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La oposición sigue creciéndose entre muchos trabajadores ferroviarios al trato entreguista del jueves, negociado por la Casa Blanca con los sindicatos ferroviarios para prevenir una huelga.
El trato no resuelve ninguna de las quejas de los trabajadores y esencialmente es una repetición de los términos contractuales propuestos por la Junta Presidencial de Emergencia (PEB, por sus siglas en inglés) de Biden, con un solo día de permiso por enfermedad al año (un aumento desde cero) añadido. De hecho, los funcionarios sindicales admitieron la semana pasada que ningún acuerdo formal existe para la fecha, y no existirá durante unas semanas, algo que transforma en farsa el principio de “ningún contrato, ningún trabajo”.
El trato viola el consenso abrumador de más de 100.000 trabajadores ferroviarios por la acción huelguística para ganar un contrato que concuerda con sus necesidades, expresado en una reunión nacional en línea del miércoles de 500 trabajadores, con la participación del Comité de Base de Trabajadores Ferroviarios. Los asistentes a la reunión aprobaron una resolución en que advertían a los sindicatos que “cualquier intento de hacer que se apruebe un contrato que no aceptamos y sobre el que no hemos votado, o de mantenernos en el trabajo sin un contrato, será una violación de las instrucciones claras de la base”.
Los sindicatos esperaban que el anuncio del trato habría causado que el humor militante y decidido entre los trabajadores cediera a unos sentimientos de desánimo. Así no es el hecho. Los trabajadores están furiosos a la traición y decididos a resistirla.
Un guardavía de Galesburg, Illinois que asistió a la reunión del miércoles dijo al WSWS: “Si el sindicato nos representa, nos deben representar. Es una estupidez que consiguieron un acuerdo tentativo, y se lo informaron a CNN antes de que nos lo dijeran a nosotros. Todos con los que he hablado sobre este acuerdo tentativo dicen que nos traicionaron. Ya dijimos que íbamos a esperar e iniciar una petición. Ya no queremos que el gran hogar [la sede nacional de la Hermandad de Guardavías Ferroviarios] participe en nuestro proceso decisorio.
“A causa de la [Ley de Labor Ferroviaria], estos sindicatos y corporaciones miran esto y creen que pueden salirse con la suya. Nuestra cobertura de asistencia médica está por hacerse más cara. Lo importante para nosotros es la remuneración, y es el mayor consenso. No nos pagan suficiente como la rama de seguridad del BNSF. Cualquier problema con los cruces o el equipo de conmutación, y somos responsables personalmente según la AFF [Administración Federal Ferroviaria]. Si somos responsables, nos deben pagar por eso. La remuneración es un asunto importante. Yo tengo un problema personal con las cámaras que vigilan nuestra conducción. No es una cosa horrible, pero las cámaras se han usado como un mecanismo por la terminación por el BNSF, no por la seguridad”.
Otro trabajador de Galesburg dijo: “Estos grandes hogares no representan a los trabajadores que deben representar. Lo que pasó el viernes es que los sindicatos decidieron dar a Biden una victoria y probablemente recibieron dinero secretamente o la promesa de algún trabajo cómodo al jubilarse de ser funcionario sindical. ¡Ya es hora de que los trabajadores ferroviarios se levanten y luchen por la familia y el trabajo! ¡Esta recomendación de la JPE es una mierda!”
Muchas encuestas informales realizadas en las redes sociales revelan a una mayoría abrumadora opuesta al trato. Dos encuestas en Facebook realizadas por unos trabajadores del mantenimiento demostraron que los trabajadores se oponen al trato por 88 y 93 por ciento.
La resolución de la base del miércoles también se está leyendo y distribuyendo. “Está circulando por los locales y Facebook”, un miembro del comité dijo al WSWS. “Todos están hablando de ella”.
La carta de un trabajador anónimo de California también se distribuye ampliamente en las redes sociales. Probablemente inspirado por el Comité de Base, el trabajador establece lo que según él deben ser las líneas rojas sin las que los trabajadores no deben aceptar ningún contrato. “Los miembros se sienten que su voz ha sido suprimida por las acciones del presidente, por no cumplir con el voto de sus miembros a hacer huelga”, dice el trabajador. Sus exigencias incluyen al menos tres hasta cinco días de permiso por enfermedad pagados, un aumento salarial general de 28 hasta 31 por ciento, los ajustes por el coste de la vida, unas diferenciales de turno y un máximo sobre los gastos médicos de bolsillo de $300 hasta $350.
“Si no se cumple con estos como son escritos”, concluye el trabajador, “rechazamos [el contrato], por eso no se molesten con traerlo a los miembros. …¡Éste es el mínimo que pedimos para ratificarlo! ¡Si ninguna de estas es cumplida, estamos APROBADOS a hacer huelga!”
Aunque haya podido trabajar con los burócratas sindicales para construir una traición, la élite gobernante sabe que no ha salido de ninguna manera del peligro. Un título preocupado en el sitio web de The Hill el día pasado sugirió, “Trato que evita huelga ferroviaria puede desbaratarse”.
No hay la menor duda de que superar la oposición abrumadora de la base fuera el tema principal, de hecho el único, durante las charlas contractuales, y que el temor a esta oposición fuera instrumental en crear el trato. En un artículo el viernes basado en unas entrevistas que los involucrados en las charlas, Politico cita al director del Consejo Económico Nacional Brian Deese, quien dijo, “El período vital ocurrió entre las 19:00 y 21:00 cuando el secretario [de la Transportación] Pete [Buttigieg], [el secretario de la Agricultura Tom] Vilsack y yo realizamos unas llamadas con los directores generales para señalar que no era claro que este asunto podía cerrarse y que lo tomábamos muy en serio y que íbamos a resolverlo y ellos necesitaban mudarse”. Significantemente, este “período vital” coincidió exactamente con la reunión de base.
El artículo deja claro que la élite política teme el surgimiento de la lucha de clases en los Estados Unidos más que cualquier otra cosa. El secretario de la Labor Marty Walsh describió una huelga nacional ferroviaria en términos apocalípticos: “Es como, Jesucristo: La magnitud de lo que habría sucedido”. Estas declaraciones vienen mientras Washington deliberadamente corre el riesgo de la guerra nuclear total con Rusia sobre Ucrania.
Dennis Pierce, presidente de la Hermandad de Ingenieros Locomotores y Ferroviarios, observó a Politico, “Hay mucho enojo allá afuera por la manera que han sido tratados de forma generalizada en todos los sindicatos. Por eso es difícil ratificar los contratos cuando todos los empleados están agitados”.
Los comentarios de Pierce dejan claro que la tarea según la burocracia sindical es intentar remover esta “agitación” por aislar a y desmoralizar a los trabajadores. Hay tres modos en que intentan conseguir esto.
El primero es por retrasar el voto contractual todo el tiempo posible, en un intento de quitarle el ímpetu a los trabajadores. El BLET ha señalado que pasará al menos un mes antes de que esté disponible una propuesta contractual sobre la que votar. “Es una ruptura con la tradición”, observó un miembro del Comité de Base. “Usualmente, las charlas bajo la LLF perduran por siempre, pero el mismo voto normalmente se realiza después de unos días. Creo que lo hacen como un favor para los demócratas, para retrasar el voto hasta después de las elecciones a mitad del período”.
El segundo es a través de la censura amplia en las redes sociales de los puntos de vista críticos. Muchos trabajadores reportan que uno de los grupos de Facebook principales que usaban, Luchen por Equipos de Dos, ha estado borrando los comentarios críticos masivamente desde el acuerdo del jueves. Un resumen de los comentarios en el grupo sugiere un cambio marcado de tono, previamente dominado por el enojo a la JPE y los funcionarios sindicales pero ahora dominado por el elogio del trato.
El día del trato, la Conferencia Nacional de Bomberos y Trabajadores Petroleros (NCFO), que está afiliada con el Sindicato Internacional de Empleados de Servicio, anunció que apagaba los comentarios en su página de Facebook, sobre el pretexto absurdo de que sea para “proteger a nuestros miembros de las represalias y la posible disciplina de los ferrocarriles”. También admitieron en la declaración que durante unos meses el sindicato ha estado “protegiendo a nuestros miembros” –es decir, por censurarlos– “por remover los comentarios que se podrían interpretar como una amenaza de una concertada acción huelguística”.
Terminó con una amenaza velada de una acción legal contra los trabajadores por hacer huelga, declaró su oposición a un abandono y añadió, “Solo apoyaremos una huelga si es LEGAL y concuerda con las provisiones de la Ley de Labor Ferroviaria y la Constitución del NCFO”.
El tercero se realiza por reunir a las fuerzas de las agencias pseudoizquierdistas del Partido Demócrata para capturar y castrar el descontento de los trabajadores. El viernes pasado, la facción sindical llamada Trabajadores Ferroviarios Unidos (TFU) realizó su reunión en línea, dirigida por el escritor de Labor Notes y exmiembro de personal del Partido Demócrata Jonah Furman .
Labor Notes tiene un papel principal como el animador y apologista para la burocracia. El presidente del sindicato Teamsters Sean O’Brian, quien es el superior directo de Dennis Pierce (el BLET está vinculado con los Teamsters) y Bernie Sanders, quien votó en 1991 por el fin de la última huelga ferroviaria nacional, dieron discursos en la conferencia del verano de Labor Notes. Sanders orquestó unas maniobras cínicas la semana pasada en el Senado, pues bloqueó un mandamiento patrocinado por los republicanos mientras los demócratas en la Cámara ya tenían listo el lenguaje semejante.
Los oradores reunidos en la reunión del TFU rechazaron la perspectiva de organizar a los trabajadores independientemente del aparato sindical. Un hablante específicamente rechazó cualquier huelga o abandono organizado sin la aprobación de la burocracia, por afirmar que ésta no era una decisión para la base sino solo para la dirección.
Pero la única manera en que los trabajadores derrotarán las traiciones del aparato sindical es organizarse en una rebelión de base contra él, en una lucha para revocar sus entregas y hacer cumplir con el control democrático de la base. La organización de la oposición de los trabajadores significa la construcción del Comité de Base de Trabajadores Ferroviarios.
Para obtener ayuda en establecer un comité de base entu lugar de trabajo, contactaal Comité de Base de Trabajadores Ferroviarios enrailwrfc@gmail.com.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de septiembre de 2022)
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