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El sindicato de trabajadores portuarios utiliza retórica "internacionalista", mientras conspira para traicionar la huelga en los puertos de la costa occidental de Canadá

¿Eres un trabajador portuario en huelga en la Columbia Británica? Contáctanos aquí para comunicarse de manera anónima. Rompe la orden de silencio que el ILWU ha impuesto a los trabajadores para impedir que éstos expresen sus demandas, relaten sus condiciones laborales, y hagan un llamado de unidad con los trabajadores portuarios de EE.UU. y otros trabajadores para que a través de una lucha genuina puedan derrotar la amenaza empresarial-gubernamental de terminar con la huelga. Estamos luchando por formar comités de base para unir las luchas laborales portuarias de toda América del Norte así como de nivel global.

La huelga de 7.400 trabajadores portuarios de 30 puertos de la Columbia Británica (BC, por sus siglas en inglés) cumplió once días.

La Asociación Patronal Marítima de la Columbia Británica (BCMEA, por sus siglas en inglés), que desde que comenzó la huelga ha estado insistiendo al gobierno federal liberal que intervenga para criminalizar la huelga, afirma que se han visto afectados C$7.5 mil millones de dólares canadienses en carga destinada a y desde Canadá y EE. UU., incluyendo refacciones automotrices, alimentos refrigerados, fertilizantes, minerales críticos y otras mercancías.

Los trabajadores portuarios en huelga están luchando por aumentos salariales frente al ritmo asfixiante de la inflación, por poner fin a la subcontratación y por obtener protección en contra de la pérdida de empleos debido a la automatización.

Trabajadores en el piquete de Deltaport, la mayor terminal de contenedores de Canadá

Objetivamente, esta huelga no solo representa un desafío a las compañías portuarias, las cuales han obtenido ganancias históricas durante la pandemia a la par que buscan imponer más ataques a los trabajadores. Al interrumpir las cadenas de suministro críticas para América del Norte, la huelga también interrumpe las políticas económicas nacionalistas, así como las guerras imperialistas de las elites gobernantes de Canadá y EE. UU.

Bajo la presión del gobierno liberal de Trudeau, la BCMEA y el Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenistas (ILWU) han reanudado las negociaciones este sábado. Al parecer, la BCMEA presentó una nueva propuesta con respecto al tema de la subcontratación. La propuesta incluye un plan para formar un comité con participación sindical y patronal para explorar la 'subcontratación interna' así como oportunidades adicionales para que la sala de contratación del ILWU llene algunos trabajos de mantenimiento portuario, que es el área donde principalmente se han utilizado contratistas externos. Sin embargo, esta oferta patronal no contiene un compromiso concreto para limitar, y mucho menos abolir, la subcontratación, la cual es un mecanismo utilizado para reducir costos laborales y eliminar los derechos de los trabajadores. Hasta ahora, el ILWU no ha respondido públicamente a esta nueva propuesta ni ha emitido comentario alguno sobre las negociaciones.

Si estas negociaciones no arrojan pronto un resultado aceptable para las grandes empresas, el gobierno de Trudeau seguramente intervendrá con legislación de vuelta forzosa al trabajo para criminalizar la huelga. Esto ha sucedido repetidamente en el pasado, por ejemplo, en 2021 cuando se declaró ilegal la huelga de los trabajadores portuarios de Montreal a tan solo cinco días de haber comenzado.

Junto con los grupos de cabildeo corporativos canadienses más prominentes, la administración de Biden se ha sumado a presionar al gobierno de Trudeau tras bambalinas para que los puertos reanuden sus operaciones rápidamente. Los puertos de la Columbia Británica son críticos para el suministro del equipo militar necesario para las operaciones agresivas del imperialismo estadounidense y canadiense en todo el mundo, incluyendo la guerra de Estados Unidos y la OTAN en contra de Rusia, así como para la distribución de las materias primas utilizadas para la fabricación de este equipo.

El jueves pasado, el ministro federal de Trabajo, Seamus O'Regan, condujo conversaciones a puerta cerrada con la secretaria de Trabajo interina de Estados Unidos, Julie Su. Su facilitó la conclusión de un 'acuerdo provisional' el mes pasado entre la Asociación Marítima del Pacífico (PMA) y el ILWU abarcando 22.000 trabajadores portuarios de la costa occidental de Estados Unidos. Su también desempeñó un papel importante como asistente del entonces secretario de Trabajo, Marty Walsh, para bloquear la huelga inminente de más de 110.000 ferroviarios el diciembre pasado.

Resaltando lo extensa que ha sido la participación del gobierno de Trudeau en las negociaciones, O'Regan prometió no abandonar Vancouver hasta que se logre llegar a un acuerdo.

Solidaridad internacional y el mitin del ILWU del 9 de julio

En un mitin al que asistieron cientos de trabajadores en Vancouver este domingo, la burocracia del ILWU minimizó el riesgo inminente de una intervención gubernamental para suprimir la huelga. Y peor aún, no hizo un llamado para movilizar a la clase laboral canadiense así como a sus miembros de la costa occidental de EE. UU. en contra de esta amenaza.

Al contrario, los funcionarios del ILWU dirigieron su ira hacia los subcontratistas, intentando convencer a los trabajadores presentes de que se está lidiando una lucha internacional. Esto incluyó el desfile del presidente internacional del ILWU, Willie Adams—quien ha estado liderando los intentos del sindicato para bloquear la huelga de los estibadores de la costa occidental de EE. UU., los cuales han estado sin contrato durante más de un año—así como de burócratas del sindicato de estibadores de Australia y otros países.

Más tarde, el vicepresidente del ILWU en Canadá, Pat Bolen, dijo a los trabajadores asistentes que el convenio colectivo, el cual expiró hace más de tres meses, establece 'muy claramente' que cualquier cosa que tenga que ver con el movimiento de carga en los muelles o en los barcos es jurisdicción del sindicato, el cual controla las salas de contratación. Bolen prosiguió, satanizando a los subcontratistas y acusándolos de no “jugarse el pellejo” y de 'venir a robarnos nuestro almuerzo'.

Ésta es la voz de un contratista de mano de obra barata, indignado porque enfrenta competencia por sus servicios, no la de un líder laboral luchando por condiciones de trabajo justas. Los trabajadores tienen razones de sobra para preocuparse por el uso de subcontratistas mal capacitados, pues ésto reduce la cantidad de trabajo disponible para los miembros del sindicato, aumenta las ganancias de los empleadores a expensas de los trabajadores y socava las protecciones de seguridad. Pero para Bolen, todo es simplemente cuestión de que les están 'robando el almuerzo', es decir, que les están obstruyendo el flujo monetario de las cuotas sindicales hacia los bolsillos de la burocracia del ILWU.

Además, revelando su preocupación por mantener buenas relaciones patronales corporativas, Bolen identifica a los subcontratistas como el problema, en vez de identificar a los jefes portuarios que son los que conscientemente deciden emplearlos para aumentar sus ya considerables ganancias corporativas.

El presidente internacional del ILWU, Adams, reiteró su apoyo a la unidad de los estibadores de América del Norte. Aseguró que los miembros del ILWU en los EE. UU. no descargarán la carga reenviada, declarando: “Piensan que pueden llevar los barcos a Tacoma, Seattle, Oakland, Los Ángeles —esto no va a suceder, no va a suceder.'

El principal problema con esta aseveración es que de hecho ya está 'sucediendo', y está sucediendo directamente bajo la supervisión del ILWU y del presidente Adams. Según la empresa de seguimiento marítimo eeSea, cuatro buques portacontenedores con destino a Vancouver han cambiado sus rotaciones portuarias pro forma para llegar primero a Seattle, antes de supuestamente regresar a Vancouver en una fecha posterior. Además, hay dos omisiones confirmadas de puertos canadienses por buques que ahora solo llegarán a la costa occidental de EE. UU.: el MSC Sara Elena y el Ever Safety.

En particular, el MSC Sara Elena fue atendido en Seattle antes de anunciar que no regresaría a Vancouver, lo que significa que la carga con destino a Canadá fue descargada o será descargada en puertos de EE. UU. donde solo los trabajadores del ILWU son permitidos procesar estos buques.

El ILWU no está sancionando explícitamente la operación de esquirolaje. Oficialmente ha declarado que los contenedores con destino a Canadá no serán descargados en los puertos de EE. UU. Pero hay un enorme agujero en esta promesa. La restricción no abarca a los contenedores que hayan cambiado su destinos en alta mar, una práctica que los navieros y sus clientes ahora se apresuran a realizar. Por motivos de seguridad, ni los estibadores ni el ILWU reciben información sobre el contenido de los contenedores, lo que significa que no hay manera de que los trabajadores determinen a dónde se dirigía un contenedor originalmente.

Si Adams y el ILWU estuvieran remotamente preocupados por la solidaridad internacional, no habrían conspirado el mes pasado con la administración de Biden para anunciar un 'acuerdo provisional' que evita que los estibadores estadounidenses y canadienses puedan luchar juntos. Éste es el claro propósito de la repentina negociación con la PMA, que tuvo lugar inmediatamente después del voto por más del 99 por ciento a favor de la huelga por parte de los estibadores canadienses. Además, este acuerdo fue hecho público justo cuando las acciones laborales militantes de los estibadores estadounidenses iban aumentando en desafío al acuerdo de 'no huelga, no cierre patronal' alcanzado entre el ILWU y los empleadores de los puertos de EE. UU. para mantener a los trabajadores laborando sin contrato, el cual ya tiene más de un año de haber expirado.

Una verdadera política internacionalista para los estibadores canadienses, en vez de solo frases vacías, implicaría un llamado urgente para que los estibadores estadounidenses se unan a la huelga. En vez de eso, el ILWU está maniobrando para mantener a los trabajadores herméticamente aislados entre sí separados por las fronteras nacionales, mientras se aprovecha de retórica 'internacionalista' para apelar al fuerte sentimiento de solidaridad transfronteriza de los estibadores de base. Mientras el ILWU se aprovecha del control que goza sobre las salas de contratación—y por lo tanto, sobre la capacidad de sus miembros para obtener empleo—para hacer cumplir un régimen de censura despiadada en las líneas de piquetes, los reporteros del World Socialist Web Site han recibido la semana pasada una gran recepción de los estibadores sobre conversaciones acerca de la necesidad de una lucha internacional para lograr sus demandas.

Para aprovecharse de la poderosa posición económica que los trabajadores ocupan y así ganar esta huelga, los estibadores de la Columbia Británica deben organizar una rebelión en contra de la burocracia del ILWU. Deben formar comités de base en cada puerto, coordinandose con sus contrapartes estadounidenses, para así extender la lucha e incluir a otras secciones laborales, exigiendo las demandas laborales no negociables. Una tarea urgente para estos comités es la preparación de una respuesta en desafío a la legislación gubernamental del regreso forzado al trabajo. Esto solo será posible movilizando el apoyo laboral en todo el sector transportista, los trabajadores postales, los trabajadores del sector público, los trabajadores de la salud, los trabajadores de la industria manufacturera y muchos otros en todo Canadá. Todos ellos tienen un interés en común de derrotar los ataques que llevan décadas en contra de los derechos laborales, incluyendo la criminalización de las huelgas.

Los gobiernos de Trudeau y Biden están coordinando esfuerzos a nivel internacional para aplastar la huelga. Los trabajadores deben responder urgentemente con su propia estrategia internacional para oponerse a estos ataques desarrollando una contraofensiva política de masas liderada por los trabajadores para poner un fin al programa de guerra de clases de la élite gobernante de austeridad y guerra imperialista.

(Publicado originalmente en inglés el 11 de julio de 2023)

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