La siguiente conferencia fue impartida por Keith Jones, secretario nacional del Partido Socialista por la Igualdad (Canadá), en la escuela internacional de verano del SEP (EE. UU.), celebrada entre el 30 de julio y el 4 de agosto de 2023. Todas las conferencias están disponibles aquí.
Introducción
En enero de 1961, los trotskistas británicos iniciaron la lucha contra la adopción cada vez más explícita por parte del Socialist Workers Party (SWP, Partido Socialista de los Trabajadores) de los Estados Unidos de las posiciones pablistas y de las propuestas organizativas del Secretariado Internacional pablista.
Estos fueron algunos de los puntos clave que plantearon en una carta a los dirigentes del SWP:
Primero, que “Cualquier retirada de la estrategia de independencia política de la clase trabajadora y de la construcción de partidos revolucionarios adquirirá la importancia de un error histórico mundial por parte del movimiento trotskista”.
Y segundo, y muy vinculado al primero, “Es hora de poner fin al período en el que el revisionismo pablista fue considerado como una tendencia dentro del trotskismo”.[1]
En los dos años y medio transcurridos entre su carta del 2 de enero de 1961 al Comité Nacional del Socialist Workers Party de los Estados Unidos y el congreso de reunificación pablista de junio de 1963, la Socialist Labour League (SLL, Liga Socialista de Trabajadores) británica amplificó y elaboró teóricamente estas advertencias: la reunificación sin principios del SWP con los pablistas resultaría, afirmó, en desastres políticos para la clase obrera.
Esta evaluación fue confirmada, trágicamente, apenas 12 meses después, en la forma de la “Gran Traición” en Ceilán, actualmente conocida como Sri Lanka. El 9 de junio de 1964, en medio de una inmensa crisis en la isla preñada de posibilidades revolucionarias, el pablista Partido Lanka Sama Samaja, o LSSP, entró en el Gobierno del Partido de la Libertad de Sri Lanka de Madame Sirimavo Bandaranaike. Esta fue la primera vez que un partido que decía ser trotskista e históricamente asociado con la Cuarta Internacional entraba en un Gobierno burgués.
El Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) reconoció inmediatamente la importancia histórica mundial de esta traición. Gerry Healy viajó a Colombo y trató de intervenir en el Congreso del LSSP de junio de 1964, donde se decidió entrar en la coalición.
En una declaración del 5 de julio de 1964, el CICI sacó la siguiente conclusión fundamental sobre el papel contrarrevolucionario del pablismo y la urgencia de colocar la batalla contra su política liquidacionista en el centro de la lucha por resolver la crisis de dirección revolucionaria a través de la construcción de partidos revolucionarios de la clase obrera, es decir, secciones del CICI.
La entrada de los miembros del LSSP en la coalición de Bandaranaike –dice la declaración— marca el final de toda una época de la evolución de la Cuarta Internacional. El revisionismo en el movimiento trotskista mundial ha encontrado su expresión en el servicio directo al imperialismo, en la preparación de una derrota de la clase obrera.[2]
Las lecciones de la lucha contra la reunificación y su confirmación en un sentido negativo en Ceilán estuvieron necesariamente en el seno del desarrollo posterior del CICI y condujeron directamente a la fundación de nuevas secciones del CI en los Estados Unidos y Sri Lanka, respectivamente, la Workers League (Liga Obrera) y la Revolutionary Communist League (RCL, Liga Comunista Revolucionaria).
Los orígenes de la Workers League se remontan a la minoría en el SWP liderada por Tim Wohlforth que, a partir de 1961, colaboró con el CICI y trabajó bajo su disciplina para oponerse a la reunificación con los pablistas. Pero los acontecimientos en Sri Lanka y sus lecciones fueron, como mostraremos, fundamentales en la clarificación política y la cristalización de la minoría pro-CICI y la fundación de la Workers League.
El SWP se había opuesto a Pablo en 1953, solo para romper con el CICI y volver a unirse con los pablistas en 1963, basándose en una perspectiva antitrotskista común y la supresión de toda discusión sobre las diferencias que habían llevado a la división una década antes. En Ceilán, por el contrario, nunca había habido una sección del CI ni una sección simpatizante. En 1953-54, el LSSP había tomado una posición ambivalente en la lucha contra Pablo, eligiendo finalmente permanecer dentro de la “Cuarta Internacional” pablista y prestar su prestigio a Pablo y al Secretariado Internacional a cambio de la libertad de seguir una política nacional-oportunista cada vez más explícita.
Tanto en los Estados Unidos como en Sri Lanka, la intervención de la SLL resultaría decisiva para concebir y proporcionar una orientación y un programa trotskistas genuinos a las fuerzas opuestas a la traición pablista contra la revolución permanente y contra la lucha por la independencia política y la hegemonía de la clase obrera. En ambos casos, antes de que pudieran surgir nuevos partidos trotskistas, la Workers League y la RCL, fue necesario un período de clarificación política y separación de las fuerzas pequeñoburguesas que afirmaban oponerse a la reunificación en el caso del SWP y a la Gran Traición en el caso de Sri Lanka.
La primera parte de esta conferencia examinará cómo el oportunismo pablista condujo a la Gran Traición del LSSP, su impacto y significado, y el empeño del CICI para extraer lecciones para la clase obrera de Sri Lanka y del mundo.
Una segunda parte, más corta, revisará los orígenes del Partido Socialista por la Igualdad (PSI) de los Estados Unidos en el surgimiento, la diferenciación política y la cristalización de una minoría pro-CICI en la lucha contra la capitulación del SWP ante el oportunismo pablista.
Los acontecimientos de Ceilán —sus causas, importancia y lecciones políticas— fueron cruciales en este proceso. Fueron críticos, como lo mostrará esta conferencia, tanto para la formación del Comité Estadounidense por la Cuarta Internacional en 1964 y, dos años luego, para la Workers League, que se convirtió en el Partido Socialista por la Igualdad en 1995.
En julio de 1964, el mencionado Wohlforth y ocho miembros, incluido Fred Mazelis, que sigue siendo un líder del PSI estadounidense hasta el día de hoy, fueron expulsados del SWP por llamar a una discusión interna del partido sobre los acontecimientos en Ceilán/Sri Lanka y su importancia para el movimiento trotskista mundial. Ellos formarían el Comité Estadounidense por la Cuarta Internacional. En noviembre de 1966, después de un nuevo período de diferenciación política con respecto a otro grupo que había surgido en el SWP y que decía estar de acuerdo con el CICI, los nacionalistas pequeñoburgueses de la Spartacist League (Liga Espartaquista), el Comité Estadounidense por la Cuarta Internacional se convirtió en la Workers League.
Antes de examinar la traición pablista en Ceilán/Sri Lanka, quiero hacer una observación más. El LSSP desempeñó un papel importante en la reunificación. A fines de la década de 1950, sirvió como un instrumento para que los pablistas sondearan políticamente al SWP. A principios de la década de 1960, cuando Hansen y los líderes del SWP buscaban provocar una estampida entre sus miembros hacia la reunificación con los pablistas, promocionaron al LSSP como el ejemplo de los “partidos trotskistas de masas” que buscaban construir en oposición a los “sectarios” y “dogmáticos conservadores” del CICI.
La revolución permanente y las bases principistas del trotskismo en el sur de Asia
El surgimiento del Partido Lanka Sama Samaja como un partido trotskista y el principal partido de la clase obrera de Ceilán es una cuestión compleja. Esta historia se discute necesariamente en detalle en el documento de Las bases históricas e internacionales del SEP de Sri Lanka, que insto encarecidamente a los camaradas a estudiar cuidadosamente.
Aquí, solo puedo hacer algunas observaciones breves pero cruciales. En su fundación en 1935, el LSSP era una organización nacionalista radical opuesta al dominio del imperialismo británico sobre la isla con la complicidad de la corrupta burguesía nacional. Fue dirigido por jóvenes, muchos de ellos simpatizantes del trotskismo, que se habían encontrado con el marxismo y la política revolucionaria mientras estudiaban en el extranjero. Los principales entre ellos fueron Colvin de Silva, Philip Gunawardena, Leslie Goonewardene y N.M. Perera.
El rápido descenso hacia la guerra mundial a fines de la década de 1930 y la política contrarrevolucionaria del Frente Popular de los estalinistas, que incluía llamamientos descarados para que los pueblos coloniales se acomodaran a los imperios británico y francés, impulsaron a la dirección del LSSP a recurrir más explícitamente al trotskismo y a la Cuarta Internacional.
La “Carta abierta a los trabajadores de India” escrita por Trotsky en julio de 1939 fue una respuesta a los esfuerzos de los líderes del LSSP que simpatizaban con la Cuarta Internacional (conocidos como el grupo “T”) para establecer contacto directo con Trotsky. Sería su última gran elaboración de la perspectiva de la Revolución Permanente con respecto a India, que Trotsky había descrito en otra parte como el país colonial clásico.
Anticipando que la venidera Segunda Guerra Mundial daría un poderoso impulso a la revolución democrática en India, Trotsky declaró:
La burguesía india es incapaz de dirigir una lucha revolucionaria. Está estrechamente ligada al imperialismo británico y depende de éste. Tiembla por sus propiedades. Teme a las masas. Busca compromisos con el imperialismo británico, no importa el precio, y adormece a las masas indias con esperanzas de reformas otorgadas desde arriba… Solo el proletariado es capaz de impulsar un programa agrario audaz, revolucionario, de despertar y movilizar a decenas de millones de campesinos y dirigirlos en la lucha contra los opresores nativos y el imperialismo británico. La alianza de obreros y campesinos pobres es la única alianza honesta y viable para garantizar la victoria final de la revolución india.[3]
La “Carta abierta” de Trotsky proporcionó una orientación estratégica a los mejores elementos dentro del LSSP. Durante los siguientes dos años y medio, el LSSP sería políticamente reformado y refundado, dejando de ser una organización nacionalista radical con sede en Ceilán y transformándose en un genuino partido trotskista que luchaba por ganar a la clase obrera en todo el sur de Asia al programa de la Revolución Permanente.
El primer paso decisivo en este proceso fue la expulsión de una facción proestalinista en sus filas en diciembre de 1939. Posteriormente, los líderes del LSSP elaboraron el programa de la Revolución Permanente en una serie de documentos. Insistieron en que las tareas básicas de la revolución democrática en el subcontinente indio, o como se conoce ahora más comúnmente el sur de Asia, solo podrían realizarse a través de una revolución socialista dirigida por la clase obrera, que movilizaría a los trabajadores rurales y urbanos contra el imperialismo y la burguesía nacional y se orientaría hacia la revolución socialista mundial.
Como parte de este proceso de redefinición del eje estratégico de clase del LSSP, los trotskistas ceilandeses llegaron a reconocer que no habría, ni podría haber, ningún verdadero ajuste de cuentas con el imperialismo dentro de los confines de la isla de Ceilán. Sobre esta base, desarrollaron la concepción estratégica de un partido de toda India y encabezaron, política y organizativamente, la lucha por fusionar varios grupos que se proclamaban en apoyo a Trotsky y la Cuarta Internacional en distintas partes de India en un solo partido basado en la adhesión a la Cuarta Internacional y el programa de la Revolución Permanente.
Como resultado de esta lucha, el LSSP se transformó de forma fundamental y luego se subsumió en abril de 1942 en un nuevo partido de toda India que inmediatamente buscó la admisión en la Cuarta Internacional, el Partido Bolchevique-Leninista de India, Ceilán y Birmania, o BLPI (por sus siglas en inglés).
El BLPI combinó el trabajo ilegal en la isla durante la Segunda Guerra Mundial con un giro audaz hacia lo que reconoció como una inminente explosión revolucionaria en la India británica. Hay realmente un elemento heroico en esta historia. El tiempo no me permite extenderme sobre ello, pero después de haber ganado a un guardia de prisión al trotskismo, varios de los principales líderes trotskistas de Ceilán escaparon en abril de 1942 de las celdas de la cárcel a las que habían sido confinados por oponerse a la guerra. Luego cruzaron el estrecho de Palk hacia India para poder liderar la intervención del BLPI en el movimiento “Quit India” o “Abandonen India” en 1942.
Para Gandhi, el movimiento “Abandonen India” era un gesto político destinado a garantizar que el burgués Congreso Nacional Indio controlara el creciente descontento de masas en medio de la guerra. Pero rápidamente escapó al control de la dirección del Congreso y en gran parte del país se convirtió en un levantamiento nacional contra el dominio británico. Mientras los estalinistas atacaban al movimiento “Abandonen India”, con el argumento de que ponía en peligro el esfuerzo bélico de los aliados imperialistas británicos de la Unión Soviética, el BLPI buscaba que la clase trabajadora interviniera de forma independiente en la lucha contra el dominio británico y proporcionara un liderazgo revolucionario a las masas rurales insurgentes.
Los británicos, aunque con dificultades, fueron capaces de sofocar el movimiento “Abandonen India”. Sin embargo, con el final de la guerra, India, como gran parte del mundo, se vio estremecida por una crisis revolucionaria. Esto incluyó un motín de marineros de la Armada Real India, rebeliones campesinas y, lo más importante, una oleada de huelgas masivas a través de la cual la clase trabajadora se esforzó por afirmar sus intereses de clase independientes.
El surgimiento de la clase obrera llevó al Congreso Nacional Indio liderado por Gandhi y Jawaharlal Nehru a intensificar sus esfuerzos para llegar a un acuerdo con el imperialismo británico.
Si el Partido del Congreso fue finalmente capaz de retener el control político, fue en gran parte debido al papel de los estalinistas, que durante las décadas anteriores habían cedido sistemáticamente el liderazgo a la burguesía nacional y, alegando que era la líder legítima de la revolución nacional-democrática, habían subordinado la clase obrera. El Partido Comunista de India respaldó el acuerdo de “transferencia de poder” entre el Gobierno laborista británico, el Congreso y la comunalista Liga Musulmana, que dividió el subcontinente según líneas comunales, entre una India predominantemente hindú y un Pakistán expresamente musulmán, verdaderamente uno de los grandes crímenes y tragedias del siglo XX.
En un discurso de 1948, el líder del BLPI, Colvin da Silva, acusó mordazmente a la burguesía nacional por su “aborto” del movimiento antiimperialista de masas. Explicó cómo, a través de la sangrienta partición del subcontinente, el comunalismo se había incorporado propiamente a las estructuras estatales del sur de Asia y así se habían forjado nuevas cadenas para la dominación imperialista del sur de Asia.
Colvin da Silva dijo:
La partición de India, tan fácilmente atribuible solo a la Liga Musulmana, no se debió fundamentalmente a la política de la Liga sino a la política del Congreso. La política del Congreso en relación con el imperialismo británico no era una política de lucha, sino una política de acuerdo. Y la política del acuerdo inevitablemente alimentó la política de la partición en la medida en que también cedió la iniciativa al imperialismo británico.
Señalando el peligro inminente de una guerra entre India y Pakistán, y tres cuartos de siglo después ha habido numerosas guerras entre los que hoy son rivales con armas nucleares, da Silva planteó como un imperativo estratégico la lucha por la reunificación socialista voluntaria del subcontinente, declarando:
“A quienes la burguesía ha dividido reaccionariamente, solo la clase obrera puede unirlos progresivamente”.[4]
El análisis que el BLPI hizo del acuerdo de 1947 ha resistido con creces la prueba del tiempo. Hay una línea directa entre él y la declaración del CICI de 1987, “La situación en Sri Lanka y las tareas políticas de la Liga Comunista Revolucionaria”, que hace una evaluación fundamental de toda la experiencia de descolonización posterior a la Segunda Guerra Mundial y el carácter de los Estados que engendró.[5]
El acuerdo de posguerra y la disolución del BLPI
Por crucial que fuera el análisis del BLPI, no eliminó las inmensas presiones que pesaban sobre el movimiento trotskista. Aunque de ninguna manera resolvió los problemas candentes de las masas, la independencia formal abrió nuevas posibilidades para la burguesía nacional y la pequeña burguesía.
Ya habían surgido divisiones significativas entre el núcleo original de líderes del LSSP que habían roto con sus concepciones nacionalistas radicales, se habían orientado hacia la Cuarta Internacional y la perspectiva de la Revolución Permanente y fundado el BLPI. En 1943, a raíz de la derrota del movimiento “Abandonen India”, Gunawardena y Perera habían instado al BLPI a disolverse en el Partido Socialista del Congreso, una organización radical pequeñoburguesa dentro del Partido del Congreso, muy similar a lo que el LSSP había sido en su fundación en 1935.
Como gran parte de los líderes del BLPI, Gunawardena y Perera fueron capturados por las autoridades británicas en India en 1943 y nuevamente encarcelados. Tras su liberación en 1945, lanzaron una nueva organización en Sri Lanka, a la que llamaron LSSP. Afirmaba ser trotskista y apoyar a la Cuarta Internacional, pero era política y organizativamente distinta de la BLPI.
Varias diferencias organizativas, de un carácter totalmente secundario y en gran parte subjetivo, fueron presentadas por los líderes del LSSP para justificar su existencia separada. En realidad, había grandes diferencias políticas, arraigadas en diferentes orientaciones de clase. El BLPI reconoció esto. Condenó el abandono de principios por parte de los líderes del LSSP y advirtió que su escisión era la “manifestación de una tendencia no proletaria”, que, si no se controlaba, se convertiría “en una política oportunista en toda regla”.[6]
Estas diferencias se ilustraron gráficamente en las posiciones opuestas que el BLPI y el LSSP tomaron sobre la legislación que consagraba el acuerdo entre el imperialismo británico y la burguesía nacional en Ceilán para establecer un Estado formalmente independiente. Este era un proceso del cual las masas habían sido completamente excluidas.
El líder de BLPI, Doric de Souza, lo caracterizó correctamente como una “conspiración contra el pueblo”. Da Silva, por su parte, explicó que solo se estaban alterando las formas de dominación imperialista, dándole a la burguesía nativa una mayor responsabilidad para administrar la máquina estatal que aseguraba sus ganancias y las de sus patrones imperialistas. El BLPI votó en contra del Proyecto de Ley de Independencia de Ceilán de 1947 en el Parlamento, boicoteó la ceremonia formal de transferencia en 1948 y movilizó a decenas de miles de trabajadores en Colombo en oposición a la “falsa independencia”.
Por el contrario, el LSSP caracterizó la entrega británica como un paso adelante, se abstuvo en la votación sobre la legislación de independencia y denunció los planes del BLPI para una manifestación de la oposición como “exhibicionismo”.
El carácter reaccionario del Gobierno “independiente” de la burguesía ceilandesa se demostró rápidamente. Como uno de sus primeros actos, el nuevo Gobierno “independiente” de Ceilán despojó a los trabajadores de las plantaciones tamiles, el sector más grande de la clase trabajadora, de sus derechos de ciudadanía en una continuación directa de la política de divide y vencerás de los antiguos señores coloniales británicos de la isla. El BLPI condenó vehementemente esto, advirtiendo que, al definir la nación en términos raciales, la clase dominante de Ceilán y su Estado estaban adoptando el lenguaje del fascismo.
Con base en la lucha por el programa de la Revolución Permanente, el BLPI había establecido una poderosa presencia en la clase obrera, especialmente en la isla de Ceilán, donde dirigió grandes movimientos huelguísticos en 1946 y 1947. Pero durante los siguientes dos años, y como parte de una creciente crisis dentro de la Cuarta Internacional, el BLPI sería liquidado.
Desde el punto de vista organizativo, esto se llevó a cabo en dos pasos. En el otoño de 1948, poco más de un año después de la independencia de India, el ala india del BLPI votó a favor de disolverse y entrar en el Partido Socialista del Congreso nacionalista pequeñoburgués, que había sido rebautizado como Partido Socialista después de ser excluido del Congreso Nacional Indio de Gandhi-Nehru cuando este último asumió las riendas del poder.
La liquidación del BLPI dentro del Partido Socialista en India pronto fue seguida por la fusión de su sección restante en Sri Lanka con el LSSP en un “congreso de unidad” celebrado el 4 de junio de 1950. Esta fusión fue motivada y justificada públicamente en términos groseramente pragmáticos y, francamente, electoralistas: la competencia entre ambos partidos en una elección parcial de 1949 había permitido ganar al candidato oficialista y de derecha del UNP. “El hecho de que no fueron discutidas” las diferencias políticas anteriores, explica el documento fundacional del SEP de Sri Lanka, “demostró las relaciones reales en el nuevo partido: el ala derecha encabezada por N. M. Perera estaba a cargo, mientras que los antiguos líderes del BLPI le proporcionaron credenciales 'trotskistas'”.[7]
En 1948, la dirección internacional de la Cuarta Internacional había instado al BLPI a no proceder con su entrada en el Partido Socialista de la India sin más discusión. Sin embargo, en 1950, un sector de los trotskistas indios había llegado a la conclusión de que su entrada en esta organización cada vez más derechista había sido un desastre y buscó el apoyo de la Internacional para reanudar su actividad política revolucionaria independiente, pero Pablo se opuso rotundamente.
Del mismo modo, el Secretariado Internacional liderado por Pablo dio su bendición a la disolución del BLPI en Ceilán. En lugar de intervenir para oponerse a esta fusión sin principios, que representaba un retroceso importante hacia las tradiciones nacionalistas radicales del sama samajismo, aceptó inmediatamente la solicitud del LSSP “unificado” para suceder al BLPI como sección ceilanesa de la Cuarta Internacional.
Pablo y Mandel hicieron esto porque la liquidación del BLPI se ajustaba a la perspectiva liquidacionista que estaban elaborando cada vez con mayor claridad. Pronto harían un llamamiento universal a los trotskistas de todo el mundo a renunciar, como dijo Pablo, a “todas las consideraciones organizativas, de independencia formal o de otro tipo”, para buscar una “integración real en el movimiento de masas”, es decir, la adaptación a los dirigentes estalinistas, socialdemócratas y, en los países menos desarrollados, nacionalistas burgueses que ejercen influencia sobre la clase trabajadora y la asfixian políticamente.[8]
La orientación del LSSP unificado era centrista y se enfocaba cada vez más en la política parlamentaria y sindical, no en la lucha de clases. Esto quedó subrayado por la respuesta del LSSP a la hartal de 1953, o huelga general de toda la isla. Los líderes del LSSP quedaron desconcertados por la respuesta entusiasta a su convocatoria de una protesta nacional de un día de duración el 12 de agosto de 1953 contra las brutales medidas de austeridad del Gobierno. A la clase obrera, que participó con gran fuerza, se unieron amplios sectores de las masas rurales. En algunas partes del país, la hartal duró varios días, obligó a la dimisión del primer ministro y amenazó con derrocar el Gobierno.
A pesar del rotundo éxito de la hartal, el LSSP y los sindicatos controlados por el LSSP no siguieron llamando a más acciones masivas. No iniciaron una batalla para construir comités de acción para expandir la lucha, organizar la defensa contra la represión estatal, atraer a las masas rurales bajo la dirección de la clase obrera y prepararse políticamente para una lucha por el poder. Más bien, pidieron que se pusiera fin al movimiento junto a los estalinistas y los otros grupos que habían iniciado la hartal y se concentraron en tumbar el Gobierno a través de una moción de censura en alianza con otros partidos de oposición en el Parlamento.
El LSSP apoya a Pablo contra el CICI
He pasado algún tiempo resumiendo la evolución del BLPI/LSSP antes de la formación del CICI en noviembre de 1953.
En primer lugar, es importante entender por qué el LSSP tenía una estatura considerable dentro de la Cuarta Internacional a pesar de que las verdaderas razones por las que los trotskistas de Ceilán habían surgido como el principal partido obrero en la isla —su internacionalismo y oposición revolucionaria al estalinismo y la burguesía nacional— se veían cada vez más eclipsadas por las referencias vacías a su trabajo de masas.
En segundo lugar, tal repaso demuestra que en 1953 el LSSP estaba sumido en una profunda crisis política y que esta crisis era en gran medida parte de la crisis que entonces envolvía toda la Cuarta Internacional. Esta crisis, como se ha explicado en las conferencias anteriores, tuvo sus raíces en el surgimiento de una poderosa corriente liquidacionista alimentada por la reestabilización del capitalismo global. El Secretariado Internacional dirigido por Pablo y Mandel alentó esta corriente y la encarnó teóricamente.
Esto nos lleva al punto crucial: cualesquiera que fueran sus anteriores retrocesos políticos, el punto de inflexión decisivo en la evolución del LSSP –aquel que consumó su ruptura con el trotskismo y aceleró rápidamente su descenso hacia el oportunismo nacional, allanando el camino para la Gran Traición de 1964– fue la postura que tomó en 1953-54 en respuesta a la “Carta Abierta” de Cannon y la fundación del CICI como el centro político y organizativo de la oposición al liquidacionismo pablista.
Los líderes del LSSP dijeron que compartían muchas de las objeciones del CICI a las formulaciones proestalinistas más explícitas en los documentos producidos por el Secretariado Internacional pablista. Además, el LSSP había tenido que combatir una facción proestalinista. En el otoño de 1953, prácticamente al mismo tiempo que la publicación de la “Carta Abierta”, un sector considerable de la dirección del LSSP se separó para unirse a los estalinistas.
Sin embargo, el LSSP se apresuró a emitir una declaración en diciembre de 1953 que denunciaba la formación del CICI por motivos organizativos y de procedimiento, basándose en la afirmación de que la “Carta Abierta”, al atacar públicamente a quienes eran los dirigentes elegidos de la Cuarta Internacional, violaba los principios democráticos centralistas. Pero ignoraba la crítica mordaz de la “Carta Abierta” a la política liquidacionista del Secretariado Internacional dirigido por Pablo y el abuso de su autoridad para silenciar y expulsar a quienes defendían el programa histórico del trotskismo.
En su declaración inicial donde denunciaba la formación del CICI, los líderes del LSSP declararon que aún tenían que considerar, y aquí cito directamente, las “cuestiones políticas” involucradas en la escisión. Esta negativa a abordar las cuestiones políticas sustanciales continuaría durante mucho tiempo, y los líderes del LSSP se presentarían como mediadores entre el CICI y los liquidacionistas bajo Pablo. En nombre de prevenir una supuesta “división catastrófica” y preservar la “unidad de la Cuarta Internacional”, presionaron al CICI para que se conciliara y transigiera con los pablistas. Es decir, conciliarse y transigir con aquellos a los que Cannon había acusado correctamente de tratar de anular el programa trotskista y destruir los cuadros trotskistas desarrollados históricamente en todo el mundo. Finalmente, el LSSP participó en el Cuarto Congreso Mundial pablista, prestando su apoyo político y prestigio al Secretariado Internacional.
Cualesquiera que fueran sus diferencias con las formulaciones proestalinistas de Pablo, los dirigentes del LSSP retrocedieron ante la defensa inequívoca del CICI de los fundamentos políticos del movimiento trotskista y su declaración de guerra contra el oportunismo. Percibieron correctamente que la defensa del trotskismo ortodoxo por parte del CICI interfería con su propia política centrista y su enfoque cada vez más oportunista en la política electoral y sindical.
Cannon gastó una energía considerable intentando convencer a los líderes del LSSP de la gravedad de los problemas en juego y sus obligaciones políticas con el movimiento mundial. En una extensa carta de febrero de 1954, resumió algunas experiencias clave en la historia del movimiento trotskista que demostraron que siempre había considerado las cuestiones procedimentales y organizativas como subordinadas a las políticas: “La primera preocupación de los trotskistas siempre ha sido y debe ser la defensa de nuestra doctrina”, afirmó.[9] Cannon presionó a los líderes del LSSP para que cumplieran con sus obligaciones internacionalistas oponiéndose a las fuerzas proestalinistas y a las “manifestaciones abiertas o encubiertas de conciliación con los estalinistas” no solo en su propio partido, sino en todo el movimiento mundial.[10]
La carta de Cannon al LSSP es una poderosa afirmación del internacionalismo proletario como estrategia, programa y primer principio de la Cuarta Internacional en la organización y conducción de su trabajo. Cañón escribió:
Al luchar, estamos cumpliendo con el más alto deber y obligación que asumimos cuando llegamos a Trotsky y a la Oposición rusa hace 25 años. Esa es la obligación de anteponer las consideraciones internacionales por encima de todo; ocuparnos de los asuntos del movimiento internacional y sus partidos afiliados; ayudarlos en todo lo que podamos; para darles el beneficio de nuestras escrupulosas opiniones, y para buscar a cambio su consejo y asesoramiento en la solución de nuestros propios problemas. La colaboración internacional es el primer principio del internacionalismo. Eso lo aprendimos de Trotsky. Lo creemos, y estamos actuando de acuerdo con nuestra creencia” (énfasis en el original).[11]
Cannon era consciente de las presiones políticas ejercidas sobre un partido revolucionario cuando se dedica al trabajo de masas y asume la responsabilidad directa de proporcionar liderazgo a la clase trabajadora. Concluyó su carta con una advertencia profética:
Me atrevo a decir que el LSSP, más que cualquier otro partido, necesita una dirección internacional como fuente de fuerza y apoyo a su ortodoxia trotskista, la única condición para su supervivencia y eventual victoria, en lugar de un centro organizador de un liquidacionismo gradual y desorganización.[12]
Es precisamente esta colaboración internacional la que los líderes del LSSP rechazaron. Si todos los líderes o incluso solo algunos, particularmente los exlíderes del BLPI como Colvin da Silva, Leslie Goonawardene o Doric de Souza, se hubieran unido al CICI, se habrían creado las condiciones para un rearme político del movimiento trotskista en Ceilán y el sur de Asia.
Habiéndose resistido y librado de aquellas fuerzas representadas y dirigidas por el CICI que defendían el programa histórico de la Cuarta Internacional y estaban comprometidas a luchar contra el oportunismo pablista, el LSSP viró bruscamente hacia la derecha. Siguió una política nacional-oportunista cada vez más desenfrenada. En resumen, se orientó cada vez más abiertamente hacia alianzas políticas directas con la burguesía nacional.
Antes de documentar esto y su culminación en la Gran Traición, necesito hacer una observación más. La facción proestalinista expulsada del LSSP en 1953 no fue el único grupo derechista que surgió de sus filas en este período. En 1950, Philip Gunawardena, que recordarán que había desempeñado un papel fundamental en el retroceso con respecto a la perspectiva de la Revolución Permanente encarnada en el BLPI, rompió con el LSSP para fundar el VSLP, que más tarde se convirtió en el MEP. Baste decir aquí que, en su descenso hacia una política nacionalista desenfrenada, colaboracionista de clases y racista antitamil, el VSLP y luego el MEP presagiarían la evolución del propio LSSP Pablista.
El LSSP y el Partido de la Libertad de Sri Lanka
Como se discutió anteriormente, el LSSP respondió al hartal de 1953 de una manera oportunista, en lugar de revolucionaria. Esto proporcionó una oportunidad política para que un político burgués inteligente, S.W.R.D. Bandaranaike, hiciera un llamamiento a las masas rurales cingalesas descontentas. Bandaranaike había ocupado posiciones de liderazgo en el Gobierno derechista y proimperialista del Partido Nacional Unido de Ceilán hasta 1951, cuando renunció para fundar su propio partido, el Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP, por sus siglas en inglés).
Bandaranaike se había opuesto rotundamente al hartal, pero en respuesta al explosivo estado de las relaciones de clases que había puesto al descubierto, él y su SLFP adoptaron una postura radical, combinando falsas frases antiimperialistas y socialistas con un virulento chovinismo antitamil.
En lugar de exponer resueltamente la política capitalista y chovinista del SLFP, el LSSP se adaptó al populismo cingalés. Una expresión de esto fue su oposición a hacer una evaluación marxista y de clase del SLFP, a partir de sus orígenes, programa y base social.
En cambio, describió al SLFP como “centrista”, un término que los marxistas emplean para denotar organizaciones socialistas que usan una retórica revolucionaria, mientras evitan en la práctica ayudar a los trabajadores a sacar conclusiones revolucionarias, en particular mediante una guerra contra los falsos líderes oportunistas de la clase obrera y las organizaciones burocráticas que dirigen.
En otras ocasiones, el LSSP promocionó la afirmación totalmente fraudulenta de que el SLFP era un “partido pequeñoburgués” ya que su base electoral eran las masas rurales y la pequeña burguesía urbana.
De hecho, el SLFP obtuvo un apoyo sustancial de la burguesía ceilandesa. Esto se debía a dos razones básicas. Porque esperaban llegar a un acuerdo más favorable con el imperialismo en las condiciones del auge económico de la posguerra y sacando provecho de la posibilidad de maniobrar con los regímenes estalinistas en Moscú y Beijing. Y, segundo, porque vieron la demagogia populista cingalesa del SLFP como un instrumento útil para encauzar a la clase trabajadora en apoyo de sus propios objetivos de clase y para dividirla a lo largo de líneas comunales. En sus llamamientos a nacionalizaciones selectivas y al cierre de bases militares extranjeras, el programa del SLFP no era sustancialmente diferente del implementado por el Partido del Congreso de Nehru en India o el régimen de Nasser en Egipto. Si acaso, era más tímido.
En 1956, apenas dos años después de romper con los trotskistas genuinos del CICI, el LSSP apoyó la llegada al poder de Bandaranaike y su SLFP. Empleando un subterfugio favorito de los oportunistas en todas partes, el LSSP invocó la amenaza de los representantes políticos más abiertos y despiadados de la clase dominante para subordinar a la clase trabajadora a aquellos que visten atuendos “progresistas” y usan llamamientos populistas. Alegando que el UNP estaba evolucionando en una dirección fascista, el LSSP entró en un pacto electoral de “no competencia” con el SLFP.
Cuando el SLFP y su aliado, el VSLP liderado por Gunawardena, formaron un Gobierno, el LSSP adoptó lo que llamó una política de “cooperación receptiva”, que no es más que una forma educada de decir que ofreció al Gobierno su estrecha colaboración. En línea con esta política, votó a favor del Discurso del Trono del Gobierno que describía su agenda legislativa.
Al prestar apoyo al SLFP, el LSSP ayudó a legitimar su despreciable política comunal. Un punto clave en el programa de Bandaranaike fue su Ley Solo Cingalés, para declarar el cingalés, la lengua materna de la mayoría cingalesa, el único idioma oficial del país. Esta política antidemocrática y chovinista fue apoyada por sectores de la pequeña burguesía porque aumentaría sus oportunidades de empleo en el sector público y reduciría a la minoría tamil efectivamente al estatus de ciudadanos de segunda clase, afirmando así el dominio cingalés.
El LSSP se opuso a la política de “solo cingalés” del Gobierno del SLFP. Sin embargo, a diferencia de la oposición que había organizado para evitar la eliminación de los derechos de ciudadanía de los trabajadores tamiles de las plantaciones en 1948, no lo hizo desde el punto de vista del internacionalismo socialista y la lucha por la unidad de la clase trabajadora. Más bien, el LSSP utilizó el argumento de que debilitaba la “nación”, es decir, al Estado capitalista de Sri Lanka.
Estas retiradas y traiciones no provocaron ninguna oposición del Secretariado Internacional pablista.
El Comité Internacional, por el contrario, era muy consciente del papel del LSSP. En 1956, cuando un miembro que apoyaba conciliarse con el pablismo dentro de las filas del CICI presumió con entusiasmo que el LSSP era el único “partido trotskista” en el mundo con “una base de masas”, el secretario general del SWP estadounidense, Farrell Dobbs, lo reprendió con razón.
La política del LSSP era, afirmó, “nacional-oportunista”. “Absorto en los problemas de su propio movimiento de masas”, continuó, el LSSP no está interesado en la crisis que enfrenta la Cuarta Internacional, y desea “que lo dejen en paz”.[13]
En marzo de 1957, el periódico del SWP, The Militant, publicó un editorial que criticaba duramente al LSSP por haberse negado a exigir la liberación de los trotskistas chinos encarcelados cuando sus representantes visitaron China como invitados del régimen de Mao. Poco después, Gerry Healy, en una carta a Cannon, señaló: “Pablo es muy consciente del oportunismo de nuestros líderes ceilaneses y, fiel a su estilo, los está animando. Es imposible que permanezcamos en silencio sobre este asunto. Además, tenemos que tener en cuenta que los dirigentes del LSSP se han alejado cada vez más de la posición trotskista ortodoxa desde 1954”.[14]
Las elecciones de 1960 y la respuesta de la Internacional pablista al primer intento de coalición de la dirección del LSSP
La creciente oposición dentro de la clase obrera obligó al LSSP a distanciarse del Gobierno del SLFP-VSLP en los últimos años de la década. Esto incluyó la organización de una huelga general de un día contra el ataque del Gobierno a los derechos democráticos de los trabajadores.
Por su parte, varios sectores de la clase dominante comenzaron a preocuparse por la capacidad del SLFP de promover sus intereses en condiciones de una creciente lucha de clases y, como resultado de la propia promoción del chovinismo cingalés por parte del SLFP, de disturbios comunales antitamiles. En 1959, Bandaranaike fue asesinado por un monje budista extremista cingalés.
A medida que se acercaban las elecciones de marzo de 1960, el LSSP, en respuesta a la militancia cada vez mayor de la clase trabajadora, pretendió que luchaba por el “poder”. Al declarar que tanto el UNP como el SLFP estaban desacreditados, lanzó una campaña por “un Gobierno samasamajista”.
Pero lejos de avanzar una estrategia revolucionaria para la clase obrera basada en la lucha de clases y el programa de la Revolución Permanente, esta campaña fue concebida completamente en términos electorales. El Secretariado Internacional abrazó con entusiasmo el camino parlamentario del LSSP hacia el socialismo, declarando que su sección de Sri Lanka estaba involucrada en “una lucha decisiva por el poder”.
Subrayando que el LSSP, en realidad, estaba girando más a la derecha y transformándose en un partido reformista que actuaría como el principal apoyo social del capitalismo de Sri Lanka, su plataforma electoral fue diluido a su oposición a la Ley Solo Cingalés y su apoyo a los derechos de ciudadanía para los trabajadores de las plantaciones tamiles.
Los resultados de las elecciones fueron una amarga decepción para los oportunistas del LSSP. Ganaron sustancialmente menos escaños y solo marginalmente más votos que en 1956, a pesar de presentar muchos más candidatos. Perera, el líder de sus elementos más derechistas, respondió aprobando una resolución en una conferencia del partido que autorizaba al LSSP a formar un Gobierno de coalición con el SLFP, que estaba tratando de reunir apoyo para un Gobierno sin mayoría parlamentaria.
La política de coalición de Perera fue anulada por el Comité Central del LSSP, pero las diferencias de muchos de los que votaron en contra de unirse al Gobierno eran meramente tácticas. Cuando se tuvo que celebrar una segunda elección en julio porque no se podía formar un Gobierno estable, el LSSP entró en un acuerdo de “no competencia” con el SLFP como lo había hecho en 1956, y una vez que el SLFP llegó al poder, el LSSP votó a favor de su Discurso del Trono y su primer presupuesto.
La resolución que Perera presentó en marzo de 1960 para autorizar la formación de un Gobierno de coalición con el SLFP capitalista argumentaba en términos explícitamente pablistas.
Afirmaba que el SLFP era un “partido pequeñoburgués” y, como tal, contrariamente a todo lo que Trotsky escribió, de un carácter fundamentalmente diferente al de un “partido capitalista”. Basándose en esta falsa premisa, luego afirmó que al convertirse en el socio menor del SLFP en el Gobierno, el LSSP estaría llevando a cabo una forma de “entrismo”, similar al que los pablistas estaban llevando a cabo en los “partidos socialdemócratas reformistas”.
“Es cierto”, continuaba la resolución, “estamos llevando el entrismo un paso más allá al aceptar cargos. Pero ¿no es ésta la mejor manera de acompañar a las masas a través de la experiencia necesaria para disipar sus ilusiones y crear confianza en nuestra autenticidad? Unas cuantas medidas progresistas audaces patrocinadas por nosotros les permitirán aprender más que años de nuestra propaganda”.[15]
Seis meses después, en septiembre de 1960, y con el objetivo de cubrir su propio rastro, el Secretariado Internacional pablista escribió un extenso documento al LSSP. Hizo críticas limitadas al oportunismo desenfrenado de la dirección de Perera, mientras que, de hecho, le dio al LSSP licencia política para continuar sus maniobras con el SLFP capitalista. La dirección pablista respaldó la colaboración con un Gobierno capitalista en la implementación de “medidas progresistas” o la defensa de “conquistas”, cuando las “masas” “no están listas para lanzar un movimiento anticapitalista sobre una base política revolucionaria”. En otras palabras, precisamente lo que Perera afirmaba que el LSSP estaba haciendo.
“Aceptamos”, continuó la carta del Secretariado Internacional, “que es posible que un partido revolucionario brinde apoyo crítico a un Gobierno no obrero (ya sea de clase media o capitalista) en un país colonial o semicolonial”.[16] La dirección mundial pablista dejó así la puerta abierta para que su sección de Sri Lanka colaborara con el Gobierno del SLFP, allanando el camino para su eventual entrada en el gabinete solo cuatro años después.
De acuerdo con su orientación oportunista y coalicionista hacia el SLFP, un partido chovinista cingalés, y sus relaciones amistosas con el VSSP de Gunawardena, que había abandonado el Gobierno en 1959 y se había rebautizado como MEP, el LSSP continuó adaptándose y haciendo concesiones de gran calado a la agitación étnica contra los tamiles.
En una carta escrita por Healy al Comité Nacional del SWP en junio de 1963 condenando su reunificación con los pablistas, señalaba con amargura un informe en The Militant alabando el mitin conjunto del Primero de Mayo que el LSSP había celebrado con los estalinistas y Gunawardena. “Para su eterna vergüenza”, escribió Healy, el LSSP se había doblegado ante la demanda de Gunawardena de que los representantes de los trabajadores de las plantaciones tamiles fueran excluidos de la plataforma de la manifestación. “Ahora se admite libremente en el LSSP que los líderes están dispuestos a hacer grandes y reales concesiones sobre la paridad del estatus para tamiles y cingaleses. Ésta es la lógica de la capitulación que los ha llevado a apoyar al Gobierno capitalista de la señora Bandaranaike”.[17]
Poco después, el Secretariado Unificado dio su bendición al apoyo del LSSP a las negociaciones entre los Gobiernos de Ceilán e India para “repatriar” –en verdad, expulsar— a cientos de miles de tamiles cuyos antepasados habían sido traídos a Sri Lanka en el siglo XIX para trabajar en las plantaciones.
El Frente de Izquierda Unida, o cómo se preparó la Gran Traición
El mitin del Primero de Mayo de 1963 en Colombo al que hizo referencia Healy fue preparatorio para una nueva maniobra: la creación de una alianza frentepopulista formalmente llamada Frente de Izquierda Unida, entre el LSSP, el Partido Comunista ceilandés y el MEP de Gunawardena.
El Congreso de reunificación pablista, como se discutió en la conferencia anterior, renunció explícitamente al programa de la Revolución Permanente. Aclamó la revolución nacionalista burguesa cubana como la apertura de un nuevo camino hacia el socialismo mundial, celebró las capacidades revolucionarias de la pequeña burguesía y renunció a la necesidad de partidos proletarios revolucionarios. “La debilidad del enemigo en los países atrasados”, declaró, “ha abierto la posibilidad de llegar al poder con un instrumento poco adecuado”.[18]
Convenientemente, o para ser más precisos, acorde con esta perspectiva, también dio su bendición a la alianza del LSSP-CP-MEP. El LSSP, afirmó el Congreso pablista, ha “planteado correctamente la cuestión de un Frente de Izquierda Unida, tanto para detener el giro a la derecha como para ayudar a estas masas a avanzar hacia una izquierda alternativa”.[19]
Poco después, en agosto de 1963, se inauguró oficialmente el Frente de Izquierda Unida (ULF, por sus siglas en inglés). El mismo nombre era un engaño. No tenía nada que ver con la táctica del frente único elaborada por Trotsky, quien siempre había insistido en la independencia política del partido revolucionario y que cualquier acción conjunta con tendencias opuestas debía limitarse a objetivos inmediatos específicos y no podía involucrar una mezcla de programas o banderas.
Más bien, como explicó el PSI de Sri Lanka en una importante serie de artículos publicados en 2014, el Frente de Izquierda Unida “replicó los frentes populares estalinistas de la década de 1930 formados sobre la base de un programa político común con partidos oportunistas y burgueses que encadenaron a la clase obrera a la burguesía, la propiedad privada y el Estado, y bloquearon su actividad revolucionaria independiente”.[20]
El programa de 16 puntos del ULF pedía varias reformas, incluidas las nacionalizaciones de las plantaciones de té y caucho, pero de ninguna manera iba más allá del marco de la política capitalista. Esto se ejemplificó en su aceptación de las políticas comunalistas antitamiles del Gobierno del SLFP.
Fue sobre la base del Frente de Izquierda Unida que los sindicatos, muchos de ellos dirigidos directamente por sus tres elementos constituyentes, formaron una alianza en torno a 21 puntos. Estallarían grandes luchas bajo la bandera de la alianza de los 21 puntos. Pero el ULF y los sindicatos trabajaron en conjunto para desacreditar políticamente el creciente levantamiento masivo de la clase obrera.
A través de los mecanismos combinados del Frente de Izquierda Unida y el movimiento de los 21 puntos, la clase obrera fue restringida a combativas luchas sindicales, mientras que el LSSP y sus aliados maniobraban en el Parlamento y en el escenario más amplio de la política capitalista de Sri Lanka a través del ULF. Los estalinistas y el racista MEP liderado por Gunawardena estaban, hay que subrayarlo, aún más orientados hacia una alianza con el SLFP que el LSSP. De acuerdo con la patraña estalinista-menchevique de la revolución en dos etapas, los partidos estalinistas en Asia, América Latina, Oriente Próximo y África eran vociferantes defensores de la subordinación de la clase obrera al ala supuestamente “progresista” y “antiimperialista” de la burguesía nacional.
Dentro del LSSP había un ala izquierda que se oponía al Frente de Izquierda Unida y advertía que era un trampolín hacia una coalición. Sin embargo, el Secretariado Unificado Pablista suprimió las críticas a la dirección del LSSP. Justificó esto citando la supuesta necesidad después de la reunificación de 1963 de relajar la “disciplina”. Los líderes del LSSP, dijeron, debían tener la oportunidad de “demostrar en acción la sinceridad de su postura”. “Calentar deliberadamente el ambiente en el LSSP” sería perjudicial y pondría en peligro la “unidad del partido”, es decir, su dominio en manos de una agresiva ala derecha agresiva nacional-oportunista.[21]
En abril de 1964, apenas dos meses antes de la Gran Traición del LSSP, el Secretariado Unificado envió una carta a la dirección del LSSP en la que elogiaba el ULF, diciendo que podría “proporcionar otra Cuba o Argelia y volverse una inspiración aun mayor para los trabajadores de mentalidad revolucionaria en todo el mundo”.[22]
Para entonces, Perera ya había entrado en conversaciones extraoficiales con la primera ministra, Madame Bandaranaike, quien había asumido la conducción del SLFP a raíz del asesinato de su esposo.
En un discurso del 10 de mayo de 1964, Bandaranaike describió la aguda crisis que enfrentaba la burguesía de Sri Lanka y, en consecuencia, por qué los líderes del LSSP debían ser incorporados al Gobierno para dominar y reprimir políticamente a la clase obrera. “Algunos”, explicó, “sienten que estos problemas [de huelgas] pueden ser eliminados por el establecimiento de una dictadura. Otros dicen que los trabajadores deben ser obligados a trabajar a punta de pistola y bayoneta. Otros sostienen que se debe formar un Gobierno nacional para resolver este problema. He considerado estas ideas por separado y en el contexto de los acontecimientos mundiales. Mi conclusión es que ninguna de estas soluciones nos ayudará a llegar a donde queremos ir… Por lo tanto, señores, decidí iniciar conversaciones con los líderes de la clase trabajadora, particularmente con el Sr. Philip Gunawardena y el Sr. N.M. Perera”.[23]
El Secretariado Unificado pablista respondió a la inminente entrada del LSSP en un Gobierno capitalista apelando al LSSP a abogar por un Gobierno del Frente de Izquierda Unida y a “permanecer fiel a su larga tradición de lucha intransigente contra el imperialismo y la burguesía nacional”.[24] Esto se le pidió a un partido que, con la connivencia del Secretariado Unificado, se había adaptado durante años al populismo cingalés y de forma abierta había formado bloques repetidamente con el SLFP capitalista en nombre de la lucha contra el imperialismo y la derecha.
La Gran Traición
El 9 de junio de 1964, el LSSP se unió formalmente al Gobierno. Perera fue nombrado ministro de Finanzas y otros dos líderes del LSSP fueron premiados con puestos en el gabinete.
En una conferencia del partido celebrada el 6 y 7 de junio para ratificar la entrada en el Gobierno, se presentaron tres resoluciones: 1) la del ala derecha liderada por Perera, que elogió al SLFP por liderar una “lucha nacional” que obtuvo 501 votos; 2) la de una facción llamada de “centro” liderada por los exlíderes del BLPI Colvin R. de Silva y Leslie Goonewardene que pidió al LSSP que apoyara un acuerdo de coalición entre el SLFP y el Frente de Izquierda Unida en su conjunto, alegando que esto facilitaría una “solución progresista a la crisis” más allá del “marco del capitalismo”[25] que recibió 75 votos; 3) 159 delegados votaron a favor de la resolución de la Minoría Revolucionaria, que condenaba inequívocamente cualquier coalición con el SLFP. Esta última resolución afirmaba que la coalición resultaría en una “colaboración abierta de clases, desorientación de las masas, (y) la división de la clase obrera”, y así fortalecería las mismas fuerzas de derecha que los defensores de la coalición afirmaban estar combatiendo.[26] Tras su rechazo, abandonaron el Congreso y proclamaron la fundación de un nuevo partido, el LSSP (Revolucionario).
El CICI había estado siguiendo de cerca los acontecimientos en Ceilán, reconociendo su carácter histórico para el movimiento trotskista mundial. Healy voló a Colombo, pero se le negó la entrada al congreso del LSSP con el argumento de que no era un miembro del Secretariado Unificado pablista. Healy, sin embargo, conversó fuera del lugar del congreso con trabajadores y jóvenes que se oponían a la coalición. Y los esfuerzos de los pablistas tanto a corto como a largo plazo para evitar que la denuncia del CICI del papel criminal del LSSP y el Secretariado Unificado llegara a los elementos más avanzados fracasaron.
El 5 de julio de 1964, el CICI emitió la declaración que cité al inicio de este informe. Extrajo las lecciones esenciales de la Gran Traición que los pablistas perpetraron en Ceilán contra la clase obrera internacional. Esa traición, concluía, “marca el final de toda una época en la evolución de la Cuarta Internacional.” Continuaba: “El revisionismo en el movimiento trotskista mundial ha encontrado su expresión en el servicio directo al imperialismo, en la preparación de una derrota de la clase obrera”.
El siguiente pasaje no es menos fundamental. Dice así:
La tarea de reconstruir la Cuarta Internacional debe emprenderse desde la base firme de la construcción de partidos proletarios revolucionarios en cada país en lucha contra los servidores burocráticos y oportunistas del imperialismo y contra sus defensores, los revisionistas que usurpan el nombre del trotskismo y de la Cuarta Internacional.[27]
Además, Healy escribió un análisis exhaustivo de la degeneración política del LSSP que destacó el papel de la dirección pablista internacional, titulado “Ceilán: la Gran Traición”. Señaló que el futuro del ala revolucionaria del LSSP “depende principalmente ahora de un estudio serio de esta relación” y de la lucha del CICI contra el pablismo.[28]
La respuesta del Secretariado Unificado pablista al ingreso de su sección de Ceilán en un Gobierno capitalista fue lavarse las manos de forma completamente cínica. Expulsó a los 501 miembros del LSSP, que habían votado a favor de la resolución de coalición de Perera. Durante meses, sin embargo, no tomó ninguna medida disciplinaria contra el llamado “centro”, que había abogado por que el ULF entrara en el Gobierno en bloque y que el centro permaneciera lealmente dentro del LSSP mientras este asumía la responsabilidad directa de administrar los asuntos de la burguesía esrilanquesa y reprimir a la clase obrera.
Hansen y la dirección del SWP, mientras tanto, respondieron a la demanda de la minoría pro-CICI del partido de llevar a cabo una discusión de los acontecimientos en Ceilán y su significado para el movimiento trotskista mundial suspendiendo inmediatamente a todos sus miembros.
Las consecuencias catastróficas del oportunismo pablista
Debidamente esta escuela comenzó con un homenaje al camarada Wije Dias, quien durante 35 años se desempeñó como secretario general de la sección del CICI en Sri Lanka. Wije entró en la vida política a través de las Ligas Juveniles del LSSP, después de ingresar a la universidad en 1962. Se sintió atraído por lo que pensaba que era un partido trotskista que lideraba un movimiento cada vez más grande de la clase trabajadora y luchaba por impartirle una dirección socialista revolucionaria. De hecho, lo que los dirigentes del LSSP estaban preparando era una traición histórica.
La declaración del CICI anunciando su muerte a los 80 años dice:
Wije fue un protagonista implacable del programa socialista internacionalista de la revolución permanente y un luchador por la independencia política de la clase obrera. Fue un inflexible defensor de los principios marxistas y trotskistas porque fue testigo de que abandonarlos y traicionarlos conlleva consecuencias catastróficas en forma de desorientación y reacción políticas, así como la trágica pérdida de vidas.[29]
La traición pablista en Sri Lanka ha tenido consecuencias terribles para los trabajadores y obreros de la isla y, de hecho, de todo el sur de Asia. Hoy, seis décadas después, la clase obrera de Sri Lanka y el sur de Asia y nuestro partido siguen trabajando bajo su impacto.
Toda la tortuosa historia de Sri Lanka durante las últimas seis décadas –incluida una guerra civil étnica que provocó más de 100.000 muertes– da fe de lo que estaba y está en juego en la lucha contra el revisionismo pablista y todas las formas de oportunismo nacional. La transformación del LSSP en el principal puntal social del gobierno burgués en la isla abrió la puerta al ascenso del JVP pequeñoburgués. Este ganó seguidores entre la juventud cingalesa rural empobrecida predicando la lucha armada sobre la base de una mezcla de maoísmo, castrismo y chovinismo cingalés.
Al mismo tiempo, la alianza contrarrevolucionaria del LSSP con el partido que había defendido el chovinismo cingalés destrozó la confianza de las masas tamiles de que podían esperar que la clase obrera, bajo una dirección socialista revolucionaria, defendiera sus derechos democráticos. En última instancia, esto conduciría a la aparición de los LTTE y grupos nacionalistas-separatistas tamiles de ideas afines entre los jóvenes estudiantes de la península de Jaffna.
El Gobierno de coalición SLFP-LSSP establecido en junio de 1964 no duró mucho después de llevar a cabo su tarea principal: descarrilar el levantamiento de la clase trabajadora en torno a las 21 demandas.
Pero en 1970, el LSSP fue el principal socio del SLFP en un segundo Gobierno de coalición liderado por el SLFP. Con Perera como su ministro de Finanzas hasta 1975, el Gobierno del SLFP-LSSP-Partido Comunista llevaría a cabo ataques masivos contra la clase obrera y los trabajadores oprimidos. En 1971, reprimió brutalmente un levantamiento liderado por el JVP, matando a 15.000 jóvenes rurales.
Siguiendo el camino trillado de la política burguesa de Sri Lanka, la coalición complementó su salvaje represión del levantamiento juvenil con una reforma constitucional que consagró los principios clave del chovinismo cingalés en la ley fundamental de la isla. Redactada por Colvin da Silva, quien una vez había expresado poderosamente la perspectiva de la Revolución Permanente, impuso cuotas discriminatorias para el trabajo y la educación a la minoría tamil e hizo del budismo la religión estatal y del cingalés el único idioma oficial.
El impacto de la Gran Traición del LSSP repercutió mucho más allá de la isla. En toda Asia y alrededor del mundo, la traición del LSSP dio un impulso político a los partidos estalinistas y maoístas, que se encontraban cada vez más desacreditados. Los estalinistas indios se vieron sacudidos por una crisis a lo largo de la década de 1960 como resultado de la división chino-soviética, el apoyo del Partido Comunista de India a la burguesía india en la guerra fronteriza entre India y China y la creciente oposición dentro de sus filas a sus estrechos vínculos con el Partido del Congreso en el poder. Pero debido a que el movimiento trotskista en el sur de Asia había sido liquidado por los pablistas en la década de 1950, un proceso que culminó en la Gran Traición de 1964, las facciones estalinistas en conflicto no fueron puestas en cuestión y pudieron retener su control político sobre la clase obrera. El movimiento naxalita que salió a la luz en este período señaló la traición del LSSP para justificar su política maoísta y antiobrera de una “guerra popular prolongada” y una “revolución de nueva democracia” en alianza con la presunta ala antiimperialista y antifeudal de la burguesía.
La lucha política que llevó al surgimiento de la RCL
El viaje de Healy a Sri Lanka en junio de 1964 fue la salva inicial en la lucha para extraer el significado de la Gran Traición para la clase trabajadora global, sobre todo, en lo que respecta a la lucha por resolver la crisis de dirección revolucionaria mediante la construcción de la Cuarta Internacional. Un elemento clave en esto fue la lucha por clarificar a aquellos elementos de mentalidad revolucionaria en Sri Lanka que fueron repelidos por las acciones del LSSP y que buscaban a tientas una manera de avanzar en medio de la confusión y desorientación que produjeron tanto la traición como la contención política de la clase trabajadora.
Desde el principio, el punto central planteado por Healy y el CICI fue que la traición fue preparada políticamente por la dirección mundial pablista en París. Fue el resultado de una prolongada crisis en el movimiento trotskista mundial, intensificada por la deserción del SWP al campo pablista en 1963, que solo podía superarse a través de una ofensiva global contra el revisionismo pablista.
El LSSP (Revolucionario) nació muerto desde el punto de vista de la política revolucionaria porque se negó a romper con el Secretariado Unificado. En su primera conferencia, toda su dirección bloqueó de forma unánime una resolución presentada por un simpatizante del CICI para debatir la “cuestión internacional”, es decir, la lucha del CICI contra el oportunismo pablista.
El documento de Las bases históricas e internacionales del PSI de Sri Lanka analiza detalladamente el proceso de lucha política y diferenciación mediante el cual, bajo la influencia y guía de los trotskistas británicos, un grupo de jóvenes extraordinarios rompió con la órbita política del LSSP (R) y su orientación de presionar al LSSP y a los líderes estalinistas y se comprometió a construir un nuevo partido revolucionario de la clase trabajadora de Sri Lanka basado en las lecciones de la lucha del CICI contra el revisionismo pablista. Los principales líderes fueron Keerthi Balasuriya, que tenía solo 19 años cuando fue elegido secretario general de la Liga Comunista Revolucionaria (RCL, por sus siglas en inglés) en su congreso fundacional en junio de 1968, y Wije Dias.
Un tema clave en el congreso fundacional de la RCL se refería a la continuidad de la lucha por el trotskismo. Como ha explicado el PSI de Sri Lanka, el camarada Keerthi se opuso a “una tendencia que veía el congreso como la unificación del CICI con una corriente revolucionaria nacional de Sri Lanka que trazaba su historia a través del LSSP, LSSP (R) y Shakthi (una agrupación de izquierda en la que muchos de los líderes de la RCL habían participado)”.[30] El congreso adoptó por unanimidad una resolución a favor de afiliarse al CICI basada en la comprensión de que su lucha contra el revisionismo pablista había asegurado la continuidad de la Cuarta Internacional y sus lecciones eran cruciales para resolver la crisis de la dirección proletaria. “Este Congreso –declaró- se dedica firmemente a la tarea de construir el partido de la revolución proletaria en Ceilán como una sección del CICI mediante una lucha intransigente contra todas las formas de revisionismo y declara que esta tarea está inseparablemente ligada a su intervención activa en la lucha de clases en la mayor medida posible en todo lugar y bajo todas las circunstancias”.[31]
Debido a que se basaron en una lucha por asimilar las lecciones de la batalla del CICI por defender y desarrollar el programa histórico de la Cuarta Internacional, la dirección de la RCL y especialmente el camarada Keerthi eran sumamente sensibles a cualquier abandono del programa de la Revolución Permanente. Va más allá del alcance de esta conferencia, pero cabe señalar que incluso antes de la fundación de la RCL, sus líderes habían discrepado de la glorificación de Banda de la “lucha armada” maoísta. Y en 1971, la RCL trató de revertir el “apoyo crítico” que la SLL, en nombre del CICI, había dado a la guerra de India contra Pakistán en diciembre de 1971. La SLL había aceptado las cínicas afirmaciones de Indira Gandhi de que Nueva Delhi estaba interviniendo para apoyar la lucha de liberación de Bangladesh. Sin embargo, en una señal de la creciente crisis dentro de la SLL, las críticas de la RCL fueron suprimidas y nunca llegaron a ser discutidas en el CICI.
El pablismo, la Gran Traición y la lucha por el trotskismo en EE. UU.
Como se señaló anteriormente, un año exacto antes de la entrada del LSSP pablista en el Gobierno capitalista de Ceilán, el Socialist Workers Party votó a favor de reunificarse con los pablistas, formando el llamado Secretariado Unificado.
En el congreso del SWP de junio de 1963, celebrado pocos días antes del congreso mundial pablista que formalizó e implementó la reunificación, una minoría liderada por Tim Wohlforth que estaba colaborando con y se encontraba bajo la dirección política y la disciplina del CICI votó en contra de la reunificación.
Significativamente, un segundo grupo, una minoría liderada por James Robertson que afirmaba simpatizar con el CICI y que luego formaría la Spartacist League (Liga Espartaquista), se abstuvo. El grupo de Robertson afirmó tener todo tipo de diferencias con la dirección del SWP. Sin embargo, sobre la cuestión central que enfrenta el movimiento trotskista mundial, que había sido justamente objeto de una feroz batalla política durante los dos años y medio anteriores, el grupo Robertson se negó a ponerse del lado del CICI. En 1953, cuando inició la fundación del CICI, Cannon había declarado que las “líneas de división entre” el revisionismo pablista y el “trotskismo ortodoxo son tan profundas que no es posible hacer ninguna concesión ni política ni organizativa”.[32]
Diez años más tarde, cuando se le pidió que declarara si estaba de acuerdo con la dirección del SWP en que las diferencias que habían llevado a la división de 1953 habían sido superadas por los eventos posteriores, especialmente la evaluación común del SWP y el Secretariado Internacional de la revolución cubana, y que toda discusión sobre la división de 1953 debería suprimirse para seguir adelante con la “reunificación”, el grupo de Robertson se abstuvo.
A instancias de los trotskistas británicos, la minoría pro-CICI permaneció dentro del SWP después de que rompió con el CICI y se unió a los pablistas. Lo hizo para continuar la lucha por la clarificación política dentro del SWP sobre las cuestiones centrales relacionadas con las perspectivas revolucionarias mundiales y la lucha por resolver la crisis de dirección revolucionaria a través de la construcción de la Cuarta Internacional. Esta fue una decisión correcta, muy diferente a respaldar o participar políticamente en la reunificación. Nació de una evaluación correcta de la tarea central que enfrentaban los partidarios del CICI en condiciones en las que el SWP, el partido histórico del trotskismo en los Estados Unidos, estaba en proceso de liquidarse en el radicalismo pequeñoburgués, y de la convicción de que los acontecimientos reivindicarían y aclararían el significado decisivo de la lucha del CICI contra la reunificación.
Aunque se trata de un asunto secundario, también cabe señalar que fue la dirección del SWP la que más insistió en que no podía haber ninguna discusión sobre la división de 1953. Esto se debía a que no podía explicar políticamente, desde el punto de vista de la lucha por el programa histórico y los principios del trotskismo, su propia trayectoria. En cambio, se suprimió toda discusión sobre 1953. Al mismo tiempo, afirmó de manera mentirosa que el SWP había tenido razón al iniciar la fundación del CICI una década antes, pero que desde entonces los pablistas habían adoptado las posiciones del CICI. Mandel y sus partidarios negaron esto rotundamente.
Permanecer dentro del SWP significó que la minoría pro-CICI estuvo sometida a las maniobras facciosas de la dirección del SWP y fue obligada a renunciar a ciertas oportunidades en el trabajo público del partido. Pero la minoría liderada por Wohlforth lo hizo porque reconoció la importancia de su papel en la lucha del CICI para aportar claridad a los cuadros del SWP y del movimiento trotskista internacional.
Los acontecimientos en Sri Lanka —la entrada de la sección oficial del Secretariado Unificado en el Gobierno burgués de la isla— fueron, por supuesto, otro asunto. Fue una traición histórica que, como ha demostrado esta conferencia, tenía las huellas de la dirección pablista internacional en París por todas partes y que el SWP había instigado.
La minoría pro-CICI liderada por Wohlforth respondió de una manera basada en principios. Exigió una discusión interna del partido sobre la traición histórica del LSSP y su significado para el movimiento trotskista mundial. El 30 de junio de 1964, emitió una declaración mimeografiada, distribuida exclusivamente a los miembros del partido, describiendo por qué tal discusión era urgente. Por este crimen, Wohlforth, Fred Mazelis y otros siete fueron suspendidos de la militancia del SWP 10 días después.
La declaración emitida por la minoría merece ser citada ampliamente. Dice en parte:
Durante todo el período de 1961 a 1963 reiteramos una y otra vez, en solidaridad política con el Comité Internacional, que una reunificación de la Cuarta Internacional sin la más completa discusión política antes de llevar a cabo la reunificación real solo podría conducir al desastre y a una mayor desintegración del movimiento internacional y del partido aquí. Nuestra posición ha sido completamente confirmada …
Ya no es posible rehusarse a enfrentar la crisis política, teórica y metodológica que desgarra nuestro partido y la organización internacional con la que actualmente se encuentra en solidaridad política. Para la supervivencia misma del partido, una discusión exhaustiva sobre estas cuestiones debe organizarse inmediatamente en todas las secciones.
Somos muy conscientes de que un debate de este tipo entre los períodos previos a la convención es un paso extraordinario. Exigimos ese debate precisamente porque nos enfrentamos a una crisis del carácter más extraordinario. Los leninistas nunca son fetichistas en materia de organización. Voluntariamente hacen ajustes a las formas organizativas para adaptarse a las necesidades políticas del movimiento. Perpetuar una discusión estéril durante un período en que el partido tiene mucho trabajo externo es un acto criminal contra el partido bolchevique. Rehusarse a organizar una discusión cuando una profunda crisis política desgarra el partido y el movimiento internacional es al menos una acción tan criminal. Aquellos que contraponen el trabajo apremiante y necesario de la construcción del partido a un proceso esencial para la supervivencia misma del partido no son, en ningún sentido, leninistas (énfasis en el original).[33]
Los miembros de la minoría pro-CICI respondieron a su suspensión formando el Comité Estadounidense por la Cuarta Internacional (ACFI, por sus siglas en inglés). Su ruptura con el ahora pablista SWP se debió, pues, a las cuestiones internacionales e históricas más fundamentales.
Esto no fue accidental ni incidental. Fue producto del enfoque del CICI en la lucha contra la reunificación y de su acuerdo con la minoría liderada por Wohlforth sobre esa base.
Como enfatiza el documento de Las bases históricos e internacionales del SEP de EE. UU.:
La mayor fortaleza de esta tendencia fue que reconoció que la crisis del SWP tenía que tratarse como un problema internacional. Por lo tanto, la lucha dentro del SWP no se podía llevar a cabo desde el punto de vista de sacar ventajas tácticas en el debate sobre una u otra cuestión. Más bien, el propósito básico del debate era la clarificación política y teórica acerca de los problemas centrales de la perspectiva revolucionaria en la Cuarta Internacional.[34]
Aquí nuevamente había una diferencia fundamental con el grupo de Robertson. Inicialmente, Robertson y sus partidarios formaban parte de una única minoría con Wohlforth, Mazelis y otros que profesaban su apoyo al CICI. Pero se negaron a trabajar bajo la disciplina del CICI, calificándolo de “centralista burocrático”. En consecuencia, la minoría pro-CICI dentro del SWP tuvo que ser reorganizada a principios de 1962.
En marcado contraste con los partidarios del CICI, cuya exclusión del SWP giraba en torno a las cuestiones más importantes de principios políticos, el grupo de Robertson fue expulsado del SWP a finales de 1963 por violar la disciplina dentro del SWP persiguiendo lo que percibía como oportunidades para construir su facción a través del trabajo externo o público. Esto estaba relacionado con su afirmación de que la cuestión clave era la posición del SWP sobre lo que denominó el problema central de la revolución estadounidense: la lucha contra la segregación racial y la opresión de la minoría afroamericana.
Sin embargo, tras el establecimiento de la ACFI y bajo condiciones en las que el grupo Robertson, ahora conocido como Spartacist (Espartaquista), continuó afirmando que simpatizaba políticamente con el CICI, Healy y los trotskistas británicos trataron de poner a prueba esta afirmación animando a las dos tendencias autodeclaradas pro-CICI en los Estados Unidos a trabajar hacia una fusión principista. Como resultado, se extendió una invitación a Spartacist para participar en el congreso del CICI de 1966.
Algunos camaradas sin duda están familiarizados con la conducta provocadora de Robertson en el congreso, cuya disciplina ignoró. Esto estaba totalmente en consonancia con las acciones anteriores del grupo de Robertson y sirvió para demostrar que su fisonomía política como camarilla nacionalista pequeñoburguesa centrada en torno a Robertson se había vuelto definitiva.
Por importante que esto fuera, un tema aún más sustancial fue la oposición de Robertson y Spartacist a la evaluación del CICI del papel contrarrevolucionario del oportunismo pablista, incluyendo significativamente las raíces y el significado histórico mundial de la Gran Traición del LSSP de 1964.
En abril de 1966, menos de dos años después de que la sección esrilanquesa del Secretariado Unificado fuera llamada al Gobierno para rescatar a la burguesía, como la propia Madame Bandaranaike había explicado, Robertson tomó la palabra en el Tercer Congreso del CICI para desafiar la evaluación del CICI del papel contrarrevolucionario del pablismo y la urgencia de combatirlo.
Robertson discrepó específicamente de la insistencia del CICI en que el imperialismo mundial dependía cada vez más de los revisionistas pablistas para apuntalar el estalinismo y la socialdemocracia y, en los países históricamente oprimidos por el imperialismo, la burguesía nacional. El gurú de Spartacist declaró: “Estamos en desacuerdo con la noción de que la crisis actual del capitalismo es tan aguda y profunda que necesita del revisionismo trotskista para dominar a los trabajadores, de una manera comparable a la degeneración de la Segunda y Tercera Internacionales. Una estimación tan errónea tendría como punto de partida una enorme sobreestimación de nuestra importancia actual y, por tanto, sería desorientadora”.[35]
Como observa el documento fundacional del SEP de los Estados Unidos:
Esta declaración fue un resumen de todo lo que separa el marxismo, teórica y políticamente, del radicalismo pequeñoburgués. Esencialmente, Robertson rechazó el significado sociopolítico objetivo del conflicto interno de la Cuarta Internacional. Ignoró también las lecciones de la lucha de Lenin por establecer el Partido Bolchevique combatiendo el revisionismo, y, luego, la lucha de Trotsky contra el estalinismo y varias formas de centrismo. Robertson se burló de la lucha contra el pablismo dentro de la Cuarta Internacional —tan claramente vinculada a mayores procesos sociopolíticos luego de la Segunda Guerra Mundial— presentándola como una riña entre varios individuos motivada por consideraciones subjetivas.[36]
La diferenciación política y la separación de la camarilla nacionalista pequeñoburguesa de Spartacist fueron un elemento crítico para establecer el carácter internacionalista y la orientación de clase proletaria de la corriente formada por los partidarios estadounidenses del CICI.
La evolución posterior de la Spartacist League (Liga Espartaquista) como un virulento grupo pablista proestalinista, caracterizado por un subjetivismo extremo y hostilidad hacia el CICI, la Workers League y el SEP, está más allá del alcance de esta conferencia. Aquí solo haré referencia al documento La globalización y la clase obrera internacional: una evaluación marxista. A través de una disección de la política nacionalista de la Spartacist League, elaboró aún más el análisis fundamental que el CICI había hecho de la globalización capitalista, volviendo más suculento y concreto el programa de la revolución socialista mundial. No por casualidad, se publicó en 1998 cuando el CICI estaba fundando el WSWS.
En noviembre de 1966, basándose en las lecciones del Tercer Congreso del CICI, el ACFI se transformó en la Workers League. De este modo, como resultado de la lucha dirigida por la SLL contra la adopción del liquidacionismo pablista por parte del SWP, se preservó la continuidad histórica del movimiento trotskista en América, el centro del imperialismo mundial.
Conclusión
Cambiando lo que haya que cambiar, la Gran Traición en Ceilán fue el equivalente al 4 de agosto de 1914 para el revisionismo pablista, donde quedaron al descubierto todas las consecuencias de su abandono del programa de la Cuarta Internacional y su descenso al oportunismo nacional.
Demostró indiscutiblemente el papel contrarrevolucionario del revisionismo pablista. Los acontecimientos en Sri Lanka presagiaron el papel que los pablistas jugarían como una agencia secundaria del imperialismo para ayudar al estalinismo y la socialdemocracia a sofocar políticamente la ofensiva revolucionaria mundial de la clase obrera entre 1968 y 1975.
Pero no solo debemos recordar la traición. Las políticas que condujeron a ella fueron opuestas. Durante la lucha contra la reunificación sin principios de 1963, los trotskistas británicos y sus partidarios en la minoría pro-CICI en el SWP advirtieron repetidamente que conduciría a desastres políticos. A raíz de la Gran Traición, el CICI luchó por transformarla en una experiencia estratégica para la clase obrera mundial y colocar sus lecciones en el centro de la lucha para construir la Cuarta Internacional.
La acelerada retirada política de la dirección del SWP, que comenzó a mediados de la década de 1950 y sucumbió finalmente al oportunismo pablista y la ruptura con el CICI en 1963, empujó a los trotskistas genuinos a la defensiva.
Sin embargo, bajo la dirección de la SLL, el CICI montó una contraofensiva. Al hacerlo, asestó poderosos golpes político-teóricos en los que se aclararon las cuestiones clave del programa y la perspectiva. Esto incluyó sentar las bases para la construcción de nuevas secciones en dos países críticos para la historia de la Cuarta Internacional –Estados Unidos y Sri Lanka– y en dos partes del mundo, América del Norte, el centro del imperialismo mundial, y el sur de Asia, hoy la región más poblada del mundo, que son campos de batalla claves en la revolución socialista mundial.
No había nada inevitable en el papel que desempeñarían la Workers League y la RCL en la división de 1982-86 con el WRP y su período inmediatamente posterior. Sin embargo, su protagonismo estuvo ligado a las poderosas tradiciones trotskistas que se habían establecido desde su fundación, como resultado de la lucha del CICI contra la reunificación y la Gran Traición.
El 20 de julio de 2022, el PSI de Sri Lanka emitió una declaración crucial titulada “¡Por un Congreso Democrático y Socialista de los Trabajadores y las Masas Rurales en Sri Lanka!”. Esbozó una estrategia revolucionaria para guiar la lucha de los trabajadores por el poder en respuesta al levantamiento masivo que había expulsado del poder al odiado presidente Gotabaya Rajapaksa a principios de ese mes y creado la crisis revolucionaria que continúa afectando a la isla. Un pasaje crucial dice:
Al rehusarse a participar en las negociaciones para crear un Gobierno provisional, el SEP utilizó las amargas lecciones políticas de la catastrófica traición de los principios políticos esenciales del trotskismo por parte del Partido Lanka Sama Samaja (LSSP, por sus siglas en inglés) en 1964… La entrada del LSSP en el Gobierno burgués y “primero que todo cingalés” de Bandaranaike no solo significó el final del movimiento de “21 demandas”. Desmoralizó a las masas, antepuso el conflicto étnico y lingüístico a la lucha de clases y allanó el camino para el dominio de la política reaccionaria comunal y décadas de guerra civil.
El PSI no ha seguido y nunca seguirá el camino traicionero del LSSP. Rechazamos todas las formas de apoyo directo e indirecto a los Gobiernos capitalistas.[37]
Carta del Comité Nacional de la SLL al Comité Nacional del SWP, 2 de enero de 1961—Trotskyism versus Revisionism, Volume 3, pág. 49.
Trotskyism versus Revisionism, Volume 4, pág. 255.
León Trotsky, “Carta abierta a los trabajadores de la India”, https://www.marxists.org/archive/trotsky/1939/07/india.htm
Como se cita en “Editorial,” Fourth International, Vol. 14, No. 1 (julio de 1987), págs. vii-viii.
“The Situation in Sri Lanka and the Political Tasks of the Revolutionary Communist League,” https://www.wsws.org/en/special/library/fi-15-1/05.html
Como se cita en The Historical and International Foundations of the Socialist Equality Party (Sri Lanka), pág. 42.
Ibid., pág. 50.
Como se cita en David North, The Heritage We Defend, pág. 193.
James P. Cannon a L. Goonewardene, 23 de febrero de 1954, Trotskyism versus Revisionism, Vol. 2, pág. 106.
Ibid., pág. 89.
Ibid., pág. 91.
Ibid., pág. 113.
G. Healy a James P. Cannon, 10 de mayo de 1957, Trotskyism versus Revisionism, Vol. 3, pág. 31.
Como se cita en The Heritage We Defend, págs. 398-399.
Ibid., pág. 399.
G. Healy al Comité Nacional del SWP, 12 de junio de 1963, Trotskyism versus Revisionism, Vol. 4, pág. 162.
“Dynamics of World Revolution,” junio de 1963, https://www.marxists.org/history/etol/document/fi/1963-1985/usfi/7thWC/usfi01.htm
Como se cita en G. Healy, “Ceylon the Great Betrayal,” Trotskyism versus Revisionism, Vol. 4, págs. 233-34.
Como se cita en The Heritage We Defend, pág. 401
Como se cita en “The Great Betrayal,” Trotskyism versus Revisionism, Vol. 4, pág. 235.
Ibid., pág. 241.
Carta del Comité Ejecutivo Internacional (pablista) a los miembros del LSSP, 25 de mayo de 1964, Trotskyism versus Revisionism, Vol. 4, pág. 265.
Resolución del grupo del “Centro” ante el congreso del LSSP, 6-7 de junio de 1964, Trotskyism versus Revisionism, Vol. 4, pág. 257.
Resolución de la “Minoría Revolucionaria” ante el congreso del LSSP, 6-7 de junio de 1964, Trotskyism versus Revisionism, Vol. 4, pág. 256.
5 de julio de 1964, declaración del CICI, Trotskyism versus Revisionism, Volume 4, pág. 255.
Trotskyism versus Revisionism, Volume 4, pág. 245.
“Comrade Wije Dias: A Fighter for Trotskyism (August 27, 1941-July 27, 2022),” https://www.wsws.org/en/articles/2022/07/28/pers-j28.html
The Historical and International Foundations of the SEP (Sri Lanka), sección 17-15, pág. 81.
Como se cita en Ibid., sección 17-16, págs. 81-82.
“Open Letter to Trotskyists Throughout the World”, 1953, https://www.wsws.org/en/articles/2008/10/open-o21.html
Como se cita en The Heritage We Defend, págs. 403-4.
The Historical and International Foundations of the SEP (US), pág. 85, https://www.wsws.org/en/special/library/foundations-us/38.html
Ibid.
Leer más
- The Origins of Pabloite Revisionism, the Split Within the Fourth International and the Founding of the International Committee
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