Las potencias imperialistas han respondido a los bombardeos iraníes contra Israel del sábado mediante una avalancha de condenas.
“Condeno estos ataques en los términos más fuertes posibles”, dijo el presidente estadounidense Joe Biden, reafirmando “el compromiso férreo de Estados Unidos a la seguridad de Israel”.
El grupo de potencias imperialistas del G7 dijo en un comunicado: “Condenamos inequívocamente, en los términos más enérgicos, el ataque directo y sin precedentes de Irán contra Israel”. Añadió: “Irán ha dado un paso más hacia la desestabilización de la región y corre el riesgo de provocar una escalada regional incontrolable”.
Estas declaraciones de los belicistas imperialistas, repetidas por todas las grandes potencias de la OTAN, son el colmo de la hipocresía. Las fuerzas que “provocan una escalada regional incontrolable” en Oriente Próximo son Israel y sus partidarios imperialistas.
Pasemos a aclarar algunos hechos. El ataque de Irán fue una respuesta al ataque del 1 de abril por parte de Israel contra la Embajada iraní en Siria que mató a siete oficiales militares iraníes de alto rango, incluidos dos generales.
En respuesta al ataque flagrantemente ilegal y asesino de Israel contra lo que, según el derecho internacional, es suelo iraní, las potencias imperialistas efectivamente señalaron su respaldo. El embajador de los Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood, declaró que “presuntamente había líderes y elementos terroristas en esta instalación”. Estados Unidos, Francia y Reino Unido vetaron una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba el ataque de Israel.
Ahora, los imperialistas se abalanzan hacia condenar la respuesta de Irán a la acción de Israel. Esto es aún más sorprendente dado que la acción de Irán fue en gran medida simbólica. El Gobierno iraní anunció el ataque del sábado a los países de la región con 72 horas de antelación para limitar el impacto. Como informó Reuters el domingo:
Irán dio un amplio aviso días antes del ataque con drones y misiles del sábado contra Israel, lo que permitió evitar bajas masivas y una escalada desenfrenada.
Las potencias imperialistas afirman que ellas y las fuerzas que patrocinan pueden matar a tantas personas como quieran, llevar a cabo asesinatos selectivos y actuar en completa violación de cualquier cosa que se parezca al derecho internacional. Pero cualquier respuesta, incluso la más mínima, es denunciada como un crimen. Esta es la ley básica del colonialismo y el imperialismo.
Si bien Biden “condena” las acciones de Irán, no utiliza el mismo lenguaje ante la ofensiva de Israel contra Gaza, que está siendo financiada, armada y apoyada políticamente por Estados Unidos y otras potencias imperialistas.
Israel está llevando a cabo sistemáticamente un genocidio contra la población de Gaza, habiendo matado ya al menos a 40.000 personas. Está desplazando, matando de hambre y bombardeando a toda una población de 2,2 millones de personas y asesinando metódica y deliberadamente a médicos, periodistas y trabajadores humanitarios.
El genocidio en Gaza se está convirtiendo en una guerra regional, que puede absorber muy rápidamente el resto del mundo.
En la medida en que la Administración de Biden afirma que preferiría que Israel no respondiera con ataques militares inmediatos—haciendo estas declaraciones por vías alternativas en vez de oficiales—, esta posición se debe a consideraciones tácticas.
Algunas de estas consideraciones fueron planteadas en un artículo de opinión en el New York Times escrito por Bret Stephens bajo el título, “Para Israel, la venganza debería ser un plato servido frío”.
Stevens escribió:
Como cuestión de legítima defensa, Israel tiene todo el derecho moral y legal de responder con creces. No es suficiente que Israel demuestre su capacidad de defensa, como lo hizo durante el fin de semana. También debe restablecer su capacidad de disuasión. Es decir, debe mostrarles a los líderes de Irán que el precio por sacar a la luz su guerra furtiva contra Israel será insoportablemente alto y, por lo tanto, no debe repetirse.
Sin embargo, Stephens aconseja que no haya un ataque total contra Irán. Señaló:
Israel tiene una guerra inacabada contra Hamás en Gaza, y un ataque israelí directo contra Irán podría desencadenar una segunda guerra a gran escala contra Hezbolá en el Líbano, si no con el propio Irán. La mayoría de los israelíes entienden que la guerra tendrá que librarse tarde o temprano, tal vez antes del final del verano, y que probablemente será mucho más dura para ellos de lo que ha sido la guerra de Gaza hasta ahora. (énfasis nuestro).
En otras palabras, primero es necesario terminar con el genocidio en Gaza antes de pasar a la tarea “mucho más difícil” de la guerra con Irán.
Algunas secciones de la élite política estadounidense abogan abiertamente por una guerra a gran escala, afirmando que el Gobierno de Biden no está haciendo lo suficiente para apoyar una guerra israelí contra Irán. The Wall Street Journal escribió en un editorial:
El ataque debería al menos hacer que Biden y sus compañeros demócratas terminen su guerra fría con Israel por Gaza y reconozcan que esta es realmente una guerra contra Irán.
Continuó:
Los líderes de ambos partidos también deberían comenzar a decir la verdad a los estadounidenses sobre el nuevo mundo de amenazas globales. Rusia, China, Irán y Corea del Norte están en marcha y trabajando juntos.
El gabinete israelí ha estado deliberando durante el último día sobre qué acciones tomar, y evidentemente hay divisiones dentro del propio régimen. Además, si bien Israel es el perro de ataque del imperialismo en Oriente Próximo, Estados Unidos no está completamente en control de sus acciones. En cualquier caso, el Gobierno de Biden ha reafirmado que, si Israel toma medidas, contará con el pleno apoyo del Gobierno estadounidense.
En el programa “Meet the Press”, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, declaró: “Dependerá de los israelíes si quieren responder y cómo lo hagan”.
Cuando se le preguntó: “Si Israel decide llevar a cabo ataques de represalia, ¿apoyará Estados Unidos a Israel?”. Kirby respondió que “el apoyo de Estados Unidos a la autodefensa de Israel seguirá siendo férreo. No cambiará”.
Estados Unidos respondió a los acontecimientos del 7 de octubre lanzando una gran ofensiva militar en todo Oriente Próximo, con Irán como objetivo central. En cuestión de días, Estados Unidos envió una armada de buques de guerra y cientos de aviones a la región, que ha utilizado para lanzar docenas de ataques aéreos ilegales en los últimos seis meses.
La ofensiva estadounidense en Oriente Próximo es un elemento crucial de una guerra global en desarrollo, con Rusia y China como objetivos principales. La subyugación de Irán, que se encuentra en el corazón de Eurasia, es un componente crítico del impulso de los Estados Unidos por la dominación militar global.
Cualesquiera que sean los acontecimientos inmediatos en los próximos días, la guerra regional en Oriente Próximo, que forma parte de una guerra global en expansión, está peligrosamente fuera de control. El mundo está más cerca de un conflicto nuclear que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. Nada puede detener esta guerra global en expansión, excepto el desarrollo de un movimiento de masas contra la guerra orientado y basado en la clase trabajadora.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de abril de 2024)