El sábado, el presidente del Gobierno en funciones de España, Pedro Sánchez, comenzó la presidencia semestral de Madrid en la Unión Europea con una visita de carácter bélico a Kiev para subrayar el compromiso del bloque con la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania.
La tercera visita de Sánchez a Kiev desde que comenzó la guerra en febrero de 2022 tiene lugar una semana después del fallido golpe de Estado en Rusia y mientras las potencias estadounidenses y europeas avanzan hacia una escalada en la guerra enviando cada vez más armas a Ucrania. Es parte de una campaña para intensificar masivamente su participación en el conflicto, foco principal de la próxima cumbre de la OTAN del 11 y 12 de julio en Vilnius, Lituania.
Durante la reunión con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, Sánchez dejó en claro que la UE estaba totalmente alineada con los planes de la OTAN para llevar a cabo una alarmante escalada contra Rusia. Sánchez prometió el apoyo de la UE a Ucrania 'el tiempo que sea necesario' e 'independientemente del precio que haya que pagar', presentando un programa que conduce a una guerra total con Rusia, un importante Estado con armas nucleares.
Esta declaración belicista fue seguida por las promesas de Sánchez de apoyar la candidatura de Ucrania para convertirse en miembro de la OTAN. “España es partidaria de crear un Consejo OTAN-Ucrania, como vía para incrementar la participación política en la alianza de Kiev, que así dejaría de ser 'un invitado. También estamos a favor de incrementar la cooperación práctica, para seguir adaptando vuestro sector de defensa a los estándares de la OTAN,” dijo Sánchez.
Si la OTAN admitiera a Ucrania, Kiev podría invocar el artículo 5 del tratado de la OTAN para exigir que todos los países de la OTAN, incluida España, vayan a la guerra con Rusia. Tal guerra entre los principales poderes nucleares del mundo, y librada por las potencias de la OTAN como una guerra para desmembrar y desmilitarizar Rusia, conduciría inexorablemente, a menos que sea detenida por la intervención independiente de la clase obrera, al uso de armas nucleares.
Sánchez también reiteró su “apoyo a la candidatura de Ucrania a adherirse a la UE, que estará entre las prioridades de su presidencia.” La Comisión Europea, dijo Sánchez, había emitido recientemente una actualización provisional sobre el estado de la candidatura de Ucrania que mostró un 'progreso significativo' en la implementación de las recomendaciones antes de las conversaciones de adhesión. En otoño se publicará un informe escrito en el que se esbozarán 'las bases para las nuevas medidas y decisiones'.
Ucrania solicitó la adhesión a la UE cinco días después de la invasión de Rusia y recibió el estatus de candidata varios meses después, el 23 de junio del año pasado.
La integración de Ucrania en la UE sería una burla de la afirmación de la UE de que solo los estados con 'instituciones estables que garanticen la democracia, el estado de derecho, los derechos humanos y el respeto y la protección de las minorías' pueden ser miembros.
En los últimos 16 meses de la guerra, Ucrania se ha convertido cada vez más en un régimen de extrema derecha, Zelensky ha prohibido 11 partidos políticos por acusaciones de tener 'vínculos con Rusia'; fortaleció el Servicio Secreto de Ucrania, el SBU, una organización que es conocida por sus estrechos vínculos con el entorno neonazi de Ucrania; el uso de la tortura y la violación como métodos de 'interrogatorio'; aprobó leyes laborales que permiten a las empresas establecer los salarios y las condiciones de trabajo, imponer horarios más largos, prohibir huelgas y protestas y dar a las empresas el poder de despedir a los trabajadores sin previo aviso; y destruyó lo que quedaba de un poder judicial independiente. Los 'derechos de las minorías' ni siquiera existen sobre el papel, y se han aprobado leyes para eliminar el idioma y la cultura rusos de la sociedad ucraniana.
La mayor integración de Ucrania en la UE no solo está haciendo estallar la propaganda oficial sobre los valores europeos y la democracia. Sería aprovechado por las clases dominantes europeas para implementar aún más las políticas de extrema derecha que Kiev ya está usando contra la clase obrera ucraniana, para reprimir las crecientes huelgas masivas, protestas y disturbios que están estallando en toda Europa contra el aumento de los precios, los bajos salarios y la violencia policial.
En Kiev, Sánchez también dejó claro que la paz solo llegaría bajo las condiciones de la OTAN, lo que significa la capitulación total de Moscú, incluida la renuncia a Crimea, ahora en manos de las fuerzas rusas tras casi una década en contra del régimen pro-OTAN de Kiev.
En un ataque abierto a la propuesta de paz de China, Sánchez 'agradeció' a los países que están proponiendo una “paz justa y duradera”, pero subrayó que estas propuestas no pueden ser aceptadas porque se trata de una “guerra de agresión con un agresor y una víctima” y una 'ilegal e injustificada agresión rusa a Ucrania'.
Este es el mantra habitual pro-OTAN repetido incesantemente desde el comienzo de la guerra. De hecho, son las potencias imperialistas, no Moscú, quienes son los principales agresores en Ucrania y Europa del Este. Con su cerco militar sistemático de Rusia, la OTAN provocó deliberadamente la intervención reaccionaria del régimen de Putin. Desde entonces, ha seguido alimentando el conflicto.
Sánchez también habló de la tan cacareada contraofensiva y comprometió más ayuda militar. “Hoy, Ucrania está en medio de una contraofensiva contra Rusia, un enemigo que está mostrando signos de debilidad,” dijo Sánchez, refiriéndose al fallido intento de golpe de E stado del líder del Grupo Wagner, Evgeny Prigozhin contra el presidente ruso Vladimir Putin.
La verdad es que la cacareada contraofensiva de Ucrania continúa fallando a medida que decenas de miles de soldados son enviados a la muerte a pesar de los miles de millones de dólares en armas y entrenamiento. Las estimaciones indican que durante la contraofensiva más de 10.000 soldados ucranianos ya han sido masacrados en las últimas tres semanas para retomar poco más de 110 kilómetros cuadrados de territorio. Estas muertes se suman a los 200.000 ucranianos, que se estima que han sido asesinados hasta ahora.
Los líderes de la UE están comprometidos en alimentar el baño de sangre para derrotar militarmente a Rusia.En la cumbre de la UE la semana pasada, el canciller alemán Olaf Scholz pidió una 'estrategia a largo plazo sobre cómo apoyar a Ucrania' y se jactó: “Alemania, como todos ustedes saben, es el segundo mayor donante de Ucrania después de los Estados Unidos. Y continuaremos siéndolo (...) y eso enlaza con lo que puedo informar de las conversaciones con ellos (los EE. UU.) y el primer ministro británico, el presidente francés, también al hablar con el primer ministro polaco”.
La semana pasada, el gobierno alemán anunció planes para aumentar la producción de municiones de obuses para Ucrania y estacionar 4.000 tropas de combate permanentemente en Lituania . España proporcionará a Ucrania un paquete de ayuda adicional por valor de 55 millones de euros. Madrid también enviará cuatro tanques Leopard más, además de los seis ya enviados hace dos meses, vehículos blindados de transporte de personal y un hospital de campaña portátil con equipo quirúrgico.
Dentro de España, aún está por verse, sin embargo, si Sánchez permanecerá en el poder para liderar la presidencia de la UE después de convocar elecciones anticipadas para el 23 de julio tras su debacle electoral en las elecciones locales y autonómicas de mayo.
Como ha explicado el WSWS, el PSOE y Podemos están aterrorizados de que una oposición masiva de la clase trabajadora a la guerra, la austeridad y la represión que lleva a cabo el estado policial estalle incontrolablemente en su flanco izquierdo. Para adelantarse a este desarrollo, ha convocado estas elecciones de cara a entregar el poder al derechista Partido Popular (PP) y al partido fascistoide Vox, buscando intensificar la guerra en el extranjero y en casa, a medida que estallan huelgas en toda España y grandes protestas en Francia tras el asesinato policial de un joven de 17 años.
Revelando la unanimidad dentro de la clase dominante para la política de guerra, el PP ya ha anunciado que está de acuerdo con las prioridades de Sánchez en la UE, que, además de Ucrania, incluyen planes avanzados para la remilitarización de la UE y ataques contra la clase trabajadora.
España buscará reforzar la cooperación con América Latina, una zona que fue brutalmente colonizada y saqueada por ese país durante siglos. Madrid quiere convertir a América Latina en un socio estratégico de la UE. A las potencias de la UE les preocupa que hayan perdido terreno frente a Estados Unidos y China en los últimos años y buscan que la región le suministre materias primas estratégicas, como carbón, cobre, gas natural, petróleo, uranio y litio.
La nueva presidencia de la UE también supervisará la brutal austeridad contra la clase obrera para pagar la guerra. Según las normas de la UE, los estados deben mantener sus déficits presupuestarios por debajo del 3 por ciento del PIB anual. Esto se suspendió temporalmente durante la pandemia de COVID-19, y luego se amplió hasta 2024 tras el estallido de la guerra en Ucrania. Ahora, Bruselas exige que los estados de la UE recorten al menos €45.000 millones el próximo año, sólo con excepciones para el gasto en defensa.
Madrid también presidirá los ataques salvajes contra los migrantes. La UE llevará adelante su severo Pacto de Migración y Asilo, que fue aprobado a principios de este mes. Según sus términos, la UE ha abandonado efectivamente el derecho de asilo para los refugiados. Los refugiados serán internados en campos de detención en las fronteras exteriores de la UE en el futuro, sus solicitudes de asilo se decidirán por la vía rápida y luego serán deportadas a casi cualquier tercer país.
Sánchez ya ha mostrado su disposición a implementar esta política brutal. Hace dos semanas, el gobierno PSOE-Podemos permitió que un barco con 61 migrantes se hundiera frente a las costas de las Islas Canarias, cobrándose 37 vidas. Esto sucedió pocas semanas después de que la Guardia Costera griega volcara un barco pesquero con 750 refugiados a bordo, de los cuales sólo 104 fueron encontrados vivos.
(Publicado originalmente en inglés el 3 de julio de 2023)