108. Junto con la Revolución China, los levantamientos anticoloniales durante el período posguerra se expresaron de la manera más explosiva con el estallido de la Guerra de Corea en junio de 1950, en la cual las fuerzas armadas de Corea del Norte, bajo dirección estalinista, rápidamente aplastaron al ejército de Syngman Rhee de Corea del Sur, cuya dictadura gozaba el respaldo de Estados Unidos. El presidente de Estados Unidos en ese entonces, Harry S. Truman, envió a las fuerzas militares de su país, bajo la cubierta de una resolución adoptada por la Organización de las Naciones Unidas, para reconquistar la mayor parte de la península. A medida que las fuerzas estadounidenses se aproximaban a la frontera con China, las fuerzas chinas entraron en el conflicto, haciendo retroceder a los norteamericanos; eventualmente, la lucha se estabilizó a lo largo de una frontera que más o menos correspondía a la establecida antes de la guerra. El Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) en Estados Unidos puso la lucha en el contexto de la revolución colonial que se desarrollaba, y rechazó acusaciones de que el pueblo norcoreano no era más que títere de Moscú. En una carta abierta al gobierno de Estados Unidos, Cannon declaró: “La intervención de Estados Unidos en Corea es una invasión imperialista bestial no menos que la guerra francesa en Indochina o el asalto holandés contra Indonesia. A los jóvenes de este país se les está enviando a 10,000 millas de aquí para matar o ser muertos, no para liberar al pueblo coreano, sino para conquistarlos y subyugarlos. ¡Es vergonzoso! ¡Monstruoso!” La guerra coreana “es parte de un poderoso levantamiento de cientos de millones de pueblos coloniales en toda Asia contra el imperialismo occidental. Esa es la auténtica verdad, la cuestión clave. Los esclavos coloniales ya no quieren seguir siendo esclavos”. [68]
109. El conflicto coreano mostró claramente las insinuaciones reaccionarias de la teoría que la Unión Soviética se había convertido en una nueva sociedad clasista; es decir, “colectivista burocrática”, o “capitalista estatal”. El teórico del “colectivismo burocrático”, Max Shachtman, había quebrado sus vínculos con la Cuarta Internacional diez años atrás y prometido mantener una postura independiente basada en un “tercer campo”. Pero en los años 1950 se unió abiertamente al imperialismo estadounidense. La organización Shachtman, que ya para ese entonces se llamaba el Partido Obrero (Workers Party), preparó volantes que fueron tirados sobre los soldados chinos y norcoreanos por medio de lanzamientos aéreos y cuyo propósito era darles razones “socialistas” para convencerlos de que se rindieran. El principal partidario de la teoría del “capitalismo estatal”, Tony Cliff, rompió sus relaciones con el Partido Comunista Revolucionario (Revolutionary Communist Party), en esa época la sección británica de la Cuarta Internacional cuya política de adhería la oposición intransigente de Cannon a la guerra imperialista. Cliff adoptó una postura de neutralidad estricta y condenó igualmente lo que llamó el “imperialismo ruso” y el imperialismo de Estados Unidos.
James P. Cannon, Notebook of an Agitator (New York: Pioneer Publishers, 1958), p. 186.