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Perspectiva

El primer ministro canadiense invitó al criminal de guerra nazi Hunka a recepción exclusiva para el presidente ucraniano

La oficina del primer ministro canadiense Justin Trudeau envió una invitación formal al criminal de guerra nazi Yaroslav Hunka, de 98 años, a una recepción exclusiva para el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en septiembre de 2023. Esta revelación, reportada por el Globe and Mail el lunes, subraya que las dos ovaciones unánimes de pie que la Cámara de los Comunes de Canadá le dio al veterano de las Waffen-SS reflejaron el amplio apoyo dentro de la élite gobernante para emplear a fuerzas ultraderechistas o abiertamente nazis para perseguir agresivamente sus intereses imperialistas a nivel global.

La invitación estaba contenida en un correo electrónico que comenzaba “Estimado Yaroslav Hunka” y llevaba el asunto “Invitación del primer ministro de Canadá, 22 de septiembre de 2023”. Decía: “El Muy Honorable Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, se complace en invitarlo a un evento especial. El evento tendrá lugar el viernes 22 de septiembre de 2023, a las 8:30 p. m. en Toronto, Ontario”.

Además de Trudeau, al evento asistió la vice primera ministra Chrystia Freeland, cuyo abuelo materno, Mykhailo Chomiak, fue un colaborador nazi ucraniano de Hunka durante la Segunda Guerra Mundial. Chomiak era el editor de Krakivski Visti, un periódico fascista en idioma ucraniano. Se dedicó a incitar antisemitismo de manera sistemática en medio del exterminio masivo de judíos en Ucrania. También hizo campaña por el establecimiento de la unidad de las Waffen-SS en la que sirvió Hunka, la 14ª División de Granaderos de las Waffen-SS, o “División de Galicia”.

Al final, Hunka no participó en la recepción, celebrada en la Armería de Fort York. La explicación más probable de su ausencia es que la indignación producida por las ovaciones de pie que había recibido en el Parlamento apenas unas horas antes llevó a la Oficina del Primer Ministro a controlar los daños.

Estaba previsto que el veterano de las Waffen-SS Hunka fuera presentado personalmente a Trudeau tras su homenaje en el Parlamento de Canadá. En el último momento, la jefa de la Casa de Gobierno, Karina Gould, sustituyó a Trudeau. Aquí Gould y el presidente de la Cámara de los Comunes, Anthony Rota (derecha), aparecen con Hunka. Detrás de Hunka, en el centro, su hijo Martin. [Photo: @karinagould]

La élite política canadiense cerró filas en ese momento en torno a la narrativa poco convincente de que las ovaciones de pie para un criminal de guerra nazi por parte de todos los miembros de la Cámara de los Comunes, Zelenski, el jefe del ejército de Canadá y los embajadores del G-7 en la galería se produjeron por ignorancia. Anthony Rota, el presidente de la cámara baja que señaló a Hunka en la galería, lo describió como un “héroe de guerra” ucraniano y canadiense y pidió las ovaciones de pie, renunció a su cargo y asumió la responsabilidad exclusiva del incidente. Al disculparse por el “error” en el Parlamento, Trudeau dijo más tarde en septiembre de 2023: “Todos los que estuvimos en esta cámara el viernes lamentamos profundamente haber estado de pie y aplaudido a pesar de que lo hicimos sin conocer el contexto”.

En su análisis de la ovación parlamentaria de Hunka, el World Socialist Web Site desestimó esta patética excusa. El WSWS escribió el 28 de septiembre de 2023: “El evento del viernes no constituyó una sesión parlamentaria de rutina, sino la visita del jefe de Estado ucraniano, que Ottawa ha apoyado incondicionalmente con más de $9 mil millones en asistencia militar y financiera para la guerra contra Rusia. Todos los aspectos del evento habrían sido cuidadosamente planeados y redactados de antemano. Sugerir lo contrario es tomar por imbéciles a los lectores...”.

“Los desesperados intentos de negar lo obvio –que la celebración de Hunka fue una provocación política deliberada que fracasó estrepitosamente— se deben al hecho de que la ovación de pie a un criminal de guerra nazi hace colapsar la propaganda utilizada para vender la guerra dirigida por Estados Unidos contra Rusia en Ucrania”.

Este análisis es igual de válido para la invitación de Trudeau con el encabezado “Estimado Yaroslav”. El evento de Toronto se organizó en cooperación con el Congreso Ucraniano Canadiense (UCC, sigla en inglés), un grupo de presión de extrema derecha que adquirió importancia nacional inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando hizo campaña para la admisión de colaboradores nazis en Canadá. Estos incluían a miembros de las Waffen-SS como Hunka y miembros de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN, sigla en inglés) fascista dirigida por Stepan Bandera. La UCC se estableció en 1940 con apoyo estatal y ha sido patrocinada por las más de ocho décadas posteriores con un amplio financiamiento estatal y asistencia política. Sigue desempeñando un papel descomunal en la política exterior de Canadá. Ha trabajado en estrecha colaboración con el Gobierno canadiense mientras Ottawa y las Fuerzas Armadas canadienses han buscado integrar las fuerzas fascistas en el ejército ucraniano y el aparato estatal, incluido el Batallón Azov neonazi.

La Oficina del Primer Ministro sigue insistiendo en que todo el mundo no era para nada consciente del pasado de Hunka, aunque él se ha jactado públicamente de su historia durante años. Según la portavoz de Trudeau, Ann-Clara Vaillancourt, “el primer ministro no tenía conocimiento de este individuo antes del reconocimiento independiente por parte del expresidente de la Cámara de los Comunes. En septiembre pasado, hubo un evento comunitario con el presidente de Ucrania en Toronto con más de 1.000 personas invitadas. Cientos de canadienses fueron invitados por recomendación de grupos como el Congreso Ucraniano Canadiense”.

Incluso si uno acepta esta dudosa coartada al pie de la letra, plantea más preguntas de las que responde. 

¿Cuántas organizaciones tienen la capacidad de hacer invitaciones a “cientos de canadienses” en nombre del jefe de Gobierno de Canadá para un evento al que asisten el primer ministro, su adjunto y un invitado de honor de uno de los aliados internacionales más cercanos del imperialismo canadiense? Y si el primer ministro realmente no tenía “conocimiento de este individuo”, ¿cuál era la justificación para que la Oficina del Primer Ministro le enviara una invitación personalizada de “Estimado Yaroslav Hunka”? 

La única explicación creíble para las ovaciones de pie en el Parlamento y la invitación oficial a Hunka es que la participación del imperialismo canadiense en la intensificación de la disputa por mercados, materias primas y esferas de influencia entre las principales potencias a escala global requiere alianzas con las fuerzas políticas más reaccionarias. El impulso liderado por Estados Unidos para subordinar a Rusia al estatus de semicolonia requiere el resurgimiento de las mismas fuerzas fascistas utilizadas por el imperialismo alemán en el siglo XX en busca de los mismos objetivos fundamentales, como lo demuestran los descendientes políticos de extrema derecha de Bandera que dominan la vida política oficial en Ucrania. 

El apoyo incondicional dado al genocidio de Israel contra los palestinos en Gaza demuestra aún más la disposición del Gobierno liberal de Trudeau, al igual que sus homólogos en Washington y las principales capitales europeas, a desplegar los métodos más despiadados para promover las ambiciones e intereses estratégicos del imperialismo canadiense. 

En el frente interno, la promoción de nazis como Hunka y sus aliados fascistas en la UCC está dirigida directamente a intimidar a la clase trabajadora y a toda oposición a la agenda de austeridad y guerra de la élite gobernante.  

El Gobierno de Trudeau se apoya en sus socios en los sindicatos y el Nuevo Partido Democrático patrocinado por los sindicatos para sofocar la lucha de clases. Sin embargo, la invitación de Trudeau a un criminal de guerra nazi sirve como advertencia de que el ala “liberal” de la burguesía, no menos que la sección explícitamente derechista dirigida por el provocador de extrema derecha Pierre Poilievre, está preparada para recurrir a cualquier medio necesario para defender sus intereses de clase. Poilievre surgió como el líder de la oposición conservadora después de ser el defensor más estridente del Convoy de la “Libertad” que ocupó el centro de Ottawa hace dos años en enero-febrero de 2022. Instigado por fascistas que abogaban por el establecimiento de una junta autoritaria, el Convoy se utilizó para reprimir la oposición pública al levantamiento de todas las medidas de mitigación de COVID-19 restantes.

Como escribió el World Socialist Web Site en su declaración de Año Nuevo “La clase trabajadora, la lucha contra la barbarie capitalista y la construcción del Partido Mundial de la Revolución Socialista”:

El genocidio de Gaza confirma, a un nivel incluso mayor, una tendencia observada por primera vez por Lenin en medio de la Primera Guerra Mundial, hace más de un siglo. Escribió en 1916 que “la diferencia entre la burguesía imperialista democrático-republicana y la reaccionaria-monárquica se borra porque ambas se están pudriendo vivas...”. Si se sustituye el término “fascista” por “reaccionaria-monárquica”, el análisis de Lenin es completamente válido como una descripción de los regímenes imperialistas actuales. 

Además del abrazo de Trudeau a un criminal de guerra nazi, esta tendencia internacional se expresa en la adopción por parte del presidente francés Emmanuel Macron de las políticas antiinmigrantes de la Agrupación Nacional de extrema derecha y en la implementación por parte del Gobierno alemán de las demandas principales del partido fascista Alternativa para Alemania. En los Estados Unidos, el presidente Joe Biden y los demócratas han tratado de rehabilitar a los republicanos después de su complicidad en el intento de golpe fascista de Trump el 6 de enero de 2021, en cumplimiento de sus planes de hacer la guerra en todo el mundo y establecer la hegemonía global de los Estados Unidos.

La única fuerza social capaz de defender los derechos democráticos en oposición a la creciente amenaza fascista global es la clase obrera internacional movilizada en la lucha política contra el sistema capitalista de ganancias. La misma crisis capitalista que impulsa a las clases dominantes de todos los países hacia la guerra mundial y la dictadura para defender sus fortunas está impulsando a la clase trabajadora a emprender grandes batallas de clase que crean la base objetiva para el surgimiento de un movimiento de masas por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 6 de febrero de 2024)