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Perspectiva

La movilización masiva contra el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania y la lucha contra el fascismo

Las personas se reúnen para protestar contra el partido AfD y el extremismo de derecha frente al edificio del Reichstag en Berlín, Alemania, el domingo, 21 de enero de 2024. [AP Photo/Ebrahim Noroozi]

Las protestas masivas contra el partido fascista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) forman parte de un movimiento internacional contra las políticas derechistas de la clase gobernante. La enorme oposición a la guerra, la desigualdad y la propaganda contra los refugiados debe convertirse en un movimiento consciente de la clase trabajadora contra el Gobierno y el capitalismo.

Durante el fin de semana, más de un millón de personas se manifestaron contra la AfD en cientos de ciudades alemanas después de que saliera a la luz una reunión secreta entre políticos ultraderechistas de la AfD, el grupo democratacristiano “Unidos por Valores” y representantes empresariales, donde discutieron planes para la deportación de millones con antecedentes de migración.

El tamaño de las manifestaciones, que superó con creces las expectativas de los organizadores, muestra la enorme oposición al retorno del fascismo y la guerra entre la población. Tras las terribles experiencias de las dos guerras mundiales y el Holocausto, el rechazo al imperialismo alemán y al militarismo está profundamente arraigado en la conciencia de las masas.

Por tanto, objetivamente hablando, las protestas masivas no se dirigen únicamente contra la AfD, sino también contra las políticas de derecha del Gobierno y de todos los partidos del Bundestag (Parlamento federal).

Se enmarcan en una movilización internacional contra las políticas de guerra y austeridad social. Desde hace meses se celebran en todo el mundo manifestaciones multitudinarias contra el genocidio de Israel contra los palestinos. En Francia, 150.000 personas se manifestaron este pasado fin de semana contra la “reforma” de la ley de inmigración, celebrada como una “victoria ideológica” por la fascista Marine Le Pen. Los conflictos laborales y las protestas sociales aumentan en todas partes. El martes comienza en Alemania una huelga de seis días de los maquinistas de tren. Las protestas de los agricultores contra los recortes del Gobierno también continúan y se extienden por toda Europa.

Sin embargo, muchos de los organizadores de las manifestaciones son cercanos a los partidos del Bundestag y pretenden subordinar las protestas al Gobierno, a las políticas del establishment y a la maquinaria estatal. Lo que entienden por “democracia” es la defensa del orden existente y el fortalecimiento de los servicios secretos, la policía y el ejército, infiltrados a su vez por fuerzas de extrema derecha, y no, como la mayoría de los manifestantes, la libertad de expresión, el bienestar social y la paz.

Por eso invitaron a representantes de los socialdemócratas (SPD), Los Verdes y los democristianos (CDU) para que se pronunciaran en las protestas. En muchos lugares, intentaron suprimir cualquier denuncia de la política de deportaciones del Gobierno, que es similar a la de la AfD. Lo mismo ocurre con la oposición generalizada al genocidio de Israel en Gaza, la cual se ve criminalizada por el Gobierno bajo la falsa acusación de antisemitismo. Los grupos palestinos han denunciado que se les ha excluido parcialmente de las manifestaciones contra la AfD.

Las consignas como “Todos juntos contra la AfD” pretenden sugerir que los partidos del Bundestag están del lado de los manifestantes y son aliados en la lucha contra la amenaza derechista. En realidad, el giro a la derecha proviene de la clase dominante.

En los últimos años, el Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad, SGP) y el World Socialist Web Site han mostrado en detalle cómo las posiciones de extrema derecha, incluida la relativización de los crímenes nazis, han sido sistemáticamente normalizadas por los políticos burgueses de todas las tendencias, el mundo académico y los medios de comunicación.

La AfD no es un fenómeno accidental, sino que fue construida y cortejada deliberadamente para poder imponer las odiadas políticas de guerra y austeridad social contra los trabajadores.

Todos los partidos del Bundestag están aplicando el programa de la AfD. Mientras la AfD debate las deportaciones en reuniones secretas, el SPD, Los Verdes y el FDP aprobaron la semana pasada la llamada “Ley de Mejora de las Repatriaciones”, que supone normas mucho más estrictas en materia de naturalización y residencia, lo que se traducirá en deportaciones masivas. Los partidos nominalmente de “izquierda” SPD, Los Verdes y el partido La Izquierda compiten entre sí para promover el militarismo, los recortes sociales y el obsequio de miles de millones a los ricos.

Esta evolución es un fenómeno internacional. Todos los partidos pseudoizquierdistas, como Syriza en Grecia, Podemos en España o los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés), defienden el capitalismo y allanan el camino a las fuerzas más derechistas. Los Gobiernos abiertamente de extrema derecha, como Milei en Argentina o Meloni en Italia, no difieren significativamente de un “socialdemócrata” Olaf Scholz o de un “demócrata” Joe Biden en términos de política bélica, social y de refugiados.

La clase dominante recurre a métodos autoritarios de gobierno en todas partes porque el enriquecimiento sin fin de la oligarquía y la política de guerra para repartirse el mundo no pueden imponerse por medios democráticos. El genocidio en Gaza demuestra que están recurriendo al asesinato en masa y a métodos esencialmente fascistas.

En estas condiciones, la élite alemana está volviendo a sus tradiciones fascistas. Incluso Hitler no fue elegido por la mayoría, sino llevado al poder por una conspiración de partidos burgueses, representantes empresariales y militares. A diferencia de la AfD de hoy, él encabezaba un movimiento de masas de la pequeña burguesía lumpen, pero solo recibió algo menos de un tercio de los votos en las últimas elecciones razonablemente libres.

El presidente del Reich, Hindenburg, a quien el SPD había apoyado considerándolo un guardián contra el fascismo, nombró a Hitler canciller del Reino en enero de 1933. Dos meses después, todos los partidos burgueses le otorgaron poderes dictatoriales.

León Trotsky y la Oposición de Izquierda fueron los únicos que comprendieron esta evolución y se opusieron a ella con una perspectiva progresista. Declararon que el fascismo era un producto de la crisis capitalista y que solo podía ser detenido mediante la movilización independiente de la clase obrera. Oponían a la barbarie capitalista la revolución socialista mundial.

Hoy, estas lecciones son candentes. Combatir el partido AfD junto al SPD, Los Verdes y el partido La Izquierda sería como expulsar al diablo con Belcebú. Ellos mismos están aplicando el programa de extrema derecha de genocidio, guerra y desigualdad y están cortejando a la AfD. Lo hacen porque defienden el capitalismo y representan los intereses de los oligarcas. Como explicó el World Socialist Web Site en su perspectiva de Año Nuevo:

Toda la retórica sobre defender la democracia y luchar contra el fascismo mientras se ignora la cuestión fundamental del poder de clase y económico —y, por ende, la necesidad de movilizar a la clase trabajadora a escala global para derrocar al capitalismo— consiste en una demagogia cínica y políticamente impotente. La riqueza de los multimillonarios debe ser expropiada y las gigantescas corporaciones deben transformarse, sin compensación para los grandes accionistas, en servicios controlados públicamente, administrados sobre la base de la necesidad social, no el lucro privado.

La tarea crucial es convertir la movilización contra la AfD en un movimiento internacional de la clase obrera contra el capitalismo y dotarlo de un programa socialista claro y de la dirección política necesaria. Para ello, el Sozialistische Gleichheitspartei y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) están luchando en las elecciones europeas. Si tienes derecho a participar, inscríbete para apoyar nuestra participación en las elecciones europeas. ¡Lucha por el socialismo!

(Artículo publicado originalmente en inglés el 22 de enero de 2024)

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