Español

El oligarca Elon Musk publica una avalancha de contenido de extrema derecha en apoyo a Nigel Farage y Tommy Robinson en el Reino Unido

El oligarca estadounidense Elon Musk hizo esta semana un esfuerzo concertado para impulsar a la extrema derecha en el Reino Unido, exigiendo la liberación de Tommy Robinson, el fascista más prominente de Gran Bretaña. También pidió al electorado que apoyara al partido Reform UK de Nigel Farage para encarcelar a legisladores del gobierno laborista.

Musk ha estado avivando las llamas de un linchamiento virtual, explotando casos de abuso sexual infantil organizado por pandillas—en Rochdale y, más prominentemente, Rotherham—para alimentar una agenda supremacista blanca y antimigrante.

Musk comenzó a publicar sobre este tema la mañana del 1 de enero en la plataforma X, de su propiedad. Desde entonces, ha realizado publicaciones o compartido contenido relacionado al menos 70 veces, obteniendo más de mil millones de vistas en total. Entre estas publicaciones, se encuentran repostes directos de Tommy Robinson—exlíder de la fascista English Defence League—y de Farage.

Musk ha respaldado reiteradamente un gobierno de Reform (un partido que obtuvo el 14 por ciento de los votos con una participación nacional de menos del 60 por ciento en las elecciones generales de julio) y exigió la liberación de Robinson de su sentencia de prisión de 18 meses.

Loading Tweet ...
Tweet not loading? See it directly on Twitter

En lugar de Robinson, Musk insistió en que la ministra de protección infantil laborista, Jess Phillips, “merece estar en prisión” por argumentar que es responsabilidad del consejo de Oldham, y no del gobierno nacional, decidir si se debe realizar una investigación sobre los abusos en Rochdale.

Entre las publicaciones que ha respaldado se incluyen comentarios que argumentan que “la gente debería haber sido colgada por lo de Rotherham”; que amenazan con “consecuencias” si Robinson no es liberado; que afirman que “un cuarto de millón de niñas fueron—y aún son—sistemáticamente violadas por pandillas de migrantes en Gran Bretaña”; que se refieren a una “violación genocida”; y que piden al rey disolver el Parlamento “y ordenar la celebración de elecciones generales por el bien y la seguridad del país”.

Las afirmaciones de Musk, Robinson y sus acólitos de que están actuando por preocupación por el bienestar de las jóvenes víctimas de abuso sexual son repugnantes.

Los abusos de Rotherham, que ocurrieron entre finales de la década de 1980 y 2013, hasta ahora han resultado en 61 personas condenadas, en su mayoría de ascendencia pakistaní. En Rochdale, donde los abusos también ocurrieron a lo largo de varios años, han sido condenados 42 hombres, también en su mayoría de origen pakistaní. Los juicios han sido usados como una herramienta de agitación por la extrema derecha durante años.

Un informe de 2015 realizado por la profesora Alexis Jay en respuesta al escándalo observó que, en general, en el Reino Unido, “los delincuentes de CSE [Explotación Sexual Infantil] en grupo son más comúnmente blancos” y que, al intentar establecer desproporciones, “la literatura académica destaca limitaciones significativas sobre lo que se puede decir acerca de los vínculos entre etnicidad y este tipo de delitos” —principalmente porque quienes cometen estos actos representan una fracción ínfima y no representativa de cualquier grupo étnico.

Naturalmente, eso no detuvo a grupos como la EDL, Britain First y toda la basura fascista que han generado desde entonces, quienes utilizan Rotherham y Rochdale—y las sugerencias de que las autoridades locales no actuaron por temor a ser consideradas racistas—como pretexto para gritar que el Reino Unido está invadido por migrantes criminales, en particular musulmanes, que son incapaces de “integrarse” y vivir en la sociedad británica.

En realidad, el factor principal en los abusos de Rotherham y Rochdale—como en la gran mayoría de estos casos—fue la pobreza de las víctimas, los recortes a los servicios sociales locales y la infraestructura comunitaria, y el desprecio de clase mostrado por los líderes políticos locales y la policía: lo que brindó a los abusadores de las niñas oportunidad y, durante años, impunidad. Como escribió en su momento el World Socialist Web Site sobre Rotherham:

Si los explotadores de estas niñas pudieron tratarlas como “basura blanca”, es porque esta visión era compartida por varias personas que supuestamente eran responsables de su cuidado. Donde las niñas o sus padres buscaron ayuda de las autoridades, hubo poca o ninguna respuesta. El informe describe cómo, entre los jefes de policía, los líderes del consejo y los departamentos gubernamentales, la actitud era que las niñas en riesgo se lo habían buscado.

¿A qué se debe tal nivel de insensibilidad? El mantra tanto de los conservadores como de los laboristas ha sido que existe una “subclase”, indigna y “salvaje”. Mientras que las últimas dos décadas han mostrado un crecimiento récord en la desigualdad social, los niños de la clase trabajadora son rutinariamente demonizados como inútiles y poco más que delincuentes y desviados potenciales.

Repitamos: los abusos pudieron llevarse a cabo repetidamente porque las víctimas eran pobres—gracias al saqueo de la sociedad por parte de los ultrarricos—y porque los servicios estatales habían sido aniquilados, como lo planea hacer Musk en los EE.UU. a través de su Departamento de Eficiencia Gubernamental.

En cuanto a los intentos de Musk de pintar a Tommy Robinson como un defensor de la verdad y mártir político, Robinson está en prisión por desacato al tribunal tras repetir mentiras sobre un niño que llevaron a que él y su familia recibieran amenazas de muerte.

En 2018, un video del niño sirio Jamal Hijazi siendo atacado en una escuela del Reino Unido por otro estudiante provocó indignación generalizada. Robinson reaccionó con un video que, falsamente, afirmaba que Hijazi era un matón violento. Eventualmente, se le exigió pagar £100.000 por difamación y se le prohibió volver a propagar la mentira. Robinson ignoró esta orden y produjo un documental que ha sido visto decenas de millones de veces y proyectado en una protesta en la plaza Trafalgar.

Musk, profundamente familiar con la fosa séptica de extrema derecha que ha cultivado en su plataforma, sabe perfectamente lo que está haciendo. Sus publicaciones aprovechan y promueven teorías de conspiración antimigrantes e islamofóbicas sobre una “invasión” de “países blancos” por migrantes violentos, diseñadas para desviar el descontento social lejos de los ultrarricos. Son enteramente coherentes con los discursos de Trump sobre los “criminales” y “violadores” que inundan la frontera estadounidense.

Nick Candy, Elon Musk y Nigel Farage en la propiedad Mar-a-Lago de Trump en Florida a inicios de esta semana. Foto publicada por Reform U.K. [Photo: Stuart Patterson/PA]

Estos temas son utilizados cada vez más por Musk para la tarea de fortalecer a partidos e individuos de extrema derecha en todo el mundo: Trump en los Estados Unidos, el AfD en Alemania, y ahora Reform, Farage y Robinson en el Reino Unido.

En agosto pasado, Musk publicó “La guerra civil es inevitable” en respuesta a un video de los disturbios de extrema derecha del verano en el Reino Unido, durante los cuales los fascistas intentaron incendiar edificios que alojaban solicitantes de asilo. El video había sido originalmente publicado por Robinson. También etiquetó al líder laborista Sir Keir Starmer como “Keir de dos niveles”, un eslogan de extrema derecha que falsamente sugiere que la policía trata más severamente a los derechistas que a los izquierdistas.

Poco antes de Navidad, se informó que Musk está considerando donar hasta $100 millones a Farage y el partido Reform. Los últimos días muestran cuánto puede hacer incluso sin financiación directa, con los discursos de Musk en X/Twitter siendo ampliamente cubiertos por los medios del Reino Unido—con entusiasmo por los más derechistas, como GB News, Daily Mail, Express y Daily Telegraph .

Farage aprovechó la oportunidad, declarando a ITV que Musk es una “figura absolutamente heroica, particularmente para la gente de este país”, y que está “muy de acuerdo” con algunas de sus opiniones mientras se muestra “reacio” sobre otras—es decir, su abierto apoyo a Robinson, de quien Farage se distancia tácticamente. En un evento de Reform en Leicester el viernes por la noche, Farage se refirió a la “abominación de las violaciones masivas” que está “de vuelta en las noticias” y declaró: “Nuestro trabajo es reemplazar [a los conservadores] como el partido de oposición en la política británica”.

El Partido Conservador está haciendo lo posible por competir por el favor de Musk. El mes pasado, el secretario de negocios en la sombra Andrew Griffith dijo al Express: “Lo que le diría a Elon es… que sólo hay un verdadero partido de oposición oficial en el Reino Unido. Sólo hay un partido que lucha diariamente contra este gobierno socialista, y ese es el de los conservadores”.

La líder tory Kemi Badenoch usó un discurso en Washington ese mismo mes para alabar: “Estoy emocionada por DOGE y lo que el presidente electo Trump y Elon Musk harán en términos de eficiencia gubernamental”.

Trató de granjearse nuevamente el favor de Musk esta semana al publicar: “Ya es hora de que se lleve a cabo una investigación nacional completa sobre el escándalo de las pandillas de violación. Se han realizado juicios en todo el país en los últimos años, pero ninguna autoridad ha conectado los puntos. El 2025 debe ser el año en el que las víctimas comiencen a obtener justicia”. Esto revierte la posición—idéntica a la del Partido Laborista y Phillips de hoy—que sostenía el Partido Conservador durante su tiempo en el gobierno.

El servilismo hacia Musk, y su capacidad para envenenar el clima político y fijar la agenda mediática, testifica el colapso total de la democracia bajo el peso de la desigualdad social y los ultrarricos—y el giro a la derecha de todos los partidos capitalistas. Aunque el gobierno laborista sea el objetivo de la campaña de Musk, no es más inocente en este giro que el Partido Conservador.

Starmer ha hecho de su agenda antimigrante un eje central de su gobierno. Está llevando a cabo, con todas las dificultades que esto implica, una ofensiva para congraciarse con la administración Trump. Y está decidido a mantener relaciones cordiales con Farage, sobre quien apenas ha tenido palabras negativas. Estos esfuerzos se combinaron en la declaración del recién nombrado embajador en Estados Unidos, Peter Mandelson, indicando que estaría ansioso por trabajar con Farage en su nuevo papel.

Lo máximo que Wes Streeting, un alto ministro del gabinete laborista, pudo decir sobre las acciones de Musk fue que “algunas” de las críticas eran “erróneas” y “mal informadas”.

Continuó: “Pero estamos dispuestos a trabajar con Elon Musk, quien creo que tiene un gran papel que jugar con su plataforma de redes sociales para ayudarnos a nosotros y a otros países a abordar estos problemas serios. Si quiere trabajar con nosotros y arremangarse, lo recibiríamos con los brazos abiertos.”

(Artículo originalmente publicado en inglés el 3 de enero de 2025)

Loading