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Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)
Las bases históricas e internacionales del Partido Socialista por la Igualdad

La Internacional Comunista

33. La Tercera Internacional o la Internacional Comunista (Komintern) tuvo su primer congreso en Moscú en marzo de 1919. La República Soviética todavía se defendía contra las fuerzas contrarrevolucionarias respaldadas por el imperialismo. Bajo condiciones de estado de sitio, la Internacional Comunista elaboró el programa, la estrategia y las tácticas para la revolución mundial como tarea práctica que la clase trabajadora internacional tenía que llevar a cabo. Partiendo de las trágicas lecciones de 1914, la Internacional Comunista tenía que basarse en una lucha sin cuartel contra el oportunismo y el revisionismo que habían destruido a la Segunda Internacional. El 30 de julio de 1920, Trotsky introdujo las Tesis sobre las condiciones de admisión a la Internacional Comunista, que enumeraba los llamados “21 puntos” que definían los criterios para ingresar a la organización revolucionaria internacional. Los Partidos que querían pertenecer a la Komintern serían obligados a “destituir regular y metódicamente a los reformistas y centristas de todo puesto de responsabilidad en el movimiento obrero” y tenían que aceptar “la necesidad de romper completamente con la política reformista y ‘centrista’“ [25]

34. Trotsky explicó que la Komintern se estableció como “escuela de estrategia revolucionaria” para supervisar el desarrollo de nuevos partidos comunistas alrededor del mundo, basándose en un entendimiento de la situación objetiva, la elaboración de tácticas correctas y la lucha contra el oportunismo. Trotsky escribió: “La misión de la clase trabajadora —en Europa y todo el mundo— consiste en contraponer a la bien pensada estrategia contrarrevolucionaria de la burguesía su propia estrategia revolucionaria, también bien pensada de principio a fin. Para lograr esto, primero que nada es necesario comprender que no será posible derrocar a la burguesía automática o mecánicamente sólo porque la historia la ha condenado”. [26]

35. Cuando la Primera Guerra Mundial terminó, la expansión de la revolución era una posibilidad inminente. El estallido de la revolución en Alemania en noviembre de 1918, pronto resultó en la abdicación del Kaiser y la proclamación de una república. El poder político cayó en manos del partido socialdemócrata, el cual hizo todo lo posible para estrangular la revolución. A diferencia de Rusia 18 meses antes, en Alemania no existía un partido maduro templado por años de luchas intransigentes contra el revisionismo y el centrismo. Los izquierdistas que se oponían al PSD tardaron demasiado en establecer una ruptura organizacional decisiva con el partido socialdemócrata. Una facción bastante amplia de esa oposición se colocó en el punto medio entre el PSD y el Bolchevismo. No fue hasta finales de diciembre de 1918 que la sección más revolucionaria de Alemania, los Espartacistas, procedieron a formar el Partido Comunista. Luego, en enero de 1919, con poca preparación y sin ningún plan estratégico, una insurrección ocurrió en Berlín. El régimen del PSD movilizó a los guardias de asalto derechistas para sofocar la rebelión y dio la orden para asesinar a los dirigentes, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht.

36. Siguieron otras derrotas de la clase trabajadora insurgente en Europa. En marzo de 1921, el gobierno alemán fácilmente suprimió una insurrección prematura y mal preparada. En el Tercer Congreso de la Internacional Comunista en 1921, Lenín y Trotsky intervinieron decisivamente en contra del “ultra izquierdismo”. Insistieron en que los partidos comunistas no podían conquistar el poder sin primero ganar el apoyo de las masas. Un panfleto escrito por Lenín, titulado, La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo, fue distribuido a los delegados del congreso. Este señalaba que el Partido Bolchevique se había desarrollado no sólo en la lucha contra el menchevismo sino también “contra el revolucionarismo pequeñoburgués, parecido al anarquismo o que ha tomado algo de él y que se aparta en todo lo esencial de las condiciones y exigencias de una consecuente lucha de clase del proletariado”. [27]

37. Lenín explicó que la victoria bolchevique en octubre de 1917 habría sido imposible si el partido revolucionario no hubiera antes participado, y llegado a dominar, muchas formas de lucha política. También rechazó los eslóganes radicales que, bajo cualquier circunstancia, rechazaban los convenios políticos, negaban la legitimidad de participar en actividades electorales y parlamentarias, y declaraban inadmisible trabajar dentro de sindicatos reaccionarios. El Tercer Congreso aconsejó a los partidos comunistas que se prepararan para un período más prolongado en el que tendrían que ganarse el apoyo de la clase trabajadora. Una de las varias iniciativas tácticas que Lenín y Trotsky fomentaron fue la demanda por un “frente unido” de organizaciones de la clase obrera. El objetivo del “frente unido” era organizar la defensa de la clase trabajadora o emprender la lucha por demandas significantes de una manera que le demostrara a las masas tanto la iniciativa revolucionaria de los partidos comunistas como la perfidia de los socialdemócratas. El propósito del “frente unido” no era declarar una amnistía política y abstenerse de criticar a los adversarios políticos. Más bien, la táctica buscó materializar la necesidad objetiva de la clase obrera de una lucha unida y concientizar políticamente mediante el destape de los dirigentes oportunistas.

38. El cambio, la trayectoria política puesta en práctica por el Tercer Congreso produjo beneficios considerables, especialmente en Alemania, donde la autoridad del Partido Comunista se incrementó significativamente. Pero a principios del 1923, la situación política había cambiado de manera dramática. El colapso devastador de la economía alemana a principios de la primavera, seguido por una inflación inaudita, puso en marcha un proceso que pareció llevar inexorablemente al derrocamiento revolucionario del estado burgués. Los militantes del desacreditado PSD se desvanecieron mientras el Partido Comunista (KPD) crecía rápidamente. Para octubre de 1923, las condiciones para una revolución exitosa parecían extraordinariamente favorables. Se estableció una fecha para la insurrección, el 25 de octubre —sexto aniversario de la revolución soviética. Pero al último momento, Heinrich Brandler, líder del KPD, canceló la insurrección programada. Las fuerzas del estado rápidamente suprimieron los focos aislados de actividad insurgente en ciudades donde los dirigentes locales no se habían enterado de la decisión de cancelar la insurrección. En vez de terminar en una revolución socialista, el Octubre Alemán acabó en desastre político.

39. Para Trotsky, el fracaso de la revolución alemana en 1923 demostró de manera negativa la suprema verdad política: dadas las condiciones objetivas necesarias para la revolución, el factor subjetivo de la dirigencia asume un significado decisivo en la lucha por el poder. Además, Trotsky apuntó que la experiencia histórica había demostrado que la transición a la lucha por el poder invariablemente provoca una severa crisis política en el partido revolucionario. Esas crisis tienen un gran significado, y la forma en que resultan muy probablemente determinan el destino de la revolución por años, sino décadas. Trotsky escribió:

“Un partido revolucionario está sujeto a las presiones de otras fuerzas políticas. En cada etapa de su desarrollo, el partido elabora sus propios métodos para contrarrestar y resistir estas presiones. Durante giros tácticos y las reagrupaciones y fricciones internas que resultan, la capacidad del partido para resistir se agota. Esto siempre puede engendrar la posibilidad de que los grupos internos del partido, que nacen de la necesidad de cambiar de táctica, de vayan más allá de las diferencias originales y sirvan de apoyo a varias tendencias clasistas. Para poner el asunto de manera más simple: el partido que no se mantiene al ritmo de las tareas históricas de su propia clase se convierte, o corre el riesgo de convertirse, en el instrumento de otras clases” [28]


[25]

Theses, Resolutions and Manifestos of the First Four Congresses of the Third International [London: Inks Links, 1980] pp. 93-94.

[26]

The First Five Years of the Communist International, Volume Two (London: New Park, 1974), p. 7.

[27]

“Left-Wing” Communism – An Infantile Disorder, in: V. I. Lenin, Collected Works, Volume 31 (Moscow: Progress Publishers, 1966), p. 32. . [Texto en español: http://www.engels.org/pdf/izquierdismo.pdf]

[28]

“Lessons of October,” in: Challenge of the Left Opposition, pp. 228-29.