125. La ascensión de Castro al poder en junio de 1959, se convirtió en el instrumento perfecto de una creciente facción oportunista en el SWP para reorientar el partido hacia el ambiente del radicalismo pequeño burgués estadounidense. El gobierno de Castro había llegado al poder con un programa burgués nacionalista por medio del guerrillerismo basado en el campesinado. El carácter nacionalista del movimiento y sus esfuerzos iniciales para poner en práctica reformas sociales lo llevó al conflicto con el imperialismo estadounidense. Castro reaccionó a las amenazas de Estados Unidos buscando el apoyo de la Unión Soviética. Fue sólo en ese momento que el régimen se declaró “comunista”.
126. Aunque había definido al régimen de Castro inicialmente como burgués nacionalista, el SWP, ahora bajo la dirección de Joseph Hansen, cambió su postura durante el transcurso de 1960. Este cambio recibió su impulso principal del hecho que el SWP ahora participaba intensamente —y desde un de punto de vista político inexplicable— en el sospechoso “Comité de Justicia para Cuba” (Fair Play Committee for Cuba). Para diciembre de 1960, el SWP ya declaraba que Cuba se había convertido en un estado obrero. Hansen defendió esta postura basándose en el principio crudamente empirista de que la nacionalización de la propiedad privada había tomado lugar, aparentemente ignorante de que la nacionalización de las tierras —como Lenín había frecuentemente señalado en sus escritos sobre la cuestión agrícola en Rusia— es esencialmente una medida democrático-burguesa. Hansen tampoco trató de relacionar el análisis del desarrollo de Cuba a los problemas teóricos históricos —inclusive la base clasista del régimen y la ausencia de organizaciones independientes de la clase trabajadora— que habían consternado al SWP en los debates acerca de Europa Oriental y China. Además, analizó los desarrollos en Cuba como si hubieran sucedido aislados de la situación internacional y ajenos a toda cuestión pertinente a la perspectiva mundial. El SWP sostenía que el “hecho” que Castro había llevado a cabo la nacionalizaciones era prueba de que una revolución se podía lograr con un “instrumento desafilado” dirigido por “marxistas inconscientes”, quienes establecerían el socialismo debido a las presiones de las necesidades objetivas y sin la participación activa de la clase trabajadora misma.
127. La postura política del SWP, la cual era casi un espejo de la lógica pablista y cercana a los argumentos de los pablistas, repudió los principios esbozados por Cannon en su Carta Abierta. Si se podían establecer estados obreros por medio de las acciones de dirigentes guerrilleros pequeñoburgueses basados en el campesinado y bajo condiciones en la que no existían organizaciones de un gobierno obrero que se pudieran identificar, entonces, ¿cuál era el propósito de la Cuarta Internacional? ¿Qué necesidad había de organizar a la clase trabajadora políticamente en base de un programa socialista? La manera en que el SWP adulaba al castrismo y a las guerrillas en Latinoamérica representaba un rechazo a la perspectiva revolucionaria para la clase trabajadora de Estados Unidos e internacional. Su postura en cuanto a Cuba iba mano a mano con la adaptación del partido cada vez mayor a la política de protesta de la clase media de los Estados Unidos.