Este discurso fue pronunciado por el secretario nacional del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.), Joseph Kishore, el jueves en la Universidad Estatal Wayne durante un mitin organizado conjuntamente por los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social y los Estudiantes por Justicia en Palestina.
Lo que está ocurriendo en este momento en Gaza es un genocidio. No hay que andarse con rodeos. Una población de más de dos millones está siendo sistemáticamente bombardead, asesinada, privada de alimentos y atención médica, y expulsada de sus hogares.
Cada día trae nuevas atrocidades, nuevos crímenes de guerra. Esta semana, el bombardeo del campamento de refugiados de Jabalia, por tercer día consecutivo, ha matado a casi 200 personas.
Hoy, los aviones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) también bombardearon el campamento de refugiados de Bureij, ubicado al sur de la línea de evacuación, desmintiendo que los palestinos que evacuaran del norte estarían “seguros”. El ejército israelí también atacó una escuela de la ONU que está albergando a miles de refugiados y niños, incluyendo a muchos huérfanos, con bombas de fósforo blanco que son ilegales según el derecho internacional.
Ya se registran más de 9.000 muertes, incluyendo de casi 3.700 niños y 2.300 mujeres. Cada 10 minutos, muere un niño palestino. Desde el 7 de octubre, se han arrojado más de 25 kilotones de explosivos sobre la Franja de Gaza, cuya área es similar a la de la ciudad de Detroit, de 365 kilómetros cuadrados. Esto equivale a casi el doble de la potencia de la bomba atómica arrojada por Estados Unidos en Hiroshima.
Este crimen monstruoso está siendo llevado a cabo a plena vista de todo el mundo. Los perpetradores no solo incluyen el Gobierno el Netanyahu y los fascistas que lo componen, sino también el Gobierno de Biden y sus contrapartes en el eje EE.UU.-OTAN.
Acusamos a Biden de crímenes de guerra. El Gobierno de Biden ha rechazado un cese al fuego. Ha declarado que las acciones de Israel no deben estar sujetas a ningún límite. Ha declarado que “no pone condiciones” al uso israelí de las armas estadounidenses. Está exigiendo $105 mil millones para financiar el genocidio israelí y la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia.
Es bombardeado el Hospital Al-Ahli Arabi, matando a 500 personas, y Biden viaja a Tel Aviv el día siguiente para abrazar a Netanyahu y sacudir su mano. El día de mañana, tras el bombardeo de Jabalia, el secretario de Estado, Antony Blinken viajará a Tel Aviv para declarar el apoyo pleno de Estados Unidos a Israel.
Si han de organizarse procesos judiciales de crímenes de guerra y violaciones al derecho internacional, y así debe ser, Biden y Blinken, junto a Sunak, Macron, Scholz, Meloni y otros líderes del eje E.UU.-OTAN deben aparecer junto a Netanyahu en la banca de acusados.
Que ya no se vuelva a hablar de que el ejército estadounidense promueve los “derechos humanos” y defiende la “democracia” en ninguna parte del mundo
Durante tres décadas, el imperialismo estadounidense ha librado una guerra tras otra, contra Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria, todas ellas justificadas sobre la base de mentiras. La guerra por delegación de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania y la guerra en Gaza son dos elementos de una guerra global cada vez más amplia. No se trata solo de un conflicto entre Estados nación. Como demuestra el genocidio en Gaza, es una guerra contra toda oposición a la ilimitada dominación del imperialismo.
Los trabajadores y los jóvenes no se están quedando de brazos cruzados. En todo el mundo, millones de personas han salido a la calle para denunciar este genocidio. En estas protestas han participado trabajadores y jóvenes de todas las razas, nacionalidades, religiones y etnias. Muchos judíos han participado, denunciando al Gobierno de Netanyahu y rechazando la vil calumnia de que oponerse al genocidio de Israel es antisemita.
Los aquí reunidos representan a los millones, las decenas de millones, los cientos de millones de personas de todo el mundo que se oponen a las acciones de Israel y a la guerra imperialista más amplia de la que forma parte. Deben celebrarse protestas como ésta en todas las ciudades, en todos los campus universitarios, en todos los países del mundo.
Pero debemos entender que no solo estamos luchando contra el Gobierno de Netanyahu, sino contra el imperialismo estadounidense, el eje EE.UU.-OTAN. Estamos luchando contra una élite capitalista gobernante que está librando una guerra aquí en casa y en el extranjero.
El Gobierno estadounidense está controlado por dos partidos, que representan los intereses de los ricos. Los republicanos están controlados por fascistas que, bajo la dirección de Trump, intentan anular la Constitución e instaurar una dictadura. Pero el Partido Demócrata prosigue esta guerra. La Administración de Biden está apoyando este genocidio. Todos los que insistieron en que es necesario apoyar al Partido Demócrata como el “menos mal”, todos los que afirmaron que el Partido Demócrata puede ser reformado, han quedado en evidencia. Esta opción “menos mala” es cómplice del genocidio en Gaza.
Nuestro objetivo no debe ser presionar a los perpetradores y cómplices del genocidio, los Estados capitalistas del eje EE.UU.-OTAN. Por el contrario, debemos dirigirnos a la clase obrera, esa fuerza social que produce toda la riqueza de la sociedad. La guerra es una guerra contra la clase obrera, y es la clase obrera la que debe dirigir la lucha contra la guerra.
Esto incluye a los trabajadores de Israel y de todo Oriente Próximo. La atrocidad de Gaza también ha demostrado que la supuesta solución de “dos Estados” es una farsa. Por si alguna vez hubo alguna duda, demuestra que la existencia de un régimen de apartheid solo es posible sobre la base del genocidio. Los intereses de los trabajadores árabes, y los intereses de los trabajadores judíos, solo pueden garantizarse mediante la disolución del actual Estado de Israel y su sustitución por un Estado multinacional, con plenos derechos democráticos y sociales para judíos y árabes, como parte de una federación socialista de Oriente Próximo.
La clase dominante tiene miedo. El nivel de mentiras en los medios de comunicación es proporcional al temor. Recurren a la propaganda y la represión, incluidas las escandalosas acusaciones de antisemitismo provenientes de aquellos que apoyan abiertamente a los nazis en Ucrania, porque saben que las masas obreras a nivel mundial están en contra de sus acciones criminales. Pero esta oposición debe ser movilizada y dirigida políticamente.
El Partido Socialista por la Igualdad y los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social apoyan las acciones de la clase obrera para detener el envío de cualquier artículo a Israel que pueda tener cualquier uso militar concebible. El poder social masivo de la clase obrera internacional debe movilizarse en una huelga general política para paralizar la producción y detener este genocidio.
Instamos a todos los aquí presentes a organizar delegaciones que vayan a las fábricas, a los centros de trabajo, a las escuelas secundarias para conectar la lucha contra el genocidio de Israel con las luchas en desarrollo de los trabajadores de todo el mundo contra la desigualdad y la explotación.
Lo que estamos presenciando en Gaza es la barbarie imperialista y capitalista en su forma más brutal. Únicamente puede detenerse mediante un movimiento de masas de los trabajadores de todo el mundo. ¡Alto al genocidio en Gaza! ¡No a la guerra imperialista! ¡Rompan con los demócratas y republicanos! ¡Acaben con la desigualdad y la explotación capitalista! ¡Por la igualdad social, por el socialismo! ¡Paremos el genocidio en Gaza, movilicemos a la clase obrera!
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(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de noviembre de 2023)