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EE.UU. envía dos buques de guerra al mar Negro, mientras Rusia advierte de “hostilidades a escala completa” con Ucrania, respaldada por OTAN

Estados Unidos está enviando dos buques de guerra al mar Negro en medio de un rápido empeoramiento de la crisis en el este de Ucrania. El viernes, el Gobierno turco confirmó que el Pentágono había emitido una solicitud formal hace 15 días para que se permitiera a dos de sus buques de guerra pasar por el estrecho de Turquía, para ser desplegados en el mar Negro hasta el 4 de mayo.

El envío de buques de guerra estadounidenses al Mar Negro es el último de una serie de pasos extraordinariamente provocadores de Ucrania, respaldada por la OTAN, y Estados Unidos. En marzo, poco después de que Joe Biden asumiera el cargo y reafirmara que “Crimea es Ucrania”, el gobierno ucraniano de Volodímir Zelenski anunció una estrategia para “recuperar Crimea” y Dombás.

Crimea, una península de gran importancia estratégica en el mar Negro, fue anexada por Rusia en 2014 luego de un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos y Alemania en Kiev. Dombás ha sido el escenario de una guerra civil que ha continuado por casi siete años, y está controlado en gran parte por separatistas respaldados por Rusia. El anuncio de una ofensiva para retomar estos territorios equivale a declarar que Ucrania se está preparando para la guerra.

Buque de guerra estadounidense, 15 de febrero de 2021 (AP Photo/Mohammad Farooq)

Este fue el contexto inmediato de los intensificados combates entre los separatistas y el ejército ucraniano. Desde entonces, Zelenski ha instado a la OTAN a acelerar la admisión de Ucrania a la alianza militar, y Ucrania y la OTAN han anunciado ejercicios militares conjuntos. El viernes pasado, Zelenski se reunió virtualmente con el presidente de Estados Unidos, Biden, quien le aseguró el pleno apoyo de Estados Unidos contra Rusia. En respuesta a estas provocaciones, Rusia ha acumulado tropas en las fronteras de Ucrania, ha anunciado ejercicios militares y está reforzando su armada en el mar Negro.

Al igual que Estados Unidos, Alemania y Francia han denunciado la “agresión rusa”. La canciller alemana, Angela Merkel, pidió a Putin el jueves que retire las tropas de la frontera del este de Ucrania. Zelenski viajará a París la próxima semana para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron. El Gobierno francés también ha exigido a Rusia que “explique” los movimientos de tropas en la región.

El jueves, Zelenski visitó las tropas ucranianas en el este de Ucrania, a aclamándolas como “un verdadero ejemplo de heroísmo y dedicación”. Un número significativo de las tropas y milicias que siguen combatiendo en lo que es una guerra profundamente impopular en Ucrania están afiliadas al batallón neonazi Azov y formaciones similares de extrema derecha, que fueron construidas sistemáticamente por el Estado ucraniano y los Estados Unidos, especialmente después el golpe de 2014.

Al hablar de “agresión rusa”, las potencias imperialistas, Kiev y sus lacayos en los medios de comunicación ponen la realidad de cabeza. Es Ucrania, respaldada por la OTAN y los Estados Unidos, no Rusia, la que ha estado intensificando sistemáticamente la situación y empujando a la región al borde de una guerra total.

El viernes, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que Rusia estaba tomando precauciones ante una “región peligrosa y explosiva en sus fronteras”. Advirtió que la situación era tan inestable que “la dinámica…. creó el peligro de una reanudación de las hostilidades a escala completa”. En una llamada con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Ucrania de reanudar “acciones de provocación peligrosas”. Un día antes, el subjefe de la administración presidencial de Rusia, Dmitri Korzak, dijo que las fuerzas rusas podrían intervenir para defender a los ciudadanos rusos en la región. El Kremlin también ha ofrecido pasaportes rusos a los residentes de Dombás y a todos los ucranianos que quisieran uno. Afirmó que una guerra podría marcar el “principio del fin” de Ucrania.

Ted Galen Carpenter, escribiendo para la publicación de derecha National Interest, señaló que la situación actual recordaba el período previo a la guerra ruso-georgiana de 2008, cuando Estados Unidos alentó deliberadamente a Georgia a tomar medidas agresivas contra Rusia. Escribió: “Los paralelismos entre la excesiva presión por parte de Washington a Ucrania y el error de Bush con respecto a Georgia [en 2008] son inquietantes y alarmantes. El Gobierno de Vladimir Putin ha dado a Occidente numerosas advertencias a lo largo de los años de que intentar convertir a Ucrania en un cliente militar de la OTAN cruza una línea roja brillante en términos de la seguridad de Rusia”. Carpenter advirtió que la situación podría convertirse en una confrontación nuclear entre Rusia y Estados Unidos.

Mapa de la región del mar Negro [Photo by User:NormanEinstein / CC BY-NC-SA 4.0]

La situación extraordinariamente peligrosa en la región del mar Negro solo puede entenderse dentro de su contexto internacional e histórico más amplio. Desde la disolución de la Unión Soviética por parte de la burocracia estalinista en 1991, la culminación de las décadas de una traición nacionalista de la Revolución de Octubre, Estados Unidos ha tratado de compensar su declive económico poniendo militarmente a toda la región bajo su control. La OTAN, a pesar de las garantías anteriores de lo contrario, ha rodeado rápidamente a Rusia. Estados Unidos, con un fuerte apoyo de la UE, también ha orquestado varios golpes de Estado en la antigua Unión Soviética para instalar regímenes prooccidentales, incluyendo en Georgia (2003), Ucrania (2004, 2014) y Kirguistán (2010).

Zbigniew Brzezinski, uno de los principales arquitectos de la política exterior de Estados Unidos durante muchas décadas, resumió la importancia de “Eurasia”, que abarca toda Europa y Asia, en 1997: “Con Eurasia ahora como el tablero de ajedrez geopolítico decisivo, ya no basta con diseñar una política para Europa y otra para Asia. Lo que suceda con la distribución del poder en la masa continental euroasiática tendrá una importancia decisiva para la primacía global y el legado histórico de Estados Unidos ... En una Eurasia volátil, la tarea inmediata es garantizar que ningún Estado o combinación de Estados obtenga la capacidad de expulsar a los Estados Unidos o incluso disminuir su papel decisivo”.

Dentro de Eurasia, la región del mar Negro tiene una importancia geoestratégica particular, ya que conecta a Europa con las regiones ricas en recursos energéticos del Cáucaso y Oriente Próximo.

En 2018, el Pentágono declaró abiertamente que Estados Unidos se estaba volviendo a concentrar en el “conflicto de grandes potencias”, es decir, los preparativos de guerra contra las potencias nucleares de Rusia y China. En esto, Europa del este y la región del mar Negro son fundamentales. La pandemia de COVID-19 solo ha acelerado el impulso bélico, sobre todo por parte de Estados Unidos. Detrás de esto hay crecientes tensiones políticas y de clase dentro de los propios Estados Unidos. La Administración de Biden, siguiendo el curso de la Administración de Trump, ha tomado un curso extraordinariamente agresivo contra China. Al mismo tiempo, Estados Unidos ha intensificado deliberadamente las tensiones con Rusia. Hace apenas unas semanas, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, llamó al presidente ruso un “asesino”, lo que provocó una crisis diplomática.

Hay indicios de que la política estadounidense en la región del mar Negro no solo tiene a Rusia en la mira, sino también a China. Durante la última década, China se ha convertido en un importante socio económico de muchos países de la región, en particular de Ucrania. Si bien la UE sigue siendo el mayor socio comercial de Ucrania, China se ha convertido en la nación que comercia más con el país, superando a Rusia. A principios de 2019, China se convirtió en el segundo mayor socio importador de Ucrania, representando casi el 14 por ciento de las importaciones totales, más que Rusia. También se convirtió en el tercer socio exportador más importante de Ucrania, con el 6,2 por ciento de las exportaciones totales.

Los mayores vínculos económicos de Ucrania con China han provocado gran irritación en EE.UU. Particularmente, en marzo, justo cuando el Gobierno ucraniano anunció su estrategia para “recuperar Crimea”, Kiev también declaró que cancelaría un acuerdo planificado por valor de 3.600 millones de dólares para vender la empresa ucraniana de motores de helicópteros y aviones Motor Sich a inversores chinos, después de años de presión de Washington.

La nacionalización de la empresa tiene un coste económico enorme para Ucrania, que está muy endeudada y empobrecida. Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional del Gobierno de Ucrania, declaró que la decisión se había tomado en aras de la “seguridad nacional del país”. Anders Aslund, un veterano experto en la política exterior de Estados Unidos en la región, dijo que la decisión mostraba que Ucrania “apoya a Estados Unidos incluso a un costo considerable” y lo calificó como “un paso excelente que Estados Unidos debería apreciar enormemente”.La campaña de guerra imperialista plantea inmensos peligros para los trabajadores a nivel internacional. La oligarquía rusa no tiene nada para contrarrestar a la campaña de guerra imperialista, salvo una combinación de llamamientos a las potencias imperialistas y la promoción del nacionalismo y el militarismo. El peligro de la guerra solo puede evitarse mediante la construcción de un movimiento socialista contra la guerra en la clase trabajadora y una lucha por poner fin a la causa fundamental de la guerra imperialista: el capitalismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 9 de marzo de 2021)

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