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Perspectiva

Al dar luz verde a Israel para un genocidio, Estados Unidos prepara la guerra contra Irán

En medio de un genocidio contra el pueblo de Gaza a manos del ejército israelí, Estados Unidos está amenazando con desencadenar una guerra contra Irán, involucrando todo Oriente Próximo.

Dos grupos de ataque de portaaviones estadounidenses patrullan el mar de China meridional en 2020 [AP Photo]

Durante el fin de semana, siguieron cayendo bombas sobre Gaza, matando a cientos de personas cada día. Una población de dos millones está siendo sistemáticamente asesinada mediante la privación de alimentos y agua, mientras un millón de personas en el norte de Gaza están siendo sometidas a una marcha de la muerte antes de una inminente invasión terrestre.

Este genocidio cuenta con el apoyo completo del Gobierno de Biden, que le ha entregado a Israel un cheque en blanco para llevar a cabo crímenes de guerra. Operacionalmente, las acciones de Israel están siendo presididas por Estados Unidos. El secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, visitaron Israel la semana pasada, y Blinken tiene programado regresar esta semana.

La guerra israelí contra Gaza ha conllevado una expansión masiva de la presencia militar estadounidense en la región, incluyendo el despliegue de dos portaaviones y sus grupos de batalla respectivos. El envío de una armada de más de una docena de buques de guerra a Oriente Próximo no solo busca amenazar a Hamás, que no tiene una armada. Estados Unidos está preparándose para un conflicto mucho más amplio en Oriente Próximo, incluyendo la guerra con Irán.

Estados Unidos está utilizando la crisis actual para poner en marcha planes, que había elaborado hace tiempo, de guerra con Irán, en la forma de un frente en oriente Próximo de la guerra estadounidense con Rusia y sus planes de guerra contra China. El sábado, Austin anunció que Estados Unidos duplicará sus activos militares en Oriente Próximo al enviar el grupo de ataque encabezado por el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower, el segundo que despliega en la región.

Austin dijo que el grupo de ataque “incluye el crucero de misiles guiados USS Philippine Sea, los destructores de misiles guiados USS Gravely y USS Mason, y el Grupo Aéreo de Portaaviones 3, con nueve escuadrones de aviones”. El Eisenhower se unirá al grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford, que ya fue desplegado en la región. Austin señaló: “El grupo de ataque del portaaviones Ford incluye los buques USS Normandy, el USS Thomas Hudner, el USS Ramage, el USS Carney y el USS Roosevelt”. A principios de semana, las Fuerzas Aéreas estadounidenses anunciaron el despliegue en la región de escuadrones de aviones de combate F-15, F-16 y A-10.

Un mapa de Israel, los Territorios Palestinos (en verde) y los Altos del Golán ocupados por Israel [AP Photo]

Cada grupo de ataque de portaaviones de propulsión nuclear tiene una dotación total de hasta 8.000 marineros, aviadores e infantes de marina, lo que significa que se han desplegado más de 15.000 soldados en Oriente Próximo en el lapso de poco más de una semana, junto con docenas de otras aeronaves y miles de efectivos de apoyo.

Estos planes no podrían haberse puesto en práctica de la noche a la mañana. Hay indicios de que el Gobierno de Netanyahu y las agencias de inteligencia estadounidenses tenían cierto grado de conocimiento previo de un ataque de Hamás, aunque se sorprendieron por la magnitud de la rebelión. En cualquier caso, el régimen israelí había planeado una guerra total contra los palestinos, en parte para distraer de su creciente crisis social y política interna.

Estados Unidos, por su parte, ha aprovechado la crisis para poner en marcha sus propios planes de escalada contra Irán.

Los funcionarios estadounidenses han dejado claro que los portaaviones tienen a Irán como blanco. El viernes, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, declaró: “Existe el riesgo de una escalada de este conflicto, de la apertura de un segundo frente en el norte y, por supuesto, de la intervención de Irán... Por eso el presidente se movió con tanta rapidez y decisión para llevar un portaaviones al Mediterráneo oriental, para llevar aviones al golfo Pérsico, porque quiere enviar un mensaje muy claro de disuasión”.

En un editorial del domingo por la noche, el Wall Street Journal escribió: “Los ayatolás de Teherán tienen que entender que no solo están en peligro sus representantes terroristas. Tienen que saber que sus sitios nucleares y yacimientos petroleros también están en la lista de objetivos de ataque”. Haciendo eco de estos puntos, el senador Lindsay Graham planteó la posibilidad de una declaración de guerra contra Irán, indicando que la había discutido con la Casa Blanca.

“Presentaré una resolución en el Senado de Estados Unidos para permitir una acción militar de Estados Unidos, junto con Israel, para sacar a Irán del negocio del petróleo”, dijo. “Irán, si intensificas esta guerra, iremos a por ti”.

En una entrevista en el programa “60 Minutes”, Biden pareció insinuar su apoyo a un segundo frente en la guerra y atacar al partido político libanés Hezbolá. “Entrar y acabar con los extremistas, Hezbolá está en el norte pero Hamás en el sur, es un requisito necesario”, dijo Biden, y añadió: “Irán apoya constantemente a Hamás y Hezbolá”.

En este contexto, existe la posibilidad de que Estados Unidos escenifique algún tipo de provocación para justificar una guerra contra Irán. Resulta significativo que el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, afirmara que no descartaría el despliegue de tropas estadounidenses para combatir en la crisis actual, supuestamente para salvar a los rehenes en manos de Hamás. El despliegue de tropas estadounidenses sobre el terreno no tendría por objeto salvar a los rehenes, cuyas vidas carecen de importancia para el imperialismo estadounidense, sino implicar directamente al ejército estadounidense en un conflicto en desarrollo con Irán.

Estados Unidos lleva décadas planeando una guerra contra Irán. En enero de 2002, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, el entonces presidente George W. Bush calificó a Irán como parte de un “Eje del Mal” que incluía a Irak, el cual fue invadido y ocupado por Estados Unidos al año siguiente. Dentro de la Casa Blanca, a los funcionarios de la Administración de Bush les gustaba el dicho: “Los chicos van a Bagdad, pero los hombres de verdad van a Teherán”.

El conflicto estadounidense con Irán fue intensificado masivamente bajo el Gobierno de Trump. Después de la salida estadounidense del acuerdo nuclear con Irán en 2018, Irán derribó un dron estadounidense sobre el estrecho de Ormuz en junio de 2019. Ese mes, el entonces presidente Donald Trump ordenó una serie de ataques aéreos contra blancos iraníes que luego canceló a último minuto, cuando los aviones ya estaban en el aire.

En enero de 2020, Estados Unidos asesinó a Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de Irán y figura importante de la cúpula militar iraní

El desarrollo de una guerra a gran escala en Oriente Próximo es una continuación de las mismas políticas que han llevado a la prolongada guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania, que se intensifica cada vez más. Estados Unidos instigó el conflicto con el objetivo de derrotar militarmente a Rusia y orquestar una operación de cambio de régimen. La guerra contra Rusia se considera un preparativo para un conflicto militar con China

La decisión de dar rienda suelta a Israel para que cometa asesinatos en masa contra la población de Gaza y la intensificación de los planes de guerra de Estados Unidos contra Irán deben considerarse en el contexto de lo que es, en efecto, la fase inicial de una tercera guerra mundial.

Los planes de guerra del imperialismo estadounidense están viéndose interrumpidos por un creciente movimiento de la clase obrera, que se entrecruza con un movimiento mundial contra la guerra imperialista. Durante el fin de semana, millones de personas marcharon en Oriente Próximo, Europa y Estados Unidos en oposición al genocidio de Israel en Gaza.

La escalada masiva de la guerra se pagará a través de una escalada del asalto a la clase obrera, que ya ha desencadenado una creciente oleada de huelgas en Estados Unidos y en todos los principales países capitalistas.

El estallido de la oposición popular al genocidio israelí debe conectarse con el desarrollo de la lucha de clases contra la desigualdad y la explotación. Esto requiere la construcción de una dirección socialista en la clase obrera, que fusione la lucha contra la guerra con la oposición al sistema de lucro capitalista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de octubre de 2023)

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