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Perspectiva

¿Cuál es la forma de combatir a la extrema derecha en Reino Unido?

Los disturbios antiinmigrantes, que iniciaron el 30 de julio en Reino Unido y culminaron con pandillas fascistas incendiando hoteles para solicitantes de asilo el 4 de agosto, han conmocionado y enfurecido a millones de personas.

Es necesario comprender las causas fundamentales de la violencia de extrema derecha y evaluar las contraprotestas organizadas por Stand Up to Racism (SUTR; Combate el Racismo), lideradas políticamente por el Socialist Workers Party (SWP; Partido de los Trabajadores Socialistas).

Tal balance muestra que no puede haber una estrategia efectiva para combatir y derrotar a la extrema derecha fuera de la movilización política independiente de la clase trabajadora contra el capitalismo.

Fascistas prenden fuego a un hotel en Rotherham, Inglaterra, donde hay solicitantes de asilo, durante un pogromo antiinmigrante, 4 de agosto de 2024 [Photo by REUTERS/Hollie Adams]

Esta lucha, de carácter fundamentalmente internacional, no solo representa la defensa necesaria de los inmigrantes y los musulmanes frente a la violencia instigada por matones fascistas como Tommy Robinson e incitada por el líder del partido Reform UK, Nigel Farage. Sobre todo, significa una lucha contra el Gobierno laborista de Starmer y sus aliados en la burocracia sindical, que están trabajando para bloquear la necesaria ofensiva socialista de la clase trabajadora.

No es coincidencia que los disturbios antiinmigrantes estallaran menos de un mes después de que los laboristas llegaran al poder en las elecciones generales del 4 de julio. Si bien el pretexto para los disturbios fue el asesinato de tres niños, que Robinson y Farage atribuyeron falsamente a musulmanes y solicitantes de asilo, la atmósfera tóxica que provocó los ataques contra los inmigrantes fue creada durante décadas por sucesivos Gobiernos laboristas y conservadores.

Como escribió el Socialist Equality Party (SEP; Partido Socialista por la Igualdad) en su declaración del 4 de agosto:

El crecimiento de las tendencias fascistas y de extrema derecha es una expresión concentrada de la política imperialista y la decadencia capitalista. Las élites gobernantes están promoviendo el nacionalismo extremo y la xenofobia para desviar las tensiones sociales explosivas en una dirección derechista y antiinmigrante, para promover las guerras imperialistas depredadoras de Reino Unido y para llevar a cabo una guerra contra los derechos democráticos y sociales de la clase trabajadora.

La campaña electoral del Partido Laborista fomentó un nacionalismo virulento y el militarismo y empleó una retórica antiinmigrante. Sir Keir Starmer prometió miles de millones para la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, y un apoyo total al ataque genocida de Israel en Gaza. Exigió controles fronterizos más estrictos contra los inmigrantes, atacó a los conservadores por “no detener los barcos” y declaró que la austeridad continuaría de acuerdo con las “reglas fiscales” del Partido Laborista.

El primer acto de los laboristas en el Gobierno fue enviar al secretario de Relaciones Exteriores, David Lammy, a Israel para comprometerse a seguir apoyando al criminal de guerra Benjamín Netanyahu. Starmer luego asistió a la cumbre de la OTAN en Washington, D.C., sentando las bases para la escalada militar contra Rusia, una potencia nuclear.

El 21 de julio, la secretaria del Interior, Yvette Copper, anunció una “ofensiva de verano” de redadas policiales contra inmigrantes y el fin del alojamiento en hoteles para solicitantes de asilo, una apelación a la extrema derecha.

El 23 de julio, después de que siete parlamentarios laboristas votaran a favor de una enmienda que se oponía al límite de la asistencia social a dos hijos, Starmer los despidió. El 29 de julio, la canciller Rachel Reeves anunció planes para recortar el gasto en £23 mil millones, incluyendo la eliminación de la asignación de combustible de invierno para alrededor de 10 millones de adultos mayores.

Los disturbios estallaron un día después.

La oposición masiva de la clase trabajadora al programa derechista del Partido Laborista ha sido bloqueada por la burocracia sindical, que después de las elecciones abandonó toda medida de protesta industrial, justificándolo con insignificantes alzas salariales, convirtiendo Reino Unido en una zona libre de huelgas. El SWP pseudoizquierdista y la Coalición Stop the War, que representan a sectores ricos de la clase media, han cerrado filas con el Gobierno de Starmer, ¡alegando que está siendo empujado hacia la izquierda!

Sus esfuerzos por bloquear la oposición generalizada a la agenda laborista de guerra imperialista y austeridad capitalista se resumen en su respuesta a los disturbios.

Stand Up to Racism llama a la “unidad”

Stand Up to Racism emitió una declaración: “Detengan a la extrema derecha: únanse contra el racismo, la islamofobia y el antisemitismo”. Sus firmantes incluían a los principales burócratas sindicales y una pequeña minoría de alrededor de 20 parlamentarios laboristas actuales y anteriores, incluido Jeremy Corbyn, que lideraba a cinco “independientes” recién elegidos.

La declaración de SUTR no hace referencia al papel del Partido Laborista en fomentar el veneno antiinmigrante, razón por la cual fue respaldada por los parlamentarios laboristas de “izquierda”.

De la mano con su amnistía política para los laboristas, la declaración de “unidad” promueve ilusiones de que el fascismo puede ser derrotado a través de la política de protesta. SUTR guarda silencio sobre la base social y de clase del fascismo, que deriva del capitalismo en decadencia. Esta omisión es deliberada, facilitando la construcción de un bloque multiclasista liderado por Corbyn destinado a suprimir la lucha independiente de la clase trabajadora. Su declaración dice: “La extrema derecha es una amenaza para todas las personas decentes”.

Starmer respondió a los disturbios con una represión de ley y el orden. Si bien las fuerzas de extrema derecha son su objetivo inicial, dejó en claro que las nuevas medidas del Partido Laborista se utilizarán contra todos aquellos que representen una amenaza para el “orden público”.

Los laboristas han anunciado una nueva fuerza de policía nacional de 6.000 efectivos para combatir el descontento político y social. H habido más de 1.000 arrestos, utilizando tecnología de reconocimiento facial y tribunales embusteros basados aquellos creados por Starmer durante los disturbios de Londres en 2011, amenazando con sentencias de hasta 10 años.

Corbyn: la sombra del laborismo

Corbyn desempeña un papel políticamente despreciable, defendiendo al Partido Laborista e impidiendo una ruptura de los trabajadores y jóvenes con este partido de derecha.

El 5 de agosto, publicó una carta al secretario del Interior Cooper “solicitando una reunión urgente a la luz de los disturbios de extrema derecha”. Escribió: “esperamos que nuestro Gobierno denuncie la intolerancia y la islamofobia y la intolerancia detrás de ellos y se ponga hombro con hombro con sus víctimas”.

Esto es similar a pedirle a Heinrich Himmler que condenara a las SS. Cooper, descrita como la “dama de hierro laborista”, encarna el autoritarismo resumido por el lema “país primero, partido segundo”, en el núcleo del Gobierno de Starmer. Su ataque a los inmigrantes y el aumento de los poderes policiales son la expresión a nivel nacional del compromiso del Partido Laborista con el militarismo imperialista y la guerra, lo que fortalece, y en última instancia se basa, en la movilización de la extrema derecha contra la clase trabajadora.

La carta de Corbyn, firmada por los cinco parlamentarios “independientes”, recuerda la descripción de León Trotsky de los líderes reformistas de los años 20 y 30, que respondieron a la amenaza fascista en Italia y Alemania con apelaciones impotentes al rey Victor Manuel III y al presidente Paul von Hindenburg:

Temerosos de la movilización revolucionaria de los trabajadores, los reformistas italianos depositaron todas sus esperanzas en el “Estado”. Su consigna era: “¡Ayuda! ¡Víctor Manuel, ejerce presión!”. La socialdemocracia alemana carece de un baluarte democrático como un monarca leal a la Constitución. Por lo tanto, deben contentarse con un presidente: “¡Ayuda! ¡Hindenburg, ejerce presión!”.

Al bloquear la oposición de la clase trabajadora al Gobierno laborista, Corbyn fortalece el autoritarismo, haciendo que sectores de la clase media y de los trabajadores se orienten al partido Reform UK y que y elementos lumpen caigan en los brazos de fascistas como Robinson. Si bien la mayor parte del apoyo de Farage proviene de aquellos que votaban al conservadurismo, anunció en la noche de las elecciones: “Vamos por el laborismo”.

La privación de una representación política para la clase trabajadora produce una imagen sumamente distorsionada de las relaciones de clase. Una encuesta de YouGov encontró que el 82 por ciento de la población se opone a los disturbios de extrema derecha. En Reino Unido y en todo el mundo existe una abrumadora oposición popular al imperialismo, el fascismo, el genocidio y la desigualdad social.

Pero las protestas limitadas a este tema no pueden detener el ascenso de la extrema derecha. Esto requiere la movilización política e industrial de la clase trabajadora, la abrumadora mayoría de la población, para establecer el socialismo.

Se debe preparar una contraofensiva de huelgas y protestas, movilizando a los trabajadores y jóvenes con demandas que expresen la oposición objetivamente revolucionaria de las masas al capitalismo.

Para ello, el Partido Socialista por la Igualdad propone las siguientes demandas:

¡No al genocidio de Gaza! ¡Detengan la guerra con Rusia y desmantelen la OTAN!

Los trabajadores deben bloquear la producción y entrega de armas a Israel y exigir la retirada inmediata de Reino Unido de la OTAN. Pongan fin a la guerra contra Rusia en Ucrania, que amenaza con una guerra nuclear. Desmantelen las Fuerzas Armadas de Reino Unido. ¡Miles de millones para el NHS [Sistema Nacional de Salud], no para bombas!

¡Alto a la persecución de refugiados e inmigrantes! Por la unidad internacional de la clase trabajadora.

Eliminen todas las leyes contra los inmigrantes, el programa Prevenir y otras medidas antimusulmanas. ¡Detengan la detención barbárica de solicitantes de asilo! Abran las fronteras y aseguren derechos democráticos y legales plenos para los trabajadores inmigrantes y extranjeros.

¡Pongan fin a la austeridad, miles de millones para la salud, la vivienda y un salario digno!

Los trabajadores deben rechazar la mentira de Starmer de que “no hay dinero” para programas sociales y salarios dignos. Confisquen los cientos de miles de millones acaparados por la aristocracia financiera a través de los rescates financieros que convirtieron Londres en un patio de recreo para los superricos.

¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!

Los trabajadores y los jóvenes tienen aliados poderosos entre los millones de trabajadores en toda Europa y en todo el mundo que se oponen a la guerra, el fascismo, el genocidio y la austeridad. Construyan organizaciones de base para superar el control de las burocracias sindicales propatronales. Forjen un movimiento político para transferir el poder a la clase trabajadora y reemplazar al Reino Unido y la Unión Europea capitalistas con los Estados Unidos Socialistas de Europa.

La victoria en esta lucha significa la construcción de una nueva dirección revolucionaria. Hacemos un llamamiento a los trabajadores y jóvenes para que se unan al Partido Socialista por la Igualdad, la sección británica del Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de agosto de 2024)

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