Ya ha pasado casi un mes desde que destacados estalinistas asociados con la conducción de Podemos en España escribieran un artículo inicial apoyando las políticas del gobierno ultraderechista de Italia. Desde entonces, numerosos miembros de Podemos han salido a defender esta posición, buscando crear un nuevo movimiento basado en el nacionalismo, el proteccionismo económico y llamamientos a la extrema derecha.
El antiguo dirigente del Partido Comunista Julio Anguita, el diputado por Podemos Manuel Monereo, y el profesor de derecho Héctor Illueca publicaron dos artículos en el diario en línea Cuarto Poder, partidario de Podemos. Los autores, todos los cuales son socios de primer nivel del Secretario General de Podemos Pablo Iglesias, aclamaron el “Decreto Dignidad” de los neofascistas italianos como “un notable esfuerzo por defender al pueblo italiano contra los señores de las finanzas”. Guardaron silencio acerca de las políticas de austeridad de Roma, la intervención militar en Libia, la campaña de terror contra los romaníes y los refugiados, y las amenazas de deportación masiva.
En una serie de entrevistas, Monereo y Anguita defendieron sus posiciones y denunciaron la “corrección política” de sus críticos. Gozaron de amplia cobertura de prensa en los medios oficiales. En una entrevista para Ctxt, Anguita preguntó “cómo se benefició el pueblo español” de la UE y exigió la salida del euro, diciendo: “quiero recuperar la soberanía y el Estado, quiero poder para hacer algo” al tiempo que afirmaba cínicamente no ser un “nacionalista”.
De manera similar, Monereo le dijo a Cuarto Poder que el objetivo del nuevo movimiento es “cambiar los tratados fundamentales [de la Unión Europea] y la salida del euro, especialmente por los países del sur”. Atacó a Alemania, afirmando que “La Europa alemana está rompiendo con una parte de la historia europea vinculada al movimiento obrero, a los derechos sociales, los sindicatos y la soberanía popular”.
Monereo y Anguita son bastante francos respecto a que la meta de su “iniciativa por la tercera república” es forjar vínculos con la derecha y la extrema derecha. Monereo dice que “la tercera república no será solo para la derecha, será federalista democrática y defensora de derechos sociales e irá más allá de la izquierda tal como la conocemos hoy”. De manera semejante, Anguita dice que el nuevo movimiento estará abierto a “demócratas … pero no necesariamente de la izquierda”.
El respaldo de políticas xenófobas y de partidos de extrema derecha dentro de Podemos atesta el carácter decadente y reaccionario de Podemos, una coalición del estalinismo español con Anticapitalistas, los aliados españoles del pablista Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) francés.
Partidos estalinistas, pablistas y socialdemócratas, así como partidos abiertamente derechistas, han aplicado constantemente los intereses de los dictados de austeridad de los mercados financieros y la Unión Europea (UE) en contra de la encarnizada oposición de los trabajadores. Este es de nuevo el caso en España, donde el gobierno en minoría del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) está siendo apoyado por una alianza de Izquierda Unida, dirigida por los estalinistas, y Podemos. El gobierno del PSOE se está adaptando a la austeridad presupuestaria de la UE, los aumentos del gasto militar y el rápido giro a la derecha de la burguesía europea en su conjunto.
Tales políticas han llevado a condiciones sociales desastrosas. Más de 4 millones de personas en España viven en exclusión social severa, un 40 por ciento más que hace 10 años, según el último informe de Caritas España. Hay tres millones de desempleados, y un tercio de los jóvenes no tiene trabajo. En toda Europa, esas traiciones han repelido a trabajadores y jóvenes y —a falta de una alternativa socialista visible— han empujado a algunos sectores enojados y desesperados de la población a votar por los partidos de la extrema derecha.
A medida que surge en la clase trabajadora un descontento mucho más amplio provocado por el deterioro de las condiciones de vida y la concentración extrema de la riqueza, sectores de Podemos están respondiendo con intentos de canalizar este descontento tras el nacionalismo español xenófobo.
Aunque Anguita y Monereo empezaron defendiendo las políticas del ministro italiano ultraderechista Matteo Salvini, algunos estalinistas de Podemos han aparecido para defender su posición. El bando dentro de Podemos de lo que un lector de Cuarto Poder adecuadamente llamó “la tapadera de la tapadera de Salvini” está creciendo rápidamente.
Hugo Martínez Abarca, que fue miembro Izquierda Unida, la coalición dirigida por los estalinistas, durante dos décadas, hasta que se fue para hacer carrera dentro de Podemos en 2015 como diputado en la asamblea regional de Madrid, publicó un artículo con el título “República o izquierda: hacia un republicanismo patriótico”. Exige que la “izquierda” abandone todo contenido izquierdista referido a una exigencia de una “tercera república” para que pueda ser un “proyecto transversal para el país”.
Martínez, como Monereo y Anguita, deja claro que esta nueva república será compatible con políticas derechistas: “Si hay ocasión para que la república sea el nombre del cambio, esto pasa por desligar su identificación con la izquierda y rellenarla con contenido compartido por amplios sectores [de la población]: hacer el republicanismo político sinónimo de republicanismo institucional”. El “contenido” sería “democrático, ético, modernizar los valores y, sobre todo, estaría extraordinariamente atado al futuro”.
Clara Ramas, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, cercana a Podemos, escribió un artículo para Ctxt en defensa de un “nuevo patriotismo democrático que articule el orden en clave no reaccionaria, que ofrezca seguridad, bienestar, pertenencia y protección”.
Salvador Arnal, otro profesor universitario estalinista, defendió a Ramas en otro artículo publicado en Rebelión. Defiende el “patriotismo democrático” de Ramas, diciendo: “En España triunfó ciertamente una contrarrevolución sanguinaria, pero no toda la historia de España en estos dos últimos siglos puede reducirse a ese triunfo. Que los llamamientos al patriotismo hayan estado vinculados a los cuerpos represivos como la Guardia Civil por casi cuatro décadas [bajo la dictadura de Franco] no quiere decir que haya sido siempre el caso ni que tenga que ser siempre así”.
Da ejemplos de “patriotismo democrático” en la “lucha democrático-patriótica … de 1936-1939 contra el fascismo y la intervención extranjera”. También aclamó el uso supuestamente progresista del “patriotismo” por parte de los estalinistas y maoístas españoles bajo la dictadura fascista española de Francisco Franco.
Estas son mentiras históricas antitrotskistas que sirven de excusa a la rápida evolución de los grupos estalinistas hacia el apoyo de posiciones xenófobas y organizaciones ultraderechistas. La promoción por parte de los estalinistas del nacionalismo durante la Guerra Civil española, así como durante la dictadura fascista que surgió de la victoria de Franco en la guerra, no fue una política democrática ni revolucionaria. Fue la defensa de la propiedad capitalista contra los levantamientos revolucionarios repetidos de la clase trabajadora durante la Guerra Civil española y la profunda oposición de los trabajadores al régimen de Franco.
Durante la Guerra Civil, basados en su oposición sangrienta a la revolución socialista, los estalinistas torturaron, encarcelaron y asesinaron a trotskistas y a anarquistas que se oponían al gobierno de Frente Popular de la Segunda República.
Ochenta años después del fin de la Guerra Civil española, y una década después de la erupción de la crisis económica mundial de 2008, los llamamientos a más nacionalismo y patriotismo desde Podemos reflejan de nuevo su oposición encarnizada a un movimiento político de la clase trabajadora que desafíe al capitalismo europeo en base a un programa trotskista. Aunque la clase trabajadora se está dirigiendo hacia una acción huelguística y hacia una oposición política al régimen cada vez más amplias, Podemos y sus aliados se están moviendo en la órbita de tendencias derechistas e incluso neofascistas.
(Publicado originalmente en inglés el 2 de octubre de 2018)