Unidos en el marco de la “guerra contra el terrorismo”. Los crímenes de guerra del pasado se están utilizando para justificar los crímenes de guerra del presente.

Al mismo tiempo, el apoyo abierto a las acciones genocidas pretende sentar el precedente para el futuro. En el contexto de la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia en Ucrania y los preparativos para la guerra contra Irán y China, las potencias imperialistas están dejando claro que no hay “líneas rojas” que no vayan a cruzar.

La guerra en el extranjero es al mismo tiempo una guerra contra la clase obrera en casa.

En su obra de 1916 El imperialismo y la escisión del socialismo, Lenin definió el imperialismo como “la reacción en toda la línea”. Tanto en la guerra como en la política interior, explicó, “el capital financiero lucha por la dominación, no por la libertad... La diferencia entre la burguesía imperialista democrática-republicana y la reaccionaria-monárquica se borra precisamente porque ambas se pudren vivas”.

El genocidio de Israel en Gaza va acompañado de un giro abierto hacia la represión y la censura estatales. El mes pasado, el Congreso aprobó por abrumadora mayoría una resolución acusando a los estudiantes que se oponen a las acciones de Israel de “antisemitismo” y “solidaridad con terroristas”. En Florida, los grupos estudiantiles palestinos fueron prohibidos y la Universidad de Columbia anunció el viernes que los grupos Estudiantes por Justicia en Palestina y Voz Judía por la Paz perderán su estatus de grupos estudiantiles y no podrán celebrar eventos en el campus.

Alemania, Francia y Reino Unido han prohibido las manifestaciones y están llevando a cabo arrestos masivos. El vicecanciller alemán Robert Habeck amenazó a los inmigrantes musulmanes que se pronuncien en contra del genocidio israelí con arrestos y deportaciones.

Estas medidas no solo van dirigidas contra las protestas por los crímenes de Israel, sino también contra toda oposición a las políticas de la élite dominante. Ante un creciente movimiento huelguístico, las clases dominantes de las potencias imperialistas están recurriendo a la guerra y a la represión interna.

La irrupción de la guerra, el genocidio y la represión política no son una aberración. El imperialismo, como señaló Lenin, no es simplemente una política, sino más bien una etapa histórica específica del desarrollo capitalista. La oposición al imperialismo es, por tanto, una cuestión revolucionaria.

No se trata de apelar a los Gobiernos capitalistas responsables de estos crímenes para que cambien de rumbo, sino de orientarse a la clase obrera, fusionando la lucha contra la guerra con las luchas en curso de los trabajadores de todo el mundo contra la desigualdad y la explotación. Esto incluye acciones de huelga para detener el envío de armas a Israel y el desarrollo de un movimiento por una huelga general política para exigir el fin de la matanza en Gaza.

La lógica de estas luchas es la conquista del poder político por la clase obrera, la expropiación de los oligarcas capitalistas y criminales de guerra, y la reorganización socialista de la vida económica a escala mundial.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de noviembre de 2023)

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