Elon Musk, el dueño de Tesla, SpaceX, y la red social X, está utilizando su pasmosa fortuna, que ya se acerca al medio billón de dólares, para financiar y promover a fuerzas fascistas en todo el mundo.
El viernes, Musk respaldó al partido neonazi Alternativa para Alemania (AfD, sigla en alemán) en las elecciones de inicios del próximo año. “Solo AfD puede salvar Alemania”, declaró Musk en una declaración publicada en X. Alice Weidel, la candidata de la AfD para canciller respondió entusiásticamente, “¡Tienes toda la razón!”, añadiendo que “la socialista [excanciller Angela] Merkel arruinó nuestro país” y “la Unión Europea soviética” está destruyendo Alemania.
Fundado hace 11 años, AfD es un feroz partido antiinmigrante y antirrefugiados. Björn Höcke, líder del partido en el estado de Turingia, ha sido declarado culpable de usar consignas nazis y, según un fallo judicial, puede ser llamado fascista. Höcke y otros miembros destacados han trivializado los crímenes del Tercer Reich y han pedido el fin de la cultura de “vergüenza” por el Holocausto. En 2018, el líder de AfD, Alexander Gauland, se refirió a Hitler y los nazis como “solo unas cuitas en más de mil años de exitosa historia alemana”.
Aprovechando el odio generalizado hacia los partidos tradicionales de la clase dominante alemana, incluidos el Partido Socialdemócrata (SPD) y la Unión Demócrata Cristiana (CDU), AfD ha logrado avances significativos en los últimos años. En septiembre, se convirtió en el primer partido de extrema derecha en ganar una elección estatal, en Turingia, desde el período nazi.
La intervención de Musk en la política alemana siguió a una reunión esta semana en el resort Mar-a-Lago de Trump con Nigel Farage, el líder del partido fascistizante británico Reform UK, y el tesorero del partido, Nick Candy. Según Farage, discutieron con Musk estrategias para “salvar a Occidente”. Ambos líderes de Reform UK emitieron una declaración después de la reunión declarando: “Aprendimos mucho sobre la estrategia de juego de Trump y tendremos discusiones continuas sobre otras áreas”.
Un tema de preocupación más inmediato para Farage fue la posibilidad de que Musk pudiera donar £100 millones ($127 millones) al partido, que, si se aprueba, sería la mayor donación política en el Reino Unido con diferencia.
Entre los otros fascistas y neonazis con los que Musk se ha hecho amigo está la primera ministra italiana Giorgia Meloni, con quien Musk se ha reunido repetidamente desde que llegó al poder en 2022. El partido Hermanos de Italia de Meloni tiene sus orígenes en Mussolini.
En el hemisferio occidental, Musk ha defendido al presidente argentino de extrema derecha Javier Milei, a quien tanto Musk como Trump han presentado como un modelo para la política del segundo Gobierno de Trump. Musk ha elogiado el “modelo Milei”, que tiene como objetivo desmantelar los servicios públicos, las protecciones laborales y todas las regulaciones sobre la explotación corporativa.
La promoción de Musk de la derecha fascista corresponde a sus propias inclinaciones políticas, que se remontan a sus orígenes familiares en la Sudáfrica del apartheid. En el proceso de emerger como el principal respaldo financiero y político de Trump, Musk ha abrazado lo que ha llamado “Dark MAGA”, mientras utiliza su propiedad de X para promover sistemáticamente a individuos y grupos de extrema derecha y neonazis.
El papel central de Musk en la promoción del crecimiento de la extrema derecha en todo el mundo subraya un punto político más fundamental: los multimillonarios son tóxicos para la democracia. La oligarquía capitalista ha acumulado una riqueza inimaginable a expensas de la clase trabajadora. Los diez individuos más ricos del mundo, nueve de ellos estadounidenses, ahora poseen colectivamente 2,1 billones de dólares, una suma mayor que el PIB de la mayoría de las naciones.
En los Estados Unidos, la reelección de Trump, como ha señalado el WSWS, significa el realineamiento violento de las formas políticas con la realidad social. El 20 de enero, llegará al poder un Gobierno de, por y para la oligarquía, comprometido con una política de destruir los programas sociales y aumentar enormemente la explotación de la clase trabajadora.
Pero los mismos procesos son evidentes en todos los principales países capitalistas. La élite gobernante capitalista ha gastado billones rescatando a los ricos. Las potencias imperialistas han iniciado una nueva guerra global, que requiere la subordinación de toda la sociedad al militarismo. El corolario político es el giro al fascismo.
El crecimiento de la extrema derecha no está impulsado por un amplio apoyo popular a la dictadura y a un asalto a los trabajadores inmigrantes y refugiados. Más bien, los partidos neofascistas de extrema derecha pueden beneficiarse de 1) el apoyo de secciones significativas de la oligarquía capitalista; y 2) la ausencia dentro de la élite política de cualquier reflejo de los intereses del grueso de la población. La respuesta de los partidos nominalmente de “izquierda” a la promoción de la extrema derecha no es la oposición, sino la adaptación y la capitulación.
La defensa de los derechos de la clase trabajadora exige un asalto frontal a la riqueza y los privilegios de la oligarquía capitalista. Como señaló el viernes el presidente del Consejo Editorial Internacional del WSWS, David North, “el uso de Musk de su riqueza para financiar a los líderes fascistas y sus partidos demuestra la relevancia de la demanda planteada por Trotsky en el programa fundacional de la Cuarta Internacional para la ‘expropiación de grupos separados de capitalistas’”.
“El programa socialista de la expropiación”, escribió Trotsky, “es decir, del derrocamiento político de la burguesía y de la liquidación de su dominio económico, no puede, en ningún caso, constituir un obstáculo en el presente período de transición, bajo diversos pretextos, de avanzar la demanda de la expropiación de ciertas ramas de la industria, vitales para la existencia nacional de los grupos más parasitarios de la burguesía”.
En el caso de Musk, la ocasión ciertamente lo justifica. La respuesta de la clase trabajadora a Musk y su conspiración global para promover la dictadura y el fascismo debe ser la lucha por la expropiación de su riqueza, junto con la riqueza de todos los oligarcas capitalistas, acumulada a través de la explotación de millones de personas. De ello depende la defensa de los derechos democráticos más elementales.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 20 de diciembre de 2024)
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