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Perspectiva

La conspiración de Octubre: el Gobierno de Biden se acerca a una guerra con Irán

A menos de tres semanas de las elecciones presidenciales de 2024, el Gobierno Biden envió tropas de combate estadounidenses a Israel como parte de un acuerdo con el Gobierno de Netanyahu para atacar Irán.

Camiones con el sistema de defensa antiaérea THAAD bajan de un jet de carga en 2017 [AP Photo]

Existe un historial largo de acontecimientos de octubre que influyen en el voto presidencial en EE.UU. Al desplegar tropas estadounidenses en Israel, el Gobierno de Biden no está buscando mejorar las probabilidades electorales de Kamala Harris, sino garantizar que esté en marcha una escalada militar antes de la jornada electoral. Pero en vez de una “sorpresa de octubre”, se trata de una “conspiración de octubre” para expandir masivamente la participación de EE.UU. en una guerra a nivel de todo Oriente Próximo. 

El miércoles, Biden sostuvo una llamada con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu para discutir planes relaciones a Irán. Netanyahu informó a Biden que “planea atacar infraestructura militar iraní”, según un funcionario estadounidense que describió la llamada al Washington Post. El Post reportó que “la postura del primer ministro influyó en la decisión de Biden de enviar un poderoso sistema de defensa antiaérea a Israel, según ambos funcionarios”. 

En otras palabras, Biden dio el visto bueno a los planes de Netanyahu para atacar Irán y dejó en claro que Estados Unidos pondrá “botas en el terreno” para apoyar tal operación. El domingo, el Departamento de Defensa hizo el anuncio oficial de que enviaría el sistema de defensa antiaéreo THAAD a Israel, que será operado por aproximadamente 100 soldados estadounidenses. 

El despliegue de estas tropas de combate abre la puerta a una expansión mucho mayor de la participación directa de EE.UU. en la guerra de Oriente Próximo. En una entrevista con CNN, el coronel retirado de la Fuerza Aérea, Cedric Leighton, amenazó: “Si esas tropas sufren cualquier tipo de daño, eso podría arrastrar a EE.UU. a la guerra y podría tener consecuencias importantes que superan nuestra imaginación en este momento”. 

En los días posteriores a la llamada con Biden, Israel emprendió una escalada de ataques contra la población en Gaza y atacó directamente a la fuerza de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas en Líbano, desafiando un mandato de la ONU al cruzar la “línea azul” de Líbano.

El miércoles, la Associated Press reportó que Netanyahu está “considerando” un “plan para vaciar el norte de Gaza de civiles y cortar la asistencia a los que permanezcan ahí”. 

Escribió que “el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, está examinando un plan para bloquear la ayuda humanitaria al norte de Gaza en un intento de matar de hambre a los militantes de Hamás, un plan que, si se implementa, podría atrapar sin comida o agua a cientos de miles de palestinos que no quieren o no pueden abandonar sus hogares.

“Los que se queden serían considerados combatientes, lo que significa que las regulaciones militares permitirían que las tropas los maten, y se les negaría comida, agua, medicinas y combustible”.

Cuando los medios de comunicación estadounidenses declaran que Estados Unidos o las fuerzas que patrocina están “considerando” una acción, significa que el plan ya se ha decidido. En realidad, Israel ya cercó el norte de Gaza, exigiendo que todos los residentes restantes huyan y está matando sistemáticamente a los que quedan.

En los últimos dos días, millones de personas en todo el mundo se han sentido conmocionadas y horrorizadas por las imágenes de pacientes en el Hospital de los Mártires de al-Aqsa que fueron quemados vivos por las bombas incendiarias israelíes, lanzadas como parte de esta creciente operación de limpieza étnica.

Al anunciar que Estados Unidos está enviando tropas a Israel en medio de esta carnicería, la Administración de Biden está demostrando la completa hostilidad y desprecio del Partido Demócrata y la campaña de Harris por la oposición masiva a la guerra. También demuestra la inutilidad de todos los esfuerzos para detener el genocidio haciendo llamados a cualquier sección de la élite política, que es totalmente cómplice de la matanza a escala industrial. 

Pero el genocidio en sí está inextricablemente conectado a una guerra regional y global más amplia. El objetivo inmediato es Irán. En una entrevista en “60 Minutes” la semana pasada, Harris declaró que cree que Irán “es nuestro mayor adversario”. Cuando se le preguntó sobre un posible ataque militar estadounidense contra Irán, declaró: “No voy a hablar de hipótesis en este momento”.

Pero este no es un escenario hipotético. Existe un plan activo de Estados Unidos para facilitar una guerra con Irán, que tendría las consecuencias más trascendentales y catastróficas. El objetivo de Estados Unidos e Israel es la reorganización total de Oriente Próximo bajo la dominación imperialista. Estados Unidos nunca se ha reconciliado con la revolución iraní de 1979 que derrocó la dictadura del sha respaldada por Estados Unidos. Durante décadas, los sucesivos Gobiernos de Estados Unidos han planeado un cambio de régimen en Teherán para reemplazar el Gobierno iraní con una nueva dictadura respaldada por Estados Unidos.

Los pasos hacia la guerra directa con Irán están relacionados con la guerra entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia y el conflicto en curso con China.

El despliegue de tropas estadounidenses en Israel tiene lugar en el contexto de una serie de reveses cada vez más profundos para la OTAN en Ucrania, a medida que las fuerzas rusas avanzan por todo el frente. Ante esta realidad, Estados Unidos busca abrir un nuevo frente en su guerra por la dominación global. 

El imperialismo estadounidense ve a Irán como un aliado principal de Rusia y un facilitador de sus operaciones militares. Un informe reciente del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores declaró que “Rusia ahora depende de Irán de maneras que eran inimaginables antes de febrero de 2022... Irán, que una vez fue un actor secundario, ahora es uno de los colaboradores más importantes de Rusia en la guerra en Ucrania”.

Los estrategas estadounidenses creen que una vez que hayan asegurado los suministros de petróleo de Irán, estaría en una mejor posición para intensificar su guerra con Rusia y, en última instancia, con China. Cada vez más, los planificadores de guerra estadounidenses se refieren a todos estos países en la mira del imperialismo estadounidense como un “nuevo eje del mal”, retomando la frase acuñada por la Administración de Bush en el período previo a la invasión de Irak. 

Se necesita una nueva estrategia para la lucha contra la guerra, que no esté basada en medidas parciales ni apele a la moralidad de las potencias imperialistas. En sus comentarios durante el seminario web del Partido Socialista por la Igualdad la semana pasada para conmemorar el aniversario del genocidio de Gaza, el presidente del Consejo Editorial del World Socialist Web Site, David North, declaró: “Como en cada gran coyuntura, es una cuestión de vida o muerte. O bien la humanidad progresa o bien se enfrenta a la destrucción. Si una revolución social es imposible, entonces significa que la supervivencia de la humanidad es imposible”.

No hay un “camino fácil” o un atajo en la lucha para evitar la catástrofe militar que se cierne sobre todo el mundo. Requiere la construcción de un movimiento socialista de masas contra la guerra arraigado en la clase trabajadora y armado con la perspectiva del socialismo internacional.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de octubre de 2024)

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