El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el miércoles que Washington entregará al ejército ucraniano sistemas de misiles avanzados de largo alcance HIMARS (Sistema de cohetes de artillería de alta movilidad), como parte de otros 700 millones de dólares en ayuda militar que la Casa Blanca anunció el 31 de mayo. Este último tramo eleva a $4.600 millones el total de la ayuda militar directa comprometida por la administración de Biden desde el inicio de la guerra hace tres meses.
Horas después de este anuncio de Washington, Politico informó de que el primer ministro británico, Boris Johnson, y Biden habían hablado el miércoles por la mañana sobre la transferencia de los sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes M270 de fabricación estadounidense (MLRS). La ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, y el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, tienen previsto discutir más detalles sobre las entregas el jueves por la mañana.
De todas las provocaciones imperialistas en los últimos meses contra Rusia en su guerra por delegación en Ucrania, la entrega de sistemas de misiles de largo alcance por parte de Estados Unidos y la OTAN es una de las más peligrosas.
Tanto el HIMARS como el MLRS son sistemas avanzados de misiles de largo alcance que, dependiendo de la munición, pueden lanzar cohetes hasta 300 kilómetros, o 186 millas, de distancia. Según la CNN, ambos 'se disparan desde un vehículo móvil contra objetivos terrestres, lo que permitiría a los ucranianos atacar más fácilmente objetivos dentro de Rusia'.
En cuanto a las municiones, EE.UU. entregará los cohetes del Sistema de Cohetes de Lanzamiento Múltiple Guiado que pueden atacar objetivos que están a 80 kilómetros, o 50 millas, de distancia. En un artículo de opinión para el New York Times, Biden dijo que estos misiles 'les permitirán [al ejército ucraniano] atacar con mayor precisión objetivos claves en el campo de batalla de Ucrania'.
La entrega de estos sistemas de misiles avanzados está claramente destinados a cambiar el equilibrio de fuerzas en la guerra imperialista por poderes en Ucrania contra Rusia de vuelta al ejército ucraniano respaldado por la OTAN.
A diferencia de la primera etapa de la guerra, cuando los militares y paramilitares ucranianos podían arrastrar a las fuerzas rusas en sangrientos combates urbanos, la guerra se libra ahora casi en su totalidad en el este de Ucrania, y la artillería está desempeñando un papel mucho más importante, dando a Rusia una ventaja.
Tras una humillante primera fase de la guerra y grandes pérdidas militares, Rusia ha logrado importantes avances en las últimas semanas. La estratégica ciudad portuaria de Mariupol está ahora bajo control ruso, lo que permite al Kremlin formar un puente terrestre entre la península de Crimea, en el mar Negro, y los territorios en torno a Donetsk y Lugansk, que han estado en manos de los separatistas prorrusos desde 2014. Las fuerzas rusas también parecen estar en proceso de tomar la estratégica ciudad de Severodonetsk (o Sievierodonetsk).
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, reconoció la semana pasada que su ejército estaba perdiendo 'entre 60 y 100' hombres cada día en la guerra del Donbass, mientras que 500 están siendo heridos diariamente. Muchos estiman que las pérdidas ucranianas pueden ser incluso mayores.
Sin embargo, sobre todo, las entregas de HIMARS y MLRS plantean la perspectiva directa de que Ucrania dispare misiles lejos del territorio ruso. Destacados funcionarios rusos han hecho duras advertencias sobre la posible escalada de la guerra y su expansión más allá de las fronteras tanto de Ucrania como de Rusia.
Al comentar los primeros informes sobre las inminentes entregas de estos sistemas la semana pasada, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, declaró: 'Hemos advertido a Occidente de la manera más seria que, en esencia, ya están librando una guerra por poderes contra la Federación Rusa con las manos, los cuerpos y los cerebros de los neonazis ucranianos, pero esto [dichas entregas] constituirá el paso más serio hacia una escalada inaceptable'.
Dmitri Medvédev, jefe del Consejo de Seguridad de Rusia y uno de los políticos más belicosos de Moscú, advirtió el 30 de mayo que, en caso de ataques contra ciudades rusas, las fuerzas armadas de Rusia llevarían a cabo ataques contra los centros de toma de decisiones responsables de la coordinación de estos ataques, señalando que 'algunos de ellos no están en absoluto en Kiev'.
La Casa Blanca anunció la medida extraordinariamente provocativa con la garantía vacía de que EE.UU. 'sólo' entregaría municiones que pueden golpear a 80 kilómetros, o 50 millas, y que el gobierno ucraniano había dado 'garantías' de que no atacaría objetivos en Rusia.
Esto es una farsa. Las entregas de municiones pueden cambiar en cualquier momento. De hecho, en los últimos dos meses, en los que Washington ha aprobado más de $54.000 millones de ayuda para Ucrania, ha revisado, una y otra vez, lo que antes se había proclamado 'prohibido'.
Incluso antes de que Washington aprobara un presupuesto de ayuda de $40.000 millones para Ucrania en mayo, Estados Unidos había comprometido más de 90 obuses de 155 mm y más de 200.000 cartuchos de artillería de 155 mm; 1.400 sistemas antiaéreos Stinger; más de 5.500 sistemas antiblindaje Javelin y más de 14.000 otros sistemas antiblindaje. Desde entonces, Estados Unidos ha comenzado a entregar a Ucrania misiles antibuque Harpoon a través de Dinamarca, así como el obús autopropulsado M109 Paladin, los mismos misiles antibuque y sistemas de artillería móvil que utilizan la Marina y el Ejército estadounidenses.
Ahora, los fabricantes de armas estadounidenses esperan más de $1 7.000 millones en contratos de armamento, sólo de la factura de guerra de $40.000 millones.
Y de nada vale la palabra del gobierno ucraniano Volodymyr Zelensky, que hace desfilar a los neonazis del Batallón Azov como 'héroes' y los 'mejores defensores de Ucrania'.
En una entrevista realizada el martes por la noche, Zelensky afirmó: 'No planeamos atacar a Rusia. No estamos luchando en su territorio. Tenemos la guerra en nuestro territorio'.
De hecho, ya se han producido múltiples ataques aéreos sobre objetivos en el lado ucraniano en depósitos de armas y fábricas, así como en pueblos de la región rusa de Kursk. Decenas de civiles rusos han resultado heridos y al menos dos han muerto; muchos residentes de la región fronteriza han sido reubicados. El Ministerio de Defensa ruso ha aumentado recientemente sus despliegues de tropas y artillería en la región de Kursk.
Los funcionarios ucranianos se han negado a confirmar o negar que Kiev estuviera detrás de estos ataques, pero incluso medios como el Wall Street Journal escriben ahora abiertamente que Ucrania ha estado llevando a cabo ataques en el territorio ruso.
Un funcionario ruso, en declaraciones al periódico Izvestiia, controlado por el gobierno, señaló que Estados Unidos no reconoce a Crimea como parte de Rusia ni a las llamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk como independientes, como hace el Kremlin. Por lo tanto, los ataques a estos territorios con el HIRMAS o el MLRS podrían ser justificados como legítimos tanto por Kiev como por la Casa Blanca, pero seguirían provocando importantes represalias por parte de Rusia. Desde marzo de 2021, la 'reconquista' tanto del Donbass como de Crimea forma parte de la doctrina militar oficial de Ucrania.
En un mentiroso artículo de opinión para el New York Times, Biden afirmó que Estados Unidos no 'busca una guerra entre la OTAN y Rusia' y no 'quiere prolongar la guerra sólo para infligir dolor a Rusia'. El presidente estadounidense debe tomar a sus lectores por tontos.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia no sólo fue provocada deliberadamente durante muchos años. Cada paso que ha dado EE.UU. desde el comienzo de su guerra por delegación contra Rusia en Ucrania ha tenido como objetivo escalar y ampliar el conflicto.
Mientras que la Casa Blanca y sus medios de comunicación serviles trabajan horas extras para adormecer al público sobre las peligrosas implicaciones de estas políticas imprudentes, negando o restando importancia a la amenaza de una escalada nuclear, el Wall Street Journal ha revelado ahora que 'ha habido una serie de reuniones urgentes en la administración para trazar cómo el Sr. Biden debe responder si Rusia lleva a cabo una detonación nuclear en Ucrania o alrededor del Mar Negro. Los funcionarios no discutirán los resultados clasificados de esos ejercicios sobremesa'.
(Publicado originalmente en inglés el de 1 de junio de 2020)
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