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El banco de Sabadell y los sindicatos españoles se preparan para despedir a 1.900 trabajadores

La embestida contra el empleo en medio de la crisis económica producida por el Covid-19 continúa su curso. El Banco Sabadell ha anunciado su intención de despedir a 1.936 trabajadores, el 12,5 por ciento de la plantilla. Esto se suma al despido apoyado por los sindicatos de 1.800 trabajadores en noviembre pasado.

El Banco Sabadell Bank es la cuarta entidad financiera española por volumen de activos, los cuales están valorados en 223.000 millones de euros, con 2.402 sucursales, más de 20.000 empleados y 11,9 millones de clientes. A pesar de que la pandemia desencadenó la peor crisis económica desde la Gran Depresión de la década de 1930, la entidad ganó 220 millones de euros en la primera mitad del año, un 51,5 por ciento más que en el mismo período del año pasado.

Letrero del banco Sabadell (Wikimedia Commons / MJaundoo1)

Al presentar el informe de resultados del primer semestre de 2021 con dividendos lucrativos para los accionistas, el director financiero de Sabadell, Leopoldo Alvear, presumió de que: 'estamos viendo ya resultados palpables en la mejora de la eficiencia y ahorro de costes que esperamos sigan teniendo una evolución positiva en los próximos trimestres'. Sus 'ahorros de costes' fueron una referencia a los despidos producidos el año pasado, a los que ahora pretenden sumar otros 100 millones de euros con el plan de despedir a 1.900 trabajadores y cerrar 500 sucursales.

A finales de 2021, los bancos españoles destruirán 18.000 puestos de trabajo, o uno de cada diez empleos en el sector bancario en 2020. Desde la crisis económica mundial de 2008, los bancos españoles han despedido a 105.065 trabajadores y cerrado 23.673 sucursales bancarias, al tiempo que han obtenido beneficios de más de €100.000 millones.

Los bancos están recurriendo a Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) apoyados por los sindicatos para ejecutar estos despidos. Este año, el banco Santander, la 16ª institución bancaria más grande del mundo, despidió a 3.600 trabajadores. El BBVA, el 42º banco más grande del mundo, con alrededor de €676.000 millones en activos, despidió a 2.935. CaixaBank, el tercer mayor prestamista de España por valor de mercado, despidió a 6.452 trabajadores. En Liberbank, la gerencia se prepara para despedir a 1.000 de sus 9.660 empleados.

Los bancos han sido capaces de lanzar esta ofensiva contra el empleo debido sobre todo al papel de los sindicatos. Estas no son 'organizaciones de trabajadores', sino una fuerza policial laboral compuesta por ejecutivos de clase media-alta encargados de aislar y reprimir la lucha de clases, inseparablemente integrados con los partidos capitalistas y el estado.

Los anuncios de estos despidos masivos siguen un modelo ahora familiar para los trabajadores. Primero, la gerencia declara que cientos o miles de trabajadores serán despedidos. Los sindicatos afirman entonces estar sorprendidos e indignados por los números y comienzan las negociaciones con la dirección. En el acto final de todo este proceso bien organizado, se llega a un acuerdo, con el número inicial de pérdidas de empleos ligeramente reducido. Los sindicatos lo presentan como una gran victoria para los trabajadores, mientras que la dirección afirma que los sindicatos fueron negociadores 'duros' pero están satisfechos con el resultado.

Los sindicatos luego cosechan las recompensas por sus servicios corporativos. Por cada ERE reciben una comisión por cada despido, que puede llegar hasta el 10 por ciento, además de los honorarios que cobran a los trabajadores por el asesoramiento jurídico. En resumen, ¡los sindicatos se benefician en proporción al número de empleos que destruyen!

En última instancia, decenas de miles de empleos se eliminan a través de lo que los sindicatos presentan como despidos voluntarios, financiados a expensas de los contribuyentes. ¡La clase obrera termina pagando al estado para subsidiar a las corporaciones para despedir trabajadores a través de los sindicatos! Cada vez se eliminan más empleos mejor pagados, un proceso que sirve para recortar salarios y beneficios para toda la clase trabajadora.

El mismo proceso minuciosamente guionizado se está desarrollándose ahora en el Banco Sabadell.

Hace dos semanas, el principal sindicato del Banco Sabadell, Comisiones obreras (CCOO), reaccionó al anuncio del ERE afirmando que ' la cifra (de despidos) es desproporcionada, irreal y un insulto a toda plantilla '.

CCOO tuvo cuidado de no convocar una huelga. En cambio, afirmó, 'hay alternativas ya que la composición de la plantilla permite acometer una reestructuración basada en prejubilaciones y jubilaciones anticipadas '. En otras palabras, ¡el sindicato está aceptando el marco del despido masivo incluso antes de que comiencen las negociaciones! El jueves, CCOO organizó una pequeña protesta en la sede de Banco Sabadell en Oviedo, mientras el banco entregaba sus premios anuales de 'Investigación Económica'.

CCOO no defenderá los puestos de trabajo. Apenas ha pasado un año desde la última vez que negociaron un despido colectivo que afectó a 1.800 trabajadores en diciembre de 2020. Cuando el banco anunció ese plan, el sindicato publicó un comunicado en el que lo calificó como un 'plan positivo'. CCOO ha destacado que las condiciones propuestas garantizan que no habrá despidos forzosos, y que 'un número importante de personas pueden salir del banco con unas condiciones muy superiores a las que se han ofrecido hasta ahora'.

Una ira masiva se está desarrollando contra los Expedientes de Regulación de Empleo de corporaciones y sindicatos. Conocedores de esta oposición, los sindicatos se están preparando conscientemente para sabotear las luchas de los trabajadores, asegurando que los trabajadores permanezcan aislados de sus hermanos y hermanas de clase, incluso dentro del mismo sector industrial.

A principios de este año, la Unión General de Trabajadores (UGT) y CCOO convocaron una huelga de un día en BBVA para soltar presión en respuesta a un ERE dirigido a más de 3.000 trabajadores. La huelga fue la primera en 30 años. Ante el apoyo masivo a la huelga, UGT y CCOO rechazaron rápidamente nuevas huelgas, temiendo que se extendieran a otros bancos donde se estaban ejecutando despidos, y aceptaron una reducción del 10 por ciento de la plantilla.

En junio, los sindicatos organizaron dos huelgas en dos fechas diferentes en CaixaBank contra el ERE que afectaron a miles de trabajadores. Apenas unas semanas después, a principios de julio, pactaron con la dirección del banco los despidos. CCOO publicó un comunicado en el que afirmaba que, 'tras meses de arduas negociaciones, los representantes laborales de los trabajadores han conseguido transformar EL ERE más salvaje de la historia del sector financiero español en el mejor del momento. [...] Los 8.291 despidos propuestos inicialmente por la dirección han acabado reduciéndose a un máximo de 6.452 despidos voluntarios'.

La clase obrera puede llevar adelante su lucha por preservar los puestos de trabajo y las condiciones laborales sólo rompiendo con el gobierno del PSOE-Podemos, los sindicatos y sus apologistas pseudoizquierdistas. Estos incluyen grupos como la Corriente Revolucionaria Obrera Morenista (CRT), que reaccionan a cada traición llamando a los trabajadores a formar un 'frente unido' con los sindicatos, las mismas organizaciones que hacen cumplir los ataques a instancias de las grandes empresas.

Esta cascada de EREs marca el comienzo de ataques más profundos contra la clase obrera que se intensificarán en los próximos meses. Los bancos se beneficiarán de la política de la Unión Europea contra la pandemia de COVID-19 de priorizar las ganancias sobre las vidas humanas para pagar el fondo de rescate de €750.000 millones.

Los bancos y corporaciones españolas recibirán €144.000 millones. A cambio, el gobierno de coalición PSOE-Podemos está aplicando su política de 'inmunidad colectiva” (de rebaño'): reabrir la economía, enviar a los trabajadores de vuelta al trabajo no esencial y obligar a los niños a volver a la escuela, lo que ya ha costado la vida de más de 100.000 personas y 4,9 millones de infecciones, casi el 10 por ciento de la población. Así, los bancos lograron mantener unos beneficios de más de €3.000 millones en 2020 y esperan un incremento del 18 por ciento en 2021 respecto a los obtenidos antes de la pandemia, en 2019.

Las luchas que surgen entre los trabajadores bancarios son parte de una ola de huelgas en crecimiento y la radicalización de la clase trabajadora a escala global.

El World Socialist Web Site llama a los trabajadores a crear organizaciones independientes de base de trabajadores en fábricas, escuelas y lugares de trabajo, a escala internacional. Promueve la perspectiva de construir una Alianza Internacional de Trabajadores de Comités de Base. Ha ayudado a establecer comités de trabajadores entre los trabajadores de piezas de automóvil en Volvo y Dana en huelga en los Estados Unidos, los trabajadores postales en Australia y los comités de educadores en toda Europa y los Estados Unidos. Esta es la perspectiva sobre la cual los trabajadores bancarios en España pueden romper con los sindicatos y organizar una verdadera lucha.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 20 de septiembre de 2021).

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