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¿Por qué el sindicato Unifor no publica el recuento de votos en Ford Canadá? ¡Los trabajadores deben desafiar el fraudulento proceso de ratificación del contrato en Ford!

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En una declaración breve y autocomplaciente publicada el domingo al mediodía, la burocracia sindical de Unifor afirmó que los 5.600 trabajadores de Ford Canadá aprobaron un contrato de tres años favorable a la empresa cuyos “puntos destacados” fueron presentados apenas unas 24 horas antes.

Todo el proceso de ratificación fue una farsa antidemocrática. La burocracia de Unifor ocultó los términos del acuerdo propuesto hasta justo antes del voto, previno que los trabajadores se reunieran en persona para discutirlo y únicamente reveló que solo el 54 por ciento de los votantes aprobó el acuerdo debido a la presión de las bases. Incluso hasta el momento Unifor mantiene en secreto el recuento de votos, incluyendo la cifra de trabajadores que de hecho participaron en el voto en línea.

Presidenta de Unifor Lana Payne en el inicio de negociaciones con Ford [Photo: Unifor/Twitter]

La declaración inicial de Unifor anunciando la supuesta ratificación del acuerdo (“Actualización de la negociación” nº 18) incluía la ominosa declaración: “Prioridades cumplidas, pauta establecida”. Esto equivale a una amenaza contra los trabajadores de Stellantis y GM Canadá de que los burócratas de Unifor tienen la intención de desplegar todos sus medios antidemocráticos para imponerles contratos entreguistas similares.

También debe ser tomada como una advertencia por los 150.000 trabajadores automotores de estas empresas en Estados Unidos, donde el presidente del sindicato UAW, Shawn Fain, ha mantenido a la gran mayoría en sus puestos de trabajo mientras intenta llevar a cabo una traición similar a la orquestada por sus homólogos de la burocracia de Unifor. Tanto Unifor como el UAW están totalmente de acuerdo con los planes de las empresas automotrices de imponer la transición a la producción de vehículos eléctricos a costa de los trabajadores. Se han negado a luchar por una auténtica protección de los empeos, incluso cuando las empresas, sus inversores multimillonarios y los expertos de la industria se regocijan ante los pronósticos de que la producción de vehículos eléctricos podría implicar la destrucción de hasta el 40 por ciento de los puestos de trabajo en el sector del automóvil.

Los trabajadores de Ford Canadá y todos los miembros de Unifor deben exigir la publicación inmediata de los resultados completos de la votación de ratificación. En los Locales 200 y 707 de Unifor, que cubren las dos plantas de motores de Windsor y la planta de montaje de Oakville respectivamente, los trabajadores de base deberían convocar reuniones de emergencia para pedir la publicación de los totales de votos de sus instalaciones y una nueva votación sobre el contrato. Esto debe ir precedido de un proceso de ratificación de al menos una semana con reuniones en persona, para que los trabajadores puedan hacer preguntas a los funcionarios sindicales sobre el contrato y discutir las implicaciones entre ellos mismos. Sin embargo, este proceso solo debe comenzar hasta después de que Unifor ponga a disposición de sus miembros el contrato entero en línea para que lo puedan estudiar apropiadamente.

El fraudulento proceso de ratificación es una muestra de que la burocracia es completamente hostil a los intereses de los trabajadores que dice representar. Esto subraya la necesidad urgente de que los trabajadores automotores construyan comités de base para tomar el control de su lucha contractual de manos del aparato sindical nacionalista y propatronal, colocando el poder en manos de los trabajadores de base.

Los trabajadores de Ford Canadá deben combinar una lucha por desenmascarar cada paso de la traición de Unifor con una lucha por unir fuerzas y movilizar a los trabajadores automotores de toda Norteamérica. Deben advertirles a los trabajadores de Stellantis y GM Canadá y utilizar el hecho de que ahora se conoce el marco del “acuerdo pauta” de Unifor para organizarse y derrotarlo. Romper la “pauta” y desarrollar una huelga en toda Norteamérica creará las condiciones para que la traición de Unifor a los trabajadores de Ford Canadá sea contrarrestada.

En el escueto comunicado inicial de Unifor declarando que la lucha por el contrato de Ford había terminado, no se publicó el resultado de la votación. Solo después de que los trabajadores publicaran docenas de mensajes en las redes sociales denunciando la traición y cuestionando los medios fraudulentos utilizados para llevarla a cabo, la burocracia se sintió obligada a publicar una segunda actualización de la negociación ( nº 19) en la que afirmaba que el 54 por ciento de los que participaron votaron a favor. El World Socialist Web Site ya ha tenido noticias de un trabajador de Ford que fue excluido de la única reunión de Zoom en la que se discutió el contrato y no pudo acceder al sistema de votación en línea. Hay buenas razones para creer que su experiencia no fue única. Por tanto, lo más probable es que la mayoría de la plantilla votó en contra no pudo participar en la votación.

Algunos trabajadores también han denunciado que uno o varios altos cargos de Unifor intentaron amañar la votación organizando el envío masivo de correos electrónicos a los trabajadores temporales, que perciben salarios bajos, a última hora del sábado para animarlos a votar a favor ofreciéndoles un bono de ratificación de 4.000 dólares

La violación de los derechos democráticos básicos de los trabajadores por parte de la burocracia de Unifor durante el proceso de ratificación está en consonancia con su papel durante toda la semana pasada. Después de que el contrato de los trabajadores de Ford Canadá expirara a las 11:59 p. m. del 18 de septiembre, Unifor esperó casi dos horas antes de anunciar una prórroga arbitraria de 24 horas para evitar una huelga, por la que habían votado más del 97 por ciento de los trabajadores. Cuando se anunció un acuerdo provisional a última hora de la tarde del 19 de septiembre, la presidenta de Unifor, Lana Payne, y los miembros de su equipo de negociación se negaron a ofrecer información y lo mantuvieron en secreto hasta el sábado por la mañana. Solo organizaron una reunión de Zoom en la que se revisó el contenido del contrato, dando a la burocracia el poder de limitar o directamente bloquear la participación de los trabajadores disidentes.

Si los burócratas de Unifor recurrieron a métodos tan flagrantemente antidemocráticos fue porque temían que los trabajadores se rebelarían contra esta traición que habían urdido con la dirección de Ford y sus socios en el gobierno de Trudeau.

El contrato de tres años incluye “aumentos” salariales de sólo el 15 por ciento, lo que equivale a una congelación salarial efectiva si se toma en cuenta la inflación. También incluye paquetes de jubilación para más del 10 por ciento de la plantilla canadiense de Ford, lo que tendrá el efecto de forzar la salida de los trabajadores con mayor antigüedad y mejor pagados para ser sustituidos por nuevos empleados mal pagados. Se perpetúa el sistema salarial de varios niveles, y no incluye ningún compromiso sobre cuántos de los 3.400 trabajadores en Oakville se quedarán sin trabajo por la transición a autos eléctricos. El patético acuerdo del 15 por ciento es una apuñalada por la espalda a los trabajadores en huelga en Estados Unidos, quienes están exigiendo un aumento del 40 por ciento en cuatro años. Fain ahora utilizará la “pauta canadiense” para repudiar esta demanda inicial.

La traición de la dirección de Unifor se deriva directamente de la perspectiva nacionalista y proempresarial que ha mantenido de manera ininterrumpida durante casi cuatro décadas. Comenzando con la escisión reaccionaria del UAW en 1985 para formar la Canadian Auto Workers, las dos facciones de la burocracia sindical han promovido sistemáticamente un repugnante nacionalismo en ambos lados de la frontera entre Canadá y EE.UU. para dividir a los trabajadores automotores ante la embestida global de las gigantes automotrices. El resultado ha sido una ronda de concesiones tras otra, a medida que los puestos de trabajo, los salarios y las condiciones se han atacado de un lado a otro de la frontera en una carrera a la baja.

La burocracia de Unifor ha hecho todo lo posible para evitar una huelga en Ford e imponer un acuerdo entreguista por varias razones interrelacionadas. En primer lugar, teme la posibilidad de que los trabajadores canadienses y estadounidenses hagan una huelga automotriz simultánea porque esto rompería las divisiones nacionalistas que las burocracias de Unifor y el UAW han fomentado cuidadosamente por cuatro décadas.

En segundo lugar, Unifor está plenamente integrado, a través de una serie de estructuras corporativistas tripartitas, con la patronal y los ministros del Gobierno, que han elaborado planes detallados sobre cómo imponer la transición a los autos eléctricos a costa de los trabajadores y así garantizar que las empresas norteamericanas se aseguren una posición dominante en este mercado mundial en rápido crecimiento.

En tercer lugar, Unifor es un aliado clave del Gobierno liberal proguerra. Con el apoyo del Nuevo Partido Democrático, respaldado por los sindicatos, los liberales canadienses junto a su aliado EE.UU. están intensificando dramáticamente la guerra con Rusia. No podrían tolerar la posibilidad de una huelga automotriz en toda América del Norte que podría alimentar la oposición masiva a los miles de millones de dólares siendo derrochados en la guerra con Rusia, mientras los trabajadores se enfrentan a la austeridad y ataques a sus niveles de vida.

Puede que la burocracia de Unifor haya “conseguido” tender una emboscada a los trabajadores de Ford, pero solo a costa de la poca credibilidad que conserva entre las bases. Además, los trabajadores automotores siguen estando en una posición poderosa para contrarrestar la operación de sabotaje de la burocracia sindical y librar una lucha a escala continental por sus reivindicaciones. Aproximadamente 14.000 trabajadores de GM y Stellantis en Canadá siguen luchando por sus contratos, mientras que más de 100.000 trabajadores estadounidenses exigen unirse al escaso 12 por ciento de miembros del UAW de las Tres Grandes a los que Fain ha permitido ponerse en huelga.

Sin embargo, para hacer realidad este potencial, todo depende de la iniciativa de las bases. Los trabajadores del sector automotriz de Estados Unidos, que han creado la Red de Comités de Base de Trabajadores Automotores, que incluye comités independientes de una serie de plantas de las Tres Grandes y de autopartes, han sentado una base sólida. Los trabajadores de Canadá deberían seguir este ejemplo y crear comités de base en todas las plantas. Deberían afiliarse a la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base, que proporciona la dirección política y el marco organizativo necesarios para unificar a los trabajadores de la industria automotriz y otros sectores de la clase obrera en una lucha más allá de las fronteras nacionales.

Como escribió el Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS en una reciente declaración en la que llamaba a unir luchas de los trabajadores automotores en Canadá, Estados Unidos y México, “las condiciones nunca han sido más favorables para la victoria de una rebelión de las bases contra la burocracia sindical y las empresas. Los enfrentamientos explosivos en todo el mundo entre los trabajadores, por un lado, y los aparatos sindicales, las empresas y el Estado capitalista, por el otro, está llegando a un punto de ebullición. La tarea que enfrentan los trabajadores automotores en Canadá, Estados Unidos y México es partir de estos hechos objetivos como la base de una estrategia consciente guiada por la movilización política independiente de la clase trabajadora en una contraofensiva por salarios dignos, seguridad laboral para todos y un fin a la austeridad y a la guerra”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de septiembre de 2023)

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