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El partido Syriza, que se derrumba, será reemplazado como principal partido de oposición en Grecia

Una avalancha de dimisiones ha golpeado a Syriza (Coalición de la Izquierda Radical), tras la dimisión el 8 de noviembre de su exlíder Stefanos Kasselakis, que declaró que está creando su propio partido en Grecia.

Cinco miembros del parlamento de Syriza se marcharon inmediatamente para unirse al nuevo partido de Kasselakis. La semana pasada, el comité central de Syriza se redujo en un tercio después de que 107 leales a Kasselakis renunciaran del organismo de 300 miembros.

Stefanos Kasselakis, el nuevo líder electo del principal partido de oposición Syriza, habla con sus partidarios fuera de la sede del partido en Atenas, Grecia, el 25 de septiembre de 2023. [AP Photo/Yorgos Karahalis]

Se espera que más diputados renuncien en las próximas semanas, despojando al partido de su condición de oposición oficial de Grecia, para ser reemplazado por el socialdemócrata Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK). En el momento de escribir estas líneas, Syriza tiene 31 diputados, la misma cantidad que el otrora derrumbado partido socialdemócrata PASOK.

El apoyo popular a Syriza también se ha derrumbado. En muchas encuestas, ahora está en quinto o sexto lugar, o incluso más abajo. Una encuesta realizada por Real Polls la semana pasada coloca a Syriza en octavo lugar, con un 3,6 por ciento. Se requiere un umbral del 3 por ciento para entrar al parlamento. En segundo lugar, con un 16,7 por ciento, está el PASOK, que se ha beneficiado del colapso de Syriza y de la caída del apoyo al partido conservador gobernante Nueva Democracia (ND), que según las encuestas tiene un 29,7 por ciento.

Syriza llegó al poder por primera vez en 2015, cuando Alexis Tsipras prometió poner fin a la brutal austeridad que se había impuesto a la clase trabajadora griega a instancias de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Este mandato fue desechado, y culminó con la traición del referéndum de julio de 2015 en el que los trabajadores rechazaron abrumadoramente un tercer paquete de austeridad. Un mes después, Syriza y su socio de coalición menor, el partido de extrema derecha Griegos Independientes, acordaron un paquete de austeridad aún más brutal con la UE y el FMI. Los cuatro años siguientes, Syriza impuso una austeridad más salvaje que la aplicada por las administraciones socialdemócratas y lideradas por la ND anteriores.

Syriza sangró apoyo entre los trabajadores y los jóvenes, fortaleciendo a la ND, que derrotó a Syriza en las elecciones generales de 2019, antes de derrotar al partido de Tsipras en las elecciones de junio de 2023. En las últimas elecciones, Syriza ganó 47 escaños, poco más de la mitad de su total en el parlamento anterior.

Tras la renuncia de Tsipras el año pasado, Stefanos Kasselakis fue elegido como líder en septiembre, obteniendo casi el 57 por ciento de los votos de los miembros. Antes de su elección, Kasselakis era un desconocido en Grecia y no tenía vínculos con Syriza. Había vivido en Estados Unidos desde los 14 años, donde, además de dirigir empresas navieras y trabajar para Goldman Sachs, fue voluntario en la campaña primaria presidencial de Joe Biden en 2008 y trabajó en el think tank Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

Su discurso ante las capas acomodadas de clase media alta que conforman la militancia de Syriza era que Syriza debería construir un partido de “gran carpa” similar al Partido Demócrata en Estados Unidos. En un artículo de opinión en la conservadora Kathimerini el pasado julio escribió: “Si la intención es gobernar de nuevo, SYRIZA debería copiar la fórmula estadounidense lo antes posible. También debería abrazar inequívocamente al centro político; dejar claro que la gestión fiscal prudente no es negociable; y mostrar el talento de gestión de su futuro gabinete”. Su elección fue bien recibida por ND, y el portavoz Pavlos Marinakis elogió a “una oposición seria y creíble, con Syriza tomando un camino más realista”.

En un comentario sobre la elección de Kasselakis, el World Socialist Web Site escribió que “ahora que se ha evaporado el apoyo popular obtenido hace ocho años, la esencia política del partido está saliendo a la superficie. De un partido al servicio de los banqueros, Syriza se ha convertido en un partido dirigido directamente por un banquero”.

El WSWS situó la elección de Kasselakis en un contexto geopolítico más amplio, señalando que, en un momento en que se desatan dos guerras en Ucrania y Oriente Medio, Kasselakis fue lanzado en paracaídas a la política griega con la intervención activa de Washington para garantizar que se mantuviera la alineación pro-OTAN de Atenas.

Los primeros frutos del liderazgo de Kasselakis fueron la declaración de Syriza en respuesta al levantamiento palestino lanzado desde Gaza el 7 de octubre, que condenó al tiempo que “expresaba su solidaridad con el pueblo de Israel”. Unos días después, Kasselakis pronunció un discurso ante la patronal de la Federación de Industrias (SEV), donde declaró que Syriza “estaba pasando a la siguiente etapa de su camino histórico, el de una izquierda moderna que no demoniza la palabra ‘capital’ sino que la ve como una herramienta de prosperidad para reducir enormes desigualdades a través de un fuerte crecimiento”.

Su liderazgo empezó a desmoronarse en octubre de 2023, apenas un mes después de su elección, a raíz de un informe de investigación publicado en el diario griego I Efimerida Ton Syntakton que ponía al descubierto su política feroz contra la clase obrera. El periódico recopiló información de artículos que Kasselakis escribió para el periódico derechista greco-estadounidense National Herald entre 2007 y 2015.

Expresando su apoyo al tipo de políticas de austeridad que después de 2010 implementarían los sucesivos gobiernos del PASOK, ND y Syriza, escribió: “Grecia necesita durante algunos años la aplicación de la economía de la oferta de Reagan”.

En febrero de 2012, en el apogeo de los ataques de austeridad implementados por el gobierno de coalición de ND, PASOK y el partido de extrema derecha LAOS encabezado por el banquero no electo Loukas Papadimos, Kasselakis escribió con aprobación sobre la reducción del salario mínimo. Se trata de una “medida positiva” que “hace que el país sea más competitivo y, al mismo tiempo, mantiene a flote a las pequeñas empresas”. Kasselakis se quejó de que el gobierno no estaba haciendo lo suficiente. Refiriéndose al despido de 15.000 funcionarios públicos en 2012, escribió que “parece una cifra muy pequeña… En mi opinión, ya deberían haber despedido a mucha más gente e invertido el dinero en recortar impuestos”.

Las revelaciones llevaron a la facción “Paraguas” del partido a publicar una declaración en la que expresaba su “preocupación” por “la sensación colectiva de que estamos participando en un partido que tiende a no guardar ninguna relación con la izquierda en ningún sentido político. Todo lo que sabíamos sobre el carácter y las prioridades sociales de Syriza está cambiando de forma violenta y unilateral”.

Las fuerzas de Paraguas estaban preocupadas de que el giro de Syriza hacia la derecha las dejara demasiado comprometidas en condiciones de una creciente ola de militancia entre los trabajadores y los jóvenes. El partido Umbrella estaba dirigido por sinvergüenzas como Nikos Filis, Panos Skourletis y Thodoris Dritsas, que ocuparon altos cargos ministeriales e impusieron una brutal austeridad en el gobierno de Syriza en varios momentos entre 2015 y 2019. A fines de noviembre del año pasado, 11 parlamentarios de Syriza, incluido el ex ministro de finanzas y líder de Umbrella, Euclid Tsakalotos, habían abandonado el partido para fundar un nuevo partido, la “Nueva Izquierda”.

En las elecciones europeas de este año, celebradas en junio, Syriza obtuvo apenas el 14,7 por ciento de los votos (un 6 por ciento menos que en las elecciones generales del año pasado), sin aprovechar la impopularidad de ND, que obtuvo el 28,6 por ciento, en comparación con el 42 por ciento que le dio un segundo mandato en el poder.

Esto llevó a una moción de censura contra Kasselakis por parte de 100 miembros del comité central, que afirmaban que “si no abordamos de manera directa y decisiva las causas de [la crisis del partido], éste seguirá cayendo en la introversión y decepcionará a todos los ciudadanos de izquierda y progresistas”. La moción fue aprobada y el mes pasado el comité central le prohibió a Kasselakis buscar la reelección en la contienda por el liderazgo que se realizará el 24 de noviembre, en medio de continuas revelaciones sobre su riqueza y activos declarados, incluida su participación en empresas offshore, algo que está prohibido para los líderes de los partidos políticos en Grecia. El candidato a la dirección Pavlos Polakis declaró que Kasselakis “nos engañó”, y agregó que “alguien que tiene empresas con sede en las Islas Marshall no puede ser líder de Syriza”. Esto es pura palabrería para alguien que fue partidario de Kasselakis.

La desaparición de Syriza es una crítica a las fuerzas pseudoizquierdistas de todo el mundo que aplaudieron su ascenso al poder, afirmando que era el camino a seguir para la clase trabajadora.

En 2012, Jeremy Corbyn, tras regresar de un viaje a Grecia y tres años antes de convertirse en líder del Partido Laborista británico, tuiteó: “Una victoria de Syriza abrirá el camino a una alternativa a la Europa de los banqueros. Me impresionó su apoyo cuando estuve allí. ¡Tengo esperanzas!”.

En enero de 2015, apenas unos meses antes de que Corbyn asumiera el cargo, él y 25 parlamentarios, principalmente de su Grupo de Campaña Socialista, más George Galloway, entonces líder del Partido Respeto, firmaron una moción parlamentaria cuando Syriza tomó el poder: “Esta Cámara acoge con satisfacción el apoyo al partido Syriza en Grecia, que está comprometido a poner fin a años de austeridad y sufrimiento del pueblo griego” y “afirma su confianza en un gobierno que hará frente a tales presiones [de la UE y el FMI] y defenderá la opción democrática del pueblo de Grecia; y aplaude las prioridades inmediatas de Syriza de poner fin al programa de austeridad…”

Como líder laborista, Corbyn se sometió repetidamente a los ataques del ala blairista del partido en temas en los que tenía un apoyo masivo, como la oposición a la OTAN y las armas nucleares. Imitando a Syriza, dio instrucciones a los consejos locales dirigidos por los laboristas para que impusieran los recortes de austeridad exigidos por el gobierno conservador. Esto terminó con su derrota en las elecciones generales de 2019 y su eventual reemplazo como líder del partido por el actual primer ministro Sir Keir Starmer.

El destino de Syriza se refleja en el colapso de todas esas fuerzas pseudoizquierdistas a nivel internacional, que se jactaban de trabajar según el “modelo Syriza”, al traicionar las luchas de los trabajadores y los jóvenes en defensa de los niveles de vida y los derechos democráticos. En diciembre del año pasado, Podemos, la contraparte de Syriza en España, abandonó el gobierno de coalición que había formado con el socialdemócrata PSOE en 2020 después de que su voto colapsara en las elecciones de verano debido a sus políticas de austeridad.

Los escritos del Comité Internacional de la Cuarta Internacional sobre Syriza y otras tendencias pseudoizquierdistascomprenden la arma teórica necesaria de los trabajadores para llevar adelante la lucha por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de noviembre de 2024)

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