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El Parlamento Europeo apoya el golpe de Estado en Venezuela dirigido por los EUA

El Parlamento Europeo ha votado una resolución que apoya el descarado golpe dirigido por los EUA para derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro, respaldando la política agresiva de la administración Trump.

Mientras el opositor derechista Juan Guaidó se declaraba unilateralmente presidente en medio de un mitin de masas en Caracas el 23 de enero, Trump tuiteaba: “Hoy he reconocido oficialmente al presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, como el presidente interino de Venezuela”.

El jueves por la noche, el Parlamento Europeo votó por 439 a 104, con 88 abstenciones, apoyar el derrocamiento de Maduro. La resolución “reconoce al señor Guaidó como el presidente interino legítimo de la República Bolivariana de Venezuela” e insta a los “Estados miembros” de la UE a “que adopten una posición fuerte y unificada, y que reconozcan a Juan Guaidó como el único presidente interino legítimo del país”. También pide a los Estados de la UE que permitan que los aliados de Guaidó tomen el control de las embajadas venezolanas, decidiendo “acreditar a esos representantes que serán nombrados por las autoridades legítimas” de Venezuela.

La resolución exige intimidar a Maduro para que convoque nuevas elecciones. Insta a las autoridades de la UE “a comprometerse con los países de la región y otros actores clave con el objetivo de crear un grupo de contacto … con la perspectiva de construir un acuerdo para convocar elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles”.

La resolución “condena la represión feroz y la violencia, que tuvo como resultado matanzas y heridos”, de lo que culpa exclusivamente a Maduro.

La embajadora venezolana a la UE Claudia Salerno criticó el voto, advirtiendo, “Lo importante es preguntar si la Unión Europea está dispuesta a dar un paso al frente para llevar a Venezuela a una situación de guerra civil; eso es lo que hay que preguntarse”. Dijo que la UE no “está por encima del Consejo de Seguridad de la ONU”, donde Maduro puede contar con el apoyo ruso y el chino.

El opositor venezolano partidario del golpe, Antonio Ledezma, le dijo a Euronews, sin embargo, que el “grupo de contacto” de la UE debería ser utilizado para acelerar el cambio de régimen: “Si van a crear un grupo de trabajo para algo así, entonces tiene que quedar claro que solo aceptaríamos un grupo de trabajo para definir los términos del fin de la usurpación. Nada de declaraciones falsas o negociaciones que respaldan a Maduro”.

La mayoría de las principales potencias de la UE apoyaron el golpe: Alemania, Reino Unido, Francia y España lanzaron un ultimátum, yendo más allá de la resolución del Parlamento Europeo, para que Maduro renuncie en ocho días. Sin embargo, el gobierno derechista de Italia rompió el consenso.

El ministro de Exteriores, Manlio di Stefano del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), condenó el golpe, declarando, “Italia no reconoce a Guaidó porque estamos absolutamente en contra de que un país o un grupo de países externos definan la política interior de otro país. Esto se conoce como el principio de no interferencia y está reconocido por la ONU”. Citando la guerra de la OTAN de 2011 en Libia, advirtió de que un golpe podría llevar a la guerra: “El mismo error se cometió en Libia; hoy todos deben reconocer eso. Debemos impedir que pase lo mismo en Venezuela”.

Sin embargo, la posición de Di Stefano fue contradicha públicamente por el viceministro de Exteriores, Guglielmo Picchi del partido neofascista Lega. Picchi tuiteó, “Ha terminado la Presidencia de Maduro”.

El apoyo de la UE al golpe en Venezuela jalona una nueva exposición de las pretensiones fraudulentas de la UE de ser una alternativa más amable y más democrática al imperialismo estadounidense. En definitiva, no es menos despiadada y no está menos dispuesta a recurrir a la guerra que Washington en la persecución de sus intereses depredadores. Mientras Washington intensifica su confrontación con Rusia y China, los países de la UE están reforzando la austeridad social y tomando medidas para canalizar cientos de miles de millones de euros hacia sus propios ejércitos para unirse a la desbandada imperialista para saquear las ganancias y los mercados de todo el mundo.

En esa desbandada, Washington y las potencias europeas en última instancia son rivales —una rivalidad que en el siglo pasado hundió a la humanidad dos veces en una guerra mundial—.

Mientras la UE se alineaba con Trump sobre Venezuela, anunciaba el lanzamiento de un instrumento financiero para sortear el dólar estadounidense y las sanciones impuestas por los EUA contra Irán para permitir el comercio de bienes humanitarios. Esfandyar Batmanghelidj, el fundador de un foro de negocios europeo-iraní, lo aclamó como “un experimento y como parte de un proyecto mayor para fortalecer el poder económico de la UE. … La UE está haciendo algo a pesar de la posición de los EUA, y en oposición a los EUA. Esto es algo nuevo”.

En Venezuela, sin embargo, las potencias de la UE aparentemente prefieren extender su influencia a expensas de Rusia y de China respaldando un golpe derechista estadounidense, por ahora al menos.

Algunos de sus cálculos fueron expuestos en una sesión informativa en la Universidad de Hamburgo, titulada “China está desafiando pero (todavía) no desplazando a Europa en América Latina”. Escribía que Europa “todavía tiene la ventaja como el principal inversor en América Latina”, con €1,2 billones invertidos en la región pero solo $110 mil millones desde China. Sin embargo, le preocupaba que mientras “China no ha desplazado realmente a Europa en términos de comercio latinoamericano … esto podría cambiar en el futuro”.

En esta base, Ouest France hizo el llamamiento para un golpe que eche a China y a Rusia de Venezuela. Su editorial del 31 de enero, “Venezuela divide al mundo”, declaraba: “Rusia y China son fieles aliados del régimen y no abandonarán fácilmente a Maduro. Debajo del barniz ideológico, las realidades económicas y geopolíticas vienen primero. Rusia es el principal proveedor de armas de Caracas y China es su mayor acreedor, quien le prestó más de 50 mil millones de euros a cambio de petróleo. Así, la caída de Nicolás Maduro sería un impacto para Beijing, que ya se está enfrentando a la mayor desaceleración de su economía en 40 años”.

Observaba el conflicto en Europa entre los que son “más sensibles al apoyo ruso y chino, como Italia”, y Londres, París, Berlín, La Haya, Lisboa y Madrid, que “ejercen presión progresiva para que tengan lugar elecciones normales. Si eso no sucede, estos países reconocerán a Juan Guaidó”.

A pesar de sus invocaciones a la democracia, Ouest France dejó claro que espera que los generales venezolanos derroquen a Maduro, aclamando “el papel decisivo del ejército”. Tras observar “la ausencia, por ahora, de cambios de los altos mandos militares a favor de Guaidó”, añadió: “Pero la situación es fluida, incluso entre los oficiales. Y la presión estadounidense es muy fuerte”.

Las condenas de la UE a la represión en Venezuela son completamente hipócritas. Más allá de su apoyo a un golpe en Caracas, sus propios regímenes domésticos se están volviendo cada vez más Estados policiales autoritarios que usan la violencia contra la oposición obrera. Aunque denuncia la represión de Maduro de las protestas derechistas en Venezuela, la UE calla sobre la represión del gobierno francés —con miles de arrestos y cientos de heridos— a las protestas de los “chalecos amarillos” contra la desigualdad social.

El gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que tiene varios presos políticos desde la represión al referéndum sobre la independencia catalana de 2017, hizo una campaña agresiva por el cambio de régimen la semana pasada en América Latina. El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, paró en Santo Domingo para denunciar al gobierno sandinista nicaragüense, después de trabajar para echarlo de la socialdemócrata Internacional Socialista. Después viajó a México para presionar para que este país respaldara el golpe en Venezuela.

El alto cargo del PSOE, Alfonso Guerra, dejó claro cuáles métodos está considerando Madrid en Venezuela con comentarios notables en apoyo de la sangrienta dictadura del general chileno Augusto Pinochet entre 1973-1990. Mientras que las dictaduras militares son “por lo menos efectivas en el campo económico”, dijo Guerra, Maduro es “inútil”.

Citando la creciente inflación en Venezuela, Guerra añadió: “Entre la horrible dictadura de Pinochet, y la horrible dictadura de Maduro, hay una diferencia: en una la economía no colapsó, en la otra sí”. La preferencia de Guerra por un régimen militar que lleva a cabo asesinatos en masa por sobre Maduro es una señal inequívoca de que la UE apoya un golpe sangriento en Venezuela.

(Publicado originalmente en inglés el 2 de febrero de 2019)

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