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Los problemas se acumulan en la economía rusa mientras el gobierno intenta financiar la maquinaria de guerra.

El gobierno ruso se enfrenta a crecientes problemas económicos y sociales como consecuencia de poner al país se en pie de guerra. El año pasado, el Estado elevó los gastos militares y de seguridad a un 40 por ciento del presupuesto federal para 2024, algo que no tiene precedentes. El Kremlin hizo varias promesas de 'armas y mantequilla', afirmando que financiaría tanto el ejército como a los programas sociales. Esto está fracasando y la desigualdad está aumentando en Rusia, frente a un presupuesto insostenible que no puede sobrevivir a la ruptura del orden mundial.

El primer inistro ruso Mijaíl Mishustin, en el centro, llega para una reunión ampliada del Consejo de Desarrollo Estratégico y Proyectos Nacionales de Rusia y las comisiones del Consejo de Estado en el Kremlin en Moscú, Rusia, el miércoles 29 de mayo de 2024. [ [AP Photo/Dmitry Astakhov]

El Kremlin está tratando de pintar una imagen optimista de la economía rusa. El 28 de junio, el presidente Putin anunció que se espera que el PIB del país crezca un 5 por ciento este año. Los salarios reales también han aumentado, al igual que el gasto de los consumidores. El desempleo oficial es de solo el 2,6 por ciento. Hasta ahora, como señala Moscú regularmente, la OTAN ha fracasado en su objetivo de destruir la economía de Rusia a través de sanciones masivas, congelación de activos y la expulsión del país de los mercados globales clave.

Sin embargo, la capacidad del Kremlin para maniobrar en el contexto de la rápida escalada de la guerra mundial es muy tenue. Sobre todo, se basa en a) hacer que la clase obrera rusa pague por la lucha de la oligarquía por sobrevivir y b) contener y suprimir la oposición de masas a la guerra fratricida desatada no solo por la OTAN, sino por la restauración del capitalismo en la URSS por parte de los burócratas estalinistas, de los que Putin es heredero.

El motor actual del crecimiento económico ruso son las enormes inversiones estatales en industrias relacionadas con la guerra, que, al tiempo que canalizan beneficios a las grandes empresas y a una pequeña capa de la población, están vaciando las arcas de Rusia. Ahora se espera que el gasto público en 2024 supere significativamente lo aprobado anteriormente, incluso cuando se prevé que los ingresos del sector energético caigan en 768.000 millones de rublos este año. Mientras tanto, los activos líquidos del Fondo Nacional de Bienestar del país, una reserva financiera de emergencia, cayeron un 44 por ciento entre enero de 2022 y diciembre de 2023. Entre 300.000 y 350.000 millones de dólares de activos del gobierno ruso están congelados en cuentas extranjeras.

En respuesta, la Duma está aprobando aumentos en el gasto deficitario con la asamblea legislativa autorizando un aumento en el endeudamiento para 2024 de casi el 33 por ciento, hasta 2,12 billones de rublos desde los 1,595 billones de rublos estimados en el presupuesto original. El Kremlin está realizando simultáneamente cambios en la estructura tributaria, pasando de un sistema de impuestos fijos a uno progresivo, en el cual, a medida que aumenta el ingreso de una persona, también lo hace su carga impositiva.

Se espera que esto genere entre 2,5 y 2,7 billones de rublos adicionales (entre 28.000 y 35.000 millones de dólares al tipo de cambio actual). Los aumentos de impuestos para los que más ganan y las corporaciones se presentan a la población como una señal de que el gobierno está comprometido a hacer que los ricos paguen por la guerra y los aumentos limitados, aunque costosos en términos presupuestarios, a las pensiones y beneficios sociales autorizados durante el último año. La prensa extranjera también destaca el supuesto 'asalto a los ricos' de Putin.

La realidad es otra. En primer lugar, amplias capas de la población, que son tan pobres que se encuentran en el tramo impositivo más bajo, no verán ningún alivio en la reforma. Continuarán siendo gravados a la tasa extremadamente alta del 13 por ciento. En la medida en que los salarios están aumentando para algunos en Rusia, a medida que los que menos ganan pasan a cobrar un poco más, se situarán en un nivel más alto y pagarán por sus ganancias. Además, el impuesto a las ganancias, que se aplica a los ingresos personales derivados de cosas como dividendos, ahorros e inversiones, activos que solo poseen los ricos, se mantendrá sin cambios.

Si bien las ganancias corporativas se gravarán con un 25 por ciento, frente al 20 por ciento anterior, las empresas rusas supuestamente presionaron en apoyo de la reforma porque la ven como una forma de evadir los impuestos 'inesperados' que el Kremlin impuso anteriormente para llenar la brecha en el presupuesto federal.

Los programas sociales que el Kremlin dice que financiará con los ingresos adicionales -pensiones indexadas a la inflación, pagos a los veteranos heridos, beneficios para las familias numerosas-, incluso si realmente se materializan, no cambiarán fundamentalmente la posición social de decenas de millones de trabajadores rusos cuyos niveles de vida han estado cayendo durante años y cuyos salarios están siendo devorados por la inflación.

Si bien el gobierno y los economistas destacan el hecho de que, según la agencia oficial de estadísticas Rosstat, a marzo de este año los salarios reales aumentaron un 12,9 por ciento en comparación con el mismo período de 2023, esta mejora se concentra abrumadoramente en un puñado de sectores económicos: banca, petróleo, gas e industrias relacionadas con la guerra. Además, no compensa 10 años de caída de los ingresos reales en el país. En marzo, el economista Yevgeny Suvorov, del Banco Centro de Crédito, describió el período 2014-2023 como 'una década perdida' para la mayoría de los hogares rusos.

La inflación, que el gobierno afirma que está controlando, se encuentra actualmente en torno al 7 por ciento. Sin embargo, la vida cotidiana de los rusos de clase trabajadora está determinada abrumadoramente por los costos de los productos esenciales, no por la inflación promedio en toda la economía. Según un artículo del 29 de junio en Novyie Izvestiia, en los últimos seis meses, el precio de la remolacha ha aumentado en un 95 por ciento, las patatas en un 80 por ciento, las zanahorias en un 63 por ciento, las cebollas en un 32 por ciento y las manzanas en un 29 por ciento. Aunque los costos de las verduras y frutas generalmente disminuyen durante la temporada de crecimiento en verano, el patrón actual está rompiendo esta tendencia histórica

El 1 de julio, las tarifas de los servicios públicos subieron en toda Rusia. Los hogares de la inmensa mayoría de las regiones del país tendrán facturas entre un 9 y un 14 por ciento mayores que antes. El aumento, aprobado por el gobierno federal, estará vigente durante 'tres años', señala el comunicado oficial. Ninguna persona en su sano juicio anticipa que disminuirá después.

Para financiar su gasto para la guerra y la seguridad nacional, el gobierno ruso recortó los gastos en atención médica y medicina tanto en términos relativos como reales en 2024. El costo de asistir a muchas de las universidades y programas de educación superior más competitivos del país está ahora en aumento, y algunas instituciones aumentan las tarifas hasta en un 20 por ciento, informa el periódico Vedomosti.

Los esfuerzos por sustituir por productos fabricados en Rusia los productos más baratos que se fabrican en el extranjero y que las sanciones impiden que se vendan en Rusia también están poniendo muchos bienes fuera del alcance de la gente común. Con gran fanfarria, la industria automotriz del país lanzó una serie de nuevos modelos en marzo. El costo del Lada Iskra, presentado como un triunfo de la industria nacional, supera con creces el ingreso medio anual en Rusia.

Los precios internos de la gasolina también están subiendo, ya que el gobierno puso fin a los límites a las exportaciones al extranjero de petróleo refinado. Si bien esto se ha traducido en un aumento de los beneficios del sector energético, que prefiere dirigir sus productos a compradores extranjeros que pagan más, está elevando los costes en el mercado ruso.

Un estudio de febrero encargado por el banco central ruso encontró que el 28 por ciento de las personas informan que no tienen suficiente dinero para comer o pueden comprar comida, pero no ropa y zapatos.

A finales del año pasado, el presidente del Tribunal Constitucional ruso, Valeri Zorkin, informó de que la relación salarial por deciles —la brecha entre el 10 por ciento superior y el 10 por ciento inferior de los asalariados— ha crecido sustancialmente y es de casi 17 a 1. Esta cifra oficial subestima significativamente la realidad, señaló. Según TASS, el describió la desigualdad como 'la principal fuente de tensión en la sociedad rusa en la etapa actual'. A principios de este año, Rosstat informó que el coeficiente de Gini del país, una medida de la desigualdad de ingresos creció a 0,403 desde 0,395 en el transcurso de 2022-2023.

Más de la mitad de los encuestados en un sondeo realizado por las firmas de investigación sociológica CSP Platforma y OnIn insistieron en que la desigualdad ha aumentado en Rusia en los últimos cinco años. El 37 por ciento dijo que era peor que en cualquier otro momento de la historia del país, incluidos los siglos XVIII y XIX, cuando la gran mayoría de la población eran siervos campesinos que vivían en condiciones cercanas a la esclavitud.

El 57 por ciento de los encuestados, en su inmensa mayoría personas de la clase trabajadora, dijeron que consideran que la existencia misma de la desigualdad está mal. 'Los sociólogos señalan que la proporción de aquellos que luchan por la igualdad completa es especialmente alta entre las personas con poca educación y bajos ingresos', informa RBC en un artículo del 25 de junio sobre los resultados de la encuesta.

La presión de la clase obrera rusa no hará más que intensificarse, ya que la élite gobernante del país se enfrenta a una situación cada vez más precaria. Muchas señales indican que esto está sucediendo.

En el transcurso de junio, se filtró la noticia de que los bancos chinos (el Banco de China, ICBC, China CITIC Bank y la mayoría de las demás instituciones financieras del país) ahora se niegan a procesar pagos en yuanes a través de sus filiales rusas. No está claro cómo se puede mantener el comercio entre los dos Estados en este nuevo contexto.

Vladimir Chistyukhin, primer vicepresidente del Banco de Rusia, dijo que su 'país dependiente de las exportaciones y de las importaciones' se enfrenta a la 'ruina', a menos que pueda encontrar una solución. 'Todo tiene que ser intentado', dijo, según el medio de prensa RBC. Planteando la posibilidad de recurrir a los swaps de crédito y a las criptomonedas, declaró que Rusia tenía que hacer lo que 'ayer nos parecía impopular'.

China es el mayor socio comercial de Rusia y el principal comprador de recursos energéticos rusos. Si bien Moscú presenta regularmente a Pekín como un aliado económico, la relación entre los dos países es más de dependencia y tensión constante. Actualmente, China exige que se le permita comprar futuras entregas de gas a través del gasoducto 'Power of Siberia 2' a tarifas domésticas fuertemente subsidiadas. Pekín tampoco dará garantías sobre la cantidad que comprará.

La dependencia de Rusia del petróleo y el gas, así como de China, continúa; sin embargo, las exportaciones de Moscú no relacionadas con estos recursos están disminuyendo. El reciente fortalecimiento del rublo, lo que significa que los productos que Rusia vende en el extranjero son menos competitivos y generan menos rublos, está creando complicaciones adicionales. Los economistas también advierten ahora de una crisis bancaria y de deuda.

En su intento por sobrevivir a los esfuerzos de Estados Unidos y la OTAN para devorar a Rusia, la clase dominante del país debe presionar a los trabajadores. El trabajo es la fuente de toda riqueza, y tendrán que extraerlo, de una forma u otra, de los de abajo. Sin embargo, la maquinaria de guerra que se está construyendo en Rusia no va a salvar a las masas de los locos esfuerzos del imperialismo por dividir y dominar el país. Se construirá a expensas de los trabajadores con el objetivo de salvar el derecho de la burguesía rusa a explotarlos. Un movimiento internacional de masas contra el capitalismo y contra la guerra es el único camino a seguir.

(Publicado originalmente el de 3 de julio de 2024))

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