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33.000 maquinistas de Boeing rechazan con un 64 por ciento el último contrato favorable a la empresa

¡Lucha por el control de las bases! Para unirte al Comité de Base de los Trabajadores de Boeing, envía un mensaje de texto al (406) 414-7648 , un correo electrónico a boeingworkersrfc@gmail.com o rellena este formulario.

Carteles instando a votar "no" fuera del Angels of the Winds Arena en Everett, Washington, uno de los varios colegios electorales donde los trabajadores de Boeing votaron en contra de un nuevo contrato el 23 de octubre de 2024.

En la votación del miércoles, los maquinistas de Boeing rechazaron por un 64% otro contrato favorable a la empresa que les presentaron Boeing y los burócratas de la Asociación Internacional de Maquinistas (IAM, sigla en inglés) y que fue negociado por la secretaria de Trabajo en funciones Julie Su.

Este es el segundo contrato de venta que los trabajadores han rechazado por abrumadora mayoría. El primero fue rechazado por el 95% de los trabajadores a mediados de septiembre, lo que obligó al sindicato a convocar la huelga de 33.000 trabajadores.

El acuerdo del miércoles vuelve a estar muy por debajo de las demandas de los trabajadores. El aumento salarial del 35% no compensa los años de estancamiento salarial junto con la inflación récord, las vacaciones flotantes adicionales no permiten a los trabajadores pasar tiempo con sus amigos y familias, y la cobertura médica no ha seguido el ritmo de los crecientes costes impulsados por la industria sanitaria.

Además de exigir un aumento mínimo del 40%, los maquinistas también reclaman la restauración de sus pensiones robadas en 2014, cuando la IAM permitió a Boeing extorsionar a los trabajadores con la amenaza de trasladar la producción del avión de pasajeros 737 a su planta no sindicalizada de Carolina del Sur.

Al rechazar el acuerdo, los trabajadores han asestado un poderoso golpe no solo a la dirección de Boeing, sino también a la burocracia de la IAM y, sobre todo, al imperialismo estadounidense y al establishment político procorporativo. Tanto Wall Street como el gobierno estadounidense confiaban en que el aparato sindical pusiera fin a la huelga, que ya dura seis semanas, para despejar las cadenas de suministro con vistas a la guerra.

La cuestión estratégica clave ahora es llevar a sectores más amplios de la clase obrera a una lucha conjunta con los maquinistas de Boeing. El crecimiento de las luchas en toda la industria aeroespacial mundial, incluyendo tres huelgas en el proveedor de Boeing, Eaton, despidos masivos en Airbus y un rechazo de contrato en Embraer muestran el inmenso potencial de los trabajadores de Boeing para movilizar a los trabajadores de todo EE.UU. y del mundo.

Esto requiere que los trabajadores comiencen a organizarse a través del Comité de Trabajadores de Boeing (Boeing Workers Rank-and-File Committee) para hacer valer su voluntad democrática sobre la conducción de la huelga.

Como el Comité escribió el lunes en una declaración llamando al voto negativo, “proponemos... La movilización de la clase obrera detrás de nuestra huelga. Debemos desplegarnos en los muelles, las escuelas, las fábricas y otros lugares de trabajo, estableciendo piquetes informativos y utilizando otros métodos para instarles a apoyar nuestra lucha”.

Los trabajadores contra la Casa Blanca

La próxima etapa de la huelga enfrentará más directamente a los trabajadores con Wall Street y la Casa Blanca. Las lecciones de las luchas pasadas, en particular la de los ferroviarios en 2022, son fundamentales. Entonces, para anular la voluntad democrática de unos 120.000 trabajadores que rechazaron múltiples contratos de venta, el Congreso intervino para imponer el contrato y prohibir preventivamente una huelga.

Esa lucha enfrentó a los ferroviarios con los burócratas del sindicato ferroviario, que trabajaron con Washington para ganar el tiempo que necesitaban para preparar la legislación. En respuesta, los trabajadores formaron el Comité de Trabajadores Ferroviarios (Railroad Workers Rank-and-File Committee).

Derrotar la intervención del gobierno, explicaba el Comité en su declaración fundacional, “depende no sólo de que nos organicemos de forma independiente para garantizar la máxima unidad y solidaridad, sino también de que no nos hagamos ilusiones con los títeres políticos comprados y pagados de Wall Street”.

El presidente del Distrito 751, Jon Holden, casi admitió que no sólo el gobierno podría intervenir más directamente, sino que será invitado a hacerlo por la burocracia de la IAM. Dijo a King 5 Seattle después de la votación de rechazo: “Pudimos conseguir tracción con la secretaria de Trabajo [en funciones] Julie Su, y me pondré en contacto de nuevo con la Casa Blanca para ver si podemos conseguir algo de ayuda y ver si podemos resolver esto”.

Tras una de las dos reuniones informativas sobre el contrato celebradas a principios de semana, un trabajador declaró al World Socialist Web Site: “¡La empresa no ha cedido en prácticamente nada! ¿Por qué nos lo habéis planteado entonces? Ni siquiera cedieron en el dinero para los A&P, que era un gran no-no para mí y para otros”.

Un trabajador de Boeing hace campaña contra una nueva oferta de contrato fuera de un colegio electoral en Everett, Washington, el 23 de octubre de 2024.

“Después de la reunión del Zoom, estaba cabreado. Me di cuenta de que Jon Holden [presidente del Distrito 751 de la IAM] estaba cansado de todo este asunto. No paraba de decir que estaba en manos de los afiliados. ¿De verdad? ¿Por qué pagamos por ti? Un líder fuerte se habría levantado y se habría marchado, como Boeing ya nos ha hecho dos veces. Y les habría dicho que trajeran un acuerdo mejor, como hicieron con él”.

Durante la votación, reporteros del WSWS visitaron el colegio electoral de Renton. Un trabajador comentó: “Jon Holden está intentando jugar con todos los ángulos. Supongo que el 40% de nosotros piensa que va a ser una dura lucha recuperar las pensiones, pero debemos intentarl..”

Y continuó: “Es muy revelador que nuestro sindicato haya estado recomendando a todos estos candidatos demócratas, impulsándolos cuando se acercan a los piquetes. Este es un contrato 'para ambas partes', pero esta no es una lucha 'para ambas partes'... nos están traicionando”.

Boeing se atrinchera: los trabajadores deben responder

Boeing está perdiendo unos $5.000 millones al mes como consecuencia de la huelga, y ha sido amenazada con una rebaja de su calificación crediticia a la categoría de “basura”. Sin embargo, respaldada por Wall Street y el gobierno, se aferra a su posición. En una provocación, Boeing ha anunciado 17.000 despidos, que habrían compensado con creces cualquier pequeño cambio que se hiciera en su oferta.

En una entrevista con la CNBC, el consejero delegado de Boeing, Kelly Ortberg, afirmó que los despidos anunciados se deben al “exceso de personal”.

El argumento es absurdo. Boeing ha recortado cientos de puestos de trabajo en seguridad y calidad en los últimos años, lo que contribuyó directamente a los dos accidentes mortales del 737 MAX 8, en los que murieron 346 pasajeros y tripulantes, y al reventón de la puerta de un MAX 9 en enero. Como bien saben los trabajadores, la calidad y la seguridad se sacrifican en aras de los beneficios.

El mismo día de la votación, Ortberg se reunió con los accionistas de Boeing para hablar de los resultados financieros trimestrales de la empresa, así como de la propia huelga. En la reunión, declaró que tenía “muchas esperanzas de que el paquete que presentamos permita a nuestros empleados volver al trabajo para que podamos centrarnos inmediatamente en restaurar la empresa”.

Ortberg también informó de que la empresa perdió $6.200 millones en el tercer trimestre, cuyas dos últimas semanas coincidieron con las dos primeras de la huelga. Se registraron grandes pérdidas en múltiples programas comerciales y de defensa, incluida la fallida nave espacial Boeing Starliner.

El candidato a la vicepresidencia del SEP Jerry White (segundo por la derecha) con trabajadores de Boeing en huelga

Jerry White, candidato del Partido Socialista por la Igualdad a la vicepresidencia de EEUU, emitió una declaración en respuesta al resultado:

El rechazo del 65% de los trabajadores de Boeing al segundo contrato de venta es una postura valiente de toda la clase obrera. Al rechazar este acuerdo, los trabajadores de Boeing han desafiado la conspiración de los ejecutivos de Boeing, sus patrocinadores de Wall Street, la administración Biden-Harris y la burocracia de la IAM. Han insistido en que los trabajadores tienen el derecho social a salarios dignos, empleos seguros y pensiones que garanticen la dignidad en la jubilación.

Este voto es un poderoso golpe a la Casa Blanca y a los dos partidos controlados por las corporaciones, que están desesperados por acabar con esta huelga. Ven la huelga de Boeing como una amenaza porque podría interferir con la producción militar y perturbar los planes de guerra del imperialismo estadounidense. Boeing es un importante contratista de defensa, y cualquier interrupción amenaza los beneficios de la élite gobernante y su maquinaria de guerra global.

Pero esta votación no puede ser el final de la lucha, sino el comienzo de una lucha librada sobre una base totalmente diferente. El rechazo del contrato muestra la enorme determinación de los trabajadores, pero el futuro de esta lucha debe ponerse en manos de las bases. Los trabajadores no pueden confiar en la burocracia del IAM, que ya ha intentado dos veces imponer un acuerdo de venta. Los trabajadores de Boeing deben formar comités de base para tomar el control de esta lucha, exigir el pago total de la huelga, y llegar a los trabajadores de todas las industrias, en los EE.UU. e internacionalmente, para construir una lucha unida.

El Partido Socialista por la Igualdad y nuestra campaña electoral se solidarizan plenamente con los trabajadores de Boeing. Vuestra lucha es la lucha de todos los trabajadores, contra el sistema corporativo y la máquina de guerra que sostiene.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de octubre de 2024)

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