En medio de un resurgimiento masivo de casos de coronavirus en España, la morenista Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) y su publicación en línea Izquierda Diario, han lanzado una campaña políticamente criminal que anima a los jóvenes a dejar de lado la precaución y regresar a los clubes nocturnos y bares.
Las tasas de infección se han disparado en España, y los casos diarios se han cuadruplicado en dos semanas. Hasta ayer, el promedio móvil de siete días de casos era de 24.049, en comparación con los 3.574 de hace un mes, y más que en cualquier otro momento desde mediados de febrero. El 15 de julio, España registró 32.680 nuevos casos de COVID-19, la mayor cantidad reportada en un solo día desde el comienzo de la pandemia en febrero de 2020.
Hasta ahora, los jóvenes han sido los más afectados por el recrudecimiento de la pandemia, con tasas de incidencia en este grupo de edad muchas veces superiores al promedio nacional de 600 casos por 100.000. Entre los adolescentes de 12 a 19 años, esta cifra es de 1.488 jóvenes infectados por cada 100.000. Para aquellos de 20 a 29 años, alcanzó un catastrófico 1,794 por 100,000, casi uno de cada 50 individuos. Esto aumenta el peligro de que aumenten las muertes por COVID-19 entre los menores de 30 años, y también que las tasas de infección aumenten entre las capas más viejas y vulnerables de la población.
En línea con las políticas seguidas por la élite gobernante en toda Europa, el gobierno 'progresista' del Partido Socialista (PSOE)-Podemos de España está aplicando una política de 'inmunidad colectiva' sin restricciones, declarando su intención de no implementar ninguna medida de salud que salve vidas, incluso bajo este aumento masivo de infecciones.
Hace una semana, el presidente del PSOE, Pedro Sánchez, descartó la imposición de nuevas medidas a nivel nacional, afirmando que las competencias entregadas a los gobiernos autonómicos delegados ya les permitían “dar una serie de respuestas” a la pandemia. “No es necesario,” insistió Sánchez, “aprobar nada más que lo que está acordado por el Ministerio de Sanidad con las comunidades”.
Gran parte de esta nueva ola de infecciones se ha desencadenado por la reapertura de bares y clubes nocturnos en todo el país, y se anima a los jóvenes a regresar a estos lugares con el pretexto mentiroso de que están a salvo y de que hay pocas posibilidades de que se produzca una nueva oleada de el virus. Muchos casos se han relacionado con viajes de fin de curso de estudiantes a destinos turísticos como Mallorca.
Los espacios de entretenimiento nocturno se reabrieron en junio con un anuncio del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) del gobierno español. Se permitió que los clubes nocturnos y bares abrieran hasta las 2:00 o 3:00 a.m., con el distanciamiento social y las limitaciones de capacidad nominalmente vigentes, pero que muchas regiones han ignorado en gran medida.
A pesar del evidente y creciente riesgo para la salud que representa la reapertura de estas instalaciones, la morenista CRT no solo se ha negado a pedir el cierre de negocios inseguros y no esenciales, como clubes nocturnos, sino que ha pedido activamente que permanezcan abiertos y alentado la asistencia. Esto se justifica con la patética afirmación: 'La juventud tiene derecho a divertirse'.
Mientras intenta enmascarar su posición detrás de la supuesta oposición a que los jóvenes se conviertan en chivos expiatorios por el aumento de las infecciones, el artículo de la CRT del 1 de julio, titulado 'La quinta ola alienta otra campaña de criminalización de la juventud', es un llamamiento descarado para el fin de cualquier política de distanciamiento social.
“El combate de esta quinta ola no puede pasar por la criminalización, persecución y nuevos encierros contra la juventud”, afirma el artículo de Izquierda Diario.
Es hora de exigir un retorno seguro de la vida social, cultural y educativa,” continúa la pieza, “con medidas que garanticen un ocio seguro, con testeos de antígenos masivos a costa de las patronales que se lucran a manos llenas de la noche y el divertimento juvenil, con una extensión e intensificación de la campaña de vacunación a todas las edades y la exigencia de la liberación inmediata de todas las patentes que hagan esto posible, no solo en el Estado español sino en todo el planeta, en especial los países semicoloniales donde las olas activas siguen causando auténticos estragos con decenas de miles de muertos diarios”.
Los llamamientos para hacer que esos lugares sean 'seguros' mediante la realización de pruebas periódicas a los jóvenes y la expansión de las campañas de vacunación no son más que un escaparate para la adopción de la CRT de una política de abrir la economía y descartar medidas de distanciamiento social. Las campañas de prueba y vacunación por sí solas son totalmente insuficientes para combatir la propagación de la infección. Deben ser parte de una campaña generalizada para reducir el contacto social, principalmente mediante el cierre de lugares de trabajo no esenciales, para detener el contagio.
“La culpa de este brote ha sido atribuida a la actitud ‘relajada’ e ‘irresponsable’ de todo joven que se fuera de viaje con sus amigos,” prosigue el artículo de Izquierda Diario. “Sin embargo, la realización de actos masivos sin las medidas sanitarias necesarias, a los que evidentemente van a asistir los jóvenes y adolescentes que llevan más de un año con su vida social reducida o cancelada, es responsabilidad solidaria de las administraciones [central y autonómica] y los grandes jefes del entretenimiento”.
Aunque la CRT se postula como crítica de las políticas del gobierno del PSOE-Podemos y de las grandes empresas, en realidad su posición se alinea con la del gobierno en todos sus fundamentos. Sus llamados a un regreso a la vida nocturna muestran que se han alineado completamente detrás de la política criminal de la élite gobernante de aprender a 'vivir con el virus'.
Si bien reconoce brevemente que las tasas de incidencia han aumentado entre los jóvenes en las últimas semanas, el artículo del 1 de julio no menciona las drásticas implicaciones de este aumento en las infecciones. Los enormes riesgos que aún plantea el virus, de hospitalización y muerte, de incapacitación prolongada (COVID prolongado) y de la posible aparición de variantes nuevas y potencialmente más mortales, son ignorados en silencio por la CRT.
Los morenistas han ignorado en gran medida la pandemia en los últimos meses, y Izquierda Diario no ha publicado casi nada sobre la catástrofe social y sanitaria a la que se enfrentan millones de personas en España y miles de millones en todo el mundo. Las pocas declaraciones que ha emitido su sitio web se han caracterizado por la oposición a una campaña científicamente guiada para erradicar el virus y la indiferencia hacia las decenas de miles de vidas perdidas y miles más afectadas por enfermedades graves y de larga duración.
En enero, la CRT publicó un artículo en Izquierda Diario, titulado sarcásticamente “Más restricciones, la receta para hacer frente a la tercera ola”, en el que denunciaba las necesarias medidas de salud pública como los cierres y el distanciamiento social como “autoritaria y paliativa”. “Como si fuera un grifo”, declararon los morenistas, “van [el gobierno del PSOE y Podemos] limitando nuestras libertades y movimientos a su gusto”.
En mayo, cuando el gobierno del PSOE-Podemos puso fin al estado de alarma —el mecanismo jurídico que permite a los gobiernos regionales imponer medidas sanitarias por el coronavirus como confinamientos, toques de queda y restricciones a la movilidad— la CRT no criticó este imprudente peligro para la vida de millones de trabajadores en España. Su análisis del fin del estado de alarma se limitó a explicar qué medidas podrían y no podrían imponer los gobiernos regionales, y no advirtió sobre los graves riesgos para la salud ni exigió esfuerzos continuos para combatir la pandemia.
La oposición de la CRT a las medidas para contener la pandemia no es simplemente un error pasajero o una confusión. Refleja los intereses de clase material sobre los que se basa esta tendencia. Los morenistas hablan por capas acomodadas de la clase media alta y miembros de la burocracia sindical, cuyas posiciones y estilos de vida dependen del movimiento ascendente de los mercados de valores y la explotación continua de los trabajadores. Estos intereses son incompatibles con medidas de salud pública como el distanciamiento social y el cierre de negocios no esenciales, que atentan contra los intereses de lucro de grandes y pequeñas corporaciones.
Contra las políticas reaccionarias y anticientíficas de la CRT y otras organizaciones pseudoizquierdistas, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional ha luchado constantemente por un programa de medidas sanitarias y sociales totalmente financiado para combatir la pandemia. Una lucha genuina y científicamente dirigida para erradicar el coronavirus no se puede lograr fuera de un asalto frontal al sistema capitalista, que prioriza la obtención de ganancias por encima de todo. Esto requiere una ruptura política con todos los representantes de la pseudoizquierda, como parte de una lucha independiente de trabajadores y jóvenes por el socialismo en España e internacionalmente.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de julio de 2021)