El periodista español Pablo González lleva seis meses consumiéndose encerrado preventivamente en una prisión de Polonia tras ser acusado de forma fraudulenta de espiar para Rusia. Su detención fue coordinada entre los estados de la OTAN, incluyendo al gobierno español del Partido Socialista (PSOE) y Podemos, siendo recibida con el silencio de los medios de comunicación europeos y estadounidenses.
El periodista fue arrestado por la Agencia de Seguridad Interna de Polonia (ABW) el 28 de febrero después de la invasión rusa de Ucrania, mientras cubría la crisis de refugiados en la ciudad polaca de Rzeszow. Se le acusa de trabajar para la inteligencia militar rusa (GRU). Sin embargo, no se ha presentado ninguna evidencia de que González haya entregado ninguna información a los servicios secretos rusos, ni siquiera que alguna vez tuviera la intención de hacerlo. Sin embargo, la Fiscalía polaca pidió prolongar su detención el pasado viernes; esto será examinado hoy por el tribunal regional de Przemysl.
La evidencia espuria de las autoridades polacas incluye que González estaba en posesión de dos pasaportes con nombres diferentes, uno ruso y otro español, lo que implicaría que uno era una identidad falsa utilizada para el espionaje. El pasaporte ruso de González lo nombra como Pavel Rubtsov, usando el apellido de su padre; su documento español lo identifica como Pablo González Yagüe, usando los dos apellidos de su madre. Pablo es la versión hispanizada del nombre ruso Pavel.
González es nieto de uno de los 'niños de la guerra', niños trasladados a la URSS por seguridad durante la Guerra Civil Española (1936-1939) que siguió al golpe fascista de Francisco Franco en 1936. Él tiene doble nacionalidad rusa y española y su padre, a quien visita regularmente, vive en Moscú. Ha trabajado para diferentes medios españoles como la cadena de televisión La Sexta o los periódicos liberales Público y Gara.
Su trabajo para estos periódicos, su capacidad para hablar ruso y su tarjeta de crédito de Caja Laboral, una entidad financiera vasca, fueron citados como evidencia de supuestos puntos de vista 'pro-rusos'.
La WSWS reitera su demanda de que González sea liberado de inmediato. La detención de un periodista por cargos de espionaje sin fundamento es un ataque antidemocrático a la libertad de información y de expresión. Se trata de una medida reaccionaria que tiene por objetivo intimidar a periodistas y silenciar la oposición a los relatos oficiales y sancionados por el estado sobre la guerra por delegación en Ucrania instigada por Washington y sus aliados de la OTAN.
Se produce en medio de una campaña imperialista para censurar medios rusos como RT y Sputnik que incluye su cancelación de redes sociales como Twitter, Facebook, Tik Tok, YouTube y Google News; buscando bloquear también las actuaciones y apariciones internacionales de artistas y músicos rusos.
González está realmente recluido en régimen de incomunicación. Desde que hablo con su mujer el día de su detención no ha podido volver a comunicarse con ella ni con sus tres hijos ni con su abogado español Gonzalo Boye. A día de hoy Boye todavía no ha podido acceder a su expediente de detención.
En su primera comparecencia ante el juez no se le permitió recibir asistencia legal de ningún abogado, contrariamente a lo estipulado por las leyes internacionales. Solo desde hace dos meses le representa un abogado polaco al que se le ha prohibido hablar de la situación procesal de González, y que aún no se ha puesto en contacto con Boye. En mayo las autoridades polacas prorrogaron su detención por tres meses sin más explicaciones.
La persecución de González tiene todas las características de una campaña coordinada de los gobiernos de la OTAN liderados por Estados Unidos para convertirlo en un ejemplo frente a otras voces que se oponen a la guerra de la OTAN en Ucrania. Las élites gobernantes en Polonia, Ucrania y la propia España han estado involucradas en su detención.
A principios de febrero, fue retenido en Kiev, después de recibir una llamada telefónica de los infames servicios de seguridad ucranianos (SBU), que son clave para el esfuerzo bélico de Ucrania y su campaña de represión interna, incluido el asesinato de diplomáticos ucranianos que intentan negociar la paz con Rusia.
González fue citado en la capital, Kiev, para ser interrogado. Allí, fue interrogado por la SBU por supuestamente ser “prorruso”. Luego fue “invitado” a abandonar el país en tres días, aunque no se emitió una orden formal de expulsión.
González regresó al País Vasco, en España, donde vive. Luego, el 25 de febrero, al día siguiente de que Rusia invadiera Ucrania, González viajó a la localidad polaca de Rzeszow, en la frontera con Ucrania, para informar sobre la crisis de refugiados. Poco después del interrogatorio de González por parte de la SBU, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España visitó los hogares de los miembros de su familia en el País Vasco y Cataluña, interrogándolos sobre la vida y las opiniones de González, para presuntamente establecer si era “prorruso”.
Según Público, los agentes de seguridad también dijeron a los familiares de González que estaba acusado de haber trabajado para Gara, descrito como 'un medio pro-ETA subvencionado por Rusia', e incluso de 'pasar información a Rusia'.
En un flagrante intento de intimidación, numerosos agentes acudieron a la propia casa de Pablo González, donde vive con su esposa Oihana Goiriena, y sus tres hijos.
En una clara señal de que el arresto de González es parte de una campaña más amplia de la OTAN contra el sentimiento antibélico, el jefe de los servicios secretos británicos MI6, Richard Moore, defendió las expulsiones y arrestos de presuntos espías rusos de Europa. Dijo que tales medidas han permitido que la invasión rusa de Ucrania 'perdiendo fuelle '.
En un discurso en el Foro de Seguridad de Aspen en los Estados Unidos, Moore dijo: “Dos de ellos [espías rusos] han sido arrestados recientemente. Uno de ellos se hace pasar por periodista español, un tipo llamado González Yagüe. Estaba tratando de entrar a Ucrania para ser parte de los esfuerzos desestabilizadores [rusos]” Moore declaró esto sin proporcionar ninguna evidencia.
El Gobierno PSOE-Podemos ha jugado un papel clave en su detención. A finales de julio, durante una visita oficial a Polonia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declaró que el arresto de González se discutió con el primer ministro Mateusz Morawiecki, pero se negó a proporcionar ningún contenido específico sobre la conversación. Sánchez también presumió de que el ministro de Asuntos Exteriores español está en contacto con su homólogo polaco para “hacer seguimiento del tema” y “prestar apoyo a la familia del español
Pero según la esposa de González ese apoyo ha sido mínimo y se ha plasmado solo “en tres visitas del cónsul, y en consejos de cómo enviarle cartas, cómo enviarle paquetes, cómo hacerle transferencias si fuera necesario, y de momento, poco más”.
Aún más cínico es el papel de Podemos. Después de que hace cuatro meses hubieran realizado llamamientos superficiales a la libertad de González en una de sus delegaciones regionales en Navarra, dejaron de lado esta cuestión.
Podemos está ayudando a implementar los esfuerzos bélicos de España contra Rusia. Esto incluye el estacionamiento de 800 soldados, cuatro Eurofighters y tres buques de guerra en Europa del Este; enviar tanques, lanzaderas de cohetes y otros equipos ofensivos al ejército ucraniano, incluido el neonazi Batallón de Azov; la aplicación de las demoledoras sanciones de la UE y la OTAN contra Rusia; y elevar el presupuesto de defensa en 10.000 millones de euros hasta los 25.000 millones, el mayor aumento del gasto militar en la historia de España.
Al mismo tiempo, Podemos también está trabajando para intensificar la represión interna contra los periodistas españoles. El gobierno PSOE-Podemos planea reformar la Ley de Secretos Oficiales de España, promulgada en 1968 bajo la dictadura del general Franco, que incluía cláusulas para perseguir a posibles denunciantes. Los acusados de publicar material clasificado se enfrentan a multas de hasta 3 millones de euros.
La batalla por la libertad de González requiere una lucha contra todo el establishment político, y su programa de guerra y autoritarismo. Esto debe basarse en la movilización de la clase obrera española, europea y mundial, organizándose para dar una lucha genuina contra la reacción capitalista y en defensa de los derechos democráticos.
(Publicado originalmente en inglés el 22 de agosto de 2022)