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La huelga de Amazon en Estados Unidos plantea la necesidad de una estrategia global de base contra la explotación de la alta tecnología

Trabajadores de Amazon protestan por condiciones de trabajo inseguras en Staten Island, Nueva York, el 30 de marzo de 2020 [AP Photo/Bebeto Matthews]

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) y el Partido Socialista (PSI) elogian la postura adoptada por los trabajadores de Amazon de Estados Unidos en su huelga que comenzó el jueves.

La huelga incluye a trabajadores de las instalaciones de Staten Island, Nueva York; Skokie, Illinois; Atlanta, Georgia; San Francisco y el sur de California. Los trabajadores de UPS se han comprometido a negarse a cruzar las líneas de piquete. Los trabajadores están en huelga contra la negativa de Amazon a negociar durante meses e incluso años después de que votaron a favor de unirse a un sindicato.

Llamamos a un movimiento mundial que una a los trabajadores de Amazon y logística de todo el mundo, controlado y dirigido por los cuadros de base, en una lucha común contra la explotación de la alta tecnología. La huelga es la última de una serie de acciones globales de los trabajadores de Amazon, incluidas las protestas del Viernes Negro en 20 países el mes pasado.

Las células organizadoras de un movimiento de este tipo deben ser comités de base, compuestos por los propios trabajadores y excluyendo a los burócratas sindicales corruptos. Estos comités lucharán por el poder de los trabajadores contra los ataques de la dirección y las traiciones de los funcionarios sindicales.

Los trabajadores de Amazon deben insistir en que el sindicato de los Teamsters no limiten su huelga de antemano a sólo unos días. En cambio, la huelga debe guiarse por una estrategia elaborada y aplicada democráticamente desde abajo por los trabajadores, a través de comités de base compuestos por representantes de todas las instalaciones de Amazon.

Los trabajadores de Amazon deben desplegarse en otras instalaciones, independientemente de su estatus sindical, para prepararse para acciones conjuntas. Deben utilizar las redes sociales para conectarse con los trabajadores de Amazon y otros sectores de la clase trabajadora en otros países. Los trabajadores de UPS y otros miembros de los Teamsters, que participan indirectamente en la huelga al negarse a manejar las entregas de Amazon, deben aprovechar esto como la oportunidad para establecer vínculos directos con los trabajadores de Amazon.

Se puede y se debe luchar contra Amazon a nivel mundial. El poder de la clase trabajadora internacional, compuesta por miles de millones de personas y fuente de toda la riqueza del planeta, debe aprovecharse contra la pequeña oligarquía que dirige Amazon y la sociedad en su conjunto.

Con este fin, en 2021 se fundó la AIO-CB), que opera en logística y otras industrias clave en todo el mundo. Ha estado activa entre los trabajadores postales de cinco países, los ferroviarios de Estados Unidos y Canadá, los trabajadores del sector automotor de América del Norte y Europa y otras industrias.

Los trabajadores luchan contra una corporación de 2 billones de dólares con tentáculos en todo el planeta. La “amazonificación” es una palabra de moda en las salas de juntas corporativas que significa trabajadores temporales y mal pagados obligados a alinearse mediante la automatización y la inteligencia artificial, y que son arrojados a la calle cuando se lesionan tratando de “cumplir con los requisitos”. Los conductores de reparto, que ni siquiera son considerados por la empresa como empleados directos, no tienen derechos ni protecciones.

La estructura de Amazon está siendo emulada por otras corporaciones. En la industria automotriz se están produciendo despidos masivos, en un cambio hacia los vehículos eléctricos de alta tecnología. En Canadá, los trabajadores postales hicieron huelga durante más de un mes contra los planes de una reestructuración masiva, hasta que el gobierno intervino esta semana para poner fin a la huelga.

En Estados Unidos, Trump planea privatizar el Servicio Postal de Estados Unidos, que se encuentra en medio de un vasto esfuerzo de reestructuración al estilo de Amazon. En UPS, la empresa está cerrando o automatizando 200 instalaciones como parte de su “Red del Futuro”, con decenas de miles de empleos sindicalizados y no sindicalizados en la mira.

El fundador y presidente de Amazon, Jeff Bezos, con un patrimonio neto de 250 mil millones de dólares, personifica el control de la sociedad estadounidense y mundial por parte de una pequeña oligarquía. A través de Amazon, controla una parte clave de la economía mundial, así como los medios de comunicación a través de su propiedad del Washington Post. Es un importante partidario de Trump, respaldando sus planes de recortar el gasto social y las regulaciones corporativas.

Los intereses esencialmente criminales de esta capa son también los que impulsan las guerras en todo el mundo, desde Ucrania hasta Gaza, libradas no por “democracia” o “derechos humanos”, sino para conquistar cadenas de suministro y mercados extranjeros.

La lucha contra Amazon y otros gigantes corporativos requiere de una lucha contra la burocracia sindical. Los funcionarios de los Teamsters, que han limitado la huelga de antemano, no están actuando con una estrategia para la victoria, sino para reforzar su propia credibilidad. La burocracia de los Teamsters ha llevado a cabo una serie de grandes traiciones. De hecho, los Teamsters dieron instrucciones a sus propios miembros para que se escabulleran en la huelga de Canada Post y continuaran trabajando en la subsidiaria de Purolator.

Los ataques verbales del presidente general de los Teamsters, Sean O’Brien, contra la codicia corporativa en Amazon quedan expuestos por el hecho de que el sindicato está ayudando a imponer despidos masivos en UPS, donde la gerencia ha citado la “certidumbre laboral” proporcionada por un nuevo contrato como luz verde para la reducción de personal. La burocracia impuso el acuerdo con falsas pretensiones el año pasado, después de afirmar mentirosamente durante meses que estaba preparada para convocar una huelga nacional.

El problema inmediato en la huelga de Amazon es la negativa de la empresa a negociar años después de que los trabajadores votaran a favor de unirse a un sindicato. Pero si Amazon se ha negado, es porque se siente envalentonada por la posición de los Teamsters, que sólo quieren establecer las mismas relaciones corruptas con la dirección de Amazon que disfruta en otros lugares, imponiendo recortes “conjuntamente”.

En ningún otro lugar se expone más esta estrategia de bancarrota que en las instalaciones JFK8 en Staten Island, Nueva York. Hace dos años, los trabajadores votaron por el advenedizo sindicato de Amazon, meses después del rechazo de un sindicato más establecido en un almacén de Alabama. Esto se debe a que los trabajadores vieron a la ALU como una alternativa más militante a los sindicatos oficiales controlados burocráticamente.

Pero la ALU, sin una estrategia viable para lograrlo, llevó a los trabajadores a un callejón sin salida. Sus vínculos con la base desaparecieron a medida que se adentraba en la órbita de los demócratas y de sus hermanos mayores en la burocracia sindical. Esto sucedió hasta este verano, cuando, sangrando dinero y acosados por divisiones entre facciones, los funcionarios de la ALU decidieron unirse a los Teamsters.

La hostilidad de la burocracia hacia los trabajadores encuentra su máxima expresión en el apoyo de los Teamsters a Donald Trump. Sus altos funcionarios se reunieron repetidamente con Trump durante la campaña. O’Brien habló en la Convención Nacional Republicana, y los Teamsters respaldaron de facto a Trump al negarse a respaldar a un candidato en las elecciones de noviembre. Ahora, O’Brien está elogiando el nacionalismo de “Estados Unidos primero” de Trump, culpando a los extranjeros e inmigrantes por los recortes de empleos que los oligarcas estadounidenses, con la ayuda de los burócratas, están llevando a cabo.

Desde la elección, los funcionarios sindicales han acudido en masa a “besar el anillo” de Trump y prometerle que trabajarán con él. Al hacerlo, están declarando su apoyo a los planes de Trump de llevar a cabo ataques históricos a los derechos democráticos y sociales de la clase trabajadora. Esto incluye desmantelar cualquier protección de salud y seguridad, y se dice que Trump está considerando nombrar a la ex ejecutiva de Amazon Heather MacDougall para dirigir la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) federal.

Los dirigentes sindicales sólo quieren asegurarse de que haya un lugar para ellos en la dictadura que Trump está tratando de construir, tal como han trabajado con Biden y los demócratas para suprimir la lucha de clases e imponer contratos procorporativos.

Las mismas relaciones básicas se reflejan dentro de los propios sindicatos. Los trabajadores no tienen control sobre las organizaciones, que son dirigidas como pequeñas dictaduras por burócratas que ganan salarios de seis cifras con el dinero de las cuotas de los trabajadores sólo para venderlas a la dirección.

Es necesaria una rebelión de base. Así como los trabajadores deben organizarse para aplastar el poder de la oligarquía que controla Amazon, también deben organizarse para aplastar el poder del aparato sindical y restaurar el control de los trabajadores.

Se están construyendo nuevas estructuras, comités de base, para prepararse para esa lucha. Los tres principios de los comités de base son:

1. La autoridad absoluta de los trabajadores de base, incluso sobre las negociaciones de los contratos, la realización de huelgas, el uso del dinero de sus cuotas y otras cuestiones clave. Los trabajadores tienen todo el derecho de tomar medidas para anular las decisiones de los burócratas sindicales que violan su voluntad democrática.

2. Luchar por lo que los trabajadores necesitan, no por lo que la oligarquía está dispuesta a ceder. Los trabajadores deben luchar por una vasta transferencia de riqueza de los ricos a la clase trabajadora, que creó esta riqueza y a la que pertenece por derecho. Esto se puede lograr mediante la transformación de Amazon y otras grandes corporaciones en servicios públicos dirigidos por trabajadores en lugar de ejecutivos de Wall Street.

3. La unidad internacional de la clase trabajadora. La lucha en Amazon demuestra que los trabajadores de todo el mundo tienen los mismos intereses y están comprometidos en una lucha común contra las mismas corporaciones gigantes. El lema de la clase trabajadora no debe ser “América primero”, sino “¡Trabajadores del mundo, uníos!”.

Si está de acuerdo con esto, complete el formulario a continuación para comunicarse con la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base para obtener ayuda para construir un comité de base en Amazon.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de diciembres de 2024)

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