El candidato presidencial de la UAW, Will Lehman, envía y distribuye esta declaración a los casi un millón de trabajadores del sindicatoUnited Auto Workers (UAW). El WSWS ha respaldado la campaña de Lehman. Para obtener más información, visite WillForUAWPresident.org.
Estimados hermanos y hermanas,
En menos de una semana, comenzarán a recibir por correo las boletas para las elecciones del UAW. He incluido información sobre cómo votar y cómo obtener una boleta si no la reciben en mi sitio web. Les pido a todos que voten, y que me voten a mí, Will Lehman, para presidente del UAW. Estoy haciendo campaña para construir el poder de las bases en la planta de producción en oposición a todo el aparato del UAW.
Sin embargo, hoy me dirijo a ustedes por otro asunto que es crítico para los intereses de todos los trabajadores, en los Estados Unidos y en todo el mundo. Se trata del caso de Julian Assange, el fundador de WikiLeaks. Assange está actualmente encarcelado en el Reino Unido y se enfrenta a la extradición a EE.UU., donde sería procesado bajo la Ley de Espionaje. Podría recibir una condena de 175 años o incluso ser ejecutado.
Assange está siendo perseguido por una razón y sólo por una razón: reveló la verdad sobre las acciones del gobierno estadounidense en el extranjero, el mismo gobierno que representa a las corporaciones que nos explotan aquí en Estados Unidos.
Una de las revelaciones iniciales más significativas de WikiLeaks fue un vídeo, publicado en 2010, que mostraba al ejército estadounidense matando a civiles y periodistas desarmados en la capital iraquí de Bagdad. Las imágenes fueron filmadas tres años antes, en 2007, en los primeros años de la ocupación estadounidense de Irak. Les insto a todos a ver este vídeo, que se titula 'Asesinato colateral'.
Al vídeo le siguió la publicación de los registros de la guerra de Irak y Afganistán en 2010 y los archivos de Guantánamo en 2011. Estos documentos, que se hicieron públicos gracias a las heroicas acciones de la denunciante Chelsea Manning, pusieron al descubierto una mentira que es fundamental en la propaganda del gobierno estadounidense, tanto demócrata como republicano: que las guerras en el extranjero son para defender la democracia.
Por esta razón, Assange ha sido sometido a más de una década de persecución despiadada e ininterrumpida. Actualmente se encuentra en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, en Londres, donde recientemente contrajo COVID-19. El Alto Tribunal de Reino Unido dictaminó a finales del año pasado que podía ser extraditado a Estados Unidos, a pesar de que el propio juicio reveló que la CIA había conspirado para secuestrarlo y asesinarlo.
Más allá de su destino personal, hay dos cuestiones críticas para los trabajadores en la defensa de Assange.
En primer lugar, la persecución de Assange es un ataque a los derechos democráticos básicos, incluyendo el derecho de la Primera Enmienda sobre la libertad de expresión y la libertad de prensa. Assange es culpable de decirnos la verdad, de exponer las mentiras que el gobierno no quiere que se expongan.
Las empresas y los ricos de este país dependen de unos medios de comunicación comprados y pagados, que repiten como loros todo lo que les dice el gobierno. Lo experimentamos cada día, cuando los trabajadores son denunciados en los medios de comunicación por nuestros esfuerzos para asegurar un salario decente y un futuro para nosotros y nuestras familias. Si un individuo puede ser encarcelado y procesado por revelar información verdadera, se establece un peligroso precedente que se utilizará contra cualquier trabajador que se manifieste y se oponga a las exigencias de las empresas, con la ayuda y la complicidad del aparato sindical.
En segundo lugar, Assange ha ayudado a exponer la realidad del militarismo estadounidense. ¿Cuánto dinero se ha gastado y cuántas vidas se han perdido, incluyendo las de los soldados estadounidenses, para librar una guerra interminable en el extranjero? ¿Y para qué? Lanzan palabras como 'democracia' y 'libertad' para convencer a los trabajadores de que estas guerras merecen la pena, pero la realidad es que se trata de asegurar el dominio de las corporaciones estadounidenses sobre todo el planeta. Más de un millón de iraquíes y afganos han muerto para lograr este fin.
Las consecuencias de estas guerras las sufrimos todos. Cada año se gasta más de un billón de dólares en el ejército estadounidense, mientras que afirman que no hay dinero para proporcionar condiciones de vida decentes a los trabajadores. Un veterano se suicida cada 80 minutos en EE.UU., como consecuencia de un trastorno de estrés postraumático por lo que vieron y experimentaron en la guerra. En cuanto sus cuerpos ya no son útiles para la clase dominante, los veteranos son esencialmente descartados por el gobierno.
Ahora, el gobierno de Biden está intensificando un conflicto con Rusia que el propio Biden dijo la semana pasada que podría llevar al 'Armagedón', es decir, a la aniquilación de todo el planeta en una guerra nuclear. ¿Y de qué se trata todo esto? El gobierno de Vladimir Putin representa a los oligarcas de Rusia, y todos los trabajadores deben oponerse a la invasión de Ucrania. Sin embargo, esta invasión fue una respuesta a la expansión de la alianza militar de la OTAN liderada por Estados Unidos hasta las fronteras de Rusia y al armamento masivo de Ucrania por parte de Estados Unidos.
Todo lo que los medios de comunicación nos cuentan sobre esta guerra es una mentira. No es una guerra sobre la 'democracia'. El gobierno de Ucrania está compuesto por neonazis que alaban a personas que ayudaron a llevar a cabo el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Los oligarcas que dirigen Ucrania aprobaron recientemente una ley laboral que elimina el derecho de millones de trabajadores a la negociación colectiva. Eso no se oye en las noticias de la noche.
El mismo complejo militar-industrial que provocó la guerra en Irak está escalando la guerra contra Rusia hoy, pero a una escala aún mayor y más peligrosa. Los bancos y corporaciones estadounidenses están luchando por controlar Europa del Este a expensas de sus rivales rusos. La élite gobernante estadounidense está dispuesta a hacer sufrir mucho a la clase trabajadora, e incluso a sacrificar millones de vidas, para ampliar el dominio de las corporaciones estadounidenses.
Los trabajadores de EEUU y de todo el mundo no tienen ningún interés en la guerra. Tenemos los mismos intereses que los trabajadores de Rusia, Ucrania y de todos los países. Somos explotados por las mismas corporaciones. Nos enfrentamos a los mismos problemas. Sufriremos las mismas consecuencias si no se evita la catástrofe de la guerra nuclear.
Los trabajadores deben saber que el movimiento obrero tiene una larga y orgullosa tradición de defensa de los derechos democráticos, ya que estos derechos son fundamentales para todos los trabajadores. También hay que recordar que el UAW se retiró de la AFL-CIO en 1968 en oposición a la guerra de Vietnam. El hecho de que los sindicatos ya ni siquiera planteen estas cuestiones críticas forma parte del mismo proceso que ha conducido a su dominio por un aparato privilegiado que sirve para los intereses de las empresas.
Por estas razones, es fundamental que todos los trabajadores se posicionen en defensa de Julian Assange. No será a través de los llamamientos a la élite gobernante ni a sus políticos como se asegurará su libertad, sino sólo a través de nuestra intervención. Debemos conectar la lucha para defender nuestros intereses con la defensa de Assange, la defensa de los derechos democráticos y la oposición a la guerra.
Atentamente, Will Lehman
(Publicado originalmente en inglés el 12 de octubre de 2022)