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Perspectiva

¡Movilicen a los trabajadores automotores para combatir los cierres de plantas y los despidos masivos! ¡Defiendan el derecho a cada empleo!

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base llama a todos los trabajadores del sindicato United Auto Workers (UAW) a emprender acciones de protesta coordinadas y construir comités de base en cada fábrica para detener el cierre de plantas y los despidos masivos.

En las últimas semanas, miles de trabajadores de las fábricas de Stellantis en Estados Unidos han sido golpeados por recortes de empleos, incluyendo a 1.350 trabajadores en la planta de ensamble en Belvidere, Illinois, que cerró a fines de febrero. Cientos de trabajadores serán despedidos en las próximas semanas en la planta de ensamble en Sterling Heights (SHAP) y la planta de ensamble Warren Truck en los suburbios de Detroit, así como en el complejo de ensamble de Jeep en Toledo, en el norte de Ohio.

En la Convención Especial de Negociación del UAW, el recién elegido vicepresidente Rich Boyer, quien encabezará las negociaciones con Stellantis, admitió que la empresa planea muchos recortes más. Dijo que hay amenazas de más despidos en el complejo de Toledo, la planta vecina de maquinaria de Toledo y las plantas de motores y transmisiones en Dundee y Trenton, Míchigan, y Kokomo, Indiana. Boyer no reveló cuántos empleos en total están en la mira, pero según funcionarios sindicales locales podrían ser expulsados hasta 4.200 trabajadores en los próximos meses mediante jubilaciones tempranas y “renuncias voluntarias”.

La burocracia del UAW bajo el presidente Shawn Fain no ha propuesto ninguna acción concreta para oponerse a estos ataques. Por el contrario, un mensaje enviado por el Local 140 del UAW a los trabajadores de Warren Truck dijo que los ejecutivos de Stellantis solicitaron “la contribución del sindicato para un plan de recorte de costes”.

Los recortes de puestos no se limitan a Stellantis. A fines de 2022, Ford cerró su planta de motores en Romeo, Míchigan, que empleaba a 1.300 trabajadores. La empresa también se ha rehusado a asignar un nuevo producto para la planta de ensamble de Chicago, amenazado los empleos de más de 4.000 trabajadores ahí y miles más en las plantas adyacentes de estampado y piezas. Fuera de EE.UU., Ford, Stellantis y otras empresas automotrices están eliminando puestos mientras enfrentan a los trabajadores en una competición fratricida para aceptar los recortes de costos a cambio de promesas ilusorias de nuevas inversiones para producir vehículos eléctricos.

Pero estos recortes de puestos son solo el primer disparo. Las empresas automotrices globales están acelerando sus planes para una consolidación internacional dramática en la medida en que la industria pasa a la producción de vehículos eléctricos. Las empresas quieren sacar partido del diseño más simple de los vehículos eléctricos, que necesitan menos piezas y menos de la mitad de las horas laborales que los vehículos con motores de combustión interna, para eliminar cientos de miles de puestos y aumentar sus ganancias. A fines del año pasado, el director ejecutivo de Ford, Jim Farley, dijo que los vehículos eléctricos requieren 40 por ciento menos trabajadores y que se avecina una “tormenta”.

Para generar ganancias en el mercado brutalmente competitivo de los vehículos eléctricos contra las empresas dominantes como Tesla y los fabricantes nacionales chinos, las empresas automotrices tradicionales de Norteamérica y Europa necesitan recortar los costes hasta los huesos. “Si no optimizamos nuestra estructura de costes, no podremos absorber el coste adicional de la electrificación”, dijo a reporteros Carlos Tavares, el director ejecutivo de Stellantis, a inicios del año. Añadió que “se tendrán que tomar decisiones poco populares”.

Si no se detiene, la destrucción de casi la mitad de los empleos en la industria automotriz sería una catástrofe social para las ciudades como Detroit, Toledo, Flint, Cleveland, entre otros, que ya sufrieron décadas de desindustrialización corporativa. Resultaría en más pobreza, cierres de escuelas, hogares abandonados, drogadicción, suicidios y más tragedias.

Pero los trabajadores automotores no están dispuestos a aceptar más ataques a sus empleos y niveles de vida. Después de ver a sus colegas y familiares morir en la pandemia y sufrir pérdidas devastadoras en sus ingresos reales por la mayor inflación en décadas, 140.000 trabajadores de GM, Ford y Stellantis en Estados Unidos y 20.000 más en Canadá están decididos a conquistar mejoras sustanciales cuando sus contratos expiren a mediados de septiembre. Los trabajadores quieren aumentos mayores a la inflación, la restauración de protecciones ante los aumentos del coste de vida, la abolición del sistema de niveles salariales, pensiones y coberturas médicas plenamente pagadas para todos los trabajadores activos y jubilados y un fin a la servidumbre industrial a la que son sometidos los trabajadores temporales. Cientos de miles de trabajadores en las industrias de autopartes, ensamble de camiones, equipo aeroespacial, agrícola y de construcción tienen la misma actitud.

La burocracia del UAW está al tanto de la amenaza de una masacre de empleos y se lo está ocultando deliberadamente a las bases. En comentarios a la Automotive Press Association la semana pasada, Fain dijo que estaba en contacto con los ejecutivos de la industria automotriz y que, “Quiero colaborar con las empresas. Quiero una buena relación”. Luego añadió la fanfarronada: “Pero si no van a tratar a nuestros miembros con respeto y darles lo que se merecen, entonces vamos a tener problemas”.

El principal interés de Fain y el resto del aparato del UAW es contener la explosiva oposición de las bases. La única “demanda” de la burocracia del UAW en la mesa de negociación es que los patrones les permitan gestionar la transición, incluyendo la “recapacitación” de decenas de miles de trabajadores despedidos para la producción de vehículos eléctricos para luego suministrarlos a las empresas a mitad de precio. Como compensación, el UAW seguirá recibiendo cuotas de los trabajadores brutalmente explotados en lugares como la sociedad conjunta de GM-LG Chem en Ohio, donde los miembros de UAW ganan $16,50 por hora y un máximo de $20. “No hay ninguna razón por la que no pueden formar una sociedad conjunta con nosotros”, declaró Fain.

La Casa Blanca y la burocracia del UAW

El Gobierno de Biden promulgó nuevos subsidios fiscales, que benefician principalmente a GM y Ford, para impulsar la producción de vehículos eléctricos cuyos materiales sean de “origen” estadounidense o de alguno de sus “aliados”. Esto no se debe a un repentino giro ambientalista de la Casa Blanca. En cambio, es parte de la disputa de la patronal estadounidense con sus rivales asiáticos y europeos en el mercado de vehículos eléctricos.

Al mismo tiempo, el Gobierno de Biden quiere que EE.UU. controle los metales de las tierras raras y otras materias primas que se ubican o se procesan principalmente en China o Rusia. Este es un factor central detrás de la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia y los planes de guerra contra China. Cientos de miles ya han muerto en la guerra en Ucrania, pero EE.UU. y las potencias de la OTAN ya están planeando una escalada que podría conducir a un conflicto nuclear.

La Casa Blanca ha dejado claro a la patronal que deben utilizar al UAW como policía contra los trabajadores en las nuevas plantas de vehículos eléctricos y que deben promover el patrioterismo bajo la consigna “Compren productos estadounidenses” dirigido contra los trabajadores de los demás países.

Fain y su facción Unite All Workers for Democracy (UAWD, Unir a todos los trabajadores por la democracia) fueron contratados por el Gobierno de Biden para dar un lavado de cara a la corrupta y odiada burocracia del UAW. Su gestión se instauró mediante unas elecciones amañadas que privaron del derecho de voto al 90 por ciento de los afiliados. Lejos de oponerse al ataque a los puestos de trabajo, Fain y compañía lo acogen como un medio para suprimir lo que sus equipos de transición llaman “las expectativas irrazonables” de los trabajadores automotores e imponer otro contrato entreguista en nombre de “salvar puestos de trabajo”.

Pero los casi 5.000 votos obtenidos por Will Lehman, el trabajador de Mack Trucks y candidato a presidente del UAW en la primera vuelta de las elecciones nacionales del sindicato, demuestran el poderoso apoyo que tiene la lucha por transferir el poder del aparato del UAW a los trabajadores de base mediante la expansión de la red de comités de base.

¡Formen comités de base y únanse a la AIO-CB!

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) está luchando por garantizar que cualquier transición en la industria se lleve a cabo en interés de los trabajadores de base.

Si los vehículos eléctricos requieren un 40 por ciento menos de horas de trabajo para su fabricación, entonces la semana laboral debería reducirse de las agotadoras 40, 50 e incluso 60 horas que los trabajadores trabajan habitualmente a 30 horas semanales, sin pérdida de salario. Al igual que los salarios deben subir automáticamente con el aumento del precio de los bienes de consumo, el número de horas de trabajo debe ajustarse para que el trabajo disponible se reparta entre todos los trabajadores sin pérdida de ingresos.

En lugar del desempleo masivo, hay que garantizar empleos para todos los trabajadores. Hay que reabrir la planta de Belvidere y volver a contratar a sus miles de trabajadores despedidos con el salario íntegro.

La patronal y los burócratas del UAW chillarán ante esta propuesta. Pero se basa en el principio elemental de que los trabajadores, cuyo trabajo colectivo generó las ganancias de 50.000 millones de dólares que obtuvieron los fabricantes de automóviles el año pasado, tienen el derecho social a empleos seguros y bien remunerados.

La misma semana en que los trabajadores de Detroit y Toledo recibían notificaciones de eliminación de puestos, una junta de accionistas de Stellantis votó a favor de aumentar la remuneración del director ejecutivo Tavares en un 20 por ciento, a 25 millones de dólares, y se pagó el primer tramo de un programa de recompra de acciones por valor de 1.600 millones de dólares. La cuestión no es si hay recursos suficientes para satisfacer las necesidades de los trabajadores, sino quién controla la riqueza que producen los trabajadores y en interés de quién se utiliza.

La lucha que se avecina no es simplemente una lucha contractual sino una oportunidad para establecer el control de la clase obrera sobre la gestión de empleos, la contratación y el despido y sobre la producción en su conjunto.

Muchos trabajadores quieren saber: “¿Qué son los comités de base?”. La respuesta: son organizaciones democráticas dirigidas por los trabajadores de base y son necesarias para llevar adelante la lucha. Comparten información, planifican acciones comunes y ponen en contacto a los trabajadores de todos los turnos y líneas de producción para que todos estén de acuerdo. Su objetivo es unir a los trabajadores de todas las plantas y corporaciones, vinculándolos en una red que rompa el aislamiento impuesto por el aparato del UAW y libere toda la fuerza de la clase obrera. Estos comités en cada planta forman parte de nuestro organismo colectivo, la AIO-CB, una organización mundial que une a los trabajadores más allá de las fronteras nacionales para defender los puestos de trabajo y el sustento de todos los trabajadores.

Las empresas y sus “socios” del UAW tienen su estrategia para empobrecer a la clase trabajadora y enriquecerse. Pero los trabajadores de base están desarrollando su propia estrategia y construyendo nuevos centros de poder en las fábricas para luchar por llevarla a cabo. En las últimas semanas, los trabajadores de Flint, Lansing, Detroit y de la planta de piezas de Dana en Toledo, Ohio, se han unido a la creciente red de comités, dirigida por la AIO-CB.

No hay tiempo que perder. Si estás de acuerdo, crea un comité de base en tu centro de trabajo. Para más información y ayuda, rellena este formulario .

El domingo 30 de abril, la AIO-CB es coorganizadora del acto internacional en línea del día histórico de la solidaridad internacional de la clase trabajadora. Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores a que se registren para asistir al mitin en línea, en el que se discutirá la perspectiva y la estrategia para desarrollar un movimiento internacional de la clase trabajadora contra la explotación y la guerra.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de abril de 2023)

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