La temeraria escalada del conflicto militar en Ucrania de la OTAN en contra de Rusia está desenmascarando a los morenistas de la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT), la filial española del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) de Argentina y Left Voice (Voz Izquierda) en Estados Unidos. El suministro de armas por parte de la OTAN a las milicias nacionalistas de extrema derecha ucranianas como el Batallón Azov amenaza con provocar una guerra directa con Rusia. Sin embargo, la CRT está trabajando para canalizar el sentimiento antibelicista detrás del gobierno español del Partido Socialista (PSOE) y Podemos, que se ha unido plenamente a la campaña militar antirrusa de la OTAN.
El artículo del líder de la CRT, Santiago Lupe, en el sitio web de La Izquierda Diario, titulado 'La izquierda ibérica ante la guerra: entre la subordinación al imperialismo guerrerista y la ilusión diplomática', promueve falsas esperanzas de que Podemos se desplace repentinamente hacia la izquierda e implemente una política antibelicista.
Preocupado de que las políticas proguerra y austeridad están desenmascarando a Podemos a los ojos de la clase trabajadora, Lupe critica a este partido porque “La denuncia al guerrerismo imperialista, o a las decisiones como la del Sáhara, por parte del partido morado en el gobierno no ha pasado por lo tanto de un reparo parcial y algo de escenificación pública”. Lupe explica que no quiere que los trabajadores y los jóvenes concluyan que Podemos es culpable de 'otra impostura más de las que los dos años de legislatura están llenos'. Rogando a Podemos a que rompan la alianza con el PSOE y abandonen el gobierno, Lupe aconseja que
sería necesario que consecuentemente abandonasen el Ejecutivo, retiraran su apoyo parlamentario al gobierno del “partido de la guerra”, exigieran la retirada de todas las tropas españolas en Europa del Este y el resto de misiones imperialistas en el extranjero, la ruptura de todo compromiso con la OTAN, comenzando por el cierre de sus bases en territorio español y el fin de las sanciones.
La propuesta de Lupe es cínica y reaccionaria. Podemos ha sido ampliamente expuesto como un partido de la clase media acomodada y una herramienta del imperialismo español. Lupe le está rogando que abandone el gobierno para que la CRT pueda mantener su farsa política de que Podemos es un partido 'populista de izquierda' y 'progresista' y hacer un llamamiento a los trabajadores y jóvenes que se oponen a la campaña militar de la OTAN para que continúen apoyando a Podemos.
Falsifica el carácter de Podemos, que es un partido proimperialista y antiobrero. Podemos no es un partido que se haya 'subordinado' al imperialismo español, como afirma Lupe, y que de repente pueda liberarse del dictado del imperialismo. En realidad, Podemos es un partido imperialista de segundo rango, plenamente comprometido con las políticas de la OTAN que amenazan con provocar una guerra total entre la Alianza y Rusia.
Lupe falsifica el papel de Podemos porque admitir francamente ese papel dejaría al descubierto el papel de la propio CRT como promotores de la reacción política. Desde la fundación de Podemos en 2014, la CRT y toda una gama de partidos pequeñoburgueses del mismo tipo han tratado de vincular a los trabajadores al imperialismo español promoviendo a Podemos y especulando sobre si de repente se desplazaría hacia la izquierda. Mientras la CRT seguía con especulaciones vacías sobre Podemos, el gobierno del PSOE-Podemos implementaba las siguientes políticas:
• Desplegó alrededor de 800 soldados españoles en Europa del Este en contra de Rusia, incluido un destacamento de 130 miembros de las fuerzas aéreas y cuatro aviones Eurofighter que regularmente llevan a cabo provocaciones desde Bulgaria por medio de misiones aéreas cerca de la costa rusa en el Mar Negro.
• Envió tres buques de guerra para patrullar las aguas del Mediterráneo oriental y el Mar Negro con grupos navales de la OTAN.
• Suministró equipamiento militar ofensivo al ejército ucraniano, como parte de una guerra de poder (guerra subsidiaria) de la OTAN contra Rusia. Esto incluye 1.370 lanzagranadas tipo Instalaza C90, diseñados para destruir tanques rusos, y 700.000 rifles y un número indeterminado de cartuchos de ametralladora para el ejército ucraniano y sus milicias de extrema derecha. Esto incluye al batallón neonazi Azov, que ya ha publicado fotos en Telegram posando con las armas entregadas por Madrid.
• Apoyó las duras sanciones de la UE y la OTAN contra Rusia destinadas a provocar un cambio de régimen.
• Participó en la persecución y encarcelamiento del periodista español Pablo González por parte del gobierno polaco bajo cargos fraudulentos de espionaje para Rusia.
• Se comprometió a aumentar el presupuesto de defensa de 10.000 millones a 25.000 millones de euros, el mayor aumento del gasto militar en la historia de España.
La guerra imperialista en el extranjero va mano en mano con la guerra doméstica en contra de la clase trabajadora. Hace unas semanas, el gobierno del PSOE-Podemos desplegó 23.000 policías contra el paro nacional de camioneros que duró tres semanas, el mayor despliegue policial y operación de esquirolaje contra una huelga jamás registrada.
El propio Lupe admite que no cree que su perspectiva de que Podemos deje el gobierno y retire su apoyo a la guerra se realista, señalando: “Pero difícilmente veamos algo así, salvo que la guerra y la participación española pegue nuevos saltos.” Es decir, su perspectiva, cuyas posibilidades de implementación son escasas, dependen de la erupción de una guerra abierta entre una OTAN y Rusia que disponen de armas nucleares.
Lupe afirma que si Podemos dejara el gobierno, sería un “Un golpe a la gobernabilidad del Estado español [y] sería un palo en las ruedas a la dinámica belicista y el refuerzo del imperialismo español y europeo”.
Esto es mentira. Si Podemos deja el gobierno, sería una maniobra política diseñada no para oponerse a la guerra, sino para estrangular las protestas antibélicas y las huelgas contra la guerra imperialista. El historial de Podemos en el Gobierno demuestra que es una herramienta de los bancos y de las grandes empresas. Durante la legislatura, ha llevado a cabo rescates bancarios y corporativos de la UE dotados con miles de millones de euros, aplicado medidas de austeridad social, llevado a cabo medidas represivas policiales en contra trabajadores en huelga y bañado al ejército y la industria armamentística española con miles de millones. Durante la actual pandemia de COVID-19, ha priorizado constantemente las ganancias sobre las vidas humanas, lo que ha provocado más de 162.000 muertes según la revista médica The Lancet.
La CRT apoya a la corriente proimperialista Anticapitalistas
La promoción de Podemos por parte de la CRT no es un error de juicio pasajero, sino que refleja la política pequeñoburguesa de los morenistas argentinos del PTS y de sus aliados, como la CRT. Es una organización hostil a la construcción de un movimiento políticamente independiente en la clase obrera, prefiriendo alianzas en el ámbito nacional con partidos procapitalistas. Su orientación de clase encuentra expresión consciente en la actitud sin principios de los morenistas hacia la ruptura de 1953 entre el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) y los antepasados políticos pablistas del movimiento Anticapitalista en España.
En 1953, las fuerzas dirigidas por Michel Pablo y Ernest Mandel rompieron con el CICI y con el trotskismo, argumentando que el movimiento trotskista debía disolverse políticamente en los partidos estalinistas y nacionalista burgueses. Nahuel Moreno, el fundador de la corriente en Argentina a la que está afiliada la CRT, inicialmente apoyó al CICI. Sin embargo, buscó una reunificación sin principios con los pablistas, convirtiéndose en el líder de la Oficina Latinoamericana de los pablistas en 1963. Desde entonces, los morenistas han combinado alianzas sin principios con el estalinismo y el pablismo con la hostilidad a la defensa del trotskismo por parte del CICI.
Esta historia queda reflejada en la perspectiva de Lupe, dónde tras promover ilusiones en Podemos, apoya al movimiento pablista español de Anticapitalistas, un partido que ha respaldado las guerras imperialistas de la OTAN en el Oriente Medio y África y que ayudó a fundar a Podemos como partido en 2014. Lupe elogia al diputado europeo de Anticapitalistas, Miguel Urbán, elegido en una lista para las elecciones europeas de Podemos en 2019, por tomar una posición supuestamente 'de principios' sobre la guerra. Lupe afirma que “Miguel Urbán, fue el único voto principista en contra de la resolución sobre Ucrania aprobada en la Eurocámara, alegando que encubría la militarización de Europa y el avance de la OTAN y reivindicando volver a la senda del diálogo y la diplomacia'.
Admite, sin embargo, que “Sobre las sanciones contra Rusia, no queda claro si Anticapitalistas defiende hasta el final la línea de sus organizaciones hermanas del SU [Secretariado Unificado, el movimiento pablista] —que en un vergonzante comunicado se pronunciaron a favor de estas medidas—, o mantienen una posición propia contraria a ellas. Su eurodiputado Urbán consideró que son ‘mucho más útiles las sanciones y presiones para acabar con la guerra que mandar lanzacohetes’”.
De hecho, está perfectamente claro que Anticapitalistas es tan militarista y proimperialista como el movimiento pablista internacional de la que forma parte. Anticapitalistas respaldó la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Libia, rica en petróleo, en 2011. En nombre de 'la democracia, la justicia social y la mejora de la situación de las mujeres', dos dirigentes de Anticapitalistas, Esther Vivas y Josep Maria Antentas, condenaron el 'anti-imperialismo que están haciendo algunos sectores de la izquierda” y abogaron por 'El aislamiento político y económico internacional del régimen, y el suministro incondicional de armas a los rebeldes”.
Las potencias europeas y los Estados Unidos emplearon precisamente esta estrategia de cara a librar una guerra de cambio de régimen en Libia. Costó más de 30.000 muertes, dejando al país en ruinas, y creó las condiciones para el regreso de mercados esclavistas en Libia. El país todavía está sumido en una guerra civil, que ha matado a decenas de miles de personas y desplazado a más de 100.000, entre facciones islamistas rivales que habían sido apoyadas por la OTAN. El hombre que lideró esa guerra en nombre de España fue el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez Fernández, que se incorporó a Podemos en 2015 tras jubilarse y actualmente es el Director del Gabinete de la vicepresidencia segunda del Gobierno de España bajo Yolanda Díaz.
Anticapitalistas justificó el fichaje de Rodríguez calificándolo de ejemplo de la 'pluralidad que cabe dentro de Podemos”, defendiéndolo “frente a quienes tratan de soltar un montón de tópicos sobre Podemos”. Sucesivamente, Anticapitalistas apoyó la guerra patrocinada por la OTAN en Siria que se lanzó en los últimos meses de la guerra de Libia.
En Ucrania, Anticapitalistas apoyó el golpe patrocinado por Estados Unidos y la OTAN en febrero de 2014 encabezado por unidades neofascistas que luchaban contra Rusia. Admitiendo el papel decisivo desempeñado por los fascistas en el golpe, reprodujo una declaración pablista que llamaba a la participación en las protestas fascistas: “Mientras que las principales fuerzas políticas organizadas son, por ahora, de derecha y extrema derecha, apoyamos a las fuerzas sociales y políticas que están tratando de construir una oposición de izquierda dentro de ese movimiento. De este modo, se han negado a excluirse del movimiento e identificarlo exclusivamente con su componente de extrema derecha”.
Ahora, Anticapitalistas y sus medios como Viento Sur e afiliados internacionales están emitiendo declaraciones antirrusas indistinguibles de la propaganda de la CIA, azuzando una fiebre de guerra que podría conducir a una guerra entre potencias con armas nucleares.
El llamamiento fraudulento de Lupe a montar protestas contra la guerra junto a Podemos
Habiendo comenzado su artículo con fantasías reaccionarias sobre Podemos rompiendo con el imperialismo, termina con la ridícula comparación entre Podemos y los revolucionarios marxistas y socialistas antibélicos que organizaron la Conferencia de Zimmerwald de 1915 durante la Primera Guerra Mundial. Sostiene que Podemos y Anticapitalistas pueden repudiar el imperialismo y emular la Conferencia de Zimmerwald:
La consigna de «guerra a la guerra», aprobada en la Conferencia de Mujeres contra la Guerra de 1915 y retomada por el ala revolucionaria de Zimmerwald contra la Primera Guerra Mundial, podría servir de bandera inspiradora para levantar otra izquierda que pelee por una vía independiente a la barbarie imperialista a la que nos abocan nuestros gobiernos.
Comparar las fuerzas de Zimmerwald con la CRT, Anticapitalistas y Podemos es un fraude político e histórico. La Conferencia de Zimmerwald, cuyos participantes incluyeron marxistas como Vladimir Lenin, León Trotsky, Grigori Zinóviev y Christian Rakovski, fue una poderosa conferencia internacional contra la guerra. Preparó el armamento de la clase obrera para una serie de levantamientos revolucionarios en Europa que estallaron cuando terminó la Primera Guerra Mundial. La más prominente de estas luchas fue la Revolución de octubre de 1917, dirigida por los bolcheviques bajo Lenin y Trotsky, que llevó a la clase obrera al poder en Rusia.
¿Cuáles son algunas de las diferencias? La Conferencia de Zimmerwald se opuso a la guerra imperialista; Podemos y Anticapitalistas están a favor de la guerra. Los asistentes a Zimmerwald eran opositores izquierdistas a la guerra perseguidos por los gobiernos capitalistas europeos; los miembros de Podemos y Anticapitalistas son funcionarios del gobierno capitalista. Y mientras Lenin y Trotsky eran revolucionarios marxistas de importancia histórica mundial, Podemos y Anticapitalistas son herramientas de contrarrevolución.
El intento de CRT de promover a Podemos y sus satélites con un nuevo disfraz de izquierda subraya que es en sí mismo un ala apenas disimulada de Podemos.
Construir un movimiento contra la guerra requiere una lucha abierta contra estas tendencias. El CICI llama a la construcción de un movimiento contra la guerra en la clase obrera, independiente y en contra de la burocracia sindical y los partidos pseudoizquierdistas. Esta perspectiva para construir un movimiento internacional contra la guerra en la clase obrera separa al CICI, el movimiento trotskista mundial, de las tendencias de clase media representadas por Podemos, CRT y Anticapitalistas.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de abril de 2022)