La siguiente declaración ha sido emitida por los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (EE.UU.), la organización juvenil y estudiantil del Partido Socialista por la Igualdad, en momentos en que reabren escuelas y universidades.

En los últimos días de agosto y primeros de septiembre, millones de niños, adolescentes y estudiantes universitarios en los EE.UU. están regresando a las aulas bajo la sombra de una serie de crisis en espiral, incluyendo: la escalada de la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia por Ucrania, otro aumento de la pandemia COVID-19, el desastre climático en desarrollo y el ascenso de las fuerzas fascistas en los EE. UU. e internacionalmente.

Todas ellas son expresiones de una crisis subyacente, la crisis del sistema capitalista. Los jóvenes se enfrentan al hecho básico de que, si quieren tener un futuro, deben luchar por él. Esta lucha significa necesariamente una lucha contra el capitalismo y por el socialismo.

Detengan la guerra en Ucrania

La guerra en Ucrania, que se encuentra a la mitad de su segundo año, ya se ha cobrado cientos de miles de vidas. La 'contraofensiva' ucraniana, dirigida por las potencias de EE. UU. y la OTAN, se ha convertido en un baño de sangre.

El JEIIS se ha opuesto a la invasión de Ucrania por Rusia, pero lo hemos hecho desde la izquierda socialista, no desde la derecha imperialista. Las afirmaciones en los medios de comunicación de que esta guerra fue 'no provocada' y que la administración de Biden está enviando decenas de miles de millones en armas a Ucrania para defender la 'democracia' y 'ayudar' al pueblo ucraniano son mentiras.

Los orígenes históricos de esta guerra fratricida se encuentran en la disolución en 1991 de la Unión Soviética por la burocracia estalinista, que restauró el capitalismo, dio lugar a los regímenes oligárquicos en Ucrania y Rusia, y abrió un período de 30 años de guerras interminables lanzadas por el imperialismo estadounidense. Desde 1991, la OTAN se ha expandido agresivamente hasta las fronteras de Rusia, y en 2014, Estados Unidos respaldó un golpe de extrema derecha en Kiev que llevó al poder a un gobierno pro-OTAN que pasó los siguientes siete años preparándose para la guerra contra Rusia.

El objetivo de las potencias imperialistas en esta guerra no es la 'defensa de la democracia', sino desmembrar toda la región, cuyos vastos recursos necesitan para preparar un conflicto aún mayor contra China. Esta es la razón por la que generaciones de ucranianos están siendo enviados al tipo de matanza masiva que no se había visto en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Desde el punto de vista del imperialismo, sus vidas son descartables.

La guerra en Ucrania marca una nueva etapa en el bandazo de las potencias imperialistas hacia una nueva guerra mundial y amenaza con una catástrofe nuclear.

El JEIIS se opone a las temerarias escaladas y provocaciones del imperialismo estadounidense, así como al nacionalismo reaccionario y al chovinismo del régimen oligárquico de Putin. Junto con nuestras camaradas en Europa, Rusia, Ucrania y en todo el mundo, estamos luchando para poner fin a esta guerra mediante la construcción de un movimiento antibélico de jóvenes y trabajadores, basado en la unificación de la clase obrera en Rusia, Ucrania e internacionalmente.

Guerra en el extranjero significa guerra en casa

La guerra en Ucrania significa un ataque frontal a los derechos sociales y culturales de la clase trabajadora, después de tres décadas de incesantes ataques a los niveles de vida. Entre la proclamación de la 'guerra contra el terrorismo' en 2001 y el comienzo de la guerra en Ucrania, EE. UU. ha gastado más de 8 billones de dólares en guerras. Para 2024, la administración de Biden está planeando un presupuesto de guerra récord de un billón de dólares .

El dinero para estas guerras está siendo saqueado de la clase trabajadora. En 2020, por primera vez, la financiación federal para el fabricante gigante de armas Lockheed Martin superó a la del Departamento de Educación de EE. UU. Mientras se gastan billones en la guerra, en las escuelas hay una grave escasez de profesores, los edificios están en ruinas y los estudiantes carecen de equipos elementales de aprendizaje. En la enseñanza superior, se ataca a las artes y las humanidades y se empobrece a grandes capas de trabajadores académicos.

La destrucción del derecho a la educación y a la cultura va de la mano con la militarización de las escuelas secundarias y las universidades. En la escuela secundaria, los jóvenes de la clase obrera son atraídos al ejército, que los utilizará como carne de cañón, o bien son empujados prematuramente a la fuerza de trabajo. En las universidades, se invierten miles de millones en investigación dedicada al desarrollo de armas y al avance de los intereses depredadores del imperialismo estadounidense.

Los jóvenes deben luchar para detener la guerra en Ucrania.

· ¡No al nacionalismo y al militarismo! ¡Por la unidad de la clase obrera rusa, ucraniana y estadounidense!

· ¡No al dinero para la guerra! En su lugar, ¡financien el acceso gratuito a la educación y la cultura de alta calidad para todos!

· ¡No a la militarización de institutos y universidades!

¡Por un esfuerzo mundial para acabar con la pandemia!

Los EE. UU. y gran parte del mundo están ahora en medio de una nueva oleada de casos de COVID-19, refutando las mentiras de los políticos capitalistas y los medios de comunicación de que la pandemia ha terminado. Con todas las medidas de mitigación del COVID-19 abandonadas, los trabajadores y los jóvenes están lamentablemente mal preparados para la propagación del virus, que sigue evolucionando hacia nuevas y peligrosas variantes.

Mientras se abrían las escuelas en EE. UU., más de 600.000 personas se infectaban cada día y la tasa de hospitalización se duplicaba. Los distritos escolares de Kentucky y Texas ya se han visto obligados a cerrar las escuelas debido a la infección masiva.

En todo el mundo, las estimaciones de exceso de mortalidad indican que 24 millones de personas han muerto a causa de una enfermedad cuya propagación podría haberse detenido a principios de 2020 si los gobiernos mundiales hubieran puesto en marcha un programa de eliminación coordinada a escala mundial. Miles de personas siguen muriendo cada día, y cientos de millones padecen COVID persistente.

La afirmación de que el COVID-19 no es peligroso para niños y jóvenes es mentira. Sólo en EE. UU. se calcula que han muerto al menos 2.305 niños, lo que convierte al coronavirus en una de las principales causas de muerte infantil. El impacto conocido del COVID persistente en los niños es extremadamente grave, incluyendo complicaciones neurológicas, psiquiátricas y cardiovasculares. Con cada reinfección, aumenta el riesgo de COVID persistente.

El hecho de que toda una generación de jóvenes esté siendo sometida a repetidas infecciones masivas con un virus que amenaza su salud inmediata y a largo plazo es un crimen histórico.

Del mismo modo, no se adoptan medidas serias para detener el catastrófico desarrollo del calentamiento global. La respuesta de Biden de 'sin comentarios', cuando se le preguntó por los miles de víctimas del incendio de Maui, habla de la verdadera consideración que la clase capitalista tiene por la vida humana. En todas sus políticas, su principio rector es: el beneficio antes que la vida.

Lo que ha sido un desastre de salud pública para la clase trabajadora, ha sido una bonanza financiera para los ricos. Según el informe de Oxfam de 2023, 'La supervivencia de los más ricos', desde 2020, el 1% más rico ha acaparado casi dos tercios de toda la nueva riqueza, casi el doble de dinero que el 99% más pobre de la población mundial. Las fortunas de los multimillonarios están aumentando en 2.700 millones de dólares al día.

La pandemia puede y debe detenerse.

· ¡La salud pública por encima de los beneficios privados!

· ¡Por la asignación masiva de recursos para financiar el tratamiento y la prevención del COVID-19 en todo el mundo!

Luchen contra el fascismo ¡Defiendan los derechos democráticos!

Dos años y medio después del intento de golpe fascista del 6 de enero de 2021, el peligro del fascismo y la dictadura no ha hecho más que crecer. El Partido Republicano se está transformando en un partido abiertamente fascista, y Donald Trump está utilizando la campaña electoral para desarrollar un movimiento fascista extraparlamentaria. En todo el país, los políticos republicanos y secciones del aparato estatal están llevando a cabo una campaña de censura y prohibición de libros dentro de las escuelas públicas, diseñada para crear una atmósfera de miedo e intimidación entre educadores y estudiantes.

El peligro del fascismo no reside en el individuo Donald Trump. El ataque a los derechos democráticos y el ascenso del fascismo es un fenómeno internacional. El paso a formas autoritarias de gobierno no viene desde abajo, sino desde arriba, dirigido por sectores de la clase dominante y el aparato del Estado. Al igual que el estallido de las guerras imperialistas, el ascenso del fascismo tiene sus raíces en la crisis del sistema capitalista. Los niveles récord de desigualdad social que caracterizan a la sociedad capitalista en América y en todo el mundo son incompatibles con el mantenimiento de formas democráticas de gobierno.

Los trabajadores y los jóvenes no deben confiar en Biden ni en el Partido Demócrata. Después del 6 de enero, el gobierno de Biden se centró en cultivar su alianza con el Partido Republicano para destripar los programas sociales en casa y hacer la guerra contra Rusia y China en el extranjero. En Ucrania, el Partido Demócrata está apoyando y armando a los fascistas del Batallón Azov. En Estados Unidos, ha sido cómplice de los ataques a los derechos democráticos.

Al racismo flagrante y a la ideología cada vez más fascista del Partido Republicano, los demócratas contraponen la promoción de políticas de identidad y falsificaciones racialistas de la historia estadounidense, como en el Proyecto 1619 del New York Times, para desorientar y dividir a la clase trabajadora.

Desde el punto de vista del Partido Demócrata y de la clase dominante estadounidense en su conjunto, el peligro principal no es el fascismo, sino el desarrollo de un movimiento independiente de la clase obrera contra el capitalismo.

· Luchen contra el fascismo ¡Defiendan los derechos democráticos!

· ¡Rompan con la política capitalista del Partido Demócrata!

Dirígete a la clase obrera y al trotskismo, ¡el marxismo del siglo XXI!

El capitalismo amenaza el futuro de la humanidad y del propio planeta, pero hay un camino a seguir. El JEIIS lucha por el futuro recurriendo a la única fuerza revolucionaria del mundo actual: la clase obrera internacional.

La clase obrera no es sólo una clase oprimida, sino también una clase revolucionaria: Produce toda la riqueza de la sociedad. Mientras la clase dominante se dirige cada vez más hacia la guerra, el fascismo y la dictadura, la clase obrera internacional se mueve en su contra. Han surgido importantes luchas de la clase obrera en Estados Unidos, Canadá, América Latina, Europa y Asia.

Con la disolución de la Unión Soviética por la burocracia estalinista en 1991, un ideólogo de la clase dominante, Francis Fukuyama, proclamó el 'fin de la historia'. Con ello quería decir que todas las contradicciones insolubles del capitalismo se habían resuelto, que las cuestiones del fascismo y el socialismo estaban zanjadas y que no había alternativa al 'capitalismo liberal'.

En las universidades, diversas formas de antimarxismo fueron promovidas como 'de izquierdas' o incluso 'marxistas', como el posmodernismo y las teorías de la Escuela de Frankfurt, que rechazan el estudio científico de la historia y la sociedad. Mientras tanto, los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés) y organizaciones similares a nivel internacional se presentan falsamente como 'de izquierdas' o 'socialistas', al mismo tiempo que rechazan el papel revolucionario de la clase obrera y no funcionan más que como facciones de los partidos capitalistas y partidarios de la guerra imperialista.

La realidad objetiva a la que se enfrenta la juventud hoy en día refuta todas estas teorías antimarxistas. La lucha de clases internacional está resurgiendo y las cuestiones fundamentales del siglo XX —la guerra imperialista, el fascismo y la revolución socialista— vuelven a estar a la orden del día en el siglo XXI. Sólo pueden entenderse y combatirse a partir de la comprensión de la historia del siglo XX y, en particular, de la historia del movimiento trotskista.

Las celebraciones de la clase dominante del triunfo final del capitalismo se basaron siempre en una falsedad colosal: la equiparación del estalinismo con el socialismo. En realidad, el estalinismo no representaba el socialismo ni el marxismo, sino la violenta reacción nacionalista contra la Revolución de Octubre de 1917. El movimiento trotskista surgió hace un siglo, en octubre de 1923, cuando León Trotsky formó la Oposición de Izquierda en una lucha contra el estalinismo para defender el programa internacionalista de la Revolución de Octubre.

Los J ovenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS) es el ala juvenil del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, que se fundó hace 70 años, en noviembre de 1953. Durante un largo periodo histórico, el Comité Internacional defendió el programa de la revolución socialista mundial y la independencia política de la clase obrera contra el “pablismo” y otras tendencias revisionistas que pretendían liquidar el movimiento trotskista y rechazaban y socavaban la lucha por la revolución socialista de la clase obrera. Hoy es el único representante del marxismo y del socialismo.

Lucha hoy contra el capitalismo y por el socialismo significa luchar por el trotskismo. Instamos a todos los jóvenes de institutos y universidades: ¡Contacta con nosotros hoy!

· ¡Emprende el estudio del trotskismo, el marxismo del siglo XXI!

· ¡Vuélvete a la clase trabajadora!

· ¡Lucha por el socialismo!

· ¡Construye el JEIIS!

(Publicado originalmente en inglés el 28 de agosto de 2023)