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El gobierno español del PSOE-Podemos sube los precios de la electricidad

El Gobierno del Partido Socialista (PSOE)-Podemos ha aprobado nuevas medidas para subir los precios de la electricidad, ya entre los más altos de Europa. Representan un nuevo ataque a las condiciones de la clase obrera, que tiene lugar en medio de una ola de austeridad y medidas contra los trabajadores.

Estas medidas se introdujeron días antes de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajara a Madrid para reunirse con el primer ministro Pedro Sánchez para aprobar el plan de España de emplear casi 70.000 millones de euros (85.000 millones de dólares) en subvenciones. El aumento de la electricidad es solo el primero de otros muchos recortes, incluidos una nueva reforma de las pensiones para ampliar la edad de jubilación y una reforma laboral para reducir los salarios y precarizar el trabajo.

En junio entraron en vigor las nuevas tarifas eléctricas aprobadas por el Gobierno PSOE-Podemos, lo que supondrá una subida significativa e inmediata del precio de la luz para 11 millones de hogares, aquellos que tienen contratada la tarifa regulada.

El primer ministro de España, Pedro Sánchez (PSOE), segundo a la izquierda, camina junto al líder de Podemos Pablo Iglesias, segundo a la derecha, y la primera viceprimera ministra Carmen Calvo, a la izquierda, en el Palacio de la Moncloa en Madrid, España, el martes 14 de enero de 2020. (Image Credit: AP Photo/Manu Fernandez)

Esta es la normal entre las familias de clase trabajadora, generalmente con menos de 10 kW de potencia contratada. Se estima que el 75 por ciento de los hogares tienen esta tarifa, que normalmente es más barata que el precio del mercado libre. Esta tasa también permite a los sectores más pobres de la población solicitar el bono social, un descuento en la factura del 25 al 40 por ciento para los jubilados, trabajadores de bajos ingresos, desempleados y los sujetos a expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE), todos ellos considerados consumidores vulnerables.

Las nuevas tarifas, sin embargo, establecen tres franjas horarias:

● La más cara en hora punta, de 10:00 a.m. a 14:00 p.m. y de 6:00 p.m. a 10:00 p.m.

● La más barata en horas valle, de 00:00-08:00 más fines de semana y festivos.

● Horas llanas, cubriendo el resto.

Por lo tanto, las tarifas de bajo costo se sitúan solo entre medio noche y el amanecer junto a los fines de semana. El gobierno afirma de manera absurda que está 'promoviendo el ahorro de energía' al trasladar el consumo a horarios de menor precio.

El ministro de Consumo de Podemos y líder de la estalinista Izquierda Unida, Alberto Garzón, justificó cínicamente la medida, diciendo que hay que explicar 'a la ciudadanía que con pequeños gestos se puede ahorrar bastantes euros al mes si toma decisiones que ahora probablemente desconoce”

El argumento de Garzón es un completo fraude. Los trabajadores no pueden cocinar, usar lavadoras y lavavajillas, ver la televisión y ducharse solo en medio de la noche. Disfrazado de retórica 'ecológica' vacía, es un ataque completo a la clase obrera.

En invierno, la situación será aún peor, ya que la nueva estructura de tarifas presionará a los trabajadores para que calienten sus casas solo de madrugada. La asociación de consumidores FACUA declaró que considera que 'pedir que se desplace el consumo eléctrico a la madrugada es denigrante para los consumidores más vulnerables'

Pero este cambio de tarifas no supone más que un nuevo hito en el crecimiento desbocado de los precios de la luz. En los cinco primeros meses de año la factura de la luz subió para un consumidor medio un 22% con respecto a ese mismo periodo el año pasado, el mes de abril alcanzó el máximo para este mes en los últimos 10 años, y entre marzo y mayo el recibo medio se incrementó desde los 63,59 a los 75,92 euros.

Estos precios son el resultado de un oligopolio de compañías eléctricas formado por Naturgy, Endesa e Iberdrola, que controlan hasta el 90 por ciento del mercado eléctrico. Al fijar los precios de la electricidad, se benefician del llamado sistema 'marginalista' que basa el precio de la misma en el costo del método más caro de producción. Así, la electricidad procedente de instalaciones de ciclo combinado, las de mayor coste, fija los precios de mercado de toda la electricidad, aunque las que tienen costes de producción más baratos (nuclear, eólica, hidroeléctrica) representan un porcentaje mayor del total de electricidad generada.

Los precios de la electricidad de las instalaciones de ciclo combinado son más caros porque consumen gas natural y deben pagar 'derechos de emisión' por cada tonelada de CO2 emitida a la atmósfera. Estos derechos de emisión están limitados por país, pero son transferibles en un mercado de compra y venta de derechos que está sujeto a fuertes presiones especulativas que empujan los precios al alza. En España, en un año, los precios de los derechos de emisión han subido de 27 a 58 euros.

De este modo, los especuladores ganan cada vez más dinero comerciando con los derechos de emisión. Esto primero impulsa los precios de la electricidad generada por las plantas eléctricas más contaminantes; luego establece el precio promedio, aunque solo representa una minoría de la electricidad generada. Las empresas energéticas obtienen así enormes beneficios.

De esta forma, juntando este mecanismo especulativo al cambio de tarifas, en junio de 2021 el precio actual de la luz en las horas más baratas es superior que el de hace un año en horas punta, y el actual en horas punta duplica al de hace un año en los mismos intervalos. De manera que junio ha arrojado el precio de la luz más alto de la historia.

Además, se espera que Naturgy, Endesa, Repsol e Iberdrola se beneficien masivamente del fondo de rescate de la UE de €140.000 millones adoptado durante la pandemia. De esta cantidad, el 37 por ciento se destinará a la llamada 'transición ecológica'. Las 'cuatro grandes' empresas energéticas han propuesto más de 400 proyectos, valorados en €60.000 millones. Esto es casi la mitad de la parte de España del fondo de rescate de la UE.

La carga de este enriquecimiento de la oligarquía financiera recae sobre cientos de miles de familias trabajadoras y, lo que es peor, sobre casi cuatro millones de desempleados y más de medio millón de trabajadores sujetos a ERTE. Según las estadísticas del gobierno, 4,5 millones de personas sufren de pobreza energética, es decir, no pueden cubrir el costo de sus necesidades básicas de energía. Esto provoca más de 7.100 muertes al año, más que las muertes por accidentes de tráfico.

Ante la crisis social que se avecina si los precios de la luz siguen escalando, el Gobierno del PSOE-Podemos ha recortado la parte del IVA que se paga en la factura de la luz del 21 por ciento al 10 por ciento, aunque solo temporalmente, hasta diciembre. Es decir, el PSOE y Podemos intervinieron no para frenar los beneficios de la oligarquía financiera, sino para recortar los ingresos del Estado.

Aun así, la medida es insuficiente. Solo supondrá una reducción media de 7 euros por factura, cuando solo en junio el incremento interanual fue de 28 euros, con subidas de precios que continuarán.

Los generosos regalos a las empresas energéticas a costa de los trabajadores no hubieran sido posibles sin la colaboración de Podemos y los sindicatos. Justo antes de las últimas elecciones generales de 2019, Podemos tuiteó: “Bajaremos la factura de la luz poniendo firmes a las grandes eléctricas”. Alberto Garzón decía en otro tweet tras una subida de la luz en 2017 que “Miles de familias no podrán mantener sus casas a temperaturas adecuadas, lo que repercutirá gravemente en la salud de los que menos tienen. Ningún gobierno decente debería tolerarlo”.

En realidad, Podemos forma ahora parte de un gobierno 'indecente', por utilizar los propios términos de Garzón.

Los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO), la Unión General del Trabajo (UGT) y la Confederación General de Trabajadores (CGT) no han convocado ni siquiera huelgas simbólicas ni protestas. CCOO y UGT se sientan en comisiones regionales y estatales que discuten cómo utilizar los rescates de la UE destinados a enriquecer a las compañías eléctricas. Los sindicatos también trabajan con el gobierno del PSOE-Podemos para diseñar recortes de pensiones y reformas laborales, políticas de austeridad que han prometido a Bruselas que impondrán.

La única respuesta viable al Gobierno PSOE-Podemos es movilizar a la clase trabajadora contra un Gobierno y unas corporaciones que les están saqueando. Podemos y los sindicatos defienden el sistema capitalista, incluida la producción y distribución de energía basada en el beneficio privado, no en la planificación racional. Sólo un sistema socialista, en el que los recursos energéticos se nacionalicen en toda Europa e internacionalmente, como parte de una economía planificada, y se organicen para producir calor y luz para todos como un servicio público, ofrece un camino a seguir para los trabajadores.

(Artículo publicado originalmente el 4 de julio de 2021)

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