La decisión de ABC News de pagar $16 millones para conciliar una demanda por difamación presentada por el presidente electo fascista es una importante señal política.
Los medios de comunicación corporativos, dominados por milmillonarios y grandes corporaciones como Disney, el dueño de ABC, están abandonando cualquier pretensión de mantener una relación crítica, ni mucho menos adversaria, con el Gobierno entrante. Están tirando la toalla incluso cuando Trump ha dejado en claro que planea gobernar como dictador desde el “primer día”.
Es necesario resumir brevemente los hechos de la demanda de Trump contra ABC News: durante una entrevista el 10 de marzo, el presentador del programa “This Week” de ABC, George Stephanopoulos, le preguntó a la diputada Nancy Mace (republicana de Carolina del Sur) cómo podía seguir apoyando a Trump después del fallo en su contra en un caso civil por negar una agresión sexual contra E. Jean Carroll y subsecuentemente difamar a Carroll como mentirosa.
Mace reveló que ella misma había sido violada cuando era joven y Stephanopoulos mencionó el caso de Trump en ese contexto, declarando varias veces que Trump fue hallado responsable por violación por un jurado civil. Como una cuestión legal, el jurado halló a Trump responsable de “abuso sexual” en vez de violación, dado que una ley estatal neoyorquina—que desde entonces ha sido enmendada—definió una violación únicamente como una penetración vaginal por un pene. La ley clasificaba toda otra forma de agresión sexual como “abuso sexual”.
El juez Lewis Kaplan, quien presidió un juicio civil, escribió posteriormente: “El hallazgo de que Caroll no demostró que había sido ‘violada’ según el significado del derecho penal neoyorquino, no significa que no demostró que Trump la ‘violó’ de la manera en que muchas personas entienden comúnmente la palabra ‘violación’”. Concluyó: “Sin duda, como lo deja claro la evidencia del juicio resumida abajo, el juicio halló que Trump de hecho cometió precisamente ese acto”.
Stephanopoulos parafraseó los comentarios de Kaplan sin mencionar al juez ni referirse a la diferencia entre la definición de la ley estatal y el entendimiento común de lo que constituye una violación. Eso fue parte de la campaña del ala prodemocrática de la prensa corporativa para desacreditar a Trump sin realmente lidiar con su política fascista.
ABC News inicialmente combatió la demanda con base en dos razonamientos bien fundamentados: que la referencia a una “violación” había sido sustancialmente verdadera, si bien técnicamente deficiente; y que la demanda de Trump solo podría sostenerse si demostraba “malicia” por parte de la red televisiva y Stephanopoulos. No obstante, en julio de 2024, la jueza federal de distrito Cecilia Altonaga falló en contra de la moción para rechazar el caso y ordenó que Trump y ABC procedieran con el caso civil, incluyendo el intercambio de documentos y la obtención de más evidencia. Altonaga fue la primera mujer cubano-estadounidense nombrada a un tribunal federal tras ser nominada por el republicano George W. Bush en 2003. Ahora es la jueza a cargo del tribunal de extrema derecha del del distrito del sur de Florida.
Los comentaristas legales señalaron que es extremadamente inusual que una parte defensora como ABC News cediera antes de las declaraciones juradas y antes de una moción para un juicio sumario, que usualmente se concede en los casos de demandas por difamación contra medios de prensa, particularmente por un querellante como Trump que ha sido condenado por varios crímenes graves.
Es particularmente significativo que ABC News acordara ceder apenas horas después de que un juez federal ordenara a Trump y Stephanopoulos sentarse la semana próxima para hacer declaraciones juradas por cuatro horas sobre el caso. Una delegación de ejecutivos de ABC y Disney visitó Mar-a-Lago el lunes pasado para reunirse con el equipo de transición de Trump, que sin duda incluyó amenazas de limitar el acceso de la red a la Casa Blanca, así como de una mayor represión de los medios de comunicación.
Según el New York Times, Debra OConnell, la ejecutiva de Disney a cargo de ABC News, cenó con la jefa de gabinete de Trump, Susie Wiles. Queda claro que los ejecutivos de la red esperaban congraciarse con el presidente entrante rindiéndose antes de que Trump tuviera que hacer una declaración jurada.
El resultado de esta visita fue una conciliación de la demanda en términos favorables para Trump, incluyendo una declaración pública de “remordimiento” por parte de ABC y Stephanopoulos, que se incluyó como una nota al pie de página en el sitio web de la televisora, pero que inmediatamente fue publicitado en un informe de prensa de los abogados de Trump, generando una amplia atención en los medios. ABC donará $15 millones a la biblioteca presidencial de Trump, que hasta ahora solo existe en línea, y que pagará $1 millón al equipo legal de Trump, efectivamente pagando por el privilegio de haber sido demandados.
La capitulación de ABC News se produce cuando varias corporaciones gigantescas y milmillonarios que controlan los medios de comunicación se han rebajado servilmente ante el Führer estadounidense en potencia.
Un artículo publicado en Político el lunes fue titulado “Desde las grandes empresas tecnológicas hasta los medios de comunicación, ha comenzado la carrera para besarle el anillo a Trump”. Indicó: “Los titanes tecnológicos están entregando millones para la inauguración y desfilándose en West Palm Beach para reunirse con el presidente electo. Los líderes extranjeros están buscando congraciarse por medio de llamadas telefónicas y fotografías. Los conductores de noticieros liberales están apurándose para ir a Mar-a-Lago para reparar sus relaciones con el hombre que los tildó de ‘enemigos del pueblo’”.
Incluso antes de las elecciones, el milmillonario Jeff Bezos anuló la decisión del Consejo Editorial del Washington Postde respaldar a la demócrata Kamala Harris, decretando que un periódico que controla debería permanecer “neutral”. El dueño multimillonario del Los Angeles Times tomó una acción similar.
En vísperas de la victoria de Trump, Comcast, la empresa dueña de NBC/Universal, anunció que vendería su subsidiaria de noticias por cable MSNBC, el medio de comunicación corporativo más crítico de Trump. Esto siguió a una visita sumamente publicitada de Joe Scarborough y Mika Brzezinski, copresentadores del programa “Morning Joe” de MSNBC, a Mar-a-Lago, donde se reunieron personalmente con Trump y acordaron reestablecer sus lazos amigables.
CBS está combatiendo una demanda de $10 mil millones de Trump presentada por su edición de una entrevista del programa “60 minutes” con Harris. (Trump afirma que la entrevista fue manipulada para favorecer a Harris, pero él ya se había rehusado a llevar a cabo su propia entrevista con el programa). Trump amenazó con revocar la licencia de difusión de ABC, y su titular nominado de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), que regula los medios televisivos y radiales, ha atacado a CBS y NBC por lo que dice que es una cobertura demasiado aduladora de Harris, y afirmó que “las licencias de difusión no son vacas sagradas”.
Estas amenazas han ido acompañadas de propuestas de que las mayores redes sociales como Facebook y Google sean sometidas a regulaciones por su presunta censura de publicaciones ultraderechistas y fascistas pro-Trump. Esto se produce en condiciones en que el principal blanco de censura en redes sociales han sido los comentarios de izquierda y socialistas, particularmente el World Socialist Web Site y más recientemente, toda crítica del genocidio israelí en Gaza.
La respuesta de la patronal ha sido alinearse y saludar a su nuevo “comandante en jefe”. Bezos, Mark Zuckerberg y Tim Cook están haciendo contribuciones de un millón de dólares a la celebración inaugural de Trump para adular al presidente fascista que regresará al poder.
La máxima muestra de adulación fue la decisión de la revista Time de elegir la semana pasada a Trump como “Persona del Año”, celebrando su elección como un triunfo electoral impactante e histórico, sin mencionar el carácter dictatorial y fascistizante del régimen que pretende instalar.
No se puede esperar nada más de los oligarcas que controlan los medios de comunicación corporativos, que abandonaron hace mucho cualquier enfoque independiente, ni mucho menos crítico del Gobierno en turno. Cuando el Gobierno de Trump estará comprometido a emprender un ataque masivo a los derechos democráticos, comenzando por la detención de millones de inmigrantes, la oposición solo vendrá desde abajo, a partir de la movilización de la clase obrera con base en un programa socialista.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 16 de diciembre de 2024)