Los medios españoles han confirmado que Abdelbaki es-Satty, el autor intelectual de los atentados terroristas del Estado Islámico (EI) del 17 de agosto en Barcelona, era un informante de la policía.
Un traficante de drogas condenado, directamente vinculado a los operativos de Al Qaeda que llevaron a cabo los atentados con bombas a trenes en Madrid el 11 de marzo de 2004, se informó que Satty estaba brindando información y recibiendo dinero de la inteligencia española hasta poco antes del atentado. Se informó que era el líder político o religioso de los jóvenes que llevaron a cabo los atentados de Barcelona, en los que murieron 16 personas y 152 resultaron heridas. El propio Satty murió poco antes de los atentados, cuando explotaron por accidente las grandes bombas caseras que estaban preparando en una casa en Alcanar.
Esta notable revelación resalta el carácter enormemente engañoso de la insistencia de la burguesía europea en que se necesitan profundos ataques a los derechos democráticos para hacer la “guerra contra el terror”. En Barcelona, como en el Charlie Hebdo y los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, el atentado en Navidad en Berlín, y el atentado terrorista del 22 de mayo en Manchester, los terroristas eran conocidos de las fuerzas del orden. Hicieron de herramientas de los servicios de inteligencia y de instrumentos de las guerras imperialistas europeas en Siria e Irakm y operaban bajo protección oficial.
La revelación de que Satty era un valor de la inteligencia española es particularmente significativa dada la situación explosiva en Cataluña, donde Madrid destituyó al gobierno regional electo e impuso un régimen policial directo tras el referendum del primero de octubre por la independencia de Cataluña. Las revelaciones plantean preguntas sobre si fuerzas de Madrid o Barcelona dejaron que ocurrieran los atentados para ganar ventaja política en la batalla amarga que se intensificó en el período previo al referendum.
El 16 de noviembre, el sitio web populista de derechas OkDiario primero informó de que Satty, que ejerció de imán en la ciudad de Ripoll, era un informante del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España. “Al mismo tiempo que daba información a los servicios secretos y recibía fondos especiales por este trabajo, el imán estaba montando la célula terrorista que perpetró el segundo atentado más sangriento en la historia del terrorismo en Cataluña”, escribió OkDiario, citando documentos en posesión de magistrados investigadores del Poder Judicial español.
OkDiario dijo que funcionarios españoles estaban desesperados por encubrir esa noticia. “Desde hace semanas la obsesión está siendo que el estatus del imán como agente no trascienda y se haga conocido por la opinión pública”, escribió.
OkDiario también alegó que los Mossos d’Esquadra, la policía regional catalana con sede en Barcelona, estaba en estrecho contacto con Satty. Informó que “un agente de los Mossos habló durante cuatro minutos desde su oficina en Barcelona con el perpetrador de la masacre de Barcelona apenas dos horas antes del atentado”.
El 17 de noviembre, El País, el principal diario español pro-socialdemócrata, publicó un artículo conciso en el que cargos de la inteligencia confirmaban varias de las revelaciones de OkDiario. Fuentes del CNI dijeron a El País que el CNI “mantuvo contacto” con Satty mientras estuvo en la cárcel de Castellón por tráfico de drogas, de 2010 a 2014. Esta relación, añadieron, era coherente con los acostumbrados “protocolos establecidos para tratar a los condenados”.
Sin embargo, parece que Satty estuvo en contacto con los servicios de seguridad mucho antes y mucho después del período 2010-2014. El País prosigue, “Nuevas pruebas que surgen de la investigación de los atentados, que el Tribunal Nacional está manteniendo en secreto, muestra que Es Satty era casi un viejo conocido de las fuerzas de seguridad desde que llegara a españa en 2002. Su nombre ya aparecía en la lista de contactos telefónicos de algunos de los detenidos por los atentados del 11 de marzo, según fuentes de las agencias de antiterrorismo”.
En 2006, Satty fue detenido como miembro de una célula terrorista basada en Vilanova. Parece que su estatus de “viejo conocido” de los servicios de inteligencia le sirvieron bien, a pesar de todo; lo soltaron y su caso quedó archivado. Más tarde, sin embargo, lo arrestaron por intentar introducir 121 kilos de hachís en España en su coche desde Marruecos y lo encarcelaron por cuatro años en 2010.
Al salir de la cárcel en 2014, viajó a la zona de Bruselas, donde basaban su actividad muchos de los individuos implicados en los atentados de París de 2015. Lo rechazaron de un puesto de imán allí a causa de sus antecedentes penales, sin embargo, y volvió a su trabajo de imán en Ripoll, en Cataluña. El País no confirmó la noticia de OkDiario sobre contactos entre Satty y los Mossos. Sin embargo, escribió que no era común que ejerciera de imán en Ripoll, porque tenía “antecedentes penales, que en principio hace que no pueda optar a tal cargo”.
Esas noticias muestran cómo operaciones criminales de política exterior de la OTAN de décadas de duración siguen cobrándose vidas y facilitando ataques a los derechos democráticos en la propia Europa. Desde que estallara la guerra en Siria en 2011, redes como Al Qaeda, que surgieron de la guerra de la CIA de 1979-1989 contra la Unión Soviética en Afganistán, y el EI, cuyo origen está en las guerras imperialistas dirigidas por los EUA en Irak y Siria desde 1991, envía miles de combatientes a cometer atentados en el Medio Oriente.
Después de los atentados con bomba en Bruselas el 22 de marzo de 2016, el WSWS escribió, “Está claro que los individuos que llevaron a cabo los atentados con bomba del 22 de marzo y el 13 de noviembre y los atentados contra Charlie Hebdo en París son parte de un grupo más amplio de gente a la que se le permitió viajar libremente desde y hacia el Medio Oriente. La única conclusión que se puede sacar de la facilidad con la que estas fuerzas pasan por las fronteras nacionales y conducen operaciones es que hay protocolos en pie para facilitar su paso y pasar por alto cualquier posible alarma. Operan bajo el velo de la protección oficial”.
Las más recientes revelaciones sobre Satty le dan la razón una vez más a este análisis de los cimientos podridos de la “guerra contra el terror” en Europa. Las intervenciones imperialistas, la promoción del odio a los musulmanes, y el rumbo hacia regímenes de Estado policial y estados de emergencia en diferentes partes de Europa se basan en mentiras políticas. Los islamistas no son oponentes intransigentes e indetectables del imperialismo, sino herramientas suyas algo caprichosas.
Cuando llevan a cabo atentados en Europa, en vez de hacerlos contra objetivos escogidos por las potencias de la OTAN en el Medio Oriente, los gobiernos imperialistas simplemente usan eso como un pretexto para más medidas de Estado policial. Estas no están dirigidas a los islamistas, que tienen vínculos profundos con el aparato del Estado, tanto como contra la oposición a la austeridad y a la guerra en la clase trabajadora.
Quedan muchas preguntas sin responder basadas en las revelaciones sobre Satty hasta el momento. En primer lugar, si Satty era de hecho un informante de la policía que estaba “engañando” al CNI, como pone la edición española de Vanity Fair, ¿qué le dijo él a la policía que estaba haciendo? Mientras su célula juntó una vasta colección de productos químicos para fabricar bombas que al final explotaron por accidente y se cobraron la vida del propio Satty, ¿a quién creía el CNI que Satty iba a hacer explotar?
En segundo lugar, ¿desempeñó algún papel el conflicto entre Madrid y Barcelona por el referéndum sobre la independencia catalana del primero de octubre, que fue anunciado el 29 de junio, en que el CNI protegiera a Satty?
El gobierno español del presidente Mariano Rajoy respondió al atentado del 17 de agosto discutiendo la imposición de la ley marcial, aunque al final Rajoy no se decantó por esta. Después de que Rajoy lanzara la salvaje represión policial a la votación pacífica del primero de octubre, sin embargo, destituyó al gobierno electo de Cataluña, poniéndola directamente bajo régimen policial, en medio de protestas masivas en Barcelona y en toda Cataluña.
¿Podrían sectores del aparato de seguridad, buscando un pretexto diferente para el rumbo hacia el régimen de Estado policial que estaba siendo preparado y discutido dentro de la maquinaria estatal, haber estado dispuestos a sancionar algún tipo de ataque para justificar la imposición de la ley marcial?