Una versión en francésde este folleto fue distribuida en París por miembros del Parti de l'égalité socialiste en la marcha contra el alto coste de la vida y la inacción ecológica convocada el 16 de octubre en París.

*** ***

La clase obrera de todo el mundo se está empobreciendo por el aumento de los precios, combinado con el impacto de la guerra entre la OTAN y Rusia en Ucrania. Los trabajadores de las refinerías de Exxon y Total en Francia han emprendido la lucha contra los esfuerzos de la patronal y el Estado por imponer aumentos salariales muy por debajo de la inflación, que ahora está en máximos históricos. Esta política, llevada a cabo no sólo en Francia sino en toda Europa y el mundo, amenaza con hundir en la miseria a masas de trabajadores.

Ya está en marcha una movilización internacional de la clase obrera. Los trabajadores portuarios y del transporte están en lucha en Gran Bretaña y Sudáfrica, los controladores aéreos en toda África, los profesores en toda Europa, desde Alemania y Noruega hasta Serbia, Kosovo y Grecia. En los Estados Unidos, la ira entre los trabajadores de las industrias automotriz y ferroviaria también está aumentando, y se avecina la posibilidad de una huelga ferroviaria nacional sin precedentes.

La requisa de Macron a los huelguistas no tiene como objetivo ayudar a los automovilistas franceses asegurando la disponibilidad de combustible, sino romper una huelga que amenaza con desencadenar una erupción masiva de la lucha de clases en Europa. La inflación está creando un conflicto incontenible entre los trabajadores, por un lado, y todas las viejas estructuras políticas y sindicales del orden establecido, por otro. Los trabajadores se niegan a sacrificar sus escasos salarios y sus vidas al dictado de los bancos y a los caprichos de los generales de la OTAN que abogan por una guerra total contra Rusia.

Los trabajadores de todas las industrias tienen un interés vital en la lucha de las refinerías francesas. Los huelguistas de las refinerías no sólo se movilizan en defensa de sus propios salarios, por muy necesario que sea. También están defendiendo el derecho de toda la clase obrera a la huelga contra la política reaccionaria de los bancos y los altos mandos militares.

Para defender los salarios y los derechos de los huelguistas de las refinerías, es necesaria una nueva estrategia política. Es crucial detener la espiral de escalada militar apoyada por toda la burguesía europea en la guerra OTAN-Rusia, que no sólo amenaza al mundo con una guerra nuclear, sino que está promoviendo una explosión de los precios de la energía y los alimentos.

Esto requiere una insurrección internacional de los trabajadores contra el diktat de las burocracias sindicales y su política de 'diálogo social' con la clase dominante. La represión de Macron contra los huelguistas de Exxon y Total pone de manifiesto el papel corrupto de las burocracias sindicales, cuya financiación por parte de la patronal y el Estado es un secreto a voces en la vida política francesa y europea.

El martes, un acuerdo de amortiguación negociado por los burócratas de la Confederación Democrática del Trabajo (CFDT) sirvió de pretexto a Macron para declarar el fin de la huelga. El acuerdo de un aumento salarial del 5,5% es un recorte salarial de facto para los trabajadores de Total y Exxon, ya que la inflación alcanza entre el 7% y el 10%. Tras el acuerdo de la CFDT, Macron requisó a los huelguistas, obligándoles a volver al trabajo con la amenaza de la ruina económica o la cárcel.

Esta estrategia, que puede extenderse a otros sectores de la economía, revela cómo el estado capitalista espera romper todas las huelgas con la complicidad de la burocracia sindical.

La Confederación General del Trabajo (CGT) estalinista ha criticado los acuerdos de la CFDT en Exxon y Total y ha amenazado con organizar huelgas en algunos otros sectores. Al mismo tiempo, sin embargo, su líder Philippe Martínez está pidiendo negociaciones con Macron, y sus federaciones en los puertos y la energía están haciendo lo mínimo para organizar un contraataque.

Martínez justificó su decisión de rechazar el apoyo a la marcha contra la carestía de la vida convocada por el líder de Francia insumisa, Jean Luc Mélenchon, el domingo en París, con el absurdo pretexto de que la lucha contra la carestía de la vida es independiente de la que él lideraría para aumentar los salarios.

En realidad, las confederaciones de la CGT frenan el movimiento de las bases porque los burócratas que las dirigen apoyan en gran medida las políticas de Macron y de la OTAN que hacen subir los precios.

En junio de 2020, los líderes de la CGT firmaron los rescates europeos de la pandemia, que dieron billones de euros en fondos públicos a los bancos. Una parte crucial de este acuerdo fue obligar a los trabajadores a volver al trabajo y a los niños a volver a la escuela antes de que el virus fuera eliminado; el desastroso manejo de la pandemia por parte de los gobiernos europeos desde entonces ha matado a casi 2 millones de personas en Europa hasta la fecha. Mientras tanto, el rescate condujo a una transferencia masiva de riqueza a la aristocracia financiera y a una explosión de la inflación, que continúan hasta hoy.

En marzo de 2022, cuando comenzó la guerra entre la OTAN y Rusia en Ucrania, la dirección de la CGT emitió una declaración que se alineaba con las políticas de Macron. Denunciando 'al agresor, en este caso Vladimir Putin', pedía sanciones para 'provocar una desestabilización total de la economía rusa con graves consecuencias para la población y para la economía mundial'. Por lo tanto, se plantea la cuestión de intensificar las sanciones económicas y varias voces en Rusia sugieren que se explore esta vía'.

Desde entonces, la escalada militar liderada por la OTAN ha sumido a Europa en las fases iniciales de la Tercera Guerra Mundial. La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en una reunión de donantes de su campaña que el peligro del 'Armagedón nuclear' es real. El jueves, en una aparición televisiva tras los comentarios de Biden, Macron admitió que temía que el envío de artillería y misiles a Ucrania contra Rusia convirtiera a Francia en un objetivo de las fuerzas rusas. También afirmó, absurdamente, que no había ninguna conexión entre la guerra en Ucrania y la lucha en las refinerías.

En realidad, la lucha de los trabajadores contra la inflación es inseparable de la lucha contra la guerra imperialista contra Rusia. Las sanciones de la UE contra Rusia han provocado una especulación financiera masiva, haciendo que los precios del gas y los cereales se disparen. Esta política ya ha empobrecido a los trabajadores a través de la inflación, al tiempo que ha producido superbeneficios para Total y Exxon.

Este invierno, los trabajadores europeos se enfrentan a la escasez de gas y electricidad, lo que devastará la economía y la salud de los trabajadores en medio de una continua pandemia de COVID-19.

La única manera de defender a los trabajadores de las refinerías, que están a la cabeza de la lucha en Francia contra la política reaccionaria del imperialismo de la OTAN, es organizar una movilización más amplia de la clase obrera. Esto significa una insurrección de las bases contra la orientación nacionalista y proimperialista de las burocracias sindicales y de sus aliados en la clase política.

El Parti de l'égalité socialiste (PES, Partido Socialista por la Igualdad) llama a la formación de comités de base en los centros de trabajo, las escuelas y los barrios obreros. Sólo estas organizaciones, libres de la influencia de las burocracias sindicales y de la clase política, pueden federar las luchas que ya tienen lugar en todo el mundo en un poderoso movimiento obrero contra la guerra, la pobreza y el capitalismo. El PSE lucha por la perspectiva de construir la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base, e invita a los trabajadores, sobre esta base, a apoyarla y unirse a ella.

(Publicado originalmente en inglés el 17 de octubre de 2022)