Ayer, los votantes acudieron a las urnas para elegir a los miembros de los 8.131 ayuntamientos y los diputados de los parlamentos de 12 de las 17 comunidad autónomas (regiones) de España. Las elecciones fueron interpretadas como un anticipo a las elecciones generales que se celebrarán en diciembre. El derechista Partido Popular (PP) ha ganado las elecciones en medio de un creciente apoyo al partido de extrema derecha Vox, mientras que los partidos que forman el gobierno central, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el partido pseudoizquierdista Podemos, sufrieron una gran derrota.
El PSOE ha perdido 500.000 votos respecto a las anteriores elecciones, pasando de 6,7 millones a 6,2 millones de votos, mientras que el PP ha subido de 5,1 millones a 6,9 millones de votos. El PP solo o en alianza con Vox ha ganado en todas las grandes ciudades con la excepción de Barcelona, incluyendo Madrid, Valencia, Sevilla, Valladolid, Palma, Zaragoza, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva y Jaén.
Ha sido una reprimenda humillante al gobierno PSOE-Podemos, que ha apoyado políticas ultraderechistas durante sus tres años en el poder: apoyando la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, recortes de pensiones y salarios, priorizando los beneficios sobre la vida humana durante la pandemia de COVID-19 y aumentando drásticamente el presupuesto militar y los rescates para los principales bancos y corporaciones del país. También han atacado brutalmente las huelgas organizadas por los camioneros y a los trabajadores del metal. El resultado ha sido un colapso en su apoyo electoral.
Lo más llamativo de estas elecciones ha sido el desmoronamiento absoluto del voto para Podemos y sus diversos aliados regionales y escisiones. Podemos ha perdido todos sus concejales en Madrid, Valencia, Zaragoza, Tenerife, Burgos, Valladolid, Vigo y Coruña. En Barcelona, Ada Colau, la alcaldesa respaldada por Podemos, ha perdido la alcaldía tras ocho años.
Una imagen similar surge de las elecciones a las comunidades autónomas, responsables del gasto en educación, sanidad, vivienda y otros gastos sociales. De las 10 regiones gobernadas por el PSOE que acudieron a las urnas el domingo, solo ha conservado Castilla-La Mancha. El PP y Vox han ganado en la Comunidad Valenciana, Aragón, Islas Baleares, Cantabria y La Rioja.
A nivel autonómico, Podemos ha perdido 10 diputados autonómicos en la comunidad de Madrid y ocho en el parlamento valenciano, las dos más importantes en juego. Más Madrid, una escisión de Podemos con una fuerte presencia en Madrid, también se ha derrumbado. Ha perdido siete concejales en la ciudad de Madrid, cayendo a 12. En la Comunidad de Madrid, aunque ha ganado cuatro diputados autonómicos, recogiendo parte de lo perdido por Podemos, su voto ha bajado alrededor de 100.000 votos.
Adelante Andalucía, un grupo liderado por Anticapitalistas, una antigua facción pablista de Podemos, ha perdido la alcaldía de Cádiz ante el PP, hundiéndose de 13 a seis concejales y se queda sin representación en todas las demás ciudades importantes de Andalucía. Los pablistas jugaron un papel traicionero durante la represión de la huelga del metal de Cádiz en noviembre de 2021 por parte del gobierno PSOE-Podemos.
La campaña electoral ha sido un espectáculo degradado, una expresión de la implacable derechización de la política burguesa europea. El PP y el partido de extrema derecha Vox han absorbido en su mayoría el voto de los liberales de derecha Ciudadanos. En 2019, Ciudadanos obtuvo 1,9 millones de votos, mientras que ayer apenas recibió 300.000. Podemos y sus diversas escisiones evitaron cualquier discusión sobre la guerra y la desigualdad social, centrando su campaña en las políticas de identitarias y los asuntos promovidos por la extrema derecha.
La primera de las dos semanas de campaña estuvo dominada por el grupo armado separatista vasco ETA, que dejó de existir hace 12 años. Sin embargo, tras la inclusión de EH Bildu, un partido nacionalista vasco, de candidatos que anteriormente pertenecían a este grupo pequeñoburgués, el debate se ha centrado en ETA. Históricamente, los ataques terroristas de ETA, e incluso su existencia, fueron utilizados sistemáticamente por la clase dominante española para para suprimir derechos democráticos.
Mientras el PP y Vox llamaban a ilegalizar a Bildu, el PSOE y Podemos participaban en esta farsa derechista. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, calificó la medida de Bildu como 'legal, pero no decente' y el diputado de Podemos por Vizcaya, Roberto Uriarte, exigió que se retiraran los condenados por 'delitos de sangre'.
La segunda semana estuvo dominada por el 'problema de los ocupas', centrándose en la ocupación ilegal de viviendas, que en realidad cubre el verdadero problema del acceso real a la vivienda y la falta de viviendas de alquiler. Los altos precios en los alquileres, junto con los bajos salarios y la precariedad laboral, impiden que muchos jóvenes se independicen de las casas de sus padres.
La periferia política de Podemos participó en este debate fraudulento, llamando a la acción policial contra los “okupas”. En una entrevista con el diario derechista El Mundo, Rita Maestre, candidata a la alcaldía de Madrid por la escisión de Podemos, Más Madrid, dijo que “la okupación es ilegal y genera problemas de convivencia.” El año pasado, la misma Maestre calificó como 'un placer y un orgullo' que Madrid fuera la sede de la cumbre de la OTAN, donde las principales potencias imperialistas planearon la guerra contra Rusia y China.
En Barcelona, la alcaldesa Colau, apoyada por Podemos, respaldó la represión policial, tras la publicación de un video que mostraba a la policía antidisturbios municipal golpeando a dos monitores de un club de esplai. Colau, una vez llamada la 'alcaldesa del cambio', es conocida por recortar el gasto público, atacar a los trabajadores del transporte público en huelga y perseguir a los inmigrantes.
El año pasado, se reunió con el alcalde de extrema derecha de Kiev, Vitali Klichkó, en Ucrania, comprometiendo ayuda económica y camiones de bomberos, mientras denunciaba los 'crímenes contra la humanidad' de Putin y exclamaba: 'Ucrania es Europa'.
A lo largo de la campaña, Podemos y su nueva escisión, Sumar, redoblaron su apuesta por las políticas de identidad. Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno y futura candidata a las elecciones generales de diciembre, participó en un debate electoral en Youtube por el popular presentador Jorge Javier Vázquez. Felicitándose de que solo mujeres asistieran al debate, dijo: “A los hombres los crían para la guerra. Son muy guerreros”, añadiendo que
los hombres heterosexuales son aburridos.
Díaz es parte de un gobierno que está entrenando y armando a soldados ucranianos para luchar contra Rusia en nombre de la OTAN, mientras duplica la presencia de tropas españolas en Europa del Este.
Sobre el COVID-19, Podemos centró sus críticas en la corrupción de a la ultraderechista presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, más que en la las políticas que priorizaron los beneficios sobre la vida humana que se llevaron la vida de más de 11.000 ancianos en las residencias y que murieron de la manera más cruel concebible. Sin embargo, Podemos guardó silencio al respecto, ya que implementó la misma política a nivel nacional, cobrándose 160.000 vidas y millones de infecciones.
Las elecciones autonómicas y municipales han sido ampliamente reconocidas como un adelanto para las elecciones generales que se celebrarán en diciembre. La supervivencia del gobierno del PSOE-Podemos es ahora altamente cuestionable. También existe la posibilidad de que una coalición de extrema derecha del conservador Partido Popular (PP) y el neofascista Vox tome el poder, la primera vez que la extrema derecha volvería al poder desde el colapso de la dictadura fascista del general Francisco Franco en la década de 1970.
Hay una explosiva oposición de izquierdas dentro de la clase obrera a las políticas del gobierno PSOE-Podemos. Sin embargo, en el vacío creado a la izquierda de Podemos por partidos pseudoizquierdistas que apoyan a Podemos y trabajan para bloquear la formación de cualquier organización que lo desafíe por su izquierda, la posibilidad de una victoria de la derecha es real y creciente.
Derrotar el giro de la burguesía europea hacia la guerra y la política fascista requiere construir una vanguardia revolucionaria trotskista en la clase obrera para superar el papel contrarrevolucionario de partidos como Podemos. La única manera de pelear contra la guerra, la pauperización y el ascenso de la extrema derecha es que la clase obrera luche sobre la base de su propio partido y programa. Esto requiere una ruptura con el PSOE y Podemos, y una batalla por construir secciones del Comité Internacional de la Cuarta Internacional que luchan por el socialismo en España e internacionalmente.
(Publicado originalmente en inglés el 28 de mayo de 2023)
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