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El grupo morenista español CRT niega el golpe fascista de Trump en Washington

El grupo morenista español Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT), el afiliado español del argentino Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y de Left Voice de los EEUU, está negando el intento de golpe fascista del presidente Donald Trump el 6 de enero.

Su respuesta autocomplaciente al asalto al Capitolio estadounidense por una turba fascista dirigida por Trump está directamente vinculada a su silencio respecto a los llamamientos por parte de generales españoles para un golpe fascista en España. Se desviven por bloquear políticamente el desarrollo de un movimiento político internacional en la clase trabajadora contra la amenaza del fascismo. En cambio, están buscando subordinar a los trabajadores y jóvenes al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos y a la burocracia sindical española, mientras procede con las políticas homicidas de austeridad y de la "inmunidad colectiva".

El 6 de enero, Trump, trabajando con policías, militares y cargos republicanos de alto nivel, lanzó un golpe con el objetivo explícito de impedir la certificación de los resultados del Colegio Electoral de las elecciones nacionales de noviembre. Su objetivo era revertir las elecciones presidenciales estadounidenses.

Simpatizantes de Trump intentan cruzar un cordón policial, 6 de enero de 20221, en el Capitolio, Washington DC (AP Photo/John Minchillo)

Miles de simpatizantes suyos asaltaron el Capitolio, armados con pistolas y bridas, que habrían sido utilizadas para atar rehenes, con el objetivo de parar la sesión del congreso en la que estaba siendo certificada la derrota de Trump en las elecciones presidenciales de 2020. De manera significativa, funcionarios del Pentágono al principio rechazaron llamamientos desesperados de representantes y senadores para desplegar fuerzas de la Guardia Nacional para recuperar el Capitolio de manos de la turba de Trump.

A pesar de las múltiples violaciones de la Constitución estadounidense, muchos arrestados y cinco muertos —incluso un policía— Trump ha sido capaz de mantenerse en el cargo porque fuerzas poderosas en Wall Street y en las agencias del ejército y de inteligencia estadounidense están barajando establecer una dictadura fascista. La clase gobernante apoya unánimemente su política homicida de la "inmunidad colectiva" para el COVID-19.

La reacción del sitio Izquierdadiario.es de la CRT, sin embargo, fue copiar material de sus afiliados estadounidenses y argentinos en los que niegan que hubiera ocurrido una intentona golpista fascista. En un artículo publicado el 7 de enero, titulado "El asalto al Capitolio y la decadencia del imperialismo estadounidense", escribió:

El asalto al edificio del Capitolio no fue una insurrección ni un golpe como insinúan miembros de la prensa burguesa, pero muestra a una ultraderecha que, lejos de aceptar la derrota tras el 3 de noviembre, se ha visto de hecho envalentonada durante la transición.

Izquierdadiario.es reprodujo un artículo de Left Voice de Scott Cooper, en el que el autor una vez más restaba importancia al golpe, acusando a quienquiera que lo llamara por su nombre de estar al "servicio" de la clase gobernante:

Los acontecimientos del Capitolio del miércoles pasado fortalecieron al gobierno entrante de Biden y Harris al crear la unidad burguesa —desde la prensa liberal hasta el Pentágono e incluyendo a los partidos gemelos del capitalismo— en respuesta a la amenaza "trumpista" y la "defensa de la democracia". No es casualidad que todos los grandes diarios capitalistas, incluyendo al New York Times y al Washington Post, utilicen la retórica de la "intentona golpista" y la "insurrección" y "sedición" para describir lo que sucedió. Lo hacen al servicio de fortalecer el frente burgués contra la inestabilidad —personificada en Trump y sus seguidores más ardientes— y para dar tanta legitimidad como les sea posible a la nueva administración.

Reprodujo otro artículo de Left Voice por Nathaniel Flakin —miembro del afiliado alemán, la Organización Internacional Revolucionaria (OIR)— que insistía en que estaba "lejos de" ser un golpe:

Quizás ahora veamos una gran represión a la derecha. Pero es improbable que vaya más allá de un par de cabecillas. ... Esto no implica que la muchedumbre del Capitolio fuera un intento de golpe fascista —lejos de ello. La cosa es que el Estado capitalista está perdonando sin parar levantamientos derechistas incluso mucho más serios.

El hecho es que lo que sucedió el 6 de enero fue una intentona golpista, que el WSWS lleva cubriendo extensamente desde junio de 2019, cuando Trump amenazó con desplegar al ejército contra las manifestaciones multirraciales de masas en repudio al asesinato policial de George Floyd y contra las políticas de la "inmunidad colectiva". Afirmar otra cosa es adormecer a la clase trabajadora respecto a los enormes peligros que se desarrollan ante sí.

Llamar las cosas por su verdadero nombre no es hacerle el juego a facciones de la clase gobernante. Biden y los demócratas están haciendo todo lo posible por restar importancia a la intentona golpista. Su respuesta inmediata fue comprometerse con la "unidad" con sus "colegas republicanos". Al mismo tiempo, ningún sector del Partido Demócrata ha hecho llamamientos para una investigación exhaustiva y pública del golpe —como las audiencias del Watergate por el intento de robo de materiales del Partido Demócrata bajo el presidente republicano Richard Nixon en los '70.

El restar importancia a la intentona golpista fascista, como hace izquierdadiario.es, le hace el juego al Partido Demócrata y a la clase gobernante estadounidense según se desplazan a la derecha. En contraste, el Partido Socialista por la Igualdad (EEUU) está exigiendo una investigación total, pública y transmitida en directo de la intentona golpista fascista. La tarea clave es alertar y movilizar políticamente a la clase trabajadora del mundo.

Que la CRT reste importancia al golpe de Trump va directamente ligado a su política de adormecer a la clase trabajadora de España, en medio de la agitación creciente en la clase gobernante por un golpe fascista en Madrid. Ya ha pasado más de un mes desde que la primera de dos cartas, firmada por cientos de antiguos altos mandos del ejército, apelaron al rey Felipe VI para respaldar un golpe contra el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos. Esto fue seguido por:

  • Mensajes de WhatsApp de mandos retirados que exigían fusilar a "26 millones" de personas e imitar el golpe fascista del general Francisco Franco, que lanzó la Guerra Civil española de 1936-1939;
  • Un manifiesto firmado por 750 mandos, incluyendo a 70 generales, que acusaba al gobierno del PSOE y Podemos de plantear "un serio peligro a la unidad de España y el orden constitucional";
  • Chats de WhatsApp de mandos en servicio activo apoyando los llamamientos fascistas de los mandos retirados.
  • La publicación de vídeos de soldados españoles en servicio activo cantando cánticos fascistas y neonazis y haciendo el saludo fascista.
  • Noticias de una conspiración ultraderechista, a la que se le dio el nombre en clave de Operación Albatros, con el objetivo de implantar una dictadura militar bajo la forma de un gobierno de unidad nacional del PSOE, el Partido Popular y Vox.

Para cualquier publicación o tendencia que pretenda ser progresista, mucho más socialista, estas amenazas serían tomadas muy en serio, especialmente en un país que ha visto numerosos intentos golpistas y golpes exitosos. El más famoso fue dirigido por el general Francisco Franco en julio de 1936, que desató una guerra civil de tres años y terminó con la ejecución de cientos de miles de trabajadores de izquierdas. El régimen de Franco duró hasta 1978.

Con todo, el sitio izquierdadiario.es de la CRT ha guardado un silencio ensordecedor respecto a estas amenazas golpistas, mientras le restaba importancia a la intentona golpista fascista contra el Capitolio de Washington.

La intentona golpista en Washington tuvo implicaciones directas en España. El partido fascista Vox, estrechamente vinculado a los mandos españoles que exigían un golpe, esperó hasta la medianoche, hora española, para condenar la intentona golpista de Trump —es decir, cuando quedó claro que el golpe había fracasado. El mismo día, el teniente general retirado Emilio Pérez Alamán envió una carta a la ministra española de defensa, Margarita Robles, denunciando sus tenues críticas a los llamamientos de los mandos fascistas para un golpe y exigiendo que el gobierno del PSOE y Podemos "cambie de rumbo".

El mes pasado, mientras el WSWS publicó ocho artículos sobre las amenazas crecientes de un golpe en España, izquierdadiario.es apenas si publicó uno, breve, el 4 de diciembre, titulado "El ejército, el rey y el régimen del 78". El artículo se propone apuntalar a Podemos y a su secretario general, el vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, en sus esfuerzos por minimizar la importancia de las amenazas golpistas fascistas en España.

La CRT les dice a sus lectores, "Las cartas enviadas al rey y los chats filtrados revelan el alto número de mandos franquistas [en el ejército. ...]. En vista de ello, las diferentes reacciones a las cartas y los chats publicadas son más o menos lo que uno se esperaría". El rey Felipe VI, sigue, "no ha dicho nada, como era de esperar, dado que representa a una institución impuesta por el régimen de Franco, un heredero directo de la dictadura, y vinculado estrechamente con el ejército".

Vox, dice la CRT, "se desmarca de los chats", aunque defiende "el contenido de los chats con el argumento de que 'son privados'". La CRT insistió en que esto "no sorprende, considerando que este partido político se basa en esos sectores reaccionarios del ejército". De hecho, en el parlamento Vox apoyó abiertamente los mensajes de chat de los generales fascistas, cuando la legisladora de Vox Macarena Olona dijo: "Por supuesto que son nuestra gente".

Que un golpe fascista, dada la historia de la burguesía europea, no sea de ninguna manera impensable en España significa que hay que tomarse la amenaza de un golpe tal con la mayor seriedad. El carácter criminal de la respuesta autocomplaciente de la CRT a los llamamientos por un golpe fascista en España, llamándolo "esperado" o "no sorprendente", quedó expuesto con la intentona golpista de Trump en Washington. Ante un golpe fascista que se estaba desarrollando en tiempo real, la CRT pasó de insistir en que los golpes fascistas no eran una sorpresa y que hasta eran de esperar a insistir en que no había ningún golpe fascista.

Su único artículo simbólico sobre la amenaza golpista en España estaba coordinado para coincidir con los intentos del Estado español por restar importancia a la crisis. Sucedió un día después de que el dirigente de Podemos y vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, fuera enviado a la televisión estatal en horario de máxima audiencia a insistir desvergonzadamente en que las amenazas de los mandos no eran importantes. Iglesias dijo: "Lo que digan esos señores, a su edad y ya jubilados, en un chat y con unas copas de más, no plantea ninguna amenaza".

Iglesias intervino mientras las amenazas golpistas y las instigaciones a matar a millones de personas pasaron a ser los principales trending topics de Twitter en España. Amplias masas de trabajadores —muchos de los cuales nacieron en la época de Franco o se criaron con las historias de las torturas y los asesinatos franquistas— no se toman a la ligera la amenaza de un golpe fascista. La CRT, que representa al mismo mundillo acomodado de clase media que Podemos, en cambio estaba haciendo de soldado de las campañas de Podemos para encubrir la amenaza de un golpe fascista.

izquierdadiario.es luego afirmó que la solicitud fraudulenta del gobierno del PSOE y Podemos de que la fiscalía investigue los grupos de WhatsApp tiene por objetivo luchar contra el fascismo. Llamó a la investigación "Un intento de separar la ideología reaccionaria expresada por ese grupo de soldados del ejército y tildar este hecho y a sus anunciantes de 'excepción'. Es también un compromiso claro con la vía administrativa como estrategia para hacer frente a la ultraderecha".

Lo cual es absurdo. Hasta el diario El País, ligado al PSOE, que trabajó sin parar para minimizar la importancia de las amenazas golpistas, casi admite que la investigación del PSOE y Podemos era un paripé, diciendo que "fuentes consultadas por este diario dijeron que es improbable que la queja llegue muy lejos, porque los comentarios se hicieron en un grupo de chat privado".

Podemos, igual que la CRT, no tienen ninguna intención de "hacer frente" a la ultraderecha. Ambos temen la ira explosiva que se está gestando en la clase trabajadora contra el gobierno del PSOE y Podemos por su política homicida de la "inmunidad colectiva" respecto al COVID-19, que impone el regreso al trabajo y a las escuelas que ha dejado a más de 70.000 personas muertas y 2 millones de contagiados, para financiar rescates a los bancos y las empresas. Tienen mucho más miedo a un movimiento de la clase obrera que se vuelva contra el sistema capitalista que al fascismo.

A final de cuentas, los mismos miedos que llevaron a cientos de altos mandos españoles a amenazar con el asesinato en masa de millones de trabajadores izquierdistas también guía los esfuerzos de la CRT por minimizar estas amenazas.

La reacción de la CRT no es un descuido ni un error político. A lo largo del mes pasado, los reportes sobre el sentimiento fascista entre soldados en servicio activo y más cartas y manifiestos fueron seguidos ampliamente por millones de personas en las redes sociales y en la prensa corporativa. Pero izquierdadiario.es guardaba silencio.

En cambio, en el mes transcurrido desde las primeras revelaciones golpistas, han publicado muchos artículos sobre varios temas —especialmente el escándalo de corrupción que afecta a la monarquía española. Ello es así porque la CRT persigue canalizar la ira creciente contra el gobierno del PSOE y Podemos tras una perspectiva procapitalista lanzando llamamientos hueros por un referendum que les dé a los trabajadores la elección entre una monarquía y una república capitalista.

La CRT personifica a toda una capa social de la clase media pudiente que es indiferente, si no incluso hostil, a la defensa de los derechos democráticos. Son orgánicamente hostiles al surgimiento de un movimiento de masas socialista que amenace sus ingresos y privilegios, basados en las migajas que Podemos les tira desde lo alto de la maquinaria estatal.

Aterrados por las protestas crecientes a nivel mundial en la clase trabajadora contra la política de la inmunidad colectiva de la clase gobernante ante la pandemia de COVID-19, lo último que quieren es movilizar esa oposición. En cambio, su función es desorientar y desmovilizar la oposición social creciente e impedirle que se libere del dominio de Podemos.

Para impedir el éxito de las conspiraciones fascistas, hay que transformar la oposición obrera generalizada al fascismo en un movimiento político consciente. El WSWS insta a los trabajadores europeos a apoyar la demanda del Partido Socialista por la Igualdad (EEUU) de una investigación abierta, pública y transmitida en directo de todos los aspectos y todos los aliados del golpe fascista del 6 de enero en Washington y la preparación de una huelga general política contra las continuas amenazas golpistas en Estados Unidos.

(Publicado originalmente en inglés el 13 de enero de 2021)

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