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Informe de la Escuela de Verano del PSI de 2021

La pandemia expone la bancarrota del capitalismo europeo

El siguiente informe fue presentado en la escuela de verano del Partido Socialista por la Igualdad (EEUU) de 2021, celebrado del 1 al 6 de agosto, por Johannes Stern, viceeditor de la edición en alemán del World Socialist Web Site y destacado miembro del Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad) de Alemania.

La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Macron en la Cumbre de la UE en Bruselas el 17 de julio [Crédito: Stephanie Lecocq/Pool vía AP]

A lo largo del año pasado, la propaganda inicial de los gobiernos europeos de que habían respondido de manera más responsable a la pandemia que el gobierno estadounidense —primero bajo Trump y ahora bajo Biden— ha sido expuesta como un fraude homicida. Igual que en EEUU, la población europea se enfrenta a una clase gobernante que antepone las ganancias a la vida y aplica de hecho una política de asesinato social.

Oficialmente hay más de 1,1 millón de muertos en el continente. Esto incluye a más de 150.000 en Gran Bretaña, más de 160.000 en Rusia, cerca de 130.000 en Italia, 110.000 en Francia, 92.000 en Alemania, 82.000 en España, 75.000 en Polonia y 53.000 en Ucrania. Tales cifras no tienen precedentes al margen de períodos bélicos. Y tal como en los EEUU y la India, las cifras reales son ciertamente mucho mayores. Y siguen subiendo.

Mientras celebramos esta escuela, una cuarta ola mortal de la pandemia está teniendo lugar, agravada por la difusión de la variante Delta, altamente contagiosa. En Reino Unido, España y Francia, se informa a diario de entre 20.000 y 30.000 nuevos contagios. En Alemania, las cifras están subiendo rápidamente y, como resultado de la política temeraria de reapertura del gobierno, es solo cuestión de semanas hasta que las cifras de contagios diarios alcancen nuevos récords.

Esta semana, la jefa de la cancillería, Helge Braun, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) incluso advirtió de 100.000 nuevos contagios diarios en Alemania en septiembre. Tasas de incidencia de más de 800 contagiados con COVID-19 por 100.000 habitantes son 'desafortunadamente no realistas', dijo.

Está claro lo que significa tal tasa de incidencia: la total sobrecarga del sistema sanitario y una nueva ola de muertes masivas. Un estudio reciente publicado por el RKI calculó que el aforo de cuidados intensivos se vería abrumado por una tasa de incidencia de 400. Ya en la segunda y en la tercera ola de la pandemia, el sistema sanitario estaba al límite, y decenas de miles de personas sucumbieron al virus solo en Alemania.

Como en las primeras olas de la pandemia, el sufrimiento masivo es un resultado directo de las agresivas políticas de reapertura aplicadas por la clase gobernante europea. Los gobiernos de todas las tendencias están aplicando una política deliberada de 'inmunidad colectiva', anteponiendo las ganancias a la vida.

Para no poner en peligro la orgía de enriquecimiento en las bolsas, los gobiernos europeos insisten en que no debe haber más confinamientos y que hay que 'vivir con el virus' —o, más bien, 'morir con el virus'. El primer ministro británico Boris Johnson resumió la política de la clase gobernante en su declaración infame, '¡No más p**os confinamientos, que los cadáveres se amontonen por miles!'.

Con esto los partidos gobernantes de Europa —ya sea conservadores, socialdemócratas o de pseudoizquierda— están en esencia implementando el programa de la ultraderecha, que lleva mucho tiempo exigiendo el fin de todas las medidas de contención de la pandemia. En Alemania, hace apenas unas semanas, el dirigente de la CDU y probable próximo canciller, Armin Laschet, declaró abiertamente su solidaridad con Alternativa por Alemania (AfD) en una diatriba contra nuevas medidas de confinamiento.

El WSWS ha descrito la pandemia como un acontecimiento desencadenante que acelera enormemente la ya avanzada crisis económica, social y política del sistema capitalista mundial. Esto es especialmente visible en Europa. La clase gobernante ha usado la pandemia para seguir avanzando en sus políticas de austeridad social y rearme, que ya había estado intensificando firmemente tras la crisis financiera de 2008-2009.

Como en los EEUU, se dieron billones a los bancos y las grandes empresas en el pasado mes de marzo. Como resultado, la fortuna de los súper ricos siguió creciendo durante el año de la pandemia. Según la lista Forbes de este año, los milmillonarios europeos se han vuelto $1 billón más ricos a lo largo del año pasado. Estas 628 personas ahora tienen una riqueza total de más de tres billones de dólares, un aumento de cerca del 50 por ciento en solo un año.

Estas sumas gigantescas ahora tienen que ser extraídas de la clase trabajadora de nuevo. Ello está detrás de las políticas agresivas de la 'vuelta al trabajo' y el 'regreso a las escuelas' que apoyan todos los partidos capitalistas y que son organizadas en estrecha cooperación con los sindicatos.

La política de la inmunidad colectiva y los ataques sociales van de la mano con las exigencias de una política imperialista más agresiva. Como el gobierno estadounidense, las potencias europeas están aprovechándose de la crisis para intensificar su política de rearme. Todas las potencias centroeuropeas han aumentado masivamente su presupuesto de defensa en el año de la pandemia. Alemania lleva la delantera. El año que viene, por ejemplo, el presupuesto de defensa está previsto que aumente otro cinco por ciento, hasta bastante más de 50 mil millones.

Hemos escrito sobre las maniobras agresivas de la OTAN en el Mar Negro, que aumentan el peligro de una confrontación militar directa con la potencia nuclear, Rusia. Y las potencias europeas también se están volviendo cada vez más agresivas hacia China, a pesar de los estrechos vínculos económicos.

En un arrebato de megalomanía, Berlín envió una fragata al Indopacífico —con la excusa de dar seguridad a la navegación allí. Comentarios agresivos anti-China en la prensa traen oscuros recuerdos del infame discurso huno del kaiser Guillermo hace hoy casi 121 años.

Hemos discutido pormenorizadamente el golpe del 6 de enero y el peligro del fascismo en los EEUU en esta escuela. En Europa también el giro de la clase gobernante hacia la dictadura y el fascismo está muy avanzado y se ha visto agravado aún más por la pandemia.

Ya he mencionado que la clase gobernante en Alemania está adoptando el programa de la ultraderechista AfD. En Francia y en España, hay complots golpistas muy avanzados en el ejército. El gobierno de Macron en Francia y el gobierno del PSOE y Podemos en España están restando importancia al peligro y ellos mismos están respondiendo a la amenaza ultraderechista con un abrupto giro a la derecha.

Su posición expresa los mismos intereses de clase que hemos analizado en relación con los demócratas en los Estados Unidos. Los partidos nominalmente democráticos en Europa rechazan cualquier lucha seria contra el peligro ultraderechista porque ellos defienden los intereses del capital financiero y, sobre todo, temen la militancia creciente y la resistencia de la clase trabajadora. Para suprimir la lucha de clases, ellos mismos adoptan cada vez más el programa de la ultraderecha.

Al mismo tiempo, la pandemia ha agravado la profunda crisis de la Unión Europea y las tensiones entre las potencias imperialistas en el continente.

Mientras las potencias europeas en general están de acuerdo en temas de recortes sociales, militarismo y guerra, han sido totalmente incapaces de organizar un abordaje común para contener la pandemia. Cuando el virus se extendía dramáticamente la primavera pasada, por ejemplo, el gobierno alemán y el francés impusieron prohibiciones a la exportación de equipo médico protector. Desde entonces, las tensiones siguieron creciendo, especialmente entre Francia y Alemania. A mediados de julio, la neofascista francesa y posible próxima presidenta, Marine Le Pen, amenazó con romper la alianza con Alemania y desarrollar una estrecha cooperación militar con Gran Bretaña y Estados Unidos.

Vuelve el fantasma de la catástrofe. Alemania y Francia han ido tres veces a la guerra entre sí en los últimos 150 años. Ahora la crisis económica, social y política creciente está reviviendo todos los problemas no resueltos del capitalismo europeo en el siglo XX.

Toda la historia y el desarrollo de la Unión Europea confirma el análisis marxista resumido por León Trotsky en 1917: 'Una unión económica completa a medio camino y consistente de Europa que venga de arriba por medio de un acuerdo de los gobiernos capitalistas es pura utopía'.

Y más: 'La unión económica de Europa, que ofrece ventajas colosales a productores y consumidores por igual, y en genral a todo el desarrollo cultural, se vuelve una tarea revolucionaria del proletariado europeo en su lucha contra el proteccionismo imperialista y su instrumento —el militarismo'.

Esta es la perspectiva que el movimiento trotskista ha estado defendiendo contra la socialdemocracia y el estalinismo, y que ahora adquiere una importancia inmediata. Entre los trabajadores y los jóvenes, se está desarrollando la resistencia en toda Europa.

Primero, hubo una ola de huelgas espontáneas en fábricas clave de coches, manufacturas y alimentos en Italia y en otras partes de Europa que forzaron a los gobiernos europeos a implementar los confinamientos iniciales la primavera pasada. Luego en el otoño de 2020, hubo otras huelgas y manifestaciones contra la política de reapertura, incluyendo huelgas en escuelas en Grecia, Francia y Alemania.

Ahora están teniendo lugar huelgas y manifestaciones en todo el continente contra los ataques a los empleos y los salarios de los trabajadores. Como en los EEUU, las corporaciones, con la ayuda de los sindicatos, están usando la pandemia de COVID-19 para imponer ataques históricos a los salarios y las condiciones de trabajo.

Estos son solo algunos ejemplos que hemos estado cubriendo extensamente en el WSWS: la lucha del Banbury300 en JDE en Gran Bretaña, las huelgas y las protestas de los trabajadores de mensajería en Gorillas, la lucha de los trabajadores aeroportuarios de WISAG en Fráncfort y las huelgas espontáneas de los trabajadores de la electricidad en Turquía.

En todas estas luchas, no solo hemos comentado los acontecimientos, sino que hemos intervenido como participantes activos en la lucha de clases. Luchamos por organizar a los trabajadores independientemente de los sindicatos y hemos clarificado cuestiones centrales de orientación política y perspectiva. Sobre esta base, hemos sido capaces de poner en pie comités de base entre docentes y estudiantes y de hacer desarrollos similares en otros lugares de trabajo e industrias.

Estamos en una situación en la que la intervención de nuestro partido se está volviendo el factor más decisivo en determinar cómo resulten los acontecimientos políticos.

Merece la pena reconsiderar el ejemplo de nuestra intervención entre los trabajadores de Volvo en la ciudad de Ghent en Bélgica. Nuestra intervención allí y el apoyo que ganamos para la huelga de los trabajadores de Volvo en Dublin, Virginia, fortaleció directamente la lucha de las bases allí. Al mismo tiempo, la huelga en Dublin, sobre la cual les hablamos a los trabajadores de Ghent, espoleó su lucha contra la semana de 40 horas. A solo un día de nuestra primera intervención, hubo un paro espontáneo en Volvo Cars en Ghent.

No podemos subestimar la influencia que tenemos. Semejante a la respuesta del WSWS al Proyecto 1619, hemos entendido que reescribir la historia en Alemania —la banalización de los crímenes nazis por profesores ultraderechistas como Jorg Baberowski— tiene consecuencias de largo alcance. No solo hemos consignado esto, sino que hemos movilizado una poderosa ofensiva intelectual y política contra ello, que ha encontrado una gran respuesta porque articula la enorme oposición al fascismo y a la guerra que hay entre los trabajadores y los jóvenes.

Hay otra experiencia más reciente que quiero compartir con vosotros. Actualmente estamos en medio de una campaña electoral federal. Decidimos intervenir con fuerza tras el desastre de las inundaciones recientes, en las que murieron más de 200 personas porque no se las previno y porque no se organizó ninguna medida de seguridad. Igual que la pandemia, este desastre está exponiendo una vez más la criminalidad de la clase gobernante y la bancarrota del capitalismo. Nuestro informe en vídeo más reciente, en el que entrevistamos a los afectados, recibió más de 200.000 visualizaciones en solo cinco días. Esto pone de relieve el impacto que tenemos cuando respondemos agresivamente a acontecimientos políticos.

En su informe a la escuela de verano de hace dos años, el camarada North explicaba, 'El ataque a nuestra sección alemana por parte del Verfassungsschutz es una clara declaración política de que la élite gobernante reconoce que el programa y las ideas de nuestro movimiento tienen el potencial de ganarse un seguimiento de masas en la clase trabajadora'.

Añadía: 'Este reconocimiento de la talla política del Sozialistische Gleichheitspartei es, en cierto sentido, un elogio. Pero es también una amenaza, y hay que tomársela en serio... Para cumplir con las exigencias de este desarrollo global de la lucha de clases es necesario que los cuadros del Comité Internacional recurran a todo el capital teórico y político de nuestro partido mundial'.

Esta es la orientación de esta escuela y la base sobre la cual debemos ahora continuar desarrollando el trabajo del PSI y de todo el Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

(Publicado originalmente en inglés el 28 de agosto de 2021)

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