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Perspectiva

OTAN planea transformar conflicto contra Rusia en Ucrania en guerra total europea

Soldados resguardan la barrera en torno a la cumbre de la OTAN en Vilna, Lituania, 9 de julio de 2023 [AP Photo/Mindaugas Kulbis]

En la medida en que las potencias imperialistas de la OTAN respaldan el genocidio de Israel en Gaza, están poniendo en marcha un estallido de la guerra en toda Europa. En una reunión de los jefes militares de la OTAN en Bruselas el jueves, el comandante en jefe de la OTAN, Christopher Cavoli anunció el ejercicio Steadfast Defender (“Firme Defensor”), que comenzará la próxima semana y durará hasta mayo. Esta maniobra de la OTAN, la más grande desde la guerra fría, está preparando una movilización total de la OTAN para la guerra con Rusia.

“El ejercicio Steadfast Defender 2024 será el ejercicio más grande de la OTAN en décadas, con la participación de aproximadamente 90.000 efectivos de 31 aliados y nuestro buen socio Suecia”, dijo Cavoli. “La alianza demostrará su capacidad para reforzar el área euroatlántica por medio del movimiento de fuerzas norteamericanas a través del Atlántico. Este refuerzo ocurrirá durante el escenario de un conflicto emergente contra un adversario de fuerza similar”.

Participarán más de 50 buques de guerra, incluidos portaaviones y destructores. También habrá 80 cazas, helicópteros y drones y más de 1.000 vehículos blindados, incluidos 133 tanques y 533 vehículos blindados de transporte de tropas. Geográficamente, el ejercicio se extiende por Escandinavia y los países bálticos hasta Polonia, Rumanía y Alemania. Además de Estados Unidos, algunos Estados europeos enviarán más de diez mil soldados. Reino Unido contribuirá con 20.000 y Alemania con 12.500.

No se trata simplemente de un ejercicio, sino de una preparación para convertir la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania en una guerra mundial librada en toda Europa. Los altos mandos de la OTAN no se andan con rodeos. En Bruselas, el almirante holandés Rob Bauer, presidente del Comité Militar de la OTAN, exigió “una transformación de la OTAN para combatir una guerra”.

“No es un hecho que estemos en paz”, dijo Bauer. En caso de guerra, añadió, “será toda la sociedad la que se verá implicada, nos guste o no”.

Bauer elogió las recientes declaraciones del ministro sueco de Defensa Civil, Carl-Oskar Bohlin, quien pidió a los suecos que se preparen para la guerra. “Podría haber guerra en Suecia”, dijo Bohlin. “¿Eres un civil particular? ¿Has pensado si tienes tiempo para unirte a una organización de defensa voluntaria? Si no es así: ¡vete preparando!”.

Comentó Bauer: “El hecho de que a la gente le sorprenda [la posibilidad de una guerra] y, en consecuencia, compre radios y baterías, es estupendo... Empieza [con] la comprensión de que no todo es planificable, no todo va a ir de maravilla en los próximos 20 años”.

Estos modernos Dr. Strangelove están planeando una guerra total, persiguiendo megalómanamente el objetivo suicida de derrotar militarmente a Rusia, una potencia con armas nucleares, como meta inmediata.

En un “Memorándum al presidente” titulado “Una agenda audaz para la Cumbre de Washington” y publicado por el influyente centro de pensamiento Atlantic Council, exfuncionarios de alto rango incluyendo embajadores y comandantes militares estadounidenses piden una escalada colosal de la ofensiva de la OTAN contra Rusia. “El objetivo debe ser inequívoco: la victoria de Ucrania”, escriben. Abogan por la conquista de Crimea, que está en manos rusas, e integrar a Ucrania en la OTAN –precisamente lo que el Kremlin quiso evitar al lanzar la guerra de Ucrania—.

Tras el fracaso de la “contraofensiva” de Ucrania el año pasado, tal política de conquista requeriría comprometerse a enviar de manera abierta y masiva tropas de la OTAN contra Rusia. Cabe notar que el memorando insiste en que tal escalada debe continuar, incluso si provoca una guerra nuclear:

Rusia podría amenazar con una escalada bélica en respuesta a una invitación a la OTAN y el comienzo de discusiones de adhesión, incluido el posible uso de armas nucleares... La OTAN no debe dejarse amedrentar por la retórica nuclear rusa. La disuasión nuclear de la OTAN sigue siendo sólida, y Ucrania ha declarado su voluntad de luchar contra cualquier escalada rusa.

De hecho, la OTAN también está acelerando su entrenamiento para una guerra nuclear. En octubre, 60 aviones de la OTAN en Italia, Croacia y el Mediterráneo se unieron a un ejercicio titulado Steadfast Noon (“Mediodía Firme”), practicando bombardeos nucleares sobre sus objetivos.

Al igual que en las dos guerras mundiales del siglo XX, las élites dominantes imperialistas sienten que tienen poco tiempo, y que solo una rápida intensificación puede contrarrestar las poderosas fuerzas políticas en su contra, tanto en la situación militar como en la lucha de clases internacional.

Los medios de comunicación europeos que apoyan la guerra con Rusia ahora admiten que la OTAN se enfrenta a un desastre en Ucrania. Incluso con las armas de la OTAN, no se puede esperar que Ucrania pueda derrotar a fuerzas rusas numéricamente superiores, sino solo mantenerlas a raya en una guerra de desgaste que Ucrania, con su población mucho más pequeña, acabaría perdiendo. Cientos de miles de ucranianos han muerto y, aunque Zelenski dice a la OTAN que su Gobierno está dispuesto a luchar en una guerra nuclear, teme una revuelta interna. El Financial Times de Londres lo admite:

Los jefes del ejército ucraniano han pedido a Volodímir Zelenski que movilice a 500.000 personas mientras el país se prepara para una prolongada guerra de desgaste contra Rusia el próximo año... Pero hasta ahora, Zelenski se ha mostrado reacio a recurrir a un reclutamiento más amplio, temiendo que pudiera avivar las tensiones sociales.

Las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre, en las que las encuestas muestran que Trump o los candidatos republicanos aventajan al demócrata Joe Biden, hacen que la situación sea aún más explosiva. Algunos sectores del Partido Republicano se han opuesto a financiar a Ucrania, considerándolo una distracción de la escalada militar estadounidense contra China. Las facciones de la clase dominante que abogan por una escalada de la guerra están tratando de crear hechos sobre el terreno, de modo que una posible Administración entrante de Trump no podría echarse atrás en la guerra de la OTAN con Rusia.

Por encima de todo, los planificadores de la OTAN están aterrorizados por el auge de la lucha de clases. El corte de las exportaciones rusas de energía a Europa condujo a un aumento masivo de los precios energéticos. Solo en la zona euro, aumentaron un 18 por ciento desde que comenzó la guerra. Junto con los recortes sociales, a medida que los Gobiernos de la OTAN transferían cientos de miles de millones de dólares o euros al gasto militar, esto impulsó un estallido internacional de huelgas y protestas.

En 2023 se produjeron huelgas y luchas históricas: de los trabajadores automotores, los guionistas de cine y los ferroviarios estadounidenses; de millones de trabajadores en Alemania, Reino Unido y toda Europa, entre ellos los trabajadores franceses contra los recortes de las pensiones; y protestas mundiales contra el genocidio israelí contra Gaza. En las primeras semanas de 2024 no solo se ha producido una escalada de las protestas sobre Gaza, sino también una huelga de maquinistas de tren, protestas de agricultores y manifestaciones masivas contra la extrema derecha en Alemania.

No obstante, sigue existiendo una brecha sustancial entre la conciencia de las masas y los peligros inminentes que plantea la emergente Tercera Guerra Mundial. Los trabajadores no pueden resolver la crisis mundial dentro del sistema capitalista de Estados nación ni bajo el control de las burocracias sindicales nacionales y los partidos políticos pseudoizquierdistas que negocian con los Gobiernos capitalistas y apoyan el esfuerzo bélico.

La tarea principal es la movilización independiente y la unificación de la clase obrera en Ucrania, Rusia, Europa, Estados Unidos e internacionalmente contra la guerra imperialista y por el derrocamiento de sus “propios” Gobiernos capitalistas.

Para librar esta lucha es necesario construir el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), el movimiento trotskista, como dirección revolucionaria de la clase obrera. La incitación por parte de la OTAN de la guerra entre dos antiguas repúblicas soviéticas, Ucrania y Rusia, y sus planes de guerra nuclear demuestran la bancarrota del orden social que surgió de la restauración estalinista del capitalismo en Europa del Este y la Unión Soviética. Esto plantea la necesidad de una nueva lucha internacional por el poder obrero y el socialismo, en la tradición de la Revolución de Octubre.

Alinear la conciencia histórica y las luchas de la clase obrera con una perspectiva de oposición revolucionaria y socialista a una Tercera Guerra Mundial es la tarea de la vanguardia trotskista. El CICI intervendrá en las elecciones europeas de este año, luchando por construir secciones del CICI en toda Europa y unificar a los trabajadores internacionalmente en una lucha por la revolución socialista mundial.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de enero de 2024)

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