Una profunda ira y preocupación por el intento de Trump de instaurar una dictadura fue una constante en cada manifestación del jueves, en la que participaron muchos veteranos de la huelga salvaje nacional de 1970.
Los partidarios del WSWS hablaron con numerosos asistentes sobre sus pensamientos sobre la lucha por la ciencia y la necesidad de conectar la defensa de la ciencia con las luchas emergentes de la clase trabajadora.
Entre los trabajadores postales, hay un creciente interés en la reunión pública de base del domingo, “¡Movilicemos a la clase trabajadora para salvar el Servicio Postal de Estados Unidos y otros programas federales!”.
En pueblos pequeños y grandes ciudades, los manifestantes denunciaron ataques contra inmigrantes y trabajadores federales encabezados por los multimillonarios Musk y Trump.
Si se confirma, la redada expondrá al sindicato Teamsters, que agrupa a los trabajadores de la instalación y que apoya abiertamente el racismo antiinmigrante de Trump.
Ningún lugar de producción, ningún empleo y ningún salario estarán a salvo tras la destrucción de 35.000 empleos y la reducción de los salarios reales en hasta un 20 por ciento.
En el campus de la Facultad de Medicina de Wayne State, en Detroit, los funcionarios escolares interrumpieron una conferencia de prensa planificada por Médicos Contra el Genocidio el lunes por la tarde en apoyo de la vigilia.
Está creciendo la oposición entre los educadores y las familias de clase trabajadora e inmigrantes contra el cierre de 7 de las 15 escuelas charter por parte del operador de las mismas.
La huelga destaca la subordinación de la atención médica al lucro, que los burócratas sindicales defienden aislando la huelga.
Esta es la primera gran huelga en Estados Unidos desde que la elección presidencial devolviera a Trump a la Casa Blanca a principios de este mes. La nueva administración provocará un conflicto social masivo a una escala nunca antes vista en Estados Unidos.
Los trabajadores, con los trabajadores de la salud e inmigrantes a la vanguardia, se verán empujados a luchar contra el programa dictatorial de Trump, que incluye deportaciones masivas y el desmantelamiento de la salud pública.
La ira social está creciendo entre los trabajadores debido a los despidos masivos y cierres de fábricas en EE.UU. y en todo el mundo.
Al rechazar el acuerdo, los trabajadores han asestado un duro golpe no sólo a la dirección de Boeing, sino también a la burocracia de la IAM y, sobre todo, al imperialismo estadounidense y a la clase política proempresarial.
Con un contrato que cubre a 45.000 trabajadores portuarios de la Costa Este y del Golfo de Estados Unidos que vence el lunes a medianoche, las bases están decididas a llevar a cabo una huelga para defender sus empleos y condiciones laborales.
Los trabajadores deben tener claro que, lejos de oponerse a este chantaje corporativo, la burocracia del IAM son cómplices de la empresa al tratar de dividir a los trabajadores y preparar el terreno para derrotar la huelga.
Los trabajadores culparon directamente a la burocracia del UAW, que está ayudando a la empresa a llevar a cabo los despidos.
Bühler-Niederberger es profesora titular y posteriormente profesora emérita de sociología de la familia, la juventud y la educación en la Universidad de Wuppertal, y expresidenta del Comité de Investigación 53 de Sociología de la Infancia en la Asociación Internacional de Sociología.
El enfoque limitado en los campus que la burocracia está fomentando tiene como objetivo evitar que los trabajadores emerjan como la fuerza más poderosa contra la guerra.
La demanda judicial equivale a exigir que se prohíba toda actividad huelguística de carácter político en Estados Unidos.
La huelga debe convertirse en el comienzo de una acción más amplia, que incluya a todos los miembros de United Auto Workers, contra la guerra y en defensa de los estudiantes.
